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Hacia una Didáctica de la Educación Física Infantil
ajustada a los intereses de las clases populares

   
Equipo de Investigación Independiente "Zacalido"
(Argentina)
 
Guillermo Galantini
galantini@ar.inter.net

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 40 - Setiembre de 2001

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A modo de introducción

    La idea de este trabajo consiste en un análisis de las metodologías e intervenciones didácticas efectuadas en el área de la Educación Física infantil y sus relaciones con los intereses de clase de los sectores populares.

    Para tanto propongo una exploración desde cuatro dimensiones, a saber:

  • Una breve reseña del estado del Arte de la EF en Argentina

  • Una conceptualización de las categorías utilizadas para este trabajo

  • Aspectos del discurso que, en torno a la educación física infantil obstaculizan una educación popular

  • Propuestas para el trabajo en los sectores populares

    Pretendo situar esta propuesta en la concepción histórico-dialéctica- materialista tal como señalara Gabriel Muñoz Palafox1 . Particularmente la represento como aquella que estudia al ser humano a partir de la práctica social y de su evolución a través de las sociedades, en la cual incorporo a la Educación Física con la finalidad de contribuir a la aproximación de su sentido/significado. Esta visión procura profundizar en las temáticas socio-histórico-culturales que implican a esta disciplina escolar que es la educación física. Con este intento se pretende superar el estado acrítico y marginalizado de la educación física como producto de las políticas educativas que se vehiculizan oficial y globalizadamente para mantener, desde concepciones tecnocráticas, el orden establecido.

    No obstante, es preciso hacer una aclaración en el sentido de recordar que la Educación Física Escolar surge en un tiempo histórico donde parecían existir más certezas que interrogantes. Un tiempo donde los racionalistas pensaban que a través de la razón el hombre se liberaría y donde el físico los defendería. Hoy vivimos un tiempo donde la formación de los sujetos debería pasar por un proceso argumentativo, entonces cualquier propuesta curricular debería pensar esas estructuras comunicativas y contribuir, en un sentido habermasiano, a activar un nuevo consenso de valores, a constituir voluntades pasando por una amplia base de argumentos. Sin embargo, las reformas educativas que se han hecho en Latinoamérica y la determinación de los contenidos para la educación física, demuestran estar sostenidas más por explicaciones que provienen de las estructuras económicas y no de las acciones humanas.


Breves consideraciones sobre el estado del arte de la educación física en Argentina

    La educación física como práctica social ha sufrido y sufre los vaivenes de la transformación social, pero además, por ser una disciplina pedagógica, recibe también los impactos de la crisis de la ciencia. Esto genera una doble dimensión en el contexto de la educación física.

    En primer lugar, los efectos por la crisis en el Modelo de Legitimación Social. El mandato histórico ha sido permeado por la Institución Militar. Códigos, simbolizaciones y representaciones propias de este sector vivieron y viven muy fuertemente en el interior de la disciplina

    Como asignatura escolar, ha sido, desde sus inicios un ámbito de reclutamiento para la Institución Deportiva. Es bueno recordar en este sentido lo señalado por Ángela Aisenstein2 acerca de la advertencia de dos posturas diferentes: el "Sport anglosajón" y "los sistemas de gimnasias heredados de la Europa Continental y más precisamente del turnen alemán". De igual manera es importante acordar con la autora cuando dice: "Sin embargo en ambas corrientes la noción de disciplina sostenida se asienta en prescripciones que toman al cuerpo y sus movimientos como sede de dispositivos de control social".

    Como práctica pedagógica, también la educación física sufre otras consecuencias, que son las que están emparentadas con los paradigmas o modelos científicos de conocimiento. Sin dudas que las advertencias y postulaciones que provienen del Positivismo han sido las que marcaron con mayor profundidad el campo de lo disciplinar. Así, la visión reducida y fragmentada de la realidad, la concepción mecanicista y biologista y la descontextualización del sentido y significado histórico de esta práctica; ha regado de forma vertical y horizontal los campos de la educación física. Como práctica social; como instrumento al servicio del pasatiempo, la recreación, el entrenamiento y la satisfacción lúdica del hombre; la educación física ha desplegado in-extenso los modos representativos del Paradigma Positivista que se enclava e un modo de conocer inscripto en lo que podríamos llamar la filosofía del orden. Bajo esta perspectiva el cuerpo ha sido mirado como un compartimento de músculos, articulaciones y huesos capaz de ser instruido, domesticado y disciplinado.

    Sin dudas que, producto de esas consecuencias, es la Concepción Idealista que, tal como la describe Palafox, implica "Encarar el orden biológico como la expresión física del cuerpo, creando un dualismo fragmentador y reduccionista. Como ejemplos podemos citar: alma y mente vs. Cuerpo; esencia vs. Fenómeno; teoría vs. Práctica; actividad física vs. Actividad mental; ciencia vs. Filosofía; ciencia vs. Religión; etc."

    En otro estudio y con relación a esta línea temática, pero en sintonía con otras especificaciones, afirmábamos que:

    Anclado en estos criterios, surge alrededor de los años '40 en Estados Unidos la "doctrina de la aptitud física" bajo los criterios científicos de la medicina del deporte.

    Un primer avance de esta doctrina desde el Estado en Argentina se produjo alrededor de los '80, particularmente en pleno proceso dictatorial, cuando bajo la denominación de: "Plan Nacional de Evaluaciones", gran parte de la población escolar (64.000 alumnos de 12 a 18 años) fueron sometidos a tests de aptitud física, objetivando la búsqueda del rendimiento y como medio de investigación aplicada. Los reflejos hacia las instituciones de formación se vincularían al abandono de prácticas empíricas a cambio de "bases científicas" de la medicina del deporte.

    Muñoz Palafox afirma que: "surge, en consecuencia de la concretización de estas políticas, una formación pragmática-tecnicista que utilizaría la educación física como medio y el deporte como fin, siendo el rendimiento el principal fundamento de evaluación escolar".

    Es importante resaltar que estas tendencias, aunque con singularidades regionales, se extendieron por varios países de Latinoamérica logrando desarrollarse, fundamentalmente, durante las épocas de ausencias democráticas en estos países, y que se extendiera entre los años '60 y '80. Los programas: "Deportes con Todos" o "Deportes para Todos", "los gimnasios y centros de ejercicios", los incentivos al deporte escolar y de alto nivel, estuvieron en esas épocas y países siempre impregnados por la doctrina de la Seguridad Nacional. En Argentina, y luego al fin de la última dictadura militar, desde la década del '80; empieza a desarrollarse esta corriente Empírico- Analítica ligada por aquel entonces a Laboratorios de Ciencias del Deportes y entre los cuales podemos citar el "Labemorf" -en Capital Federal- y el "Biosystem" -en Rosario-. Estos irían acompañando el proceso de modernización y "cientificidad"¨ al interior de la educación Física y en oposición a la corriente biológico-evolucionista, que valorizaban la superioridad de la raza, el coraje, el nacionalismo; así como los principios de la medicina social conservadora liberal instaurada sobre las precarias condiciones de salud y hacinamiento de las poblaciones.

    La profundización de los procesos privatistas del Estado Argentino y las consecuentes políticas de ajustes desde los años 90, implicados frente a un proceso social de globalización de la pobreza y concentración de la riqueza, terminan por lograr un nivel de pauperización entre los integrantes del campo de la educación física. Pero una pauperización que no se visualiza tan solo en el orden económico, sino también cultural -y casi contradictoriamente, ya que las políticas señaladas devienen de ciertas filosofías del orden y la instrumentalidad- Siendo así; se caen, se desploman y se desvanecen los seguros mandatos fundacionales anclados en la visión disciplinaria del cuerpo. Los precisos y rigurosos códigos de control que desde el entrenamiento y la gimnasia escolarizada han provisto de elementos a la disciplina, ya no encuentran espacio en este nuevo modelo social donde paradójicamente pareciera que los efectos nefastos del ajuste social y económico encuentran alianza con la profundización y multiplicación de miradas democráticas y emancipadoras.

    Alrededor de estas incertidumbres y ambigüedades surge en los años 90 la Ley Federal de Educación, cuyos fundamentos, antes que generar un fuerte despego hacia niveles de mayor justicia lleva implícita la carga del rigor y ajuste económico dictado por el Banco Mundial como agencia de regulación del capitalismo internacional y brazo instrumental de las políticas Neoliberales para América Latina.

    Pero contrariamente a lo esperado, en la educación física, los propios bloques de contenidos son representativos de esta visión economicista y aparece el cuerpo de los alumnos, no ya como monopolio exclusivo del maestro (y el Estado) sino un cuerpo dispuesto para una multiplicidad de servicios que se irán constituyendo como un nuevo monopolio pero ahora, de la empresa privada. Así, nos encontramos con el cuerpo que cultiva el "personal trainer"; el que se cultiva en los gimnasios, en los clubes y en los Institutos de Formación Docente. En todos ellos no solo se ha dispuesto una liberalización de los mercados sino también una liberalización de los cuerpos; y como ya sabemos; en esta "sociedad de igualdad, justicia y libertad" quiénes son los que las tienen y quiénes son las que las sufren.


Acerca de las categorías conceptuales de este estudio

    Un criterio fundamental para este análisis resulta del hecho de examinar y definir el término "popular". No pretendo aquí despojarlo de su ambigüedad pero sí animarme a efectuar algunas precisiones. Para ello debo partir sin dudas de hacer la siguiente observación: Es a través de los aparatos del Estado donde se encarna la visión de las clases dominantes. Esos aparatos pueden constituirse en Escuelas, Medios de Comunicación, Cultura, etc. Desde estos lugares se impartirá una ideología que favorece a los intereses objetivos de los sectores dominantes. Los mecanismos del poder son un factor esencial a la hora de instaurar estas condiciones sociales: dominantes y Dominados. En este sentido resulta oportuno lo que señala Nicos Poulantzas3 a cerca de los efectos del poder dominante: "...es siempre la coerción de los cuerpos, pero también la amenaza sobre los cuerpos, la amenaza mortífera" y sigue: "El cuerpo no es una simple naturalidad biológica sino una institución política." Quise señalar estos aspectos con el sentido de representar la estrecha vinculación e impacto político que tienen los modos de ejercer la práctica de la materia Educación Física. Una relación muchas veces esquivada y otras tantas desconocidas por los que nos movemos en su "habitus". Pero al fin, una relación que tiene y tuvo un proceso de auto conservación más a favor de los dominantes que de los excluidos. Planteado esta primera distinción creo necesario partir hacia un especie de particularidad entre el Estado y las Clases Dominantes. El sistema educativo Argentino nació como una propuesta política de una elite de dirigentes a finales del siglo XIX. Estos veía en la alfabetización y la educación en general un precioso vehículo para inculcar su visión de la realidad. El "método único de alfabetización" no era tan solo eso. Era también la necesidad y el deseo de "amalgamar" la identidad dispar de los habitantes del territorio argentino. "El sistema Argentino de Educación Física" era también el instrumento para favorecer la creación "del hombre argentino" de asimilarlo a un lugar y a unas costumbres. Es decir, el Estado tiene un papel principal en la organización de la Nación. El hecho es que históricamente esa organización ha estado representada por los intereses de las clases dominantes. Citando nuevamente a Poulantzas podemos advertir que: "El Estado constituye la unidad política de las clases dominantes. Este papel fundamental no concierne, por otra parte, a un solo aparato; sino en grado y a titulo diversos , al conjunto de sus aparatos". Conviene destacar aquí que, serán estos aparatos los encargados de ir creando, gestando y distribuyendo su hegemonía y en el sentido que la entiende Ray Williams.4

    "... todo un cuerpo de prácticas y expectativas en relación con la totalidad de la vida: nuestros sentidos y dosis de energía, las percepciones definidas que tenemos de nosotros mismos y de nuestro mundo... que comprende las relaciones de dominación y subordinación, según sus configuraciones asumidas como conciencia práctica, como una saturación efectiva del proceso de la vida en su totalidad; no solamente de la actividad política y económica, ni de la actividad social manifiesta, sino de toda la esencia de las identidades y de las relaciones vividas a una profundidad tal que las presiones y límites de lo que puede ser considerado en última instancia un sistema cultural, político y económico nos dan la impresión a la mayoría de nosotros de ser las presiones y los límites de la simple experiencia y el sentido común."

    De acuerdo con estas distinciones, queda claro que las clases dominadas no constituyen un factor esencial como poder del Estado para que impriman su propia hegemonía, aunque es bueno aclara que la sola presencia de los sectores populares o dominados en el interior de la "fortaleza" del Estado no es suficiente para la transformación de este. Ahondar en mayores precisiones acerca de estos términos relacionales: Estado, Clases dominadas, Clases dominantes, Aparatos ideológicos, Poder, etc. Sería más bien desviar el eje de lo que quiero plantear antes que clarificar las categorías conceptuales de las que parto. Sin embargo quiero resaltar que: Dentro de la constitución del poder de los Estados se forman fracciones de poder, que pujan por instalar sus hegemonías y que sería falso creer que estas maneras de ejercer el poder son unívocas y no mutantes, por el contrario, muchas veces se manifiestan muy contradictoriamente.

    Desde donde quiero partir para asentar las perspectivas de olvido que la Reforma Educativa, representada por la Ley Federal de Educación y sus bloques de contenidos para la Educación Física inicia, es de aquella definición de hegemonía hecha por Ray Williams.

    Si prestáramos atención, si nos pusiéramos a leer críticamente no tan solo la constitución de los bloques, su terminología y aclaraciones sino también lo que revelan sus fundamentaciones y argumentos, los modos en cómo se operó para crear dichos bloques, qué intereses representaban sus máximos exponentes; no veremos otra cosa que un conjunto tecnocrático de apreciaciones donde se excluyen los intereses de los sectores populares. Una muestra que de cierta manera explica lo que aquí estoy diciendo son los propios objetivos de la Educación Física del nivel Inicial cuando dice: "Favorecer el proceso de desarrollo motor" en función de posibilitar el desarrollo armónico e integral de los niños y las niñas y favorecer la preservación de su salud psico física."5 Esta supuesta neutralidad física sólo tiene como principio sustraer al niño/a de su contexto y realidad social.

    ¿Cuál es el proceso de desarrollo motor? Con estas definiciones estamos ligando, al movimiento humano, a una exclusividad biológica y entonces nutricionales y alimenticias. ¿Cómo es posible hacerlo ante una realidad que se presenta, en ese aspecto, con grandes disparidades? ¿Porqué -solo- la salud psico-física? Esta capciosa neutralidad física es la que nos interesa desmantelar y desvelar para entonces ofrecer una propuesta curricular que implique los intereses de los sectores y clases populares.

    Un momento no menos importante de lo que estoy señalando es la "frontera", el "límite" de lo que podemos considerar como popular o como clases subalternas. Para quienes transitamos las Escuelas públicas y tenemos como función la tarea de profesores de educación física y entonces la responsabilidad de la fruición y goce lúdico de niños / as, son tanto más acertados los conceptos de José Tamarit,5 quién a este respecto dice: "...están los que trazan la línea por debajo de la clase media. Sin temor a equivocarnos, dice Tamarit, esta es la postura de todos los que abordan el problema de la educación popular desde una óptica crítica". Pero también, el mismo autor nos revela dos dimensiones, a saber:

    "...quienes han asumido su práctica educativa como un compromiso social y político con las clases populares es natural que lleven adelante esta opción privilegiando el ámbito no formal". entonces se hace referencia a los sectores del campesinado, indígenas, emigrantes etc. Pero también, aunque menos natural, -dice Tamarit- están los que revalorizan a la escuela como espacio insustituible para la educación de las clases populares. Es una situación que se presenta mucho más polémica ya que la Escuela es un órgano cultural del Estado, que no solo alberga a sectores populares sino también a la clase media, que esta no pertenece a la de los dominantes, pero que muchas veces está ignorada en las propuestas "populares". Esto además de relativizar algunas definiciones pueden llegar a confundir por su ambigüedad.

    La propuesta nuestra sin duda que encara el trabajo desde el sistema educativo y es en este sentido que nos preocupa la ausencia de la capacidad distributiva del imaginario social popular en la letra de la reforma educativa. Y cuando nos decimos educadores populares en el sistema educativo, estamos diciendo la posibilidad de ofrecer una contra-hegemonía a las representaciones dominantes, queremos enseñar no tan solo el epísteme sino principalmente la doxa6 y ligada a esta ultima se sienten las ausencias de los juegos tradicionales, las prácticas corporales regionales, zonales y hasta barriales incluidas en los currículos de la reforma. Las expresiones corporales como fantasías que exploran las identidades e imaginarios de los niños no tiene ni el peso ni el tiempo para representar la importancia de ellos en las edades de la educación inicial.

    Estas significaciones son las que deberían orientar la intervención de los Educadores Populares en la escuela pública. Hacer con que se adviertan las relaciones entre significación y poder, representación e imaginario social y poder, discurso y poder. Nada de esto está explícitamente marcado en los bordes de esta reforma. Sus articulaciones esconden el objetivo político de continuar articulando-al igual que lo hicieran las elites de fines de siglo- un aparato cultural acorde a los intereses de las clases dominadas. Entrar al Sistema Público de Enseñanza, con el pretendido afán de articular una educación popular, debiera significar el ingresar a la transformación de las representaciones culturales y sociales y antes que eso a que ellas tengan un lugar propio en la escuela, para que ésta al fin pueda transformarse en pública.


Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 7 · Nº 40   sigue Ü