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La historia de los tres campeonatos del mundo.
Crónicas desde adentro. Capítulo II: Malasia
Gerardo Salorio

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 50 - Julio de 2002

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Homenaje en la cancha de River a la vuelta de Malasia:
Manolito (el utilero, ya fallecido), Lamas, Tocalli,
Pekerman, Urtazún, Salorio y Villani


    Recuerdo que desde la posición de nosotros, nos dimos cuenta del gol cuando vimos que se inflaba la red y en el estadio se produjo un uhhh! demostrando lo espectacular de la jugada. Solo festejaban esa pequeña franja de argentinos que se apiñaban junto a las dos banderas argentinas.

    Pero las emociones no finalizaban en esta jugada, ya que sobre los 44’ Pérezlindo, que había ingresado en los minutos finales logra interceptar una pelota en el medio campo y en una corrida espectacular con tiro desde 25 metros convirtió el segundo gol.

    Recuerdo que en nuestro banco se produjo un desbande generalizado donde cada uno de nosotros salió disparado en diferentes direcciones a festejar el gol, rompiendo una de las tradiciones que el grupo respetaba a muerte que era el abrazo corporativo que efectuaba todo el cuerpo técnico.

    En mi caso particular salí corriendo hacia mi izquierda por la pista de atletismo, hasta arrollidarme y mirar hacia el cielo y expresar la frase “Dios, gracias por hacerme Argentino” y gritar por espacio de casi un minuto el gol que nos colocaba en semifinales. Ese triunfo nos posibilitaba obtener lo mas anhelado para un profesional, que es poder triunfar sobre Brasil.

    Los minutos de descuento sirvieron para continuar con abrazos con los demás compañeros.

    El resultado estaba garantizado y el festejo que nos esperaba en el vestuario fue similar a la obtención de un campeonato. Luego de pasar unos 15’ donde gritos y llantos se fueron entremezclando se logró la calma deseada para poder realizar los ejercicios de elongación, porque a las 72 horas nos esperaba Irlanda.

    Pero en ese vestuario había dos personas que estaban altamente preocupadas y lentamente me fui acercando hacia ellos y les dije ¿muchachos no están contentos? ¡le acabamos de ganar a Brasil!.

    Sabes que pasa, me contestaron a coro, con las dos últimas amarillas nos quedamos sin los dos centrales titulares para el próximo partido.

    Esos dos genios eran Pekerman y Tocalli que a pesar de obtener el triunfo más resonante del campeonato, no podían hacerse una pausa para el festejo, lo que demuestra la ingrata actividad que tienen los técnicos que a los cinco minutos de finalizar el encuentro se deben preocupar en el próximo rival.


La semifinal

    Nos esperaba Irlanda, equipo que no tenía grandes antecedentes pero con un juego compacto se había transformado en la sorpresa del campeonato.

    Teníamos a favor que no viajábamos, dado que habíamos heredado la sede de Brasil, lo que nos permitía por primera vez en el campeonato no realizar las valijas para salir para la próxima sede.

    Los técnicos seguían con sus grandes dudas para suplantar a Samuel y Cufré, dos jugadores que hasta esa altura del campeonato habían tenido actuaciones notables.

    La decisión final que adoptaron fue la de colocar a Fabián Cubero de primer central puesto que no había actuado nunca y que su desempeño era siempre de volante central.

    El segundo marcador central elegido fue Diego Placente, el cual en divisiones inferiores se había desempeñado en esa función.

    El partido fue de un trámite donde Argentina tuvo un dominio general del campo pero sin obtener muchas posibilidades de gol. El mismo llegó luego de una serie de rebotes donde Sebastián Romero solo tuvo que empujarla hacia la red.

    El triunfo no tuvo la brillantes del anterior pero ese gol nos sirvió para colocarnos en nuestra segunda final mundial.

    Había un solo rival que preferíamos evitar, el mismo era Uruguay, que a lo largo de todos los partidos nos había complicado.

    El otro encuentro semifinal se disputaba por la noche y era el enfrentamiento entre Ghana y Uruguay. El match tuvo un juego alucinantes y con constantes cambios en el marcador. Finalmente en el alargue triunfó Uruguay por 4x2, lo que lo colocó en la final del campeonato. Otro clásico nos esperaba y este era el del Río de la Plata.


Kuala Lumpur... hacia allá vamos

    Otro viaje más nos esperaba, pero este tuvo un sabor diferente porque la ansiada final la habíamos logrado.

    El ultimo entrenamiento lo realizamos por la mañana en la ciudad de Kuching viajando por la tarde a última hora. Recuerdo que volamos con una tormenta impresionante y el avión se movía como un papel. En dos oportunidades se produjeron dos pozos de aire impresionantes, las caritas pálidas de todos nosotros eran increíbles y solamente recuperamos la calma cuando tocamos suelo en la capital Malaya.

    En ese instante me dirigí hacia un jugador y le dije la siguiente frase “Si Dios nos mantuvo vivos es porque el próximo domingo nos va entregar el campeonato”.

    Uruguay esperaba en el lugar. Había conformado el grupo de Malasia y al obtenerlo le tocó en suerte jugar siempre en el mismo lugar y no realizar ningún viaje en todo el torneo.

    Los dos días anteriores al partido no alteraron la rutina tradicional antes de un juego tan importante; solamente realizamos ejercicios muy livianos y no se efectuaron movimientos tácticos. Las reservas de los dos técnicos eran absolutas y solamente ellos sabían la formación del equipo.


La final

    Las dos delegaciones salimos al mismo tiempo ya que habitábamos el mismo hotel. Yo tenía la cábala de preguntarle arriba del bus la formación del equipo para luego pasarla a la parte administrativa para confeccionar la planilla.

    La rutina la realizaba sin ningún papel porque el equipo lo conocía de memoria y todo era para seguir la cábala de comienzo de campeonato. Al dirigirme a Pekerman y realizarle la pregunta habitual, éste me preguntó ¿tenés papel para escribir?. No, le contesté. Si siempre salimos igual...

  • Te aconsejaría que tomes alguno porque hay una serie de cambios, me contestó. Del equipo salen Aimar y Markic. La sorpresa mía iba expresándose en mi rostro hasta que la respuesta salió como un latigazo.

  • Les vamos a jugar diferente y les vamos a pelear en terreno de ellos. Le cambiaremos nuestra manera de movernos para tratar de confundirlos y que tengan que mover sus estructuras.

    La jugada era realmente fuerte dado que sacaba al capitán de equipo y a una de las figuras del campeonato, pero José es siempre de sorprendernos y seguramente algún as debajo de su manga debía tener.

    El comienzo del encuentro no fue de lo mejor ya que a los 10’ del primer tiempo nos encontrábamos un gol abajo, pero lentamente fuimos encontrando el cause del partido y antes de la finalización del primer tiempo logramos dar vuelta el marcador colocándonos 2x1.

    La segunda parte con la entrada de Aimar nos encontró como absolutos dominadores del juego y logramos lo fundamental de un partido que es el control de la pelota, no sin antes pasar algunas zozobras en los minutos finales, donde salvamos un par de pelotas en la línea final. La frase de deseo que había expresado en mi ultimo viaje en avión se hacia realidad...

    “Dios nos había dejado vivos porque tenia para nosotros el premio de ser nuevamente campeones de mundo”.


Epílogo

    Este fue el triunfo de un grupo de jugadores que debió luchar con las comparaciones del periodismo con el grupo de Qatar, que supo tener un estilo propio, cuya mayor virtud era el desenfado de la creación. Que escribió su propia historia y aportó el 100% de ese equipo para abastecer los planteles del campeonato argentino, además de aportar su talento en equipos europeos y a nivel de selección mayor. Estos auténticos “caraduras” del buen juego lograron su objetivo con la mismas convicciones que tuvieron desde el comienzo de este trabajo.

    Me dejó la enseñanza que todos los grupos no son iguales y que la misma receta no sirve para ocasiones diferentes.

    Hacia ellos va mi agradecimiento por todas las locuras que pude vivir al lado de ellos y tener la satisfacción de disfrutar mi segundo Campeonato del Mundo al lado de una camada de jugadores excepcionales y por sobre todas las cosas, buenas personas.

Selección Argentina


Notas

  • Integraron el equipo: Pablo Aimar, Esteban Cambiasso, Fabián Cubero, Leandro Cufré, Nicolás Diez, Leonardo Franco, Diego Markic, Cristian Muñoz, Martín Pérezlindo, Diego Placente, Diego Quintana, Facundo Quiroga, Juan Román Riquelme, Pablo Rodríguez, Bernardo Romeo, Sebastián Romero, Walter Samuel, Lionel Scaloni y Juan Serrizuela

  • Las fotos pertenecen al archivo personal del Prof. Salorio.

  • El mapa es de http://travelamap.com/asia/malasya.htm


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