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Cuerpo y salud en la modernidad: origen del surgimiento de la educación física
Guillermo Galantini

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 36 - Mayo de 2001

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    Sin lugar a dudas que empiezan a cobrar sentido todos los discursos de la época que alrededor de la salud, el cuidado de los niños, los ejercicios y la crianza física no significarán sino una representación social y como tal una necesaria inscripción política. De esto no es ajeno el nacimiento de los Estados Capitalistas que, como unidad política, tendrán un:

"papel principal en la organización, representando y organizando el interés político a largo plazo" 26

    En ese momento, la Hegemonía como concepto teórico, aún no existía, tampoco el de Socialización tal cual alude la sociología clásica del orden y cuyos más fuertes inspiradores han sido Durkheim y Weber. Ambas categorías explican las conductas y las representaciones de la gente, pero dicen cosas diferentes.


Las Producciones de Hegemonía en torno al Cuerpo

    Es importante destacar que estamos en la época del Estado Absolutista que, además de garantizar la transición, establece las bases territoriales para el mercado capitalista el cual, en cierta manera precisará de un poder que organice la circulación de cosas y personas. Para Torres Rivas, E. 27

"El concepto moderno de nación es el de una comunidad política, cuya unidad se encuentra en la existencia dinámica de un mercado interior".

    Según Foucault, M.28 La constitución de los modos fundamentales de las ciencias y las técnicas pueden ubicarse, en el plano de la biología, en las obras de Cuvier. Para éste - según Foucault-

"El órgano empieza a trastocar su análisis de la estructura por el de la función y esta nueva referencia hace surgir relaciones de coexistencia"

    a tal punto que Cuvier afirma:

"Todos los órganos de un mismo animal forman un sistema único, cuyas partes se sostienen, accionan y reaccionan entre sí; si hay modificaciones en una parte, hay otras análogas en las demás partes". 29

    No debiera sorprender que entre la construcción temporal de la estructura política y social por un lado; y la organización del estudio de los seres vivos por el otro, se encuentre tan amplias similitudes y analogías. Referencia a estos hechos hace Nicos Poulantzas30 cuando afirma que:

"El cuerpo no es una simple naturalidad biológica sino una institución política"

    Y agrega que:

"Uno de los aspectos esenciales del poder, la condición de su instauración y mantenimiento, es siempre la coerción de los cuerpos, pero también la amenaza sobre los cuerpos, la amenaza mortífera"

    En este sentido, lo que me propongo es señalar y resaltar la fuerte connivencia entre lo corporal y lo político, y pensarlo tal como lo definiera Bajtin, M31 en el alcance de "un efecto ideológico del lenguaje" donde "el cuerpo se convierte en un signo del discurso y de los intercambios comunicativos". En términos ideológicos - dice Mc Laren, P- 32

"El cuerpo aloja diversas gramáticas y normas sociales, no en el sentido durkheimiano de reglas de conductas aceptadas, sino como sitios discursivos que son luchas por el significado en el sentido de Gramsci y Freire".

    Con esto quiero significar en primer lugar una cierta complicidad de la historia concebida en términos de acumulación y de linealidad, que aspiró a encuadrar el cuerpo bajo la neutralidad política y la ignorancia del conflicto social; cuestiones ambas de suma importancia a la hora de comprender la relación estrecha entre: crianza, cuidado del cuerpo y educación física; hechos que en un tiempo fueron muy bien distinguidos por Vicente Pedraz33 cuando asevera que:

"El imaginario corporal es, el conjunto de las imágenes sociales del cuerpo humano sobre las que, en definitiva, se construyen los modelos de comportamiento y sensibilidad corporal".

    Refiriéndose ya a las condiciones Medievales de vida de los individuos, Pedraz, V., considera

"Difícil pensar cualquier categoría social, cualquier objeto cultural o material y, mucho más aún, organizar la actividad práctica dispensando del cuerpo".

    De ahí que:

"Buena parte del imaginario teológico político, ético y, en general filosófico giraba en torno a las manifestaciones corporales".

    Ya señalamos anteriormente acerca de la existencia de Aparatos Ideológicos del Estado, para Nicos Poulantzas:34

"Los Aparatos del Estado consagran y reproducen la hegemonía estableciendo un juego (variable) de compromisos provisionales entre el bloque en el poder y algunas clases dominadas"

    Resulta más esclarecedor aún la cita que Ray Williams hiciera en relación con la Hegemonía y que fuera citada en la página tres de este trabajo. Esas afirmaciones son interpretadas por José Tamarit35 como:

"Un proceso que recorre toda la vida; un proceso que se inicia con nuestro advenimiento al mundo; un mundo que se nos presenta como el único posible, tanto en el plano de lo material (el mundo de las "cosas" y de las personas) como el de las representaciones (que lo explican y lo legitiman)".

    El mismo autor36 cita a Paoli, A., quien entiende a la Hegemonía como:

"Un sistema político-cultural de clase, que tiende a cohesionar cada vez más orgánicamente a determinado contingente humano (...) y afirma: sólo puede existir y desarrollarse en tanto existe un aparato de hegemonía bien organizado, que genera un conjunto institucional y un proceso de transformaciones culturales adecuadas a sus necesidades sociales".

    Con estas definiciones pretendo habilitar el imaginario que, la educación física, el tratamiento de los cuerpos de los individuos y en especial de los niños, se constituye en un campo de lucha ideológica. Lugar desde el cual - a través de los centros de poder- se prefiguran las diferentes experiencias de vida de los sujetos. También quiero advertir, el distanciamiento entre el llamado proceso de "socialización", por el cual los individuos deberán adaptarse a su medio social y que constituye buena parte del discurso de la sociología del orden encarnada en Durkheim y Parsons, y lo que aquí llamamos de Hegemonía. Por último, y sin ser reiterativo, es con estas categorías de análisis, interpretaciones y conceptualizaciones que buscaré dirigir la mirada hacia los cuidados del cuerpo infantil bajo el período de la Ilustración.

    El cuerpo ha sido, desde la Ilustración, el nivel de anclaje para la configuración de un proceso hegemónico que importa relaciones de dominación y subordinación. Las funciones que fueron esperadas y atribuidas a él, en buena medida han sido responsabilidad histórica de la Educación Física como centro de poder ideológico, y donde como en el caso de Poulantzas, N.37 entendemos al poder como la

"capacidad de una clase social en realizar sus intereses objetivos específicos"

    Sin dudas que la "titularidad de esa clase" aseguró su continuidad ligada al mismo aparato del Estado aunque su capacidad para sufrir desplazamientos puede ser observada más cuando específicamente vinculado al campo educativo del que al de la salud. En éste parecen observarse un conjunto de pautas y condiciones que aseguran una mayor continuidad que impiden los desplazamientos de titularidad. En tal caso, lo que pretendo ahora analizar son las condiciones de construcción38 social de la salud en el traspaso del medioevo a la modernidad y con especial referencia al cuerpo y cuidado de los niños. La obra de Josefa Amar y Borbón, escrita alrededor de 1790, donde educación y política parecen encontrarse en un discurso dirigido a un público amplio y cerrado39 contribuirá al estudio de las posiciones hegemónicas que relacionen y definan las categorías ante dichas y con especial énfasis en el género femenino.

    Un modo para iniciar aquel camino de re-fundación que indicara inicialmente, es admitiendo un modo de lenguaje que dé cuenta e interrogue al mundo construido. Señala Mc Laren, P40 que:

"El lenguaje de la teoría educacional oficial con frecuencia se convierte en un sistema opresivo totalizador, precisamente a causa de su incapacidad de interrogar su propia producción discursiva de lo real y de las relaciones sociales que él mismo construye y sostiene, relaciones que con frecuencia niegan más que posibilitan una vida sin explotación ni sufrimiento humano".

    Un buen ejercicio, para verificar y comprender la génesis del surgimiento de la Educación Física, es interpretar los primeros cuidados del niño en la época.

    Las sospechas, cuando menos para abrir la reflexión, acerca de qué funciones ha venido sosteniendo esta práctica pedagógica y hacia donde estuvieron/están orientadas las mismas, podrán beneficiar la movilización intelectual de quienes ocupan el campo y contribuir, ahora sí al sentido amplio del término salud. ¿Qué vínculos de socialización? ¿Qué preferencias de comunicación? ¿Qué actuaciones de motricidad? ¿Qué visión de infancia y adolescencia? ¿Qué implica la relación subjetividad-corporeidad...? Estas y otras preguntas exigirán visualizar qué postura social asumimos los profesores de educación física para salir de la trampa custodial, meritocrática y adiestrante que este sistema social nos hace devolver al microcosmo de la clase diaria.


Lo Infantil y lo Femenino: dos cuerpos para cuidar

    Antes que nada debemos recordar que en pleno Medioevo, la figura infantil no tenía una fuerte individualización. En lo que hace a su perspectiva iconográfica, Philippe Aries41 nos comenta que:

"las criaturas son representadas como adultos en miniatura" y el mismo autor nos señala que: "Es por vueltas del siglo XVI que comienzan a aparecer vestigios de un sentimiento especial con relación al niño, como son los mimos y la conciencia de inocencia infantil".

    De acuerdo con un estudio reciente de Andrea Bau 42, por vueltas del año 1500 recién aparece un texto vinculado a la Pediatría que es el de Damián Carbón (libro del arte de las comadres o madrinas y del regimiento de la preñadas y paridas y de los niños). Según esta autora, las otras obras de la época -y por ella investigadas- dan cuenta del carácter general de los problemas infantiles, su lactancia y salud. No obstante, y por esa misma época, Eduardo Álvarez Palacio43 en su estudio sobre Cristóbal Méndez, resalta que es un período donde aparecen obras como: El vergel de sanidad, de Luis Lobera de Ávila (1542); El aviso de Sanidad, de Francisco Nuñez de Coria (1569); La conservación de la salud del cuerpo y del alma, de Blas Alvarez de Miraval (1597); y por supuesto el de Cristóbal Méndez donde se ofrecen recomendaciones de cómo realizar los ejercicios corporales.

    Es importante señalar que buena parte de los esfuerzos médicos del Renacimiento, y como consecuencia de ello su impacto social en torno al asentamiento de las bases para la salud poblacional, fue inspirada:

"dentro de la corriente del galenismo humanista que se nutre de Hipocrates, Platón, Aristóteles y sobre todo Galeno. Este retorno a las fuentes clásicas va a suponer -al menos en España.- un reencuentro con la gimnasia medica de los antiguos" 44

    Conviene recordar que para el pensamiento Hipocrático, y que según los autores señalados tuviera tanta influencia en la España Medieval, no surge sino como respuesta opuesta a las concepciones que ya, un siglo antes de Socrates, planteara en Grecia, Alcmeón de Crotona45. Este indicó cuatro elementos capaces de producir reacciones químicas en el organismo humano, y que estaban relacionados a la naturaleza universal. Esos cuatro elementos humanos eran: lo frío, lo caliente, lo seco y lo húmedo, que se asociaban a la tierra, al agua, al aire y al fuego conformando así una visión de unidad entre hombre y naturaleza. Estos elementos se conjugan en lo que los griegos llamaron dynámeis. Que no eran más que los posicionamiento de la Escuela Jonia - con sus elementos de la Naturaleza- y los de Alcmeón de Crotona - con sus elementos humanos -. Un siglo después, los médicos de la Escuela de Cos, de la cual Hipocrates era su máximo exponente, lo que hacen son proponer la sustitución de la teoría de los elementos por la de humores. Ahí comienza un proceso de diferenciación y distanciamiento del hombre con su naturaleza. Los fenómenos comenzarán a ser explicados -y desde luego durante el periodo medieval en que son recuperadas estas ideas- por argumentos que le darán prioridad a la instrumentación técnica y utilitaria de lo corporal. Sin dudas que el proceso de creación de los Estados como forma de administración social irá en sintonía a las relaciones de verdad que se vayan constituyendo. Me parece sumamente esclarecedor la cita que hace José Tamarit46 sobre Michelle Foucault en el sentido que este afirma:

"La existencia, a lo largo de la historia y en todas las sociedades, de lo que denomina regímenes de verdad, es decir, reglas de juego impuestas mediante variados mecanismos que permiten otorgar a determinados discursos el indiscutido carácter de científicos, así como negarles a otros dicha condición (...) para comprender el problema del conocimiento no debemos situarnos frente a él como filósofos, sino como políticos"

    Una de las contribuciones que se pretende con este trabajo es resaltar cómo esos "regímenes de verdad" alcanzan una "titularidad de clase" específica y definida.

    Para continuar no podemos dejar de mencionar que aun persisten ciertas virtudes nobiliarias, donde los rasgos corporales materializan las virtudes del alma rescatándose en el cuerpo la fuerza y la destreza.

    Estas habilidades, sin duda no se expresan en los cuerpos de las mujeres y de los niños, de ahí que los preceptos de "regímenes de verdad" impartidos desde los intereses hegemónicos del Estado naciente en los siglos XVII y XVIII buscaren anclar -de diferentes maneras- sobre los cuerpos de ambos.

    Los fenómenos que van a interesar en esta época se relacionan fundamentalmente a los problemas de la crianza familiar y, como señala Martín Nicolás 47, estas se ubican en el plano de la alimentación, el vestido, el calzado, el descanso, el baño y las actividades al aire libre en cuanto a preocupaciones de la educación física. Las tareas iniciales de la disciplina están orientadas a condensar mucho de los hábitos virtuosos y del orden a través de una permanente racionalización y ajuste sobre los aspectos somáticos.

    Pero sin dudas que el cuidado del cuerpo infantil también tendrá un direccionamiento disciplinar. Así lo resalta John Locke48, para quien, como sabemos

"La educación del cuerpo se refleja en el plano del endurecimiento físico, el cual permitiría afrontar a la persona las vicisitudes climatológicas y laborales de la vida cotidiana".

    La importancia del ejercicio físico está en directa relación con la salud, y son los preceptos higiénicos los que van a introducirse en favor de aquellos ideales que, en modo alguno gozan de neutralidad, sino que como muy bien resalta Alvarez Palacios 49

"En esas obras (del siglo XVI) se ofrecen preceptos de higiene ligados, casi siempre, a normas dietéticas y formas de ejercitación corporal para un mejor mantenimiento físico".

    Lo que resulta atractivo para la línea que pretendo resaltar en este trabajo es que:

"...la higiene era considerada una perspectiva individual, lo que equivalía a que sus destinatarios fueran exclusivamente los privilegiados que integraban los grupos dominantes de la sociedad" 50

    Estaba presente, sin dudas, los preceptos ya elaborados en tiempos medievales y que se denominaran regimina sanitatis que, habiendo sido elaborado por:

"médicos cortesanos van dirigidos a sus señores y protectores, en definitiva a los miembros de la clase dirigentes y de la nobleza y ". 51

    En los infantes esto va tomando un matiz que se establece desde el mismo momento del nacimiento. Uno de los cuidados que presta mayor atención es el del cordón umbilical del recién nacido.

    De esta forma se utilizan:

"Secreciones humanas -la saliva- Sustancias animales como la ceniza del caracol; Sustancias vegetales como el sangre draconis, procedente de distintas especies y también sustancias oleosas como el aceite" 52.

    Otro cuidado que se observa en el cuerpo del recién nacido es la "salazón del mismo", que consiste en aplicarle sal sobre todo el cuerpo, con excepción de boca y nariz, y a modo de prevenirlo contra el frío, el calor y las infecciones de la piel53. Otra actividad que aparece vivamente representada y que es practicada al recién nacido por la partera, son los "enderezamientos de los miembros torcidos de la criatura" 54. En estas prácticas se diagrama claramente el sentido ideológico que va asumiendo el concepto de salud, ya que "el neonato es considerado como algo fluido y blando cuyas distorsiones corporales deben ser corregidas" 55. Bartolomé el Inglés compara el cuerpo del bebe con la cera y, Damián Carbón con una pasta 56. Queda evidenciado que este cuerpo recién nacido no alcanza a inscribirse -en el imaginario de la época- como un cuerpo verdaderamente humano. Al simbolizarlo desde esa perspectiva, es lógico que el dispositivo para su tratamiento estará más encaminado para producir sobre él los aspectos esperados para un adulto. Además de la cuestión higiénica ya resaltada, aquí se plantea una clara alusión estética, que atañe más a una perspectiva de diferenciación y distanciamiento "con lo otros" (los estamentos mas bajo de la sociedad) que a una implicancia de salud real. Damián Carbón57 dice:

"Pues es menester que mire los brazos (la partera) piernas y pies porque no estén disformes como vemos: los pies tuertos: y otras cosas feas".

    Perseguido y condenado en distintos países y por diferentes órdenes hay un hombre que en la Ilustración brillará por sus propuestas reformistas y transgresoras a los hábitos y costumbres epocales; me refiero a Jean Jacques Rousseau. Él tenía otras ideas acerca del cuidado de los niños y en particular al tratar la cuestión de la vestimenta, en su obra Emilio 58 afirma:

"Toda nuestra sabiduría consiste en prejuicios serviles; todos nuestros usos no son sino sujeción, tortura y violencia. El hombre civil nace vive y muere en la esclavitud: a su nacimiento se le cose en una mantilla; a su muerte se le clava en un féretro; en tanto que él conserva la figura humana está encadenado por nuestras instituciones".

    Su crítica va más allá cuando dice:

"Se le enmantilla, se le acuesta con la cabeza inmóvil y las piernas alargadas pendientes los brazos a los lados del cuerpo; él queda rodeado de telas y vendas de toda clase, que no le permiten cambiar de posición".


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