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Análisis diacrónico de la
acción de juego en fútbol

   
*Instituto Vasco de Educación Física, IVEF-SHEE
Universidad del País Vasco
**Departamento de Psicología Social y de la Personalidad
Universidad de Málaga
 
 
Julen Castellano Paulis*
Antonio Hernández Mendo**

mendo@uma.es
(España)
 

 

 

 

 
Resumen
    Compartimos la idea de que el fútbol es un juego fluido (Hughes, 1988), “con la movilidad como uno de los principios del juego” (Nicholls, McMorris, White & Carr, 1993, p. 190). Llevar a cabo una observación rigurosa del juego puede resultar muy complicada, y será tanto más compleja a medida que queramos abarcar y profundizar más sobre ciertos aspectos de la acción de juego. El flujo conductual en el fútbol guarda seguramente un orden que necesitamos conocer si queremos acercarnos a una mejor comprensión de la ‘dinámica’ del juego en el fútbol. Por esa razón, el registro de las conductas de jugadores y equipos, haciendo referencia a la dimensión temporal, debe mantener su configuración de origen, el orden. Las conductas ocurren en el juego con una cierta cadencia, que no sabemos si se ajusta a un hecho azaroso o sigue unos patrones que se repiten con tanta asiduidad en el juego que permite ser considerados constantes. La búsqueda de transiciones entre los diferentes acontecimientos del juego es lo que en este artículo pretendemos acercar a los lectores.
    Palabras clave: Análisis diacrónico. Fútbol. Transición.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 49 - Junio de 2002

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1. Introducción

    La mayoría de los estudios que se han realizado sobre el fútbol tienen una orientación descriptiva, cuyos resultados se fundamentan, sobre todo, en análisis de frecuencias y/o porcentajes de los acontecimientos registrados: frecuencia de posesiones de balón que comienzan en una determinada zona del terreno de juego, frecuencia de pases contenidas en las posesiones que tienen la consecución del gol, frecuencia de contactos con el balón realizados por el jugador que finaliza la acción con un tiro que supone un gol, frecuencia con que los jugadores golpean el balón en el transcurso de un partido, frecuencia con la que llega un equipo con el balón al área rival, frecuencia con que se tira a portería en un partido, frecuencia con la que se utilizan ciertos tipos de ataques rápidos e indirectos, frecuencia con la que se interrumpe el juego y sus causas, que amplitud de espacio abarca un jugador en el transcurso del juego, que frecuencia de posesiones de balón que acaban en gol son iniciadas con balón en juego o balón parado, etc., que como decimos, representan fundamentalmente, cantidad.

    Pero estos estudios que analizan únicamente frecuencias de los acontecimientos, dejan de incluir un aspecto clave en el juego, como es el temporal. El encadenamiento de los hechos que van ocurriendo, a través del registro continuo, pone sentido a los acontecimientos del juego en el fútbol, los ordena. Estudios que llevan a cabo investigaciones sobre cadenas conductuales en el fútbol (Hernández Mendo, 1996; Ardá, 1998; Castellano y Hernández Mendo, 1999; Castellano, 2000) aportan un mayor grado de significación en el juego, y, en consecuencia, una mayor utilidad para entrenadores o preparadores. Aparentemente ocultos se hallan en el juego multitud de aspectos que se repiten una y otra vez. Son elementos que se dan con cierta cadencia en el transcurso de la competición, y la cronología de los acontecimientos, así como su secuencialidad, guardan en este apartado una gran relevancia. Un proceso de análisis secuencial es un tipo particular de proceso probabilístico donde cada uno de los eventos conductuales de una cadena es dependiente tanto del evento inicial (conducta criterio) como de los eventos anteriores (Gorospe, 1999). Los autores consideran la competición deportiva del fútbol como un proceso secuencial en el que el próximo evento de conducta está condicionada por la conducta de inicio (categoría criterio) -siempre que se consideren retardos positivos- y el evento antecedente. La secuencialidad de los acontecimientos asume independencia y considera la probabilidad de transición de un evento a otro como dependiente de la información contenida en el evento presente, y, que además, no cambia con el tiempo, sabiendo que las probabilidades de la transición entre dos eventos no puedan diferir en dos momentos temporales distintos (Hernández Mendo y Anguera, 2001).

    Identificar las rutas que toma la interacción entre los equipos en el juego nos permite conocer cuáles son precisamente los caminos que resultan más aconsejables para llevar a cabo, con mayor efectividad, el proceso ofensivo o defensivo del equipo en el enfrentamiento. En definitiva, nos permite estimar aquellas cadenas de conductas que ocurren con mayores probabilidades que las estimadas por el azar, es decir, nos acercan de una forma más pertinente a la compresión de la dinámica diacrónica de la acción de juego en fútbol. Estiman acontecimientos del juego que se producen con mayor probabilidad que el azar en ciertos contextos, o también, cómo ciertas conductas son excitatorias o inhibitorias con respecto a otros que les suceden o anteceden. La información ofrecida por el registro de frecuencias de las conductas a observar de forma secuencial, supone un paso sustancial en el análisis de la acción de juego en el fútbol. El registro de forma ordenada no ha de suponer prácticamente ningún costo (material y humano) suplementario, y por el contrario, la información que se puede obtener de las transiciones de los acontecimientos, lo justifican. La importancia del parámetro orden y las implicaciones analíticas derivadas han hecho decantarnos por esta elección, que entendemos aportan una mejora cualitativa en la descripción microanalítica del fútbol.

    A diferencia del modelo propuesto por McGarry y Franks (1996), que está desarrollado a partir de un análisis secuencial de tipo Markoviano, el trabajo que aquí se presenta se construye siguiendo el modelo propuesto por Hernández Mendo y Anguera (2001), es decir, a través de un análisis secuencial de retardos. La diferencia entre las técnicas de ambos modelos se manifiesta en que, mientras que en las cadenas de Markov sólo se produce una dependencia de la conducta anterior, en el análisis de retardos podemos predecir, de forma interpretable, varios retardos (Gorospe, 1999).


2. Método

    Este trabajo continúa la línea innovadora comenzada hace unos años por la Metodología Observacional aplicada a los contextos de los equipos deportivos (Hernández Mendo, 1996, Ardá, 1998, Gorospe, 1999). De modo novedoso el Diseño Observacional que se plantea -diseño diacrónico intensivo de pluralidad de unidades- lo situamos dentro del cuadrante IV de los propuestos por Anguera (1997). Se ha realizado un análisis secuencial de retardos, y un análisis de generalizabilidad aplicado a la calidad del dato.

    Las medidas de secuencialidad permiten establecer relaciones de dependencia en el flujo de las conductas emitidas por un individuo o más al mismo tiempo. Con este tipo de análisis se busca identificar la probabilidad de transición entre conductas por encima de lo determinado por el azar (Sackett, 1979). Esta probabilidad no implica relaciones lineales directas entre dos eventos seguidos uno del otro en el tiempo. La relación no debe verse desde el punto de vista determinista o predictivo, sino desde el punto de vista probabilístico o estocástico, es decir, el primer evento es simplemente el antecedente y el otro el consecuente, con cierto grado de probabilidad. El análisis de secuencialidad requiere del concepto de ‘seguimiento’ de las conductas, es decir, un registro continuo de los acontecimientos sin que existan resquicios temporales en su codificación.

    Los diseños secuenciales se resuelven, entre otras técnicas, mediante la Técnica de Retardo (Sackett, 1978 y Anguera, 1992). Esta estrategia permitirá descubrir la existencia de patrones conductuales “que se suceden con mayor cohesión que el mero azar” (Anguera, 1990, p. 202). El análisis secuencial puede ser aplicado para cualquier situación de investigación donde las acciones categóricas sean medidas en una secuencia ordenada de acciones o de tiempo. La técnica de retardos, es una técnica utilizada en el análisis secuencial para cuyo cálculo, a partir de una conducta considerada por hipótesis como posible inicializadora o desencadenante de las que le siguen (denominada conducta criterio), se elabora una tabla de frecuencia de retardos, pudiéndose así conocer en cada retardo cuáles son las conductas excitatorias o activadoras y, por tanto, entender que existe entre sí una fuerza de cohesión superior al mero encadenamiento por azar. A modo de gráfico podemos explicar cual es el funcionamiento de la existencia de una cierta transición excitatoria (figura 1).

Figura 1. Representación del análisis de retardos.

    Como podemos apreciar a partir de una conducta criterio se pueden suceder otras conductas en los retardos siguientes: a) Retardo 1 significaría que la conducta a este nivel sucede inmediatamente posterior a la conducta criterio o de inicio; b) Retardo 2 significaría que la conducta a este nivel sucede en un segundo nivel posterior a la conducta criterio o de inicio; c) Retardo 3 significaría que la conducta a este nivel sucede en un tercer nivel posterior a la conducta criterio o de inicio. Este tipo de análisis es realizado desde una perspectiva prospectiva (se analizan retardos positivos: 1, 2, 3...), es decir, desde la conducta criterio hacia delante (que ha sucedido a partir de la conducta criterio).

    Además el análisis de retardos puede realizarse, también, a través de una perspectiva retrospectiva (se analizan retardos negativos: -1, -2, -3...), es decir, desde la conducta criterio hacia atrás (que ha sucedido hasta llegar a la conducta criterio). La direccionalidad de las transiciones secuenciales debe guardar una lógica dentro de la dinámica del juego. Habrá conductas o categorías que sólo puedan ser analizadas desde el punto de vista prospectivo o retrospectivo, mientras que otras, y debido a su ubicación dentro del continuum del juego, permiten un análisis doble desde las dos perspectivas, prospectiva y retrospectiva. Por ejemplo, la consecución de un gol puede llevarnos a realizar un tipo de análisis desde la perspectiva retrospectiva, pues nos interesa conocer cuales han sido las conductas que se han desarrollado hasta conseguir el gol. Por otro lado, nos podría interesar conocer cuales son las conductas más probables que siguen a la ejecución de un saque de banda, lo cual nos llevaría a realizar un análisis de transiciones desde el punto de vista prospectivo.

2.1. Estructura del sistema categorial

    La herramienta de observación ad hoc utilizada está basada en la combinación de sistemas de categorías y formatos de campo, denominada SOCCAF (Castellano, 2000). La configuración de los sistemas de categorías de cada uno de los criterios será exhaustivo y mutuamente excluyente (EME). Se confeccionó a través de la combinación de todas las conductas de varias dimensiones para cada criterio, de forma que, gracias a forzar la unidimensionalidad, dio como resultado un sistema de categorías EME, donde se incluyen todas las conductas posibles de la situación a estudiar, sin dejar opción a nuevas incorporaciones.


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