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La cultura y la educación física, apuntando perspectivas de un dialogo posible
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 57 - Febrero de 2003 |
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Un recorte de esta área se ocuparía con la cultura corporal de movimiento y sería la disciplina de la cual la Educación Física escolar tomaría los conocimientos necesarios para orientar su práctica, principalmente con relación a la selección de contenidos y por otro lado una teoría pedagógica que oriente y de fundamento teórico a la tarea educativa. A partir de estos pilares sería articulado el cuerpo de conocimiento proveniente de las diversas áreas ya constituidas como la fisiología del ejercicio, la biomecánica, la psicología del deporte, etc. De esta forma la intervención pedagógica sería una instancia de articulación interdisciplinar de conocimiento orientada por los polos de una teoría pedagógica y la producción de conocimiento sobre los sentidos y significados de las prácticas corporales aportadas por el campo de conocimiento delimitado anteriormente. La ocupación central de la misma sería la apropiación significados vehiculados por las prácticas corporales, por tanto con los aprendizajes sociales realizados en las mismas por los alumnos.
Este sería el eje estructurador de la Educación Física escolar asociado al proyecto político pedagógico de la escuela. En este sentido nos aproximamos de Bracht (1999) cuando nos dice que:
“(...) el objeto de una práctica pedagógica es una construcción - y no una dimensión inerte de la realidad - para la cual presupuestos teóricos son fundantes y/o constitutivos.” (p. 45)
Vemos aquí que la concepción pedagógica orientadora de la intervención en educación y en educación física en particular, es la base sobre la que se realiza la selección y tratamiento de los contenidos. Por situarnos dentro de una perspectiva progresista de educación hacemos nuestra la acertada colocación del autor:
“No entanto, trabajar en la Educación Física con el moverse en la perspectiva de la cultura (cultura corporal de movimiento) no basta para colocarla en una concepción progresista de educación, porque el concepto de cultura puede ser definido en términos social y políticamente conservadores. Es preciso articular un concepto de cultura que se coadune con los presupuestos socio-filosóficos de la educación crítica.” (p. 46)
Sin embargo nuestras colocaciones anteriores no nos permiten vislumbrar cuál sería la delimitación del campo que denominamos de cultura corporal de movimiento. Para esto se hacen necesarios criterios que nos sirvan de herramientas para este fin. Al momento de plantearnos este problema consideramos que era necesario realizar un proceso inductivo que permitiese “reciclar” al universo de prácticas que hacen parte de la “tradición” de la Educación Física, sitematizándolo mediante la adopción de criterios que posibiliten integrarlas en un todo abstracto.
Criterios de delimitación del áreaEl primer criterio adoptado se refiere a ocuparnos con las prácticas corporales y políticas del cuerpo/sobre el cuerpo que tengan como característica ser objetivaciones culturales, poseer una sistematización social, por lo tanto que tengan un carácter público y sentidos compartidos por los actores sociales que las realizan. Este seria el criterio básico para encuadrar a las prácticas humanas que constituirían a la cultura de la corporalidad. Sin embargo este criterio sería insuficiente para delimitar a la cultura corporal de movimiento, porque también serían encuadradas actividades de diversos tipos, por ejemplo las formas de comer, de sentarse, de saludarse, las prácticas sexuales, las formas de caminar, además de los deportes, las danzas, la gimnasia, los malabares, las prácticas suaves, etc.
Un segundo criterio que proponemos es la selección de las prácticas corporales originadas en los momentos de no-trabajo. Por lo tanto encuadraríamos a las actividades realizadas por libre opción en el tiempo del no-trabajo. Esta elección se encuentra condicionada por las prácticas corporales que hacen parte de la tradición cultural del sujeto, portanto determinadas socio-históricamente.
El tercer criterio que proponemos obedece a la selección de aquellas prácticas que sean escenificaciones (Inszenierungen) organizadas en torno de cuatro principios estructurantes de sentido y cuyo principal medio de expresión sea la motricidad. Entendemos que es necesario aclarar el significado de lo que debe ser entendido en el presente trabajo como principrio estructurante de sentido. Por principio estructurante de sentido entendemos a la significación o intención central que puede ser identificada en la práctica corporal en cuestión, que orienta la práctica. Nuestra opción por los principios orientadores de sentido se encuentra fundamentada en la concepción castoriadiana del hombre como ser productor de sentidos, como ser cuya condición ontológica lo confronta con la necesidad de dar sentido a su vida como agente social. Situados en el mundo humano entendemos, como lo expusimos anteriormente, que este se estructura a partir de sentidos y significados que constituyen una red simbólica que identifica a cada sociedad. Es así que este hecho nos lleva a optar por este término. Todavía entendemos que estos sentidos se encuentran en las prácticas corporales en cuestión, no como un dado a-priori sino como la estructuración de una “Inszenierung”7 (montaje de escena) por un grupo social destacando un sentido determinado. Por tanto la relación sujeto objeto está dado de modo dialéctico en la medida en que la práctica contiene en si un sentido que es in-corporado por los practicantes en la realización de la misma, en el hacer de cada práctica corporal. Por otro lado estos mismos actores-agentes la crean en la medida que in-corporan el sentido y pueden modificarlo sin que la práctica mude sustancialmente a nivel fenomenal. Lo que constituye a nuestro entender una ventaja en relación a otras clasificaciones que sobrevaluan la dimensión fenomenal de las prácticas corporales. A partir de una revisión de los contenidos tradicionales de la Educación Física escolar entendemos que los mismos pueden ser sistematizados a partir de cuatro principios orientadores de sentido, a los que denominamos principio agonístico, principio de introspección, principio del diálogo motor entre el hombre y el ambiente y el principio comunicativo.
El primer principio estructurante de sentido, el agonístico, es definido como la intención de confrontar fuerzas para identificar un vencedor, en otras palabras este grupo de prácticas se estructuran a partir de la intención vencer a un oponente. Siendo la expresión hegemónica de este grupo el deporte. Identificamos dos sub-grupos, uno que denominamos de oposición directa, siendo este grupo compuesto por las prácticas en las que dos o más oponentes, individuales o colectivos, interactúan constantemente. En las mismas el acento está colocado en la dimensión táctica, por tanto en la toma de decisión. El ambiente es variable y es necesario el constante procesamiento de información para elaborar, adecuar y ejecutar el propio plan de acción. Este primer sub-grupo cuenta con dos grupos de juegos en relación a la ocupación del terreno, siendo estas los juegos invasivos y los no invasivos. El otro sub-grupo es constituído por las prácticas de oposición indirecta. Es estas la intención de victoria está dada por una relación relativa entre los oponentes porque no hay interacción entre ellos, por tanto el rendimiento está orientado por un plan de acción más o menos constante y predecible, ya que el ambiente también es constante.
El segundo principio estructurante de sentido es denominado de introspectivo. Con este concepto denominamos al grupo de prácticas cuya intencionlidad central busca un volcarse sobre si mismo, sensibilizar al ser humano sobre su relaidad corpórea. También se destaca dentro de esta dimensión la relación con el medio y en particular con el medio natural ya que cuando el sujeto se orienta conscientemente la percepción de sí igualmente percibe o puede percibir la relación indisoluble que lo vincula al medio, al otro y medio físco. (comparar con Funke y otros, 1983 y Seewald, Kronbichler & Grössing (1998) y Kronbichler & Kuhn, 2000) Dentro de ellas identificamos a las que privilegian al movimiento como el tai-chi-chuan y la biodanza y aquellas que promueven la adopción de posturas como el yoga y la eutonía.
El tercer principio que identificamos reúne en torno de si a las pr´cticas cuya significación central es la de desarrollar un diálogo motor entre el sujeto y el ambiente. En estas prácticas el individuo experimenta un constante desafío de su repertorio motor en un determinado medio, terrestre, acuático o aéreo con o sin equipamiento. De esta forma el practicante vivencia una permante transcendencia de límites en su repertorio y dominio motor. Entre estas prácticas encontramos al surf, a la escalada, al rafting, etc.
El cuarto principio, denominado comunicativo, pone de manifiesto la intencionalidad de expresar ideas o sentimientos mediante el lenguaje corporal. Estas prácticas están representadas principalmente por la danza, la expresión corporal, la capoeira.
El quinto grupo de práctica está representado por los juegos infantiles. Entendemos a los juegos infantiles como un grupo particular por ser ese grupo altamente representativo y los sentidos de la práctica estar orientados por una multiplicidad de sentidos que se alternan dinámicamente, tornando esas prácticas altamente complexas.
Entendemos, finalmente, que es altamente necesario que se avance en el sentido de delimitar el campo propio de la Educación Física, sin caer en estructuras que pierdan de vista la dinámica y la complejidad de la cultura. Esa posibilidad está centrada en la perspectiva de una mayor comprensión del proceso específico de la Educación Física en la producción de conocimiento, proceso cuya naturaleza es sin dudas de carácter interdisciplinar.
Notas
Sobre este tema ver Bracht (1999) “As ciências do esporte: Que ciência é essa?” en Bracht (1999): “Educação Física e Ciência: cenas de um casamento (in)feliz”.
Esta categoría fue introducida en el lenguaje propio de la Educación Física a través de la apropiación, por parte de los intelectuales brasileños del área, del pensamiento de Merleau Ponty. Según Santin (1987, p. 50): (uno de los más importantes representantes de esta postura teórica) “La corporeidad, siguiendo el pensamiento de Merleau Ponty, debe estar incluida en la comprensión de la consciencia y del yo. (...) Se puede así reformular el principio antropológico de la corporeidad, afirmando que el yo se siente y se vive como cuerpo, en lugar de afirmar que el yo tiene un cuerpo. (...) El hombre es una autoconstrucción corporal.” Literatura sobre este abordaje: “Moreira, W. W (Org.): Corpo Pressente - Campinas: Papirus, 1997, Santin, S. “Educaçao Física: uma abordagem filosófica da corporeidade - Ijuí: Unijuí, 1987. Hay también esfuerzos por realizar este puente entre subjetividad y determinación social, tarea para la cual se observa una apropiación de la teoria foucoultiana, siendo que el concepto continúa siendo el de corporalidad. Por la complejidad que encierra este problemática no es posible abordarla de forma acaba en el presente texto, motivo por el cual nos detenemos a mencionar los puntos de partida que adoptamos de la misma para nuestro trabajo.
Observamos en el ámbito europeo la existencia de un Instituto de Antropología Corporal situado en Rennes y otro en Berlín. En el ámbito brasilero el cuerpo también ha sido motivo de investigación antropológica, por lo menos en las carreras de antropología de la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS - Porto Alegre) y en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ - Río de Janeiro).
Sabemos de las limitaciones de los conceptos adoptados dado que desde una concepción fenomenológica la corporalidad y el movimiento se implican mutuamente, por lo que no habría grandes diferencias conceptuales entre las denominaciones de los dos campos aquí propuestos, el de la cultura de la corporalidad y el de la cultura corporal de movimiento. Sin embargo nuestra elección se orientó por motivo de la recepción que los mismos han gozado entre la comunidad académica de la educación física. El concepto de corporalidad es entendido como el ser humano como ser corpóreo situado socio-históricamente, por tanto como construcción histórica de un ser corpóreo en el mundo y el concepto de cultura corporal de movimiento ha alcanzado un cierto consenso en el campo de la educación física brasilera como el objeto de la educación física como práctica de intervención.
En esta tercer área nos aproximamos de la propuesta de Valter Bracht (1992, 1999)
Decimos “el/los cuerpos social/es por entender que existe un modelo corpóreo dominante, pero al mismo tiempo pueden ser identificados diversos modelos que coexisten y se entremezclan con aquel adoptando ciertos signos e incorporando otros que forman nuevas configuraciones de sentido que identifican otra realidad corpórea que ocupa un lugar determinado en el campo social.
La noción de Inszenierung es adoptada de la literatura alemana y tiene como intención resaltar el carácter ritualístico que adquieren las prácticas corporales como metáforas donde es teatralizada una determinada identidad social que guarda puntos de referencia con otros roles sociales especialmente los del mundo del trabajo. Esta última relación es una adaptación de los autores.
Bibliografía
Bourdieu, Pierre. O poder simbólico. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil, 1998.
Bracht, Valter. Educação Física e Aprendizagem Social. Porto Alegre: Magister, 1992.
Educação Física e Ciência: cenas de um casamento (in)feliz. Ijuí: Unijuí, 1999.Castoriadis, Cornelius. A instituição imaginária da sociedade. Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1995
Cuche, Denis. O conceito de cultura nas ciências sociais. Bauru: Edusc, 1999.
Demo, Pedro. Introdução à metodologia da ciência. São Paulo: Atlas, 1987.
Hall, Stuart. A centralidade da cultura: notas sobre as revoluções culturais do nosso tempo. Educação e Realidade. Porto Alegre vol. 22, n. 2, p. 15-46, jul-dic. 1997.
Pedraz, Miguel Vicente. Poder y cuerpo: el (incontestable) mito de la relación entre ejercicio físico y salud. Educación Física y Ciencia, año 3, n. 2, sept. 1997.
Pich, Santiago. Encontros e desencontros da Educação Física e da cultura. ANAIS XII CONBRACE - CD-ROOM. Caxambú, 2001.
Santin, Silvino. Educação Física: uma abordagem filosófica da corporeidade. Ijuí: Unijuí, 1987.
Seewald F., Kronbichler, E. & Grössing, S. Sportökologie: eine Einführung in die Sport-Natur-Beziehung. Wiesbaden: Limpert Verlag, 1998.
Walgenbach, Wilhelm. Interdisziplinäre Systembildung: ein Tätigkeitstheoretischer Ansatz zur Neubearbeitung des pädagogisches Grundproblem. Universidad de Kiel. Tesis Pos-doctoral, 1995.
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