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‘El fútbol y los de la rambla’. |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 55 - Diciembre de 2002 |
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En los practicantes, existe un tema de conversación sobre la indumentaria deportiva, se enuncian las prendas de vestir originales y las imitaciones, las diferencias de valores en el mercado comercial, la calidad de la confección, su calce anatómico al cuerpo. La vestimenta además incluye vinchas para el sostén del cabello, rodilleras, canilleras, vendajes, tobilleras y otros implementos para jugadores que emplean sofisticados productos para protección de la carne y el hueso de los sujetos, montando una coraza corporal. La ropa y algunos apósitos aparecen como una piel externa al cuerpo, constituyen una prolongación que se extiende a los cortes de pelo variados, el empleo de tinturas, el uso de tatuajes, las perforaciones del cuerpo con objetos como los aros.
Las rupturas culturalesEn relación a las rupturas culturales señalamos la apropiación de una práctica corporal de manera diferenciada, las bondades del paisaje citadino, las concepciones del espacio y de la ciudad, la estructuración del juego.
Las apropiaciones subjetivasLa apropiación diferente puede verse en la relación social de alta frecuencia que logra anclaje y profundidad en los “chavos banda” 19. El permanente cara a cara con horarios de encuentros fijos, respetados a como de lugar contrasta con los encuentros de baja frecuencia que disponen “los de la rambla” en tanto sus cara a cara se limitan a encuentros de los días sábados y domingos poniendo en juego un ritual20 con otra dinámica desde un grupo más heterogéneo con un clima más familiar, con figuras de padres, hijos, sobrinos, amigos de los hijos, conocidos del barrio. La convergencia de sujetos juveniles, niños y adultos articulados en un juego de pelota genera una dinámica de grupo diferente a la de los “chavos banda”. Los “chavos banda” justamente como su definición lo indica son jóvenes de las clases populares dentro de una trama urbana que ofrece una ciudad.
Las configuraciones culturales son diferentes, en México planteamos un anudamiento puntual dentro de un entretejido social complejo que constituye una mega ciudad como el Distrito Federal, con sus contornos borrosos que no se definen y no pueden imaginarse en una representación mental por la sensación de infinitud que expresa esa urbe, nunca alcanzable, siempre ingobernable, caótica, desorganizada. La ciudad de La Plata, es algo distinto, una ciudad planificada con contornos precisos, numeraciones de sus calles que dotan a los transeúntes de una fácil orientación en el territorio. La significación de “una plaza” en una ciudad enorme, es la de un refugio dentro de los avances devastadores de la modernidad extrema. “La rambla” genera una amplia gama de escenarios en todo su círculo perimetral. En la rambla habitan y se apropian de empadronamientos imaginarios, “los de la favela” aquellos grupos de sujetos que viven en casa precarias y asentamientos de pobreza, “los de la noche” que pudieron acordar citas nocturnas aprovechando las potentes luminarias sobre el húmedo pasto verde, “los de los clubes de fútbol” que expandieron su territorio colonizando nuevos para entrenar sus cuerpos, “los de la escuela” que muchas veces carecen de patios o gimnasios para desplegar prácticas corporales, “los del barrio” que echaron profundas raíces en el lugar logrando relaciones sociales con anclaje y profundidad. Es decir en estos encuentros de sujetos practicantes del fútbol se generan otras “comunidades de sentido” 21.
Bondades del paisaje:En todo el recorrido de la rambla su caprichosa geografía ofrece un camino variado con estaciones intermedias que ofrecen llamados de atención a la percepción de los caminantes. La rambla invita a realizar además de los partidos de fútbol, caminatas, trabajos aeróbicos, un buen fartlek22 mientras el practicante distrae la mirada en situaciones cambiantes, una linda mujer que atraviesa la rambla, un choque entre dos vehículos, una cancha de bochas con abuelos dispuestos a aplazar el tiempo. Algún monumento que mantiene la memoria de un perro leyenda del barrio (“Casimiro” )en medio de toboganes, sube y bajas, arbolitos diminutos, bancos, un pequeño jardín muy cuidado por los vecinos de la cuadra. Un itinerante de la rambla puede sentir la incomodidad de pasar frente al entrenador de perros con toda su jauría desparramada en un sector de la rambla. En ese recorrido también aparece un largo puente peatonal muy pintoresco del antiguo ferrocarril provincial que atraviesa de lado a lado la rambla. La rambla tiene piedras, cascotes, árboles de distintas especies, tierra negra, terraplenes, pasto cortado, pasto largo y descuidado. La rambla es el contorno de la ciudad.
La plaza es otra historia, propone otro tipo de usos y desplazamientos, invita a otros recorridos, rápidamente encarrila en surcos fijos, plantea andariveles imaginados por los transeúntes. La plaza se usa para trotar con un circuito circular que tiene un punto de inicio elegido por el practicante según sea su acceso al lugar, una esquina, la mitad de la cuadra, etc. La plaza nos lleva a hacer recorridos circulares dando vueltas y vueltas generalmente en un sentido y contabilizando mientras la cantidad de vueltas realizadas propone entonces trazar surcos fijos más allá que algunos sujetos decidan romper el circuito cíclico tradicional, la vuelta a la plaza se intenta burlar estableciendo trayectorias en diagonal, cambiando la dirección de la vuelta o simplemente pasear marcando caminos resueltos sobre la marcha. La plaza además es un punto en la ciudad y allí tiene aglutinado los objetos, los bancos para los enamorados, las canchas para los deportistas, los juegos de niños, todo concentrado.
Concepciones del espacio y la ciudadLa idea de naturaleza en el D.F. de México, esta configurada en el temor, el miedo23 por las potencialidades sorpresivas que ella suele deparar a los lugareños sin previo aviso en el caso de sus sismos trágicos o sus tibias amenazas cuando expresa suaves temblores, casi imperceptibles. La naturaleza es una preocupación, hace sufrir, mortifica a los lugareños sobre algo que ellos no pueden controlar. Los mexicanos tienen ensayado en los espacios públicos abandonos masivos ordenados ante la aparición de fatales accidentes, simulan de vez en cuando una alarma y una evacuación para memorizar los procedimientos que deben realizarse en una situación de emergencia. La latencia del peligro, también se expresa en la posible erupción de lava, del volcán Popocatepetl sus amenazas con la expulsión de esporádicas cenizas tiene alertas a los aledaños a sus faldas y también a los citadinos cuando sus cenizas inundan todo el distrito federal, les hace recordar constantemente su presencia aunque con una sensación de peligro aún más lejano. Entonces la valoración de la naturaleza y el registro de ella se trata en ejes que pone en juego la vida y la salud de los habitantes, el tema se instala en la polución, los contaminantes elevados de gases que prohíben las prácticas corporales, los desastres ecológicos que obligan a cuidar el agua consumiendo de preferencia la embotellada, el cuidado de entregar la basura al recolector cuando este pasa por las calles convocando a los vecinos con el ruido sonoro de una campana, con todas estas prácticas sociales que se sostienen en la prevención y el recaudo también se logra la internalización del miedo a la catástrofe en los habitantes. La plaza entonces en una naturaleza degradada por los avances devastadores de la alta modernidad24, es un refugio una pequeña reserva ecológica donde estar a salvo. “Los chilangos” 25 tienen poco espacio y pelean por él, hacen un mapeado, una cartografía rigidizada por los cercos que limitan fronteras que regulan lo propio y lo ajeno.
En la rambla la idea de naturaleza pasa a un plano muy lejano, los espacios verdes son sitios asistidos pero no valorados por sus bondades al mantenimiento de un aire sano y puro de los habitantes. La rambla es un sitio pasatista para realizar un paseo despabilador de un domingo aburrido, un lugar para la recreación para abuelos y nietos, el esparcimiento de amigos que compartes una ronda de mates, el ocio sin preocupaciones mayores explotado por los citadinos preferentemente los fines de semana. Tal vez hasta sea un lugar desaprovechado por los municipios para planificar prácticas corporales masivas en los distintos sectores. La rambla es para la dispersión, la alegría, el descanso, pasar el tiempo. En correlato con esta idea suele verse en diciembre la confección de muñecos gigantescos que representan personajes de la realidad: políticos, figuras mediáticas, jugadores de fútbol, dibujos animados. Construidos por los vecinos con estructuras de alambre que hacen de esqueleto artificial, y recubiertos con papel y cartón alojando en el interior de su cuerpo diversa pirotecnia. Los muñecos se queman el 31 de diciembre despidiendo el año y sus penurias. El muñeco articula un sentido barrial, convoca a la participación autogestiva de los vecinos para una tarea compartida. La rambla entonces es una invitación para la fiesta, es un lugar de celebración que hacen sagrados los fines de semana y algunos aniversarios pasan a ser ritualizados. Los platenses tienen espacio y lo derrochan, pueden recorrerlo con amplios márgenes de libertad, elegir a su antojo surcos multivariados. Expresan una topografía26 sobre los mapas.
Estructura del juegoEn la rambla “el picón” pasa a ser una práctica corporal con una organización fija es decir un partido de fútbol que dura la tarde fraccionado en dos tiempos o en una cantidad de goles para hacer un entretiempo, que los sujetos aprovechan para hidratarse con agua de una canilla del lugar. Luego rotan las mitades del campo de juego, a veces sostenidos en la presencia de factores externos que inciden en el juego colectivo de un equipo, el viento, el declive, algún sector del campo difícil de transitar, el sol frontal para el arquero. El desarrollo del juego tiene un tiempo prolongado, de larga duración.
En la plaza “las cascaritas” pasan a ser una práctica corporal con una organización móvil repleta de rotaciones de los jugadores participantes. Los tiempos de permanencia en el terreno de juego son más azarosos y contingentes, los equipos están condicionados por su capacidad de acople repentino a competencias cambiantes; en realidad el juego propone una “muerte súbita” a dos goles de diferencia en el marcador; el perdedor deja una mitad del campo que estaba defendiendo y ese espacio vacío es reemplazado por un nuevo equipo contrincante que pasa a combatir con el reciente ganador. La composición de los equipos efectúa cambios constantes de jugadores, las continuas reagrupaciones de acuerdo a la seguidilla de partidos que se van orquestando y el número de asistentes que allí se encuentren. Las pausas son irregulares, lo marcan los resultados parciales de los partidos de fútbol. Entrar y salir del juego tiene un devenir cargado del imprevisto en la aparición temprana o tardía de los dos goles de diferencia que en definitiva es activar la cualidad aleatoria del juego abierto en sus resultados. El desarrollo del juego tiene tiempos con intervalos de corta o mediana duración.
Notas
En el sentido fenomenológico de Berger y Luckman.
ídem anterior
Tomamos la noción de “configuración” a la manera que lo entiende Norbert Elías.
En torno a la clasificación del deporte considerando habilidades abiertas y cerradas, ver Bárbara Knapp.
La noción de práctica la tomamos desde el enfoque de Pierre Bourdieu que la desprende del concepto Habitus
Las “realidades múltiples” son comentadas por Alfred Schutz.
Los mitos los retomamos a la manera que lo entiende Chanfrault Duchet.
La fe, la confianza, son dimensiones que han empezado a trabajarse por autores como Anthony Giddens, S. Bauman, Ulrich Beck, Luhman, entre otros. Nosotros lo planteamos como esa dimensión que interviene más allá de la razón.
Velocidad y lentitud son dos conceptos atractivos y sugerentes para abordarlos desde las metáforas que esboza Milán Kundera.
La palabra “picón”, es una categoría social de los sujetos que nombran de esa forma en Argentina, la práctica informal del fútbol.
“Los de la rambla”, son para nosotros una categoría escogida para nombrar a los otros.
ídem anterior.
Existe una propaganda publicitaria de Torneos y Competencias, que representa la intensidad de este momento. Dos niños están haciendo el famoso “pan y queso”, esa forma de organización de equipos precedido de la competencia entre dos sujetos, por la primera elección de los compañeros de equipo. En el corto publicitario se ve a los niños tomando distancia alternándose un paso de a uno por vez hasta llegar a acercar los pies a los pies del otro. El que logra colocar la zapatilla sobre la zapatilla del otro tiene la posibilidad de elegir primero. En esa situación se menciona la las grandes transferencias de jugadores. Este ritual también puede verse en el famoso “piedra papel y tijera” o en la mediación de la cara y ceca de una moneda.
El término “proxemia” fue acuñado por S. Hall
Para profundizar el concepto de “estigma” ver a Erving Goffman.
En el lenguaje común suele hablarse de “camarillas” y “camándulas”, haciendo referencia a divisiones internas en los grupos que atentan con la unión y compromiso compartido, formando clanes separados por disidencias de diverso tipo.
Sobre “hexis corporal” Bourdieu habla ampliamente en su obra La distinción.
La idea de receptores y recepción en el marco de la disciplina de la Comunicación.
La construcción lingüística “chavos banda” es aportada por Rossana Reguillo.
Para un análisis y lectura detallada sobre los mitos ver Víctor Turner.
Berger y Luckman hacen alusión a las “comunidades de sentido” circunscribiéndolo a las instituciones intermedias, por ejemplo las ONG (Organismos no gubernamentales).
Ver en cualquier manual de entrenamiento deportivo en autores como de Hegedus, Harre, Ariel González, mayores detalles sobre el Fartlek.
El miedo es una categoría de estudio e investigación social, analizada por Reguillo en el contexto de las megaciudades de Latinoamérica como San Pablo, Santiago de Chile y Cali.
En el sentido que Anthony Giddens lo plantea.
“Los chilangos” son los lugareños del Distrito Federal, algo así como “los porteños” en Buenos Aires.
La topografía como recorridos subjetivos de los sujetos que rompen los mapas rígidos, como lo cita Clifford Geertz.
Bibliografía
BARBERO, J. (1993): “Introducción” en Barbero y otros, Materiales para la sociología del deporte. Ed. La Piqueta, Madrid.
BERGER, Peter Y LUCKMAN, Thomas (1998): “la construcción social de la realidad”. Ed. Amorrortu.
BOURDIEU, Pierre (1988): “La distinción”. Criterios y bases sociales del gusto. Madrid. Ed. Taurus.
BOURDIEU, P. (1990): “¿Cómo se puede ser deportista? Sociología y Cultura, Ed. Grijalbo, D.F.
BROHM, J. (1993): “Veinte tesis sobre deporte” en Barbero y otros, Materiales de sociología del deporte. Ed. La Piqueta, Madrid.
DUNNING, Eric (1990): “Reflexiones sociológicas sobre el deporte, la violencia y la civilización”, Laicester, Ed. Revista internacional de sociología del deporte, vol 25,
ELÍAS, Norbert (1987). El proceso de la civilización: investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas. F.C.E. España. Trad. Ramón García Cotarelo. (Ed. original 1977).
GEERTZ, Clifford (1996): “Los usos de la diversidad”. D.F. Ed. Paidos.
GOFFMAN, Erving (1995): “Estigma. La identidad deteriorada”. D.F. Ed. Amorrortu.
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