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Educación Física para la Paz. Una propuesta posible

  Maestro de Educación Física
Diplomado en Magisterio por la Universidad de Valladolid
(España)
Carlos Velázquez Callado
cvelazqu@roble.pntic.mec.es

 

 

 

 
Resumen
    El presente artículo pretende mostrar las posibilidades de trabajo de la cultura de paz desde el área de Educación Física, a través de un programa educativo innovador que, partiendo desde unos principios teóricos, introduce un conjunto de propuestas viables en la práctica orientadas a fomentar entre nuestro alumnado valores como la convivencia, la interculturalidad o el respeto al medio ambiente, por poner sólo algunos ejemplos, a través de la práctica de actividades físicas no competitivas.
    Palabras clave: Educación física para la paz. Cooperación. Juegos. Cultura de paz. Innovación.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 36 - Mayo de 2001

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1. Planteamientos iniciales

    El que fuera secretario general de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, acuñó la expresión cultura de paz para referirse a una nueva forma de entender el mundo en que vivimos que, tomando como base la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se caracteriza por el respeto a la vida y a la dignidad de cada persona, el rechazo a la violencia en todas sus formas, la defensa de un conjunto de valores como la libertad, el respeto, la comunicación o el diálogo y el rechazo activo de otros como la injusticia, la intolerancia, el racismo o el fanatismo, la apuesta por la diversidad cultural y el interculturalismo como medio de enriquecimiento común, el deseo de un desarrollo que tenga en cuenta la importancia de todas las formas de vida y el equilibrio de los recursos naturales del planeta y, en definitiva, la búsqueda colectiva de un modo de vivir y de relacionarse que contribuya a construir un mundo más justo y solidario en beneficio de toda la humanidad.

    La respuesta educativa a las concepciones filosóficas de la cultura de paz es lo que se ha venido a denominar educación para la paz, la cual puede ser definida como el proceso continuo de concienciación de la persona y de la sociedad, que, partiendo de la concepción positiva de la paz y del tratamiento creativo del conflicto, tiende a desarrollar un nuevo tipo de cultura, la cultura de paz, caracterizada por una triple armonía del ser humano consigo mismo, con los demás y con el medio ambiente en el que se desenvuelve. De esta definición se deduce la necesidad de actuar sobre tres ámbitos interrelacionados: el ámbito personal, el ámbito social y el ámbito ambiental.

    De la interrelación entre los principios de la educación para la paz y las características específicas del área de Educación Física nace una nueva concepción de la Educación Física que hemos denominado Educación Física para la paz.



    La Educación Física para la paz trata de descubrir qué es lo que puede aportar el área de Educación Física a la concepción global de la educación para la paz, es decir, intenta responder a cuáles son los aspectos de la educación para la paz que pueden ser trabajados desde el área de Educación Física. La Educación Física para la paz asume, como veremos a continuación, tanto la definición de la educación para la paz como los tres ámbitos de intervención derivados de ella, hasta el punto de convertirse en sus ejes conductores.


2.Conductas y líneas de actuación desde la educación física para la paz

    El principal objetivo de la Educación Física para la paz es, como ya hemos mencionado, determinar qué puede aportar el área de Educación Física a un proyecto común de educación para la paz y cómo hacerlo. En este sentido, desde los diferentes ámbitos de intervención planteamos un conjunto de conductas prioritarias, necesarias para favorecer el desarrollo personal, social y ambiental de nuestro alumnado, concretando dichas conductas en una propuesta de líneas de actuación en el aula de Educación Física.

2.1. El ámbito personal: conductas y líneas de actuación

  1. Mejora de la autoestima. Nuestro objetivo es favorecer, desde el primer momento, el que el alumnado perciba los aspectos positivos de su personalidad y se dé cuenta de que son bastantes más, en número y en calidad, de los que él percibe como negativos. En este sentido, desde la clase de Educación Física pretendemos:

    • Hacer que el alumnado perciba sus logros.

    • Emplear el refuerzo positivo.

    • Fomentar los comentarios positivos entre el alumnado.

    • Repartir el protagonismo en las clases.

    • Introducir juegos y dinámicas específicas.

  2. Conocimiento y aceptación de la propia personalidad. Se intenta que el alumnado reflexione sobre sus actos, encuentre el porqué reacciona de una manera ante determinadas situaciones, perciba sus capacidades y limitaciones, intente superar las dificultades y, en definitiva, se acepte a sí mismo tal y como es. Así, la propuesta para nuestras clases se basa en:

    • Trabajar en lo posible con propuestas de actividad motriz abiertas.

    • Introducir propuestas motrices planteadas por el propio alumnado.

    • Permitir al alumnado la selección libre del nivel de actividad motriz.

    • Plantear actividades grupales cooperativas con diferentes funciones complementarias.

  3. Autonomía a la hora de tomar decisiones y responsabilidad en las decisiones tomadas. Se trata de fomentar entre el alumnado la responsabilidad en sus acciones; para ello resulta imprescindible, en primer lugar, confiar en él y en sus posibilidades y, en segundo lugar, plantear una serie de acciones orientadas a que sea el propio alumnado el que se encargue de tomar determinadas decisiones y se responsabilice de las decisiones tomadas. Difícilmente podremos favorecer la autonomía y la responsabilidad en una clase completamente directiva donde siempre se hace lo que dice el profesor, como dice el profesor y cuando dice el profesor. En este sentido, proponemos:

    • Absoluta libertad para participar o no en las actividades propuestas en nuestras clases.

    • Delegar en el alumnado una serie de funciones.

    • Consensuar con el alumnado las normas básicas de las clases.

2.2. El ámbito social: conductas y líneas de actuación

  1. Mejora de las relaciones de grupo. Desde nuestro punto de vista la relación que se establece entre un alumno y el resto de sus compañeros y compañeras condiciona el aprendizaje tanto o más que otros aspectos sobre los que se hace constante insistencia como por ejemplo la adecuación de los contenidos o la metodología empleada. Si queremos que el alumnado desarrolle al máximo sus potencialidades, es fundamental que en la clase se cree un clima agradable para todos y todas. En este sentido nuestra propuesta se orienta a:

    • Fomentar la expresión de sentimientos y los contactos personales.

    • Introducir actividades motrices que impliquen el cambio constante de compañero.

    • Favorecer la formación de grupos distintos.

    • Potenciar la práctica de juegos motores cooperativos.

    • Utilizar recompensas grupales.

  2. Aceptación del otro sin importancia de su raza, sexo, condición social, etc. Tan importante como sentirse aceptado dentro del grupo es aceptar a los demás. La eliminación cualquier tipo de discriminación se convierte en un objetivo prioritario de nuestras clases. En particular, es prioritario incidir, al menos, en estos tres aspectos: las relaciones niños - niñas, las relaciones entre el alumnado de culturas minoritarias (gitanos, inmigrantes...) y el de cultura predominante, y las relaciones del grupo con aquellos niños y niñas que presentaban alguna discapacidad. Nuestra propuesta de trabajo se basa en:

    • Introducir en las clases elementos motores de las culturas minoritarias.

    • Reforzar positivamente los grupos mixtos.

    • Emplear un lenguaje no sexista.

    • Adaptar actividades motrices al alumnado con discapacidad.

  3. Regulación de conflictos por vías no violentas. Se parte de la idea de que el conflicto es algo natural que, por sí mismo, no es negativo. Lo negativo es recurrir a la violencia para imponer nuestro propio criterio. Una regulación no violenta del conflicto requiere exponer nuestra visión del problema, escuchar la visión de la otra persona y alcanzar un acuerdo que satisfaga a ambos. En este sentido desde el área de Educación Física proponemos:

    • Favorecer el que el alumnado regule sus propios conflictos.

    • Reservar un espacio para la regulación de los conflictos.

    • Reforzar positivamente la regulación no violenta de conflictos por parte del alumnado.

  4. Conocimiento y valoración de otras culturas. Una educación para la convivencia pacífica requiere aceptar otros puntos de vista, otras formas de ver las cosas. Así, aunque es interesante conocer nuestro patrimonio cultural, esto no debe ser excusa para caer en el etnocentrismo y pensar que nuestro punto de vista es el mejor o el único posible. Por el contrario, cuando nos introducimos en el conocimiento de otras culturas, descubrimos que realmente los elementos que nos unen son muchos más que los que nos separan. En este sentido, desde la escuela se debe dar la oportunidad al alumnado de buscar puntos de encuentro entre nuestra cultura y la de otros pueblos. Para ello, desde nuestras clases de Educación Física proponemos:

    • Emplear músicas de otras culturas.

    • Introducir actividades motrices de otros pueblos y culturas.

2.3. El ámbito ambiental: conductas y líneas de actuación

  1. Respeto al medio ambiente. La educación para la paz implica no sólo una relación entre seres humanos, sino también entre éstos y el medio ambiente en el que se desenvuelven. Desde la escuela debemos favorecer una serie de conductas orientadas al respeto de un medio que, por desgracia, es cada vez más escaso. Desde las clases de Educación Física podemos favorecer en nuestro alumnado actitudes de respeto hacia el medio ambiente a partir de propuestas tales como:

    • Práctica de actividades físicas en entornos naturales o seminaturales

  2. Preocupación por su mejora. Si el primer paso para favorecer una armonía entre el ser humano y el medio natural es el respeto del entorno, el siguiente paso debe ir dirigido a fomentar entre el alumnado una serie de conductas orientadas hacia su conservación y mejora. En este sentido desde nuestras clases proponemos:

    • Introducir juegos y dinámicas motrices específicas de educación ambiental.

    • Utilizar materiales de desecho para la práctica de actividades físicas.


3. Abriendo la escuela a la comunidad y al mundo. Hacia una continuidad en la acción

    Una de las características que definen la educación para la paz es la de ser una educación desde y para la acción. Es una educación desde la acción porque supone la implicación personal del profesor que debe servir de modelo de comportamiento y es una educación para la acción porque busca una continuidad de los aspectos trabajados en la escuela y una incidencia de éstos en la sociedad. Lógicamente resulta muy difícil promover desde la escuela situaciones de cambio macrosocial, sin embargo, podemos y debemos generar una serie de propuestas, en nuestro caso desde el área de Educación Física, destinadas a servir de nexo entre la escuela y, cuando menos, su entorno de influencia. Estas son sólo algunas de las posibles propuestas:


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