Vol. 26 Núm. 283 (2021)

Paradojas futboleras

Paradojas futboleras
Les pedimos que pongan huevos, que se gana por fuerza; que sean exquisitos, que ganen por habilidad, con talento. Disfrutamos si ganan a como sea, aunque se cuelguen los once del travesaño; que ganen por goleada, con lucimiento. Afirmamos que la mejor defensa es un buen ataque; los equipos se arman de atrás para adelante. Nos gusta que jueguen al toque, en equipo; que utilicen su habilidad personal que es lo que hace la diferencia. Además, que la cuelguen, no arriesguen y respeten el planteo estratégico; que se animen, que sean atrevidos, indisciplinados y se salgan del libreto miserable que impone el director técnico.
Reclamamos que sean honestos, no es de buenos deportistas ganar con trampa; que se tiren en el área, en una de esas... hay que ganar cueste lo que cueste. Estamos convencidos que hay que poner a los pibes, que tienen hambre de gloria; hay que poner a los más veteranos que están más curtidos en partidos difíciles. Mejor sacar a los pibes, para no quemarlos; hay que reemplazar a los más veteranos, que ya ni corren y se lesionan ante cualquier esfuerzo.
Indudablemente hay que salir jugando; hay que pegarle a la pelota fuerte y de punta, para no arriesgar. Conviene poner jugadores con temple, con personalidad; hay que dar oportunidad a jugadores con picardía y habilidad. Tienen que jugar los que fueron transferidos a Europa ya que están habituados a un mejor nivel competitivo; hay que poner a los que juegan acá que son los que realmente sienten y transpiran la camiseta.
Esta ausencia de toda lógica nos pone en eterno desacuerdo con los demás y hasta con nosotros mismos. Alimentado y expandido por el fervor de los medios de comunicación, se reduce la enorme, rica y compleja cultura que acompaña al fútbol, a la sola pasión.
Tulio Guterman, Director - Diciembre de 2021

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Publicado: 2021-12-03

 

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