Día Uno
Tulio Guterman
Jorge Ros
|
Yugoslavia no llegó a Buenos Aires, se quedó en Córdoba. El equipo de Francia jugando un excelente voleibol, logró ganar el partido por el 3º puesto del Mundial 2002 por 3-0, con parciales 25-23, 25-23 y 25-16 en 1 hora 14 minutos de juego y así demostró ser una nueva potencia dentro de la elite del voleibol mundial. Comenzó jugando con Patin como armador, quien al promediar el 2º set fue reemplazado por De Kergret, quien solo tenía que poner la pelota lo mejor posible para que su opuesto Capet definiera el punto, en una noche excepcional para su performance. Por su parte Yugoslavia no encontraba la forma de contrarrestar los ataques franceses, y sus rematadores: Vujevic y Miljkovic no rindieron lo acostumbrado. Comentario especial merece el cuerpo técnico francés encabezado por Philippe Blain, quien junto a su asistente Hoag, realizaron un excelente trabajo digno de destacar, y que en muchas ocasiones sin estar dentro de la cancha fueron tan partícipes de los puntos logrados por su equipo dando las indicaciones precisas y oportunas o haciendo ingresar un cambio en el momento justo. En fin, este equipo francés a mi entender y teniendo en cuenta las expectativas que había generado previamente, fue el mejor Equipo que jugó el Mundial y obtuvo un muy merecido bronce.
Con ajustado triunfo Grecia le ganó a Portugal por 3-2 con parciales 21-25, 25-20, 23-25, 25-21 y 15-12 en 1:43 horas de juego, y logró quedarse con el puesto 7º del Mundial de Voleibol 2002. Realmente en un partido para el olvido, ya que lo parejo del mismo fue producto que los dos equipos cometieron errores desde el saque y en los remates. Lo único rescatable en cancha era ver la distinta escuela de los armadores, el de Portugal reteniendo el balón al máximo permitido antes de la infracción y el armador griego que tal como lo comentara ayer tiene un golpe de manos altas “a la antigua" prácticamente impulsándola con la yemas de los dedos sin ejercer ningún tipo de retención sobre el balón.
volver al inicio
|