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La zona de juegos: un espacio para la educación física en los centros escolares
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 53 - Octubre de 2002 |
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Partiendo de esas diferenciaciones, se elabora una propuesta de plano de zona o terreno de juego, siguiendo una lógica de estructuración. La distribución no puede ser arbitraria sino que debe seguir una serie de criterios de ordenación espacial que son los siguientes (gráfico 1 y 2):
la zona de juegos físicos o actividades de movimiento ha de estar lo más alejada posible de la de juegos creativos y cognoscitivos, ya que son actividades en las que es necesario estar concentrado y protegido en cuanto a ruidos, imprevistos, ‘choques o accidentes’ de los juegos y actividades físicos, sociales o dramáticos (ilustración 10).
en cambio, la zona de juegos tranquilos, creativos y cognoscitivos y las de descanso pueden estar relacionadas.
el área de sillas o asientos para los adultos ha de estar en un lugar desde el que se pueda ver las diferentes actividades de los niños, sin tener que ponerse de pie.
las distancias entre las distintas zonas no ha de ser muy grande, a la medida (escala) de los propios niños.
la organización espacial se ha de hacer según las actividades estacionales de cada época del año, para que no sea imposible su uso por las inclemencias del tiempo, lo que nos parece bastante complicado de llevar a cabo en la práctica debido a los recursos y también a la necesidad de disponer de personal especializado.
A este respecto son de consulta interesante las fichas prácticas de M. Masnou (1985: 27-47) en las que se describen distintas zonas de un parque infantil señalando: la descripción, la motricidad implicada, el material de construcción, las cualidades a desarrollar, las edades de utilización y las observaciones.
Toda esta información viene acompañada de gráficos sugerentes y atractivos. También resaltamos la sistematización de esas zonas de juego como aportación importante pues son de gran interés para el acondicionamiento de las zonas de juego en general y las de los centros escolares.
3.5. Pavimento:En lo que se refiere al suelo en los parques o terrenos de juego4 hay muchas propuestas encaminadas a lograr unas condiciones de máxima seguridad que coinciden en recomendar para los más pequeños un suelo elástico, cálido y no rígido (‘suelos blandos’) que permita a fin de cuentas al niño colocarse y desplazarse de todas las formas posibles.
A. Bengtsson (1973: 93) se decanta por suelos diferentes en función del tipo de juego de los niños al proponer:
“una superficie de juego adecuada para los más pequeños superficies lisas y resistentes para sus coches, carretillas, bicicletas, etc, superficies de arena blanda para sus actividades constructivas y también campos de hierba si las condiciones son favorables”.
En este mismo sentido, otros autores se deciden por otras posibilidades como son: la tierra, la arena y el suelo duro, presentando cada uno de ellos ventajas e inconvenientes (IBÁÑEZ i COMA, J. 1988:104). Así, se puede observar cómo la tierra puede resultar muy útil para muchas actividades pero en cambio se utilizará muy poco en zonas donde llueve mucho e incluso hiela. Por tanto, la arena es una opción válida en las zonas de caída o recepción de los aparatos siempre y cuando se renueve constantemente, se limpie y se rellene para evitar la compactación, lo que puede dar pie a riesgo de lesiones. También en zonas donde llueve y hiela, la arena se convierte la mayor parte del invierno en un elemento frío y mojado en las manos y el cuerpo de los niños. De acuerdo con M. Masnou (1985: 20-21), la arena se puede colocar en areneros como lugares específicos donde los niños puedan jugar también con el agua, recomendándose disponer de distintos tipos de grano de arena para aumentar las posibilidades educativas. Pero no consideramos la arena como el suelo óptimo en toda la zona de juegos, ya que es muy difícil que se limpie, se renueve y se coloque precisamente en esas zonas de caída, que por lo general suelen ser las zonas más peligrosas de los parques5.
En realidad la superficie de cada área de la zona de juegos va en función de sus objetivos, de las actividades que ahí se puedan realizar y de la edad de los niños. Siguiendo a la autora anteriormente citada, se colocarán las siguientes superficies:
Naturales para las áreas de juego (desde la tierra, arena hasta la hierba o el césped)
Duras para los caminos, áreas de acceso, de bancos, áreas para triciclos y para patinar
Elásticas para facilitar saltos y recepciones (hierba, caucho reciclado, arena, tierra, grava o gravilla, pavimento sintético, corteza vegetal, etc. (ilustración 11).
Los pavimentos rígidos como los asfálticos y el hormigón (patios), el terrazo, las losas de piedra o pizarra y el cemento pueden ser válidos en zonas específicas para un determinado tipo de juego. Este pavimento duro sería válido en lugares donde llueve mucho ya que se elimina rápidamente el agua, pero por el contrario los suelos rígidos representan un peligro para niños de todas las edades en posibles caídas, rascadas, encontronazos, etc.
3.7. Materiales:Se han de tener en cuenta los elementos naturales de los que dispone el terreno de juegos, pues deben ser explotados con un diseño imaginativo para conseguir nuevas experiencias: por ejemplo, la arena, el agua, las piedras, los árboles, la vegetación variada, nieve o hielo, rocas y piedras, flores (MASNOU, M. 1985). Hay un gran abanico de posibilidades desde los materiales naturales, los que se pueden construir hasta las estructuras y material comercializados. De todas formas, tal como asegura A. Larraz (1988: 6): “…no existen materiales malditos (que tengamos que excluir definitivamente), ni materiales milagrosos (que tengamos que utilizar imperativamente). Se trata de conocer los materiales y escoger en cada situación los más ricos y adecuados”.
En lo que se refiere a la elección del material comercializado en las distintas áreas de la zona de juegos, cada vez surgen propuestas más novedosas e innovadoras tal como se puede observar en distintos catálogos y publicaciones existentes. La tendencia generalizada (que no es precisamente lo que suele colocarse muchas veces en los terrenos de juego) se orienta hacia las estructuras modulares antes que los aparatos que tan sólo suelen ofrecer una única función como los columpios, balancines y toboganes. Nos referimos a estructuras de carácter multifuncional que ofrezcan un campo potencial de utilización más amplio y que puedan incluir por ejemplo, un desnivel o tobogán, una zona de trepas, de balancín, de equilibrios...
4. ConclusionesEl aula de Educación Física ( Sala Cubierta), conjuntamente con el área de juegos, el porche cubierto y la Pista Polideportiva, son los diferentes tipos de espacios en los que se puede llevar a cabo la programación de la asignatura de Educación Física en los centros escolares según la Orden Ministerial de 4 de noviembre de 1991.
La zona de juego y el porche cubierto tienen una importancia notoria sobre todo en la etapa Primaria. Ahora bien, estos espacios deben ser diseñados con una intencionalidad educativa, es decir, acordes con un proyecto pedagógico. Para conseguirlo, se deben adaptar sus diferentes zonas a las edades de los niños y a sus necesidades espaciales.
La concepción de los espacios para el juego debe partir de una reflexión previa y se deben estudiar todos sus requisitos técnicos, funcionales y también el material que se vaya a colocar en cada zona del parque. Así aspectos como la seguridad, el cerramiento, el tipo de pavimento, la accesibilidad, la eliminación de barreras arquitectónicas, la adaptación y seguridad de los materiales deben ser analizados con detenimiento de manera a conseguir una infraestructura espacial que facilite el desarrollo motriz del alumno en las diferentes etapas educativas. En esta misma línea, son de necesaria consulta las distintas propuestas reflejadas en este trabajo que van encaminadas a definir los aspectos más importantes de los espacios de juegos.
Por último, debemos destacar la importancia de la elección de los materiales que se colocan en las zonas de juego, desde los diferentes tipos de superficies hasta las estructuras de material, pues siempre deben prevalecer los objetivos pedagógicos de acuerdo con la etapa y desarrollo de los alumnos.
Notas
Para mayor información sobre la normativa en centros escolares se puede consultar:
LÓPEZ MOYA, M.; ESTAPÉ, E. (2001): “Normativa sobre las instalaciones deportivas en los centros escolares”. En Deporte y cambio social en el umbral del siglo XXI” Investigación Social y Deporte, Asociación Española de Investigación Social Aplicada al Deporte (AEISAD) nº5, Librería Deportiva Esteban Sanz, S.L., Madrid, pp.437-450.El artículo titulado “Guía de diseño de zonas de juegos para preescolares” elaborado por Central Mortgage and Housing Corporation de Canadá en 1981 y publicado en el Boletín de AETIDE en su nº19 (pp.7-24) ofrece unas ideas muy interesantes para fundamentar la distribución espacial de las zonas de juego-modelo. Este trabajo ha sido difundido en nuestro país en varias publicaciones con el intento de diferenciar las zonas de juego en función de la edad y tipo de juegos de los niños en propuestas de espacios deportivos en centros escolares y también de parques o terrenos de juego.
De acuerdo con esta propuesta los juegos se diferencian en cuatro tipos:
Los Juegos físicos o actividades de movimiento son los que desarrollan y ejercitan el movimiento físico; son los juegos más energéticos y dinámicos, más ‘violentos’, bruscos, de choque, etc. Por tanto, necesitan una estructura polivalente en los que se pueda desarrollar la musculatura de los niños, es decir, una estructura modular que puede ser de plástico o de madera y que posibilite gran cantidad de respuestas motrices a los niños. El material debe estar bien distribuido para evitar choques y conflictos con otros elementos u otros niños.
Los Juegos y actividades sociales: en este caso cuenta la relación con los demás; el niño no va a actuar sólo sino con los demás niños, en grupo. Se va desarrollar la sociabilidad, se incorpora el uso del lenguaje y se introduce al niño al juego dramático. Este tipo de espacio no necesita muchos elementos (pueden ser abstractos y sugerentes) ya que con estos juegos, vamos a primar y favorecer la imaginación del niño.
Los Juegos y actividades creativos y cognoscitivos fomentan las ideas, ejercitan la ingenuidad y además potencian y sugieren la curiosidad del niño. Los elementos necesarios para desarrollarlos son los que el niño pueda manipular, transformar e utilizar; por ejemplo, los elementos naturales (arena, plastilina, árboles, madera, tierra, hierba, agua...) y también, tacos de madera, telas, gravas… Este tipo de material no convencional se debería vigilar y recogerse para asegurar su conservación y prolongar su uso.
Los Juegos tranquilos surgen de la necesidad que tiene el niño de jugar sólo, independiente y tranquilo. Este área se debe localizar en una zona tranquila y apartada, en la que el niño pueda estar aislado y ser reflexivo. Puede y debe haber materiales de madera y algún lugar reservado para los adultos dotado con bancos.A ese respecto se puede consultar: CARMONA VAN KEMPEN, M. (1992): “Suelos para la seguridad de los niños”. En Instalaciones Deportivas XXI. Nº 51,pp. 40-42. DOSSIER (1992): “Seguridad en los parques infantiles”. En Instalaciones Deportivas XXI. Nº 51,pp. 44-46.
A pesar de estas consideraciones, la realidad nos indica que gran parte de las zonas de juego que suelen encontrarse en parques de mayores dimensiones en el medio urbano, tienen la arena como único pavimento. A las desventajas enunciadas anteriormente, debemos añadir la necesidad de la colocación de un drenaje para evacuar el agua de lluvia. “… en las áreas de arena el drenaje debe ser de muy buena calidad y cada tipo de pavimento debe tener un drenaje específico” ( MASNOU, M. 1985: 18).
Bibliografía
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BURCHARTZ, B. (1995): “Aproximación teórica y práctica a los terrenos de juegos infantiles II”. En Apunts de Educación Física y Deportiva. Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña, Barcelona (INEFC), nº 39, pp. 67-75.
CARMONA, M. (1992): “Suelos para la seguridad de los niños”. En Revista Instalaciones Deportivas XXI, nº 51, pp. 40-44.
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C.O.D.E.J.- COMITÉ PARA EL DESARROLLO DE ESPACIOS DE JUEGO- (1981): “El terreno de aventuras un nuevo espacio de juego”. En Boletín de AETIDE, noviembre-diciembre, nº 19, pp 30-38.
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LÓPEZ MOYA, M.; ESTAPÉ, E. (2001): “Normativa sobre las instalaciones deportivas en los centros escolares”. En Deporte y cambio social en el umbral del siglo XXI” Investigación Social y Deporte, Asociación Española de Investigación Social Aplicada al Deporte (AEISAD) nº5, Librería Deportiva Esteban Sanz, S.L., Madrid, pp 437-450.
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SELLERS, J. (2000): “El caucho, ¿pavimento seguro para los parques infantiles?. En Revista Consumer, nº33, mayo, p.47.
NORMATIVA
REAL DECRETO 1004/91 de 4 de junio (B.O.E. 26-06-91), por el que se establecen los requisitos mínimos de los Centros que imparten enseñanzas de Régimen General no universitarias. Corrección de errores al R.D. (B.O.E. 18-07-91).
ORDEN de 4 de noviembre de 1991 (B.O.E. 12-11-91), por lo que se aprueban los programas de necesidades para redacción de los proyectos de construcción de centros escolares de Educación Infantil, Primaria, Infantil y Primaria, Secundaria Obligatoria y Secundaria Completa (en desarrollo del Real Decreto 1004/91).
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