La Educación Científico-Tecnológica en la formación profesional del licenciado en Cultura Física |
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Profesor Titular del ISCF "Manuel Fajardo" Licenciado en Filosofía, Universidad Estatal de Kazán, 1987 Licenciado en Ciencias Sociales, Universidad de la Habana, 1996 MSc. en estudios "Ciencia-Tecnología-Sociedad", Universidad de la Habana, 2001 |
M. Sc. Jerry Bosque Jiménez jbosquej@inder.co.cu (Cuba) |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 47 - Abril de 2002 |
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IntroducciónEn nuestros días, el impacto de la ciencia y la tecnología ha sido profundo y abarcador, su omnipresente influencia no muestra signos de reducción, al contrario, el papel clave que ejercen en el desarrollo de cualquier actividad humana se hace cada día más evidente. El deporte y la actividad física, hoy más que antes son influenciados por estas.
Esto hace, que la ciencia y la tecnología interactúen de forma cada vez más compleja con la sociedad, y que estas interacciones den lugar al surgimiento de diversas problemáticas de tipo social, económico, educacional, ético, sociológico, histórico y epistemológico que son objetos de estudio del pensamiento contemporáneo. En este contexto, aparecen los estudios Ciencia- Tecnología y Sociedad (CTS)1 como una nueva forma de entender esas relaciones.
El objetivo del presente artículo es reflexionar sobre lo que puede aportar a la formación profesional del licenciado en Cultura Física, asumir una Educación científico-tecnológica con un enfoque CTS.
DesarrolloEn el nuevo milenio, globalizado y neoliberal, el deporte se caracteriza por el profesionalismo y la comercialización y se inserta, como anillo al dedo, en el sistema económico mundial, cuyas relaciones lo condicionan y, a su vez, le imprimen sus características de desigualdad entre pobres y ricos, la dependencia de los centros de poder y la marginación para los débiles. Sin embargo, la característica que más distingue al deporte y a la actividad física hoy día, es su absoluta y abarcadora relación con la ciencia y la tecnología. No queda aspecto alguno de la práctica deportiva que no esté sometido a una verdadera avalancha de investigación científica e innovación y cambio tecnológico que ha propiciado que en muchas disciplinas deportivas, debido a especializados sistemas de entrenamiento y mejora tecnológica, en opinión de no pocos especialistas se esté topando con los límites fisiológicos.
Esto hace que la actividad deportiva y la cultura física en general, presenten una naturaleza tecnocientífica y en consecuencia, la formación de profesionales en esta esfera debe seguir una Educación Científico-Tecnológica que les permita a partir de sus conocimientos cierta independencia, autonomía para tomar decisiones, una cierta capacidad de comunicar, de decir y transferir tecnología y un cierto dominio y responsabilidad, frente a disímiles situaciones que se presentan en la profesión.
El punto de partida de nuestra propuesta radica en el presupuesto de que la actividad científica y la tecnológica, actualmente, son inseparables y cada vez más interconectadas y dependientes, lo que ha traído consigo, que varios autores se refieran a este fenómeno con la acepción de tecnociencia. Según Núñez (1999), «Esta denominación no necesariamente conduce a cancelar las identidades de la ciencia y la tecnología, pero sí nos alerta que la investigación sobre ellas y las políticas prácticas que respecto a las mismas implementemos tienen que partir del tipo de conexión que el vocablo tecnociencia desea subrayar». (p. 50)
El deporte y la Cultura física como esferas muy impactadas por la ciencia y la tecnología de punta, son un campo que está directamente bajo su influjo. Según Ruíz (1983) «específicamente a partir de los Juegos Olímpicos de Londres, se han transformado casi en su totalidad las concepciones del pasado; se han derrumbado los límites fisiológicos y consecuentemente superado casi todas las marcas establecidas para las disciplinas individuales (...) han cambiado las características de la Arquitectura Deportiva, la estructuras de las superficies y suelos, los sistemas de medición e información en virtud de la influencia del desarrollo electrónico, la iluminación, los espacios complementarios y el carácter integral y polivalente de las edificaciones». (p.2)
Ruíz subraya que, el campo de acción de las ciencias y la tecnología en la Cultura Física y el deporte ha sido extraordinariamente variado, por edad, sexo, disciplinas deportivas y otros; resumiendo que las investigaciones en este campo pueden dividirse en cuatro niveles interdependientes:
La investigación técnica o para el desarrollo técnico.
La investigación sobre el hombre, que es la que se interesa especialmente por estudiar los aspectos estructurales correspondientes al crecimiento, la evolución, la personalidad.
Las investigaciones aplicadas se interesan en precisar la contribución indispensable aportada por la relación hombre-movimiento.
La llamada investigación operacional. (Ibíd; p.10)
La dimensión tecnocientífica, se hace imprescindible, para poder obtener resultados positivos que redunden en bienestar para los implicados en las actividades físicas.
Al analizar el impacto de estas investigaciones en el deporte de alto rendimiento, Ruiz concluye que, en la práctica han propiciado, entre otros, los aportes siguientes: - Cambio total de las reglamentaciones de la base material y los métodos de información. - Cambio total en los métodos de dirección del aprendizaje y del entrenamiento deportivo. - Elevación permanente de la capacidad de rendimiento atlético en virtud del trabajo científico, interdisciplinario y polivalente. - Descubrimiento de nuevos parámetros de carácter biológico, antes considerados como fenómenos patológicos funcionales. - Descubrimiento de nuevas características fisiológicas, derivadas de las investigaciones en los campos de la capacidad de trabajo, en la bioquímica del deporte y en el ajuste cardiovascular y hemodinámico, como procesos derivados del entrenamiento. (Ibíd; p.12)
Todo lo anteriormente valorado, evidencia que en la esfera del deporte y la actividad física, el vocablo tecnociencia desempeña un papel relevante a la hora de evaluar las investigaciones, lo que justifica una educación de tipo científico-tecnológica.
Entendemos por Educación Científico-Tecnológica el proceso continuo de adquisición de conocimientos teóricos y prácticos y formación de valores en relación con la práctica tecnocientífica, que propicie una actitud crítica de los aspectos contradictorios presentes en las relaciones entre la actividad científico-tecnológica y las otras formas de actividad social.
Establecida esta nueva concepción, podemos orientarnos hacia cómo debería ser la Educación Científico-Tecnológica, como criterio operante en el contexto del trabajo educativo. Esto implica promover dentro de esta perspectiva, algunos elementos de formación continua que se hacen necesarios y entre los cuales se encuentran:
Determinada formación en epistemología; se trata de ver cómo la teorización científica nace en una situación y centra su validez en la capacidad que ella le confiere para representarse ese contexto de una manera adecuada y fecunda con referencia a los proyectos de acción y comunicación que se tengan.
En este sentido, en nuestra carrera, es necesario detenerse en los aportes y limitaciones de los distintos modelos contemporáneos de Educación Física y Deportes, en la epistemología de la Educación Física no para conocerlos simplemente o adoptar una posición ecléctica, sino propiciar un enfoque integral físico-educativo.
Conocer el estilo de pensamiento científico-tecnológico; muchos graduados de determinadas carreras ignoran cómo piensa un "ingeniero", "arquitecto", etcétera.
El licenciado en Cultura Física debe reflexionar sobre su estilo de pensamiento y por consiguiente, sobre la imagen de la ciencia y la tecnología que subyace en él.
Debatir sobre las finalidades de la enseñanza científico-tecnológica; los profesores no pueden reducir su labor a meros instructores de disciplinas científicas o tecnológicas.
Los profesores en la carrera de Cultura Física deben dejar sentadas las razones que llevan a promover un pensamiento científico-tecnológico en este perfil profesional y su imbricación con nuestra sociedad.
Otro elemento de formación a desarrollar es la capacidad de participar en debates interdisciplinarios y políticos.
Llevar a términos proyectos interdisciplinarios integrados, superando el sesgo de su formación disciplinaria.
En el caso de nuestro profesional, se trataría de construir una representación de una situación integrando elementos motrices, biológicos, químicos, éticos, sociales, etcétera.
La Educación Científico-Tecnológica debe pasar por una enseñanza de las ciencias y la tecnología en su contexto y no como una verdad que fuera un mero fin en sí misma; es por eso que somos partidarios de una Educación Científico-Tecnológica con un enfoque CTS, que prepondera el análisis de la ciencia y la tecnología como procesos sociales.
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