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La Resistencia. Pruebas aplicables en educación secundaria.
Grado de utilización del profesorado

   
Doctor en Educación Física
Master en Psicología de la actividad física y el Deporte
 
 
Emilio J. Martínez López
emilio2@serverland.com
(España)
 

 

 

 

 
Resumen
    La condición física es hoy día uno de los pilares fundamentales de los contenidos incluidos en la educación física.
    La utilización de pruebas de aptitud física para llevar a cabo su valoración es un método aplicado por muchos docentes como medio de obtener información del avance del alumnado y base de conocimiento para la programación de clases.
    Este artículo expone un estudio de 35 tests para medir la resistencia, y que por su fiabilidad, objetividad y economía, pueden ser aplicadas en el campo de la educación física.
    Asimismo, se presentan los resultados de una encuesta realizada 159 docentes de educación secundaria con el objetivo de conocer el grado de utilización de cada uno de estos test; concretando además las pruebas más utilizadas para llevar a cabo la valoración de esta cualidad física básica.
    Palabras clave: Resistencia. Evaluación. Condición física. Educación Física. Test. Aptitud Física.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 54 - Noviembre de 2002

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Introducción

    La Resistencia expresa, en gran medida, el nivel o grado de condición física (CF) de un individuo, por esta razón, de entre las cualidades físicas de carácter básico, susceptibles de evaluación, haremos una mención especial a esta cualidad. Para Zintl (1991) la Resistencia es “la capacidad de resistir psíquica y físicamente una carga durante un largo tiempo, produciéndose finalmente un cansancio (= pérdida de rendimiento) insuperable (manifiesto) debido a la intensidad y la duración de la misma”.

    Son múltiples las clasificaciones que se han realizado de la resistencia, y los criterios utilizados han sido numerosos (volumen de musculatura implicada, duración del esfuerzo, relación con otras capacidades físicas, etc.), sin embargo, la agrupación más extendida viene expresada por la vía energética utilizada durante el esfuerzo, desprendiéndose, a partir de aquí, la resistencia aeróbica y anaeróbica

    Cuando comienza la ejecución de un ejercicio se ponen en funcionamiento, de una forma automática, los mecanismos metabólicos, liberándose energía de los depósitos de ATP y fosfocreatina. Si el tiempo de duración del ejercicio es un poco mayor, a partir de 10-15 seg., la demanda de energía será satisfecha por energía glucolítica que también es del tipo anaeróbico, a partir de aquí, la energía suministrada proviene, en relación progresiva y creciente, del sistema aeróbico.

    De forma general, se puede decir que los ejercicios que suponen un esfuerzo de hasta dos minutos, se agrupan dentro del tipo anaeróbico, debido a que se utilizan durante este período de tiempo, un sistema de energía de corta duración e inmediata.

    Si utilizamos un test para valorar rendimientos de tipo anaeróbico, es necesario disociar si el tipo de esfuerzo se alimenta a través de un sistema energético que necesita oxígeno (lactácido) o por el contrario, la producción de energía necesaria se puede suministrar, debido a su brevedad, sin la necesidad de oxígeno (alactácida).

    Atendiendo al párrafo anterior, añadiremos que en el primer caso nos referimos a tests de capacidad anaeróbica lactácida o resistencia anaeróbica, y estos deben tener una duración de entre unos 60 y 90 segundos. El segundo caso, se refiere a tests de capacidad anaeróbica alactácida o de potencia anaeróbica, aquí la duración de la prueba ha de estar entre 10 y 15 seg., al objeto de recibir el suministro energético, en su mayor parte, de los fosfágenos.

    Según Álvarez del Villar (1987) varios estudios realizados por los alemanes, con atletas de elite, demuestran que el máximo esfuerzo anaeróbico se obtiene en la carrera sobre 500 m. Por otra parte, el grado de potencia aeróbica máxima (MPA) está en relación con la capacidad de los sistemas respiratorio, circulatorio y metabólico del individuo.

    “... se ha observado que los valores calculados de demanda de oxígeno para correr durante 12 minutos, excedían ligeramente de los valores de la (MPA) funcional, medidos en la cinta rodante, mientras que el cálculo de demanda de oxígeno para correr durante 20 minutos era inferior a los valores medios de la (MPA).

    Esto indicó que solamente en carreras de una duración de 12 a 20 minutos, los sujetos adoptan un ritmo que refleja su capacidad aeróbica de trabajo”

    Hollmam y Hettinger (1980) citados por Zintl (1991), realizan una subdivisión de la resistencia aeróbica y anaeróbica en función del tiempo de duración del esfuerzo.

  • Resistencia aeróbica de corta duración (3-10 min.).

  • Resistencia aeróbica de duración mediana (10-30 min.).

  • Resistencia aeróbica de duración larga (más de 30 min.).

  • Resistencia anaeróbica de duración corta (10-20 seg.).

  • Resistencia anaeróbica de duración mediana (20-60 seg.).

  • Resistencia anaeróbica de duración larga (60-120 seg.).

    Para Norber Auste (1994) la resistencia aeróbica dinámica general forma el pilar más importante de la CF.

    Los alumnos comentan a menudo que “correr es de cobardes”. Esta ironía viene referida, en gran medida, a la justificación ante el cansancio como síntoma inmediato tras realizar el trabajo de resistencia aeróbica, y en su sistema de entrenamiento más común, la carrera. Se debe entender el cansancio como fenómeno complementario al entrenamiento, pero que se acusa y prolonga con el aumento de la duración e intensidad del entrenamiento, ya sea local o general.


Consideraciones de los tests cardiovasculares

    Sólo en términos generales, expondremos a continuación algunas apreciaciones que ha de llevar implícita toda prueba cardiovascular; incidiendo además, en el aspecto de que la necesidad de cooperación del ejecutante para realizar un esfuerzo de carácter máximo, es imprescindible en las pruebas cardiovasculares; en este sentido, a través de nuestra información, debemos motivar a los alumnos al efecto de obtener unos resultados fiables.

    Todo test cardiovascular debe implicar lo siguiente:

  • El esfuerzo debe ser prolongado en el tiempo.

  • En el ejercicio deben participar grandes masas musculares.

  • No deben existir dificultades técnicas que interrumpan o aminoren el desarrollo del esfuerzo al efecto de que la cantidad de trabajo determinada puede ser realizada.

    Los grupos elegidos para realizar conjuntamente un test deben estar diferenciados, de forma que tengan un rendimiento homogéneo (por edades, sexo, y/o peso,...).

    Como norma general para las pruebas de resistencia cardiovascular, coincidimos con la mayoría de los autores, y se tomará siempre la frecuencia cardiaca del sujeto durante un periodo de 15 seg., posteriormente se multiplicará este resultado por cuatro para establecer la relación pulsaciones/minuto.

    La ejecución de la prueba comenzará al producirse la señal acústica, momento en el que el cronómetro se pone en marcha.


Frecuencia cardiaca

    Un aspecto a destacar que siempre se cuestiona el profesional de educación física (EF) es determinar el nivel adecuado de intensidad en las clases. No existe una forma ideal para estipular que intensidad se adapta mejor a cada uno de nuestros alumnos, pero se ha demostrado que en programas de resistencia, un punto de partida y que es aplicable a la mayor parte de los deportistas consiste en trabajar a un nivel suficiente para elevar la frecuencia cardiaca a un valor situado entre el 85 y el 90% del nivel máximo. Teniendo esto en cuenta, un alumno de 16 años con una frecuencia cardiaca máxima de 200 latidos/min., puede ejercitarse a un máximo de 170 pulsaciones/min., que se obtiene como resultante de trabajar a un 85% del nivel máximo del alumno.

    A la hora de utilizar la frecuencia cardiaca (FC), como dato para realizar una estimación de valoración sobre una prueba, es importante saber que existe una variabilidad en el resultado, ya sea utilizando el método manual o electrónico. Pollock, Broida y Kendrick (1972), citados por Heyward (1996), presentan una correlación que oscila entre el 0,91 y 0,94 en las mediciones de frecuencia cardiaca manuales y electrónicas respectivamente.

    Asimismo, en el estudio de Slater-Hammel y Butler, mencionado por Litwin y col. (1984) se encontraron errores en la toma de pulsaciones manuales mediante palpitación digital. En reposo, se podía llegar a una variabilidad de entre -12 y 14, y se alcanzaban errores, tras un periodo de 2 min. de reposo posesfuerzo, de entre - 33 y 36.


Frecuencia cardiaca durante el ejercicio.

    Los departamentos de EF no disponen en la actualidad de instrumental para tomar de forma eficiente, el pulso durante el ejercicio a todo un grupo de alumnos; pero si cada uno de ellos obtiene una lectura inmediata tras la ejecución del ejercicio y en intervalos de 6 a 10 seg., podemos obtener un indicador razonable de lo que era la FC durante el periodo de actividad. Siempre teniendo en cuenta que se multipliquen los latidos en el caso de 6 seg. por diez y en el caso de 10 seg. por seis, para convertir la FC en latidos/min.


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