Un marco conceptual de la oferta del deporte | |||
Doctorante del CUCEA Universidad de Guadalajara |
Saúl Joaquín Figueroa López sjfigueroa@hotmail.com (México) |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 55 - Diciembre de 2002 |
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Introducción
El deporte es uno de los fenómenos de nuestra sociedad contemporánea, que por su importancia se ha significado globalmente, y no sólo por lo espectacular de los grandes juegos o campeonatos internacionales, o por el número de personas practicantes del deporte por todo el mundo, sino también por la conciencia generalizada del mismo deporte entre la población.
Brohm (1982), expresa que podemos señalar que la propia palabra deporte connota una idea positiva, buena. El deporte es valorado socialmente, éste es útil y beneficioso. Generalmente se identifica el deporte y la salud, el deporte y la juventud o el dinamismo. Por extensión, se puede decir que todo ha sido influenciado por el deporte.
Es evidente pues, que el deporte plasmó, en la sociedad su sello con singulares características, sin embargo, el deporte al mismo tiempo ha sido influenciado por los cambios ocurridos dentro de la misma sociedad. Es decir, esas dos dimensiones del deporte, la exógena, que ha permitido influenciar y la endógena, influenciada, son resultados de su propia evolución.
La literatura revisada nos permite apreciar la necesidad de generar un marco conceptual básico, que facilite su comprensión, dadas las distintas maneras de entenderlo; como asienta Campos (2000), que estamos entonces, apreciando un problema de conceptualización del deporte.
No es ocioso reiterar la importancia de la claridad conceptual del deporte, ya que esto se constituye como condición ineludible para el planteamiento de la oferta del deporte. Ya lo expresaba Bunge (1975), que las múltiples posibilidades de conceptuar los hechos nos lleva a la elaboración de modelos teóricos a fin de tener un marco de referencia del área a investigar y en base a este, actuar claro y preciso. De la generación de teoría, derivamos objetivos, plan, política y acción.
Estado del arteEl trabajo de investigación presente se puede enmarcar en el contexto de una cuestión que ha sido objeto de atención durante bastante tiempo en el ámbito deportivo, que a la par de su desarrollo y significación en la sociedad, ha generado, una variedad de modelos deportivos. Es pertinente asentar que al desarrollar este trabajo de investigación, se comprende que la misma ha de servir para entender fenómenos que ya conocemos y para prever los que puedan venir. La investigación por lo tanto, debe abrir nuevos caminos, incitar a conocer nuevas relaciones. (Puig y Heinemann, en Campos, 2000).
Al lado de la evolución deportiva, dice De Knop, et al. (1996) se ha detectado de forma significativa en la literatura, que los contenidos y acepciones del deporte de nuestro tiempo, en general, han llegado a ser menos claros. Por lo que la evidencia nos muestra que al carecer de una orientación teórica clara, se desarrollan organizaciones deportivas tan diversas, como países participantes hay en el deporte.
Se pretende por esta vía, plasmar las posiciones de algunos autores respecto al problema de la claridad o carencia de una teoría del deporte. Para lo cual desarrollaremos el planteamiento de un marco conceptual básico, mismo que intentará ofrecer una primera aproximación a algunos aspectos de las relaciones entre sus diversas categorías, para posteriormente delinear y enfocar de alguna manera la estructuración de la oferta pública del deporte.
Estos dos aspectos, arriba señalados, concernientes a la identidad y al rol del deporte al seno de la sociedad, han sido producidos por un cierto número de factores, descritos por varios autores (Crum, 1991; Heinemann, 1986; De Knop, et al., 1994; Kamphorst & Roberts, 1989) en De Knop, et al., (1996).
Para empezar cabe considerar la posición teórica adoptada por Heinemann (1998), para quien el objeto de estudio de una economía del deporte se puede caracterizar por los siguientes hechos: la tarea de la decisión económica, los arreglos institucionales y los aspectos materiales. Sin embargo Heinemann expresa, que los bienes ofertados en el deporte, no son un producto resultante de un estudio riguroso sobre el deporte mismo.
En éste sentido Heinemann dice también, que esas tipificaciones son problemáticas, sobre todo a la vista de la diversidad de los bienes y servicios relacionados con el deporte, de este modo pueden realizarse de una determinada manera, pero también de otra distinta, ya que según los criterios con que se planteen sirven para investigar problemas teóricos de interés.
Por su parte Acosta (1999), expresa que pocas son las organizaciones deportivas nacionales que han definido con claridad su papel, ó que han identificado de forma precisa sus objetivos y su imagen. Destaca la importancia de que estas organizaciones, tanto nacionales como internacionales, necesitan conocer a profundidad la verdadera identidad del producto que intentan vender u ofertar, es decir, conocer a fondo al deporte mismo. Continúa por otra parte destacando el esmero que deben tener estas organizaciones para cuidar la identidad genuina de su deporte en particular.
Siguiendo la tesitura anterior, París-Roche (1998), plasma que no es difícil observar en las organizaciones deportivas, la inexistencia de objetivos generales, para posteriormente asentar que la pérdida de eficacia de las organizaciones puede ser causada por los objetivos escasamente definidos.
Cabe destacar que París-Roche, clarifica gráficamente que los objetivos se constituyen en un puente de enlace entre la filosofía y la finalidad, con las estrategias y proyectos concretos a llevar a cabo.
Si escasamente se definen los objetivos (París-Roche), o no han estado identificados con precisión (Acosta) entre las organizaciones del deporte, podemos apreciar un problema de escasa claridad en la identidad teórica del propio fenómeno deportivo, como más adelante describiremos.
Por otra parte, Matveev (2001), aprecia que la problemática contemporánea del deporte se puede sintetizar en tres principales bloques. En primer término la elaboración de la concepción general de la esencia del deporte, de sus propiedades estructurales y funcionales, y de las tendencias del desarrollo posterior. En segundo término, presenta la problemática de la teoría de la competición deportiva. Por último, plasma la problemática de la teoría del entrenamiento deportivo y de la utilización sistemática de otros factores de los logros deportivos.
Cabe señalar que, para efecto de esta investigación, tomaremos exclusivamente el primer punto. Para lo cual, seguiremos los planteamientos de Matveev, quien expresa que la mayoría de las publicaciones existentes, referentes a esta problemática, tienen un carácter primordialmente descriptivo-sociológico.
Considera Matveev que es imprescindible descubrir plenamente y de una manera compleja la naturaleza de la actividad deportiva, las tendencias fundamentales del funcionamiento y avances del deporte en la sociedad moderna y, además, detectar las principales contradicciones objetivas que existen en las diferentes corrientes y partes de la práctica deportiva. Continua Matveev, que se entiende que este grupo de problemas de la teoría del deporte, tiene un enorme significado no sólo teórico, sino también social y práctico. Expresa que al fin de cuentas, la fuente principal de la teoría del deporte es el conocimiento generalizado de las realidades de la práctica deportiva.
De ese carácter descriptivo-sociológico expresado por Matvev, cabe señalar que la perspectiva sociológica del deporte, proporciona una vista de significativo interés para los estudios de este fenómeno social. Brohm (1982), escribe acerca de la imposibilidad de estudiar “sobre el terreno” el fenómeno del deporte, si no se cuenta con un cuadro conceptual teórico lo suficientemente riguroso como para permitirnos poder pensar en abstracto sobre el tema de la investigación.
El análisis del deporte necesitaba un juego de conceptos que permitiese pensar teóricamente, como dice Jeu, en Brohm(1982), el deporte, en razón de su desarrollo, necesita una teoría general, aunque sólo sea para definir exhaustivamente sus conceptos esenciales.
Reiterando a Brohm, él describe para su análisis sociológico, que hemos subsumido el sistema deportivo y todos sus fenómenos observables bajo el concepto “proceso de producción deportiva”. Es decir, se puede significar desde la perspectiva de la oferta para dar a entender, por un lado, que el sistema deportivo depende de un modo de producción económico dado y, por otro, que el propio sistema deportivo produce mercancías muy particulares: campeones, espectáculo y competencias.
Al referenciar “sistema deportivo” Blanco, et al. (2000), lo define como el conjunto de todos aquellos elementos relacionados entre si, según un orden y que contribuyen al desarrollo del deporte en todas sus manifestaciones. Asienta Blanco, que no existe un único sistema deportivo, por lo que podremos realizar, según el criterio utilizado, diversas interpretaciones del sistema deportivo. Podremos entonces, encontrar diferentes concepciones sobre éste.
Sin embargo, los esfuerzos metodológicos y de investigación no han sido suficientes para satisfacer el requerimiento internacional de un marco conceptual o teórico acerca del deporte. Se entiende que en su aproximación al fenómeno deportivo, no se analizó éste, desde la perspectiva endógena del propio sistema en cuestión.
De Knop, Skistad, Engström y Weiss (1996), expresan que el deporte se ha convertido en un importante fenómeno en nuestras sociedades, y que al mismo tiempo éste, ha sido influenciado también por la propia sociedad. Que este desarrollo y evolución del deporte han permitido la generación de una variedad de “modelos deportivos”, a la vez que han originado que cada vez sean menos claros los contenidos y significados del deporte. Lo anterior, como un agudo contraste con la clara definición del mismo deporte tradicional del pasado.
Dice Cagigal (1975), que el deporte como actividad social, como ya se planteó, puede ser objeto de análisis y posteriormente de racionalización. Pero para proceder al análisis de la realidad deportiva de un país es menester partir de un concepto lo más delimitado posible del deporte. Es precisamente, dice Cagigal, el establecimiento de una teoría lo que falta. Continúa él, con el llamado de que todo importantísimo esfuerzo para beneficio del deporte se viene abajo, por carecer de una seria base teórica. Abunda Cagigal al decir que la “racionalización de la política deportiva” es un intento loable. Su parte más positiva radica, en primer lugar, en el objetivo de elaborar una planificación de la política que haya de seguirse. En segundo lugar, en la invitación que, para acertar en esa política, plantea hacia una prospección de la realidad sociológica del deporte. Pero Cagigal, vuelve a destacar el asunto de la base teórica para situarlo o concretarlo.
La problemática, sintetiza Cagigal, es tan densa y difícil que ha brotado de la misma realidad multifuncional del deporte.
Por su parte, Campos (1997), hace alusión a las inadecuaciones o inadaptaciones de las entidades oferentes de las actividades físico-deportivas, en función de los matices de índole conceptual. Lo anterior, incide por lo tanto, en la errónea filosofía que anima la actuación de los responsables deportivos. Por otra parte, asienta que el marcado proceso de diferenciación de la demanda de la práctica deportiva, al que no ha sabido responder adecuadamente el sistema de la oferta, ha ocasionado que la propia oferta deportiva actual diste mucho de ir en consonancia con la diversidad y continua evolución de la demanda.
En este sentido, es que la oferta deportiva tiene por necesidad, plantear la determinación de sus objetivos. De ello se deduce que su trabajo esté sometido a distintas racionalidades a las que no puede corresponder del mismo modo.
Los diferentes conjuntos de objetivos de la oferta deportiva, poseen distinta importancia en los diferentes tipos de organización. De lo que desprendemos, que la organización de la oferta es diversa en concordancia con sus propios objetivos, y que representa las peculiaridades económicas del deporte. En un país como Alemania, por ejemplo, se caracteriza sobre todo por la posición dominante de los clubes deportivos; o Estados Unidos de Norteamérica, distinguido por el deporte colectivo profesional; o como España, marcado por la fuerte presencia del sector público. Resultan por lo tanto, diferencias específicas de cada país que, al mismo tiempo, condicionan los resultados de la investigación y hace que las recomendaciones no sean transferibles sin más, de un país a otro.
Camps, en Blanco et al. (2000), expone sucintamente la forma de la organización del deporte en varios países, acreditando la variedad de estructuras, al igual que De Knop et al. (1996), quien presenta aspectos de la organización deportiva de 20 países pertenecientes a Norte y Sudamérica, Asia, Europa y Oceanía.
De acuerdo a estos planteamientos, por una parte apreciamos la necesidad de la generación de un marco conceptual que permita orientar la oferta deportiva y por la otra, destacamos la variedad de modelos deportivos y su consecuente diversidad en la estructuración de la propia oferta del deporte.
A manera de síntesis, podemos expresar que Matveev, Cagigal, Jeu y Brohm, con claridad meridiana, externan la necesidad existente de generar una teoría o marco conceptual del deporte. Campos, Heinemann y De Knop, et al., detectan la problemática aquí descrita, en función de los erróneos matices conceptuales del deporte. Y finalmente Acosta, París-Roche y Blanco, et al., aprecian el problema de forma colateral, es decir, plantean sus posiciones desde la perspectiva de la gestión deportiva.
En suma, podemos concebir a la oferta del deporte como un instrumento económico, que a causa de la escasa claridad en la conceptualización del fenómeno deportivo, pierde eficacia como sistema estructurado concordante con su propia demanda.
Marco conceptualExisten numerosas definiciones de deporte, pero la definición más clásica y al mismo tiempo más prestigiosa es la generada por el padre del olimpismo moderno, Pierre de Coubertin (1922), para quien el deporte es “el culto voluntario y habitual del esfuerzo muscular intenso apoyado en el deseo de progreso y pudiendo llegar hasta el riesgo”. Esta definición, no incorpora el aspecto objetivo de las relaciones sociales reflejadas por el deporte, en tanto que práctica social especifica del rendimiento corporal humano. J. Ulmann, en Brohm: (1982) da una definición sumaria del deporte que, según él, presenta tres rasgos principales: es un juego, una competencia, y una formación.
Para Diem (1966), el deporte es un juego serio que es portador de normas y valores, que está sometido a reglas, cuyos principales objetivos son la integración, la superación y el logro de buenos resultados. Por otra parte cabe mencionar que en la carta Europea del deporte (1992), se define al deporte como “todo tipo de actividades físicas, que mediante una participación organizada o de otro tipo, tenga por finalidad la expresión o la mejora de la condición física y psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales o el logro de resultados en competiciones de todos los niveles”.
En éste sentido en la ley general del deporte en México (2000), encontramos que el deporte es definido como la actividad o ejercicio físicos, individuales o de conjunto, que con fines competitivos o recreativos se sujeten a reglas previamente establecidas y coadyuven a la formación integral de las personas y al desarrollo armónico y conservación de sus facultades físicas y mentales. Para Wiss (1969), el deporte es la enseñanza en la superación de los obstáculos de la vida y que ayuda en la formación del carácter y de la personalidad. Pero en cambio, para Ortega y Gasset (1966), la vida propiamente hablando, es sólo de cariz deportivo, lo otro, es relativamente mecanizado y mero funcionamiento.
En cuanto a las Teorías sobre el origen del deporte moderno en Velásquez (2000), nos encontramos que para Carl Diem (1966: 71 y ss), los motivos que explican la aparición del deporte moderno en Inglaterra, deben vincularse a las características peculiares de sus habitantes. Reconoce las categorías de “profesional”, “amateur” y “fair play”. También menciona la creación de reglamentos, la organización específica para deporte; y alude por otra parte a determinadas características del pueblo ingles. Por otra parte, Richar D. Mandel (1986: 154 y ss), reconoce la originalidad inglesa, refiriéndose al concepto “record”, desarrollo de trabajo en equipo y planificación del entrenamiento. Desarrolla su explicación sobre la génesis y desarrollo del deporte moderno a partir de una perspectiva socio-económica. Sin embargo Norbert Elías (1992: 31 y ss), plantea que la génesis y desarrollo del deporte en Inglaterra fue parte integrante de la pacificación de las clases altas del país, alude al concepto de “clubs” y al cambio civilizador en la conducta política por vía del deporte. Este autor desarrolla su investigación desde una perspectiva socio-política.
Cabe destacar la perspectiva de Jean-Marie Brohm (1993:47), quién asienta que el deporte es producto de una ruptura histórica que comienza en Inglaterra con el modelo capitalista de producción industrial y que corresponde a las necesidades de dicho modelo de producción. Considera que los clubes y federaciones se asemejan a entidades comerciales y contribuyen al espectáculo deportivo de masas, y por otra parte, la perspectiva de Pierre Bordieu (1993: 61 y ss) quien trata de explicar la génesis y desarrollo del deporte a partir de las necesidades educativas de las clases sociales dominantes y del significado con que se concibió la práctica deportiva entre las mismas. La transición de los pasatiempos populares a deportes tuvo lugar en el seno de las “public schools” inglesas. El deporte se constituye en una de las pocas vías de movilidad social.
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