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¡Arriba Hermosillo! Identidad y comunicación
en los aficionados al béisbol de los Naranjeros

  Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora
y Maestro en Comunicación por la Universidad Veracruzana.
Actualmente es profesor de asignatura de la Licenciatura
en Periodismo de la Universidad Kino (México)
Enrique Rivera Guerrero
tiburon_hmo@yahoo.com

 

 

 

 
    Expuesto en:
    XII Encuentro Binacional de Escuelas de Comunicación. Universidad Iberoamericana, plantel Noroeste, Asociación Binacional de Escuelas de Comunicación, el 27 de abril de 2001 en Tijuana, Baja California, México.
    Coloquio Sonora Frente al Siglo XXI. Mesa Identidad y Cultura. Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, El Colegio de Sonora, Universidad de Sonora; el 8 de mayo de 2001. Hermosillo, Sonora, México.

    Primera fase de investigación de campo. Participaron: Ana Lilia Yocupucio, Armando Luis López Méndez, María Guadalupe Pasos Holguín, Graciela Guadalupe Quintana Romo, Miriam Villavicencio Valenzuela, Martín Campoy Zamorano, José Francisco Figueroa Salcido, Francisco Javier Santin Vasquez, Víctor Rincón, Ivet Vázquez Valenzuela, Anabel Servín e Ileana Velarde, estudiantes de la asignatura Cultura y Comunicación II de la Licenciatura en Ciencias de Comunicación de la Universidad de Sonora.

     Las fotos pertenecen al sitio oficial de los Naranjeros de Hermosillo, http://www.naranjeros.com
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 38 - Julio de 2001

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Introducción

    El 27 de octubre de 1945 se jugó el primer encuentro del béisbol invernal en Hermosillo. En el año 2000, la temporada XLIII de la Liga Mexicana del Pacífico, marca la etapa de transición del siglo XX al siglo XXI, en esta observamos elementos simbólicos manifestados y expresados por los públicos aficionados al equipo Naranjeros, como sentido de pertenencia hacia Hermosillo, su lugar de origen y residencia.

    Las características del béisbol, como son el juego de conjunto, el desempeño individual y el enfrentamiento entre dos equipos, es un deporte que exalta el sentido de identidad en los participantes, sean en su calidad de jugadores dentro del terreno de juego o como público que lo contempla desde fuera del diamante.

    El sentido de pertenencia al que nos referimos bien puede ser hacia alguno de los equipos y la entidad que representen y/o en plena identificación con el béisbol como deporte en sí, o en particular con algún pelotero. De esta manera, el deporte es un elemento incorporado en el sentido cultural de los habitantes con el que comunican su identidad y pertenencia con la ciudad.

    Poseer la disposición inculcada y adquirida para ser público del béisbol de los Naranjeros de Hermosillo, la pensamos como un elemento simbólico para expresarse y comunicarse como ser integrante de la ciudad que representa este equipo: Hermosillo, capital del estado de Sonora al noroeste de México.

    La región posé características que la hacen propia y las expresiones de sus habitantes comunican identidad y pertenencia a su terruño, que se manifiestan en el estadio de béisbol cuando es ofrecido al público aficionado en su vida cotidiana.

    Un equipo compuesto por once alumnos de la escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora, coordinados por su profesor de la asignatura Cultura y Comunicación II, observamos con la técnica de investigación etnográfica a los públicos aficionados que asistieron a los juegos del equipo profesional de béisbol Naranjeros de Hermosillo jugados el estadio "Héctor Espino" durante la temporada regular 2000-2001. 1

    Se presentan los resultados de esa observación, que son elementos para pensar sobre la sociedad hermosillense y elaborar una guía de entrevista con enfoque cualitativo, la que será aplicada en la segunda fase de esta investigación.


La pelota como objeto de estudio

    Hacer investigación social en deporte requiere de la pasión de un aficionado, tanto como del rigor teórico y metodológico de un cientista social. La afinidad de la sociedad con sus deportes es "algo que se acerca a la pasión, y eso es algo que la ciencia no puede medir".2

    El béisbol está arraigado histórica, cultural y cotidianamente en la región Noroeste del país. Uno de los factores es la historia.

    El historiador Joseph Arbena, de la Universidad de Clemson, asegura que el deporte norteamericano que ha tenido mayor impacto en América Latina por un largo período de tiempo ha sido el béisbol. "Surgido de entre una variedad de juegos con palo y pelota, el esbozo del juego moderno se vio por vez primera en la ciudad de Nueva York, a mediados de 1840" (Arbena, 2000).

    La llegada del béisbol a Latinoamérica, prosigue:

"...evolucionó junto con la expansión poblacional y económica de Norteamérica, el béisbol fue traído a América Latina por un compendio de trabajadores estadounidenses - por ejemplo, navegantes, ingenieros, mineros, comerciantes, educadores, misioneros - de estudiantes latinoamericanos y otros viajeros y, en menor número, de empresarios estadounidenses tales como Albert G. Spalding" (Arbena, 2000).

    Tomás Morales escribe en la Enciclopedia del Béisbol Mexicano 1992, sobre el momento histórico que representa el primer juego de este deporte ocurrido en suelo nacional, "el dato más exacto acerca de dónde se jugó por primera vez un partido de béisbol habla de que fue en Guaymas, Sonora, en 1877, y lo hicieron marineros norteamericanos que se encontraban de visita en el puerto" (Treto, 1992).

    La presencia de la oferta cultural en la ciudad, es otro de los elementos, entendida como "la presencia en el ambiente geográfico de posibilidades de acceso y disfrute de los bienes culturales producidos por una red desigual de instituciones precisas y especializadas" (González, 1994). Es decir, existe la posibilidad de asistir y formarse como público, lo que sumado al imaginario social histórico antes señalado, se puede construir este arraigo cultural en la región en torno al béisbol.

    Un dato ilustrativo en la Enciclopedia del Béisbol Mexicano, es que hacia principios de 1990, casi un cuarto de los peloteros profesionales activos en la temporada 1990-91 de la Liga Mexicana, nacieron en Sonora. Estos son 88 sonorenses de 367 beisbolistas mexicanos.

    El presente trabajo de observación se basa en "describir y explicar realidades sociales de carácter deportivo, en lugar de criticar, enjuiciar o recomendar acciones transformadoras de dichas realidades" (García, 1998:10).

    Los objetivos son conocer los procesos de comunicación y construcción de identidades culturales locales y regionales en los públicos aficionados al béisbol profesional del equipo Naranjeros en Hermosillo, Sonora.

    Los sujetos observados fueron los aficionados al béisbol, entendidos con el concepto de público cultural quienes son "el conjunto de agentes sociales que poseen las disposiciones (inculcadas o adquiridas) que los hacen capaces de evaluar, apreciar y valorar los discursos y objetos de una oferta cultural específica en un momento histórico dado" (González, 1994).

    Coincidimos con Jeremy MacClency, cuando escribe que el deporte "no es un 'reflejo' de alguna esencia postulada de la sociedad, sino parte integral de la misma, más aun, una aparte que puede ser usada como un medio para reflexionar sobre la sociedad"(Alabarces, 2000:11).

    Se observa en el béisbol de los Naranjeros, elementos para pensar sobre la sociedad hermosillense que se da cita en el estadio "Héctor Espino" cada año, en otoño e invierno.

    Las preguntas eje son ¿qué flujos de comunicación existen en los públicos aficionados al béisbol?

    Eduardo Archetti escribe en prologo de Deporte y Sociedad que "el deporte nos permite reflexionar sobre lo social y los mecanismos básicos de la creación de identidades" (Alabarces, 1998:11), así que nosotros nos preguntamos ¿cómo construyen y expresan su sentido de identidad y pertenencia, a través de un club deportivo de béisbol, desde la perspectiva sociocultural?


Fuimos, miramos, escuchamos y sentimos

    La etnografía fue la técnica de investigación aplicada. A decir de Jesús Galindo "toda situación social puede ser descrita, puede ser percibida en detalle, eso es lo importante" (Galindo, 1998:350).

"El etnógrafo hace apuestas de sentido, tiene que afirmar algún significado a todo aquello que ha pasado por su mirada y la interacción entre otros, incluyendo la percepción de la reconfiguración de su propia percepción (...) el etnógrafo toca los hilos invisibles del misterio de lo visible, muestra lo que estando más allá de lo evidente y le da forma y lo estructura ante nuestros ojos, en nuestros ojos" (Galindo, 1998:348).

    Se realizaron reportes de 22 de los 34 juegos efectuados durante la temporada regular 2000-2001 en el estadio "Héctor Espino". Asistimos a los partidos con instrumentos de registro como libretas y bolígrafos para anotar todas aquellos comportamientos y expresiones de los aficionados que pasaban ante nuestros ojos, lo que escuchamos decir de ellos y hacia ellos, y también lo que sentimos al inmiscuirnos entre los sujetos de investigación.

    El autor referido nos indica que "el etnógrafo confía en la situación de observación, necesita confiar también en su capacidad de estar ahí, observando" (Galindo, 1998:347).

    Se miraron grupos sociales, objetos y prácticas de comunicación del público aficionado en torno al deporte observado y club de béisbol profesional local que los convoca.

    Se obtuvieron 753 viñetas de observación en 77 reportes de investigación, lo que representa un promedio de diez observaciones por reporte.

    Una vez concluida la temporada regular el 30 de diciembre del 2000, las viñetas se capturaron en una hoja electrónica y se formaron conjuntos de observaciones que produjeron lo siguiente.


Lo mirado

    Observamos de los aficionados los momentos cuando llegan y salen del estadio, ante el juego de los Naranjeros, ante el juego de los visitantes, las acciones de otros aficionados, los comportamientos de sexualidad, sus acompañantes y los rangos de edad del público. Miramos la relación de los aficionados con los ofertantes, aquí entendidos como la directiva y los patrocinadores en su función de administradores de la organización y en lo deportivo.

    Claudia Palma los nombra como productores, a quienes tienen relación con el deporte por interés en los medios de producción, ya sean dueños de equipos, patrocinadores, corredores de apuestas, etc. (Palma, 1997:6).

    Se observaron a los aficionados ante las promociones y facilidades del club, los espectáculos de Beto Coyote y las porristas, los objetos alusivos como souvenirs, las comidas, las bebidas y los juegos de azar.

    Hacer objeto el sentido de identidad en una cosa, es práctica común en los aficionados al deporte. La posesión por la compra o la adquisición no monetaria de algún objeto con los colores del equipo preferido, comunica y expresa la identidad y afinidad con el grupo y/o equipo.

    Las maneras de vestir observadas para asistir al estadio son: casuales, disfrazados, pintados, uniformados de trabajo o de escuela, alusivos a equipos deportivos.

    El ambiente que se vive y las cosas que utilizan y llevan al estadio para hacer ruido, o que compran ahí mismo, así sus actitudes, bailes y cantos ante la música del sonido local.


Los medios de comunicación

    Los medios de comunicación son actores económicos y sociales relacionados con el deporte espectáculo (Jones, 1996:11).

    En cuanto al proceso de comunicación y la actividad deportiva, Alcoba nos ilustra cuando apunta que:

"la reacción comunicativa, provocada por la actividad deportiva, se expande en dos áreas: una, de índole personal entre competidores y espectadores, y otra masiva, al alcanzar los medios de comunicación. A partir del siglo pasado, el deporte recibió el empuje preciso para convertirse en el actual, en el hecho social más importante de la misma, pues a través de la actividad deportiva, esa comunicabilidad entronca en grupos diferenciados de la sociedad" (Alcoba, 1996:22).

    La lectura de aficionados a los medios de comunicación observados en el "Héctor Espino" fueron los medios electrónicos: la pantalla gigante, los monitores de televisión, la radio y el sonido local del estadio.

    Se observó dentro del estadio a dos señores de edad madura quienes escuchaban el partido por la radio, así como a varios hombres jóvenes con audífonos y radios, tanto en la sección lateral izquierdo como en derecho numerado. Esto no es exclusivo de los varones, también en la parte alta de la sección central numerado se aprecia una jovencita, vestida con la chamarra de los Naranjeros quien mira el juego y escucha con unos audífonos la radio. Ella iba acompañada, al parecer, por su mamá. También están los aficionados que ven el partido con binoculares y escuchan la radio con sus audífonos.

    En los monitores de televisión, el juego se puede seguir desde la zona de comida. Miramos a niños vestidos de beisbolistas comiendo jícamas, sentados y viendo la televisión, así como a señores en pleno sol, comiendo tacos de carne y viendo el béisbol por la televisión dentro del estadio.

    El sonido local es otro medio de comunicación, así el locutor anuncia al equipo Naranjeros y la gente se pone de pie aplaude, silba y grita apoyando a su equipo. Cuando se entona el Himno Nacional al inicio de los partidos y la gente de pie lo entona, solo unos cuantos hacen caso omiso.


Lo escuchado

    Se escuchó de los aficionados hablar sobre dos conjuntos de temas: el mismo béisbol y otros factores. En cuanto al primero, se escuchó a los aficionados expresarse del pelotero y equipo Naranjeros, tanto como del pelotero y equipo visitante. El ampayer, el juego en sí y el resultado final del mismo fueron tema de las palabras que los públicos y el deporte que asistieron a presenciar.

    También se escucharon expresiones orales a cerca de otros factores como son: el clima, la sexualidad, el personal del estadio, otros aficionados, la mascota Beto Coyote y las porristas.


Expresiones de sexualidad

    Las actividades lúdicas, las que tienen la finalidad de ofrecerse en espectáculo, tienen un inicio que Juan Nuño ensaya y responde que:

"quizá el origen de todo sea el comportamiento de machos pavoneándose ante las hembras, para que estas, a la vista de las diferentes excelencias y mediante el recurso comparativo, puedan elegir partienaire sexual" (Nuño, 1986:23).

    Ligado lo anterior con lo observado y escuchado en el estadio, cada vez que el primera base del equipo local Erubiel Durazo se acercaba al bat las mujeres se emocionaban más, incluso que un hombre se pudiera emocionar cuando los Naranjeros hacen buenas jugadas. Se escuchó a una muchacha de unos 20 años de edad, decirle a su compañera "qué nalgón está" , al referirse al pelotero mencionado.

    Una muchacha de 25 a 28 años acompañada de un hombre, subió la escalera de las gradas laterales. Vistió un pantalón ajustado y blusa con escotes. Provocó piropos de los hombres como "Si así caminas, cómo correrás mija" , y también los aficionados piropeadores se refirieron a su compañero cuando le dijeron: "Mucha carne para tan poco pan".

    Ambas situaciones escuchadas y observadas, se conectan con lo común que es observar que generalmente son los hombres, quienes forman fila para comprar cerveza. Esto nos indica que existen ciertas situaciones propias de los géneros en la sociedad, en este caso integradas en la gente que asiste al béisbol.

    A cerca de lo anterior Eduardo Archetti manifiesta, que "el deporte es a veces visto como un campo privilegiado en el que se dramatizan un conjunto de valores morales y sociales" (Alabarces, 1998:11).


Los ampayers y los chivos

    El ampayer es blanco de insultos de los aficionados. Si alguna jugada sale bien, esta será por causa de una buena acción por parte del pelotero o el equipo preferido, si sucede algo en contra, es a causa de los jueces. Así escuchamos frases como:

     "¡Ampayer!, ¿no sabes marcar o te haces pendejo?", "¡Ampayito!, ¡a ver si marcas!, ¡burro!", gritó un aficionado en tono molesto. "¡Ampayer chivo!, ¡Fíjate bien!", gritó un aficionado en Lateral derecho numerado, cuando el equipo visitante los Yaquis de Ciudad Obregón colocaron corredor en base.

    Otro aficionado airado gritó: "¡Chivo, chivo!, ¡Pinchi ampayer puto!, ¡Ponte pinchis lentes!, ¿que no ves que eso fue out?, ¡pinchi ampayer jijo de tu pinchi madre!, ¡vete a la verga!, ¿como así vamos a ganar?,¡puto!".

    La palabra "chivo" se grita como reprobación a otros sujetos, así al ampayer, al jugador visitante, como a la mascota Beto Coyote. Se observó y escuchó a una niña que le dijo a su mamá que le tomara una foto con la mascota. Al momento de tomársela, la niña le acarició la máscara, al tiempo que le dijo "ya no te voy a gritar chivo".


La compañía

    Para asistir al estadio a presenciar el béisbol, se acude en compañía de grupos con los compañeros del trabajo y de la escuela, con la pareja, sea en matrimonio o en noviazgo, con la familia, con el papá, con la mamá, con los hijos. Es extraño observar que a alguien que esté sólo, en el estadio. En Hermosillo, el béisbol es un deporte familiar.

    Observar a grupos de jovencitas con el uniforme del Colegio de Bachilleres (COBACH) o a grupos de hombres, con el uniforme de la panadería BIMBO, es testimonio que el deporte se comunica en la vida cotidiana con las actividades de estudio o del trabajo. Una vez terminadas y cumplidas las labores del día, se asiste al béisbol.

    Pero la velada no acaba con el último out, no al menos para tres muchachas muy bien arregladas que escuchamos y dijeron "después del juego nos vamos al Neo".


Los apodos

    "Orejón", "Gorda", "Guason", "Ambriz", "El temerario", "Señor Justicia", "Kuno", "Ron Damón" y "Furcio", son algunos de los apodos que fueron escuchados y asignados por parte de los aficionados a otros aficionados, vendedores de cerveza y personal de seguridad del estadio.


Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 7 · Nº 38   sigue Ü