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La historia de los tres campeonatos del mundo.
Crónicas desde adentro. Capítulo II: Malasia
Gerardo Salorio

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 50 - Julio de 2002

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    Comenzamos a realizar la entrada en calor entre los micros sin importarnos los objetos que caían por todos lados. Esto lo tomé como experiencia personal para futuros acontecimientos: cuando un equipo le demuestra a la gente que está fuerte en lo moral y nada lo va a llevar por delante, el público de a poco se va ir calmando.

    Ese objetivo se logró y terminamos dominando ampliamente en el primer tiempo ganando por un gol a cero. Cuando nos dirigimos a los vestuarios volvieron a arrojarnos objetos contundentes. El grupo se juntó en el centro del campo y sin desconcentrarse esperó el momento de calma para retirarse a los vestuarios.

    La batalla estaba ganada. Le habíamos demostrado a la gente que estabamos para llevarnos la victoria y nada nos iba a impedir que lográramos el objetivo. La segunda parte fue mucho mas fácil los nervios fueron consumiendo al equipo chileno y triunfamos por un contundente 3x0.

    La victoria final por el campeonato estaba a un paso y solamente necesitábamos conseguir un solo punto frente a Paraguay y si en el encuentro previo de Brasil y Uruguay se producía un empate podíamos darnos el lujo de perder por cuatro goles.

    El empate se produjo y el partido frente a Paraguay fue un mero trámite, y comenzamos ganando con un gol de Placente y hacia el final del primer tiempo nos empató Paraguay resultado que no se movió hasta el final del partido finalizando 1x1 y coronando a la Argentina con un titulo que no conquistaba desde el año 1967.

    Tuvieron que pasar treinta años y varias generaciones de futbolistas para que se pudiera estar lo mas alto del podio Sudamericano.


La preparación para el Mundial de Malasia

    A la llegada de Chile los jugadores retornaron a sus clubes y en los mismos, realizaron las diferentes pretemporadas.

    Poder citarlos a conformar entrenamientos recién se pudo realizar para el mes de abril ya que los diferentes compromisos con los clubes impedía desarrollar una tarea uniforme.

    Para el mes de junio previo al viaje a Malasia recibimos una invitación para disputar la Copa Havelange. La misma permitía que por espacio de diez días pudiéramos contar con todos los jugadores además de observar algunos cambios.

    La misma se disputaba en México con la participación de ocho equipos. A nosotros nos tocó la zona de Honduras, Jamaica y México. Viajamos con veinte jugadores pero con la particularidad que ya finalizada la primera semana del campeonato, debíamos mandar nuevamente a Buenos Aires a seis jugadores a cumplir diferentes compromisos con sus clubes.

    Podrán observar que para las semifinales y finales, el total del plantel era solamente de catorce, y esta anomalía que representaba para nosotros una gran sangría era la única posibilidad de poder efectuar la ultima prueba antes de confeccionar la lista definitiva.

    El primer partido lo disputamos frente a Jamaica, rival que resultó mucho más duro de lo pensado, logrando derrotarlo en la segunda parte 1x0. La actuación había resultado muy opaca y poco convincente a las expectativas del cuerpo técnico. En el segundo encuentro lo disputamos frente a Honduras, el rival mas débil de la zona al que derrotamos con suma facilidad por 5x0.

    Quedaba la definición frente a México para ver quien era el ganador del grupo, lo que representaba la comodidad de no enfrentar a Brasil que había quedado primero en su grupo.

    Nuestro rival contaba con un mejor coeficiente de goles ya que había goleado a Jamaica y esto le daba la posibilidad de que con el empate tenía la clasificación lograda y no cruzarse con el otro grande de Sudamérica.

    El encuentro fue arduamente disputado pero no pudimos quebrar la férrea defensa mexicana y finalizó el encuentro con 0x0. A partir de este momento nuestra chances comenzaban a disminuir, ya que seis jugadores titulares volvían a Buenos Aires a sus respectivos clubes.

    El rival que nos esperaba era Brasil con todos sus titulares y la sed de revancha que tenían luego del Sudamericano era grande. El partido tuvo un desarrollo altamente favorable para nuestros intereses ya que hasta los 42’ del segundo tiempo triunfábamos por 2x1, pero en el último minuto el referí inventa un penal lo que posibilita el empate y la posibilidad de que el partido se definiera por penales.

    En el encuentro se disputa cinco minutos de descuento, tiempo que recuerdo era sumamente excesivo y el ultimo minuto Brasil logra el tercer el gol y el partido finaliza 3x2.

    El ánimo a pesar de la derrota había quedado muy alto por el buen desarrollo observado en varios jugadores suplentes, lo que nos posibilitaba esperar el futuro mas confiados por la aparición de nuevos valores.

    El último partido lo disputamos frente a México y lo definimos con gol de oro lo que nos posibilitó finalizar dicho campeonato en la tercera posición. El torneo quedará en la anécdota ya que debe ser el primer equipo que luego de la primera ronda manda a seis jugadores a su país y define solamente con los cambios justos.

    Luego de esta experiencia internacional finalizó nuestra preparación para el Mundial de Malasia, pero faltaban algunas definiciones de orden interno como el confeccionamiento de una gira previa...


La gira previa

    Finalmente se adoptó la decisión de realizar dos partidos previos. La gira era realmente agotadora pero nos daba la posibilidad de probar los últimos movimientos de nuestro equipo.

Fonte di Trevi     Realizamos la primera escala en la ciudad de Roma. En este momento quiero detenerme para contarles una experiencia realmente fascinante. En las pocas horas que estuvimos, decidimos visitar La Fontana di Trevi, lugar donde miles de turistas piden tres deseos lanzando una moneda de espalda hacia la fuente.

    Les comento que uno me lo concedió: fue el de salir campeón del mundo por segunda vez; los otros me los guardo para mi intimidad.

    Durante la noche nos dirigimos hacia Asia donde nuestro primer destino era Corea del Sur. La idea era comenzar a aclimatarnos al cambio de hora que íbamos a tener durante la disputa del evento. La diferencia en total era de doce horas las cuales según el reloj biológico se deben cumplir en una hora por día.

    Iniciábamos una gira de diez días previos a nuestra llegada a Kangar, ciudad donde se efectuaría la primera parte de la eliminatoria a la cual teníamos previsto llegar una semana antes del comienzo del Mundial.

    A Corea llegamos dos días previos al partido, y realmente la aclimatación fue hartamente difícil porque a pesar de tomar medicación para conciliar el sueño, a las tres horas estabamos totalmente despiertos y era imposible continuar con nuestro descanso.

    Recuerdo que habíamos salido desde Buenos Aires con una serie de inconvenientes para poder contar con todos los jugadores necesarios. Se adoptó la decisión de llevar a un jugador más de lo que permitía el reglamento y quiero detenerme en estas líneas para expresar un recuerdo extraordinario hacia el futbolista Facundo Quiroga que a pesar de quedar fuera de la lista cumplió un lugar destacadísimo en el grupo aportando durante toda la estadía trabajo, humor y sobre todo un gran compañerismo.

    En Buenos Aires habíamos dejado a Placente que en esos momentos estaba disputando las finales por el ascenso con el club Argentinos Juniors. Como les dije anteriormente nuestro principal problema era el de contar con todos los jugadores para el armado del trabajo.


Mapa de Malasia

    Finalmente Placente se agregó a nuestro conjunto en la ciudad de Kangar ya que tuvimos la fortuna de que su club lograra el ascenso y pudiésemos contar con su presencia.

    En ese primer encuentro amistoso logramos un empate en un gol y nuestros últimos 20’ fueron realmente lamentables por la falta de adaptación al huso horario.

    Desde Seúl debíamos trasladarnos hacia la ciudad de Chanchun al norte Pekín en la República Nacional China. Recuerdo de ese momento el viaje largo que tuvimos que realizar y los cambios de aviones para poder llegar al lugar.

    El partido era esperado con mucha ansiedad ya que no se presentaba una Selección Argentina desde el año 1986. El lugar de alojamiento era imponente y el estadio tenía todas las comodidades. Recuerdo como anécdota que en el viaje hacia el estadio el DT Tocalli comenta en voz alta lo admirable de esa sociedad que se gobernaba con total tranquilidad ya que no se encontraba ningún policía en las calles.

    Nuestra sorpresa fue mayúscula al entrar al campo de juego y observar hacia las tribunas que las mismas estaban ocupadas solamente por policías. Preguntamos a los organizadores porque estaba ocurriendo ese hecho, y los mismos nos contestan que era el Día de la Policía y la ciudad les realizaba un homenaje con ese partido, por lo tanto solo estaban autorizados a presenciar el partido los componentes de la fuerza.

    La carcajada del grupo fue mayúscula y no salíamos de nuestro asombro al ver 70.000 policías prolijamente sentados junto a su gobernador, que además les entregaba diferentes distinciones a los mas destacados.

    El partido tuvo un cause realmente atrayente y muy disputado finalizando con un triunfo de Argentina de 3x2. Recuerdo que decidimos no bañarnos en el estadio y nos retiramos junto a todo el público que lo abandonaba. Las muestras de cariño hacia nosotros por momentos nos resultaban graciosas, debido a que comentábamos que si la misma situación ocurriese a la salida de un estadio argentino, no sería igual.

    Al día siguiente comenzábamos nuestro movimiento hacia el destino final no sin antes pasar por otro viaje agotador que era volver hacia Pekín y esperar un vuelo que nos transportara hacia Kuala Lumpur, capital de Malasia y desde ese lugar tomar otra combinación hacia Kangar situada a 70 Km. de Tailandia.

    Lamentablemente un retraso del avión provocó perder la combinación hacia Kangar y tuvimos que hacer noche en la capital esperando el primer vuelo de la mañana. Eso nos demandó innumerables inconvenientes ya que tuvimos que conseguir un hotel a las 2 de la mañana y programar un entrenamiento en el parque antes de la salida de nuestro vuelo.

    Luego de pasar todos estos inconvenientes nos encontrábamos en la agrícola ciudad de Kangar, a siete días del comienzo del Mundial.


Comienza el Mundial

    La etapa de los amistosos había finalizado, y la lista de 18 jugadores ya había sido confeccionada. La cuenta regresiva hacia el primer encuentro empezaba y la zona que nos había tocado en los papeles no parecía complicada.

    La componían Hungría, que había finalizado en tercera posición en el campeonato Europeo, en segundo lugar Canadá subcampeón de la Concacaf, y por último Australia, campeón de Oceanía.

    Lo mas problemático fue adaptarse al clima, una mezcla de humedad con calor por arriba de los 35º lo que provocaba que los entrenamientos se realizaran muy temprano por la mañana y luego de la cinco de la tarde.

    El debut era frente a Hungría que además del problema de ser el primer partido del mundial (que implica la mezcla de nervios y ansiedad de empezar a jugar un campeonato del mundo) el horario que nos colocaron era el de las 15 horas.

    Recuerdo nuestros sacos empapados y la sofocación que rodeaba el banco de Argentina.

    El partido logramos resolverlo rápidamente colocándonos 1x0 a partir de los 8’ y luego fuimos regulando el partido finalizando con un cómodo 3x0.

    El primer paso se había realizado con autoridad y el desgaste que se había efectuado fue el mínimo ya que el desarrollo del partido se había ejecutado con facilidad.

    El segundo encuentro debíamos disputarlo frente a Canadá, un rival que en su primer partido no había demostrado un gran potencial. También contábamos con la ventaja de jugar de noche lo que representaba una reducción de casi 10º de temperatura. El juego tuvo mas imprevistos de lo esperado finalizando la primera etapa 1x1. Recuerdo la llegada a los vestuarios, el desconcierto de los jugadores era reflejo en sus rostros. El papel de José Pekerman cumplió como de costumbre un rol principal en las diferentes ejecuciones de los planteos tácticos.

    Siempre utilizo una frase de cabecera: ¡si el equipo llega al vestuario empatando seguramente luego de sus consejos lo terminara ganando o si entra ganancioso no terminara el encuentro con un resultado desfavorable!.

    Su manera de hablar es tan simple que es fácil para los jugadores poder plasmarlo rápidamente en el campo de juego.

    A los 30’ del segundo tiempo logramos el gol de la victoria, conquista que nos daba la posibilidad de obtener la clasificación para la segunda ronda, además de cuidar a algunos jugadores que tenían alguna amarilla o estaban bajos de peso por el clima reinante.

    El tercer partido era frente a Australia, rival que venía a intentar la clasificación, y el empate nos favorecía logrando mantener el primer puesto en la zona, además de poder mantenernos en el mismo lugar de residencia sin tener que viajar a otra ciudad.

    El juego tuvo un trámite espectacular, pero nuestro rendimiento quizás por haber obtenido la clasificación con anterioridad no logramos una gran concentración y al termino del primer tiempo nos encontrábamos 1x3 abajo, en el marcador.

    La charla en el entretiempo realmente fue muy dura lo que transformó a la segunda parte en algo hermoso. Faltando 4’ logramos el empate en 3 goles, pero no iban a finalizar las sorpresas ya que en el tercer minuto de descuento el arbitro favorece con un penal a Australia que coloca un resultado final de 4x3 en su favor.

    Esto trastocaba todos nuestros planes, porque además de tener que mudarnos ese segundo puesto nos colocaba en la llave más difícil del torneo.

    Recuerdo que nos acostamos muy tarde analizando los porqué de semejante derrota. La reunión en la habitación de José Pekerman duró hasta las cinco de la mañana y en dicho lugar comenzamos a elaborar la estrategia para lo que continuaba.

    La nueva ciudad donde íbamos a comenzar nuestra segunda etapa se llamaba Johor Baharu y tenía la particularidad de estar situada frente a Singapur, y el rival que nos esperaba era la temible Inglaterra con Michael Owen a la cabeza.

    Nuestra salida se efectúo muy temprano a las siete de la mañana. Comenzamos el nuevo recorrido hacia esta nueva esperanza.

    Malasia tiene la particularidad de ser dos islas que limitan por un estrecho que tiene integración con el mar de la China. La gobiernan cinco sultanes que en forma rotatoria cada cinco años van ocupando el cargo de jefe de gobierno. Además cuando se realiza el cambio de isla se debe realizar el trámite correspondiente en la aduana.

    Llegamos al hotel luego de un viaje agotador a las dos de la tarde lo que nos permitió una comida muy rápida para luego tratar de dormir algunas horas. A última hora, luego de la merienda, salimos a realizar nuestra única practica la cual consistió en un reconocimiento al estadio donde de iba a disputar el encuentro.


La noche previa a un enfrentamiento con Inglaterra

    Miles de imágenes suelen estar en la cabeza de cualquier argentino que se encuentra frente a la posibilidad de enfrentar a Inglaterra luego de los sucesos de Malvinas. El mismo tiene un sabor especial pero diferente de un Argentina - Brasil. En mi caso particular lo único que me obsesionaba era pasar la ronda como se pudiera.

    No consideré la dimensión hasta después del encuentro, donde gran cantidad de periodistas nos ponían en contacto con Buenos Aires, además de que el Presidente de la Nación se pusiera al habla con nuestra delegación por el triunfo obtenido.


Las mieles del triunfo

    El trámite del encuentro tenía un aditivo especial. Era el enfrentamiento de dos futuras promesas que luego se transformarían en una gran realidad. Se encontraban por Argentina Aimar y por Inglaterra Owen.

    Dos prominentes figuras que tendrían en el encuentro un duelo aparte del cual salió triunfador Aimar convirtiendo un verdadero golazo, eclipsando la actuación de Owen que fue opaca, absorbida por una inteligente telaraña tejida por nuestro mediocampo.

    El cotejo finalizo 2x1 a favor de Argentina, la cual sufrió algunos sustos en los últimos 10’ por centros que encontraban en algunos momentos mal parados a nuestros defensores. Pero el festejo duró muy poco porque a las 72 horas nos esperaba el gran clásico sudamericano Argentina-Brasil. Recuerdo que los cariocas habían pasado su clasificación enfrentando a Bélgica y derrotándola por 10x1!!!.


Otro viaje más

    Las valijas ya estaban preparadas. En esta etapa siempre hay que tenerlas listas, porque solo hay dos opciones: si se gana se sigue y si se pierde nos volvemos hacia nuestro país.

Rodríguez, Salorio, Riquelme y Samuel     La nueva ciudad se llamaba Kuching, que en el idioma Malayo significa gato. En ese lugar Brasil había establecido su sede de la cual no se había movido por haber logrado su zona y esperaba a sus rivales hasta semifinales.

    El lugar era algo realmente imponente, la estructura hotelera se encontraba enmarcada en un gran morro el cual poseía de frente al mar de la China.

    El hotel tenía un aspecto imponente, con más de mil habitaciones, desparramadas por diferentes pabellones. Todos estos corredores tenían hacia sus costados pequeñas selvas en las que en las caminatas nocturnas se escuchaban innumerables sonidos de diferentes animales.

    Pude informarme que es uno de los lugares que la humanidad conserva en su estado natural por el cuidado de la ecología.

    Realizamos solo dos entrenamientos que fueron efectuados en el mismo estadio donde se iba a realizar el encuentro.

    Brasil llegaba con una moral muy alta goleando a todos sus rivales y nosotros realizando un campeonato alternando buenos pasajes de buen juego con algunos malos.


No era un clásico más

    El partido debía disputarse en un horario realmente insólito. Por el calor que había en el lugar (el sol era una bocanada de fuego sobre nuestra nucas) a las 16 horas de ese día.

    Al salir a efectuar el reconocimiento al campo de juego nos encontramos con un estadio imponente embanderado del color verde amarillo y un coro que repetía Brasil todo el tiempo. Solamente observe dos banderas argentinas en los costados de las plateas que eran enarboladas por los familiares de los jugadores.

    La entrada en calor la realizamos en una pequeña franja de 30 metros en la cual había una tenue sombra.

    Esperábamos esa entrada en conjunto dando voces de aliento para tratar de amilanar con nuestros gritos al rival. La explosión del estadio a la salida de los equipos hizo retumbar a nuestros oídos. Parecíamos los gladiadores de la antigua Roma que estaban preparados para matar o morir.

    El partido tuvo un trámite parejo en el primer tiempo donde los dos equipos en un juego muy pausado se alternaban el dominio territorial. Los dos conjuntos jugaban espaciosamente sus fichas tratando de resguardar energías para el final, en el cual nos esperaba una alucinante alegría.

    En la segunda parte sobre los 30’ tomó una pelota el gringo Scaloni y en posición de ocho comenzó a gambetear jugadores brasileños y desde una posición cerradísima convirtió el primer gol del encuentro.


Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 8 · Nº 50   sigue Ü