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Estructura, usos y funciones del cuaderno del alumno |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 49 - Junio de 2002 |
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Las actividades que se proponen para el aprendizaje de contenidos actitudinales siguen la misma lógica del resto de las tareas que describimos, pero centramos la atención en lo actitudinal (en el desarrollo de un juego, en vez de centrarnos en cómo se desmarcan y cómo cubrimos a los delanteros, nos fijamos en quiénes reciben los pases y por qué, quién hace esfuerzos por desmarcarse y quién no, etc.), con lo cual el cuaderno sigue cumpliendo una misión de anotar lo que se quiere aprender con la propuesta (además de la propuesta), recoge información durante la acción para su posterior uso en la reflexión y retoma datos de la reflexión. Cuando menos, actúa en el apartado más conceptual del aprendizaje de los contenidos actitudinales.
En definitiva, reconocemos que la práctica es imprescindible y básica en nuestra área para el aprendizaje de los diferentes contenidos, pero consideramos también ciertas las conclusiones de algunas investigaciones (Pozo, 1999: 320) en las que se muestran que los efectos de la práctica no dependen tanto de la cantidad que se haga como de la naturaleza de lo que se haga durante esa práctica. En este sentido, el uso del cuaderno puede, en ciertas circunstancias, disminuir el tiempo de práctica, pero a cambio nos permite que ésta se aproveche mejor para el aprendizaje de lo que se quiere enseñar. El cuaderno del alumno en el Momento de Despedida
De forma general, podemos decir que en el Momento de Despedida se hace un último repaso de lo que se ha estado trabajando. Sentados tranquilamente en los bancos, y con el cuaderno como guía, se repasan los principales acuerdos y se completan las cuestiones que no quedaron claras. Es un momento en el que de forma superficial se les puede adelantar cuáles van a ser los aprendizajes y tareas que se van a llevar a cabo el siguiente día. Y, por supuesto, es un buen momento para proponer al alumnado el trabajo personal para casa. Todo esto quedaría recogido en el cuaderno y en la próxima sesión se retomaría durante el Momento de Encuentro, con lo cual empezaríamos un nuevo ciclo. Aportaciones personales
Referente al uso del cuaderno durante el tiempo que discurre entre sesión y sesión, recordamos que lo hace a través del apartado de Aportaciones personales.
Se trata de tareas concretas que se realizan fuera de clase y que relacionan los aprendizajes escolares con las necesidades de la vida real y cotidiana. También ayuda a que el tiempo que transcurre entre sesión y sesión no sea un handicap para dar continuidad a nuestro trabajo.
Durante el desarrollo de la tarea el cuaderno es el guía de esa actividad, pero también es el notario de los aprendizajes y datos que se recaban durante la ejecución de la misma. 2.2.3. El cuaderno del alumno en la evaluación de la unidad didáctica
Finalizamos nuestras aportaciones con respecto a la estructura, usos y funciones del cuaderno durante cada Unidad Didáctica considerando el cuaderno y la evaluación.
Cada Unidad Didáctica acaba con una prueba teórico-práctica que debe permitir al alumno tomar consciencia de lo que ha aprendido y de lo que no; al profesor conocer lo que ha sido capaz de enseñar a cada alumno y las razones por las que no ha sido posible una enseñanza más amplia; y seguir aprendiendo a aprender al alumno y a aprender a enseñar al profesor.
El cuaderno ayuda a que la prueba teórico-práctica cumpla estos objetivos si el alumno lo ha hecho para aprender y no para aprobar; si el profesor desarrolla su práctica teniéndolo en cuenta como instrumento de aprendizaje; si el profesor hace correcciones puntuales con la idea de que el alumno pueda aprender más con el cuaderno y no con intención de calificarlo; si es posible que el alumno pueda usarlo durante el desarrollo de la prueba con la idea de que está aprendiendo de nuevo y de que los resultados de la misma “también” sirven para que pueda enseñársele más y mejor; y si, después de la prueba, todavía es posible que a través del cuaderno puedan concretarse y precisarse más los aprendizajes que se han llevado a cabo durante la Unidad Didáctica. 3. El cuaderno del alumno en la mejora del área y de la profesión
Atiendo ahora a la segunda dimensión del saber creado durante nuestra investigación. Es decir, narro lo que ha significado el proceso para nuestro desarrollo profesional y para la evolución del diseño curricular del área.
En cuanto al desarrollo profesional, podemos decir que diseñar y concretar la idea de cuaderno que hemos expuesto:
Nos ha permitido perseverar en la creencia de que nuestra responsabilidad como docentes va más allá de la aplicación de las técnicas que otros “inventan” y comercializan y hemos sido capaces de diseñar un instrumento cuyo uso supone que cada inicio de un nuevo curso se abra una nueva oportunidad de perfeccionamiento profesional.
Nos ha permitido actuar como creadores de currículum y como profesionales que entienden que enseñar es ajustar la ayuda a las necesidades y posibilidades de cada alumno. La presencia del cuaderno nos ha ayudado que en cada nueva Unidad Didáctica nos hayamos reafirmado como tales profesionales.
Nos ha mostrado la formación docente como un proceso que requiere el análisis y la reflexión conjunta. Esto ha permitido que hayamos adquirido el hábito y la cultura de compartir y hacer públicas nuestras prácticas. El cuaderno facilita que nuestras actuaciones sean públicas, que traspasen la privacidad y que cualquiera pueda acceder al cómo enseñamos en el área de Educación Física, lo cual aumenta las posibilidades de compartir nuestras formas de hacer con otros profesionales.
En cuanto al desarrollo curricular del área, afirmamos que diseñar y concretar nuestra idea de cuaderno descrita:
Nos ha obligado a realizar ajustes entre lo que consideramos importante enseñar, aprender y evaluar y lo que es posible enseñar en cada contexto y circunstancia. Y es que, enfrentarse a cada nuevo curso usando el cuaderno obliga al profesor a clarificar el qué y el cómo se enseña, aprende y evalúa en Educación Física.
Nos ha enseñado que el qué se aprende y el cómo se consigue va tomando forma en cada situación y en cada individuo. El cuaderno ayuda a que el currículum adquiera tintes de individualización y de respeto a las posibilidades de cada alumno.
Nos ha permitido hacernos con un importante número de prácticas que enriquecen y facilitan el intercambio y la relación con otros colegas interesados en el desarrollo curricular. Cada cuaderno se convierte en un documento que acredita y especifica el currículum llevado a la práctica, pues recoge procesos concretos de intervención práctica.
4. ConclusionesPara concluir, afirmamos que nuestra idea de cuaderno del alumno se caracteriza por una estructura estructurante que se justifica desde un modo de interpretar la Educación Física en la práctica y que, con las precauciones y usos expuestos, facilita:
La tarea de enseñar desde el momento en que da la oportunidad de diversificar las posibilidades de actuación.
La tarea de aprender puesto que permite que el alumno tome parte activa en el proceso.
La tarea de evaluar en el sentido que permite recoger abundante y diversa información del alumno, del profesor y del proceso en diferentes momentos y situaciones del curso.
La tarea de investigación, pues lo escrito en el cuaderno se convierte en una prueba del proceso. Para que el cuaderno ofrezca información es necesario saber interrogarlo de modo adecuado y esto va unido al desarrollo profesional.
El desarrollo curricular del área puesto que es difícil hablar de un cuaderno del alumno sin ir aclarando a la vez lo que se pretende enseñar en el área y cómo lo abordamos.
El cambio de mentalidad de los diversos colectivos, pues el cuaderno se muestra como un embajador especial de una metodología que provoca situaciones conflictivas cuyas soluciones van produciendo un lento, pero inexorable avance en las formas de acercarse al área de Educación Física.
Notas
Muchos de estos datos los podemos encontrar en: Bores Calle y Díaz Crespo (1999); Díaz Crespo y Bores Calle (2000); y en Bores Calle (2000).
Esta idea de los colores la podemos ver desarrollada en Bores Calle (2001).
Para más información del tema de la organización interna de las sesiones del Tratamiento Pedagógico de lo Corporal. Ver Vaca Escribano (1996).
Bibliografía
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BORES CALLE, N.J. y DÍAZ CRESPO, B. (1999). “De la anunciada e inevitable deportivización del currículum real de la Educación Física” en: Saénz López-Buñuel,; Tierra Orta, J. y Díaz Trillo, M. (Coordinadores). Actas del XVII Congreso Nacional de Educación Física. Vol. I, Pp. 172-189. IAD. Huelva.
BORES CALLE, N.J. (2000). El cuaderno del alumno en el área de Educación Física en la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Tesis Doctoral. Universidad de Valladolid. Inédita.
BORES CALLE, N.J. (2001). “El cuaderno del alumno: una disculpa para replantearse el área de Educación Física.” Revista Tándem, nº 4, Julio-septiembre, pp. 61-78.
DÍAZ CRESPO, B. y BORES CALLE, N.J. (2000). “Los cuadernos de los alumnos de las editoriales: un nuevo paso hacia la desprofesionalización del docente del área de Educación Física en la etapa de Secundaria Obligatoria” en: Contreras Jordán, O.R. (Coordinador). La formación inicial y permanente del profesor de Educación Física. Vol. II, Pp. 53-66. Colección Estudios. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Cuenca.
GIMENO SACRISTÁN, J. (1991). El currículum: una reflexión sobre la práctica. Morata. Madrid.
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VACA ESCRIBANO, M.J. (1996). La Educación Física en la práctica en Educación Primaria. Planificación, desarrollo y análisis de unidades didácticas. Cuerpo, educación y motricidad. Palencia.
ZABALA VIDIELLA, A. (1995). La práctica educativa. Cómo enseñar. Graó. Barcelona.
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