La labor educativa del profesor y los valores: una problemática actual | |||
Universidad de Cienfuegos
(Cuba) |
MSc. Mercedes Rodríguez González mrdguez@ucfinfo.ucf.edu.cu |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 34 - Abril de 2001 |
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Introducción
La escuela cubana ha experimentado un innegable desarrollo que ha garantizado que todos los niños y jóvenes dispongan de una institución para su educación, a esto se une el desarrollo del país en las esferas investigativas, deportivas y cultural.
El perfeccionamiento continuo del Sistema Nacional de Educación aspira a situar la escuela cubana a la altura del desarrollo social actual. El mundo cambia, el avance de la ciencia y la técnica es vertiginoso y la escuela no puede quedarse a la zaga, debe ir delante de su tiempo preparando al hombre para la vida.
Para que nuestra escuela sea como los alumnos la necesitan y la sociedad exige, es necesario realizar cambios, en el estilo de trabajo y en las relaciones personales. Aún existen problemas en el proceso docente educativo, que a su erradicación debe orientarse una educación para la vida y para el trabajo.
Labor educativa del profesor
El profesor de Educación Física y el entrenador son fundamentales en la labor educativa de nuestros niños y jóvenes, propiciando en sus clases y en las actividades extradocentes un medio más alegre y menos rígido donde el alumno se sienta siempre tomado en cuenta y participe de manera más activa en el buen funcionamiento del centro y en su propia educación.
Para lograr esto es necesario que los profesores de Educación Física y entrenadores estén preparados convenientemente para la realización de su máxima tarea: EDUCAR. Consideramos que aunque en nuestro país se han alcanzado logros notables en la esfera educacional hay que continuar perfeccionando esta tarea y reflexionando en este sentido pensamos que existe una falta de correspondencia entre:
ESFUERZOS ------------------- RESULTADOS
Debido a:
Dicotomía o separación entre educación y enseñanza.
Diversidad de estilos pedagógicos, es decir, falta de unidad de criterios. ¿ Qué hacer y cómo formar cualidades, qué exigir y como orientarlos ?.
Formulismo, rigidez y autoritarismo, cualidades que tienen su origen en las dos causas anteriores.
Falta de unidad entre la familia, la escuela y el profesor, lo que provoca que el estudiante reciba influencias diferentes en su formación.
La insuficiente efectividad de acción de los medios de difusión y de otros factores de la comunidad.
Los aspectos antes señalados nos llaman a la reflexión y de ahí la necesidad de un trabajo educativo de forma planificada e incidental para lograr la formación integral de la personalidad mediante la concepción del trabajo educativo en un sistema único y coherente que incida en las diferentes esferas de la personalidad.
Para lograr un estilo coherente en el trabajo educativo el profesor debe tener presente:
La unidad entre enseñanza y educación.
Al alumno como sujeto activo de su propia educación.
Propiciar una dirección colectiva.
Promover la activación del aprendizaje.
Propiciar la auto - regulación.
Por lo que es necesario educar a la nueva generación con un sentido práctico, verdaderamente comprometido con la sociedad y consigo mismo. Para esto el proceso docente educativo debe estar orientado a preparar al educando " para la vida y para todos los tiempos " Esto se consigue si abordamos dicho proceso desprovistos de rezagos, esquematismos, formalismo, vinculando cada una de las actividades que realizamos con la realidad social que viven los estudiantes, pero para llevar a cabo lo antes planteado se hace necesario que el profesor piense y actúe de forma diferente a como lo ha hecho hasta ahora y deje un espacio al estudiante para que exprese sus criterios, juicios, valoraciones y piense de forma abierta y reflexiva, contribuyendo a que los propios estudiantes elaboren sus proyectos de vida y desarrollo personal.
En la clase de E.F y el Deporte Escolar el profesor no sólo imparte conocimientos y desarrolla habilidades motrices básicas y deportivas sino que con su ejemplo y estilo de conducir la clase, contribuye a la formación de valores, cualidades morales, motivaciones, intereses y formas de conducta.
¿Qué es el valor?
El valor se configura a través de la persona concreta que lo forma y desarrolla, es decir, la persona acrecienta el valor a través de su historia personal, a través de su experiencia, a través de su propio lenguaje.
Podemos designar como valor aquello que hace buenas las cosas, aquello por lo que las apreciamos, por lo que son dignas de nuestra atención y deseo. El valor, por tanto, es la convicción razonada y firme de que algo es bueno o malo y de que nos conviene más o menos. Los valores reflejan la personalidad de los individuos y son la expresión del tono moral, cultural, afectivo y social marcada por la familia, la escuela, las instituciones y la sociedad en que nos ha tocado vivir.
Son los valores los que enseñan al individuo a comportarse como hombre, ya que solo el hombre es capaz de establecer una jerarquía entre las cosas y esto resultaría imposible si el individuo no fuera capaz de sacrificio y renuncia. Los valores configuran la dignidad del hombre reconocidos por todos, dan apoyo y fundamento a un diálogo universal, a un entendimiento generalizado que harán posible la paz entre todos los pueblos.
En realidad lo que existe son las cosas y los hombres que se vinculan con esas cosas.
El concepto, el conocimiento, es el resultado de las relaciones del hombre que transforma al mundo para satisfacer sus necesidades y en consecuencia conocerlo como resultado de su misma transformación. Así que los conceptos, las leyes, las teorías, no son más que generalizaciones en el plano subjetivo, de la realidad, en una relación objetivo - subjetiva, como resultado del vínculo entre el hombre y el medio.
El valor es una dialéctica de lo objetivo y subjetivo, se define ( Ravelo ) como la significación del objeto para el sujeto, o sea, el grado de importancia que tiene la cosa, para el hombre que se vincula con ese objeto. Todos los objetos son portadores de valores, en tanto el sujeto lo procese y lo necesite. Esto es muy importante para nosotros los profesores; todo lo que enseñamos, puede ser objeto de valoración por nosotros y ese es el punto de partida, como célula, para el análisis que estamos haciendo.
Una vez interiorizados, los valores se convierten en guías y pautas que marcan una conducta coherente. Se convierten también en indicadores del camino a seguir, permitiendo así el encontrarle sentido a lo que hacemos, tomar decisiones y responsabilizarnos de nuestros actos.
En la formación y desarrollo de valores que tiene sus premisas en el arraigo en el individuo de un grupo de convicciones morales, intervienen disímiles elementos y factores dados por un sistema de influencias en el que intervienen a partir de un tono moral, cultural afectivo y social; la familia, la escuela, las instituciones y la sociedad en su conjunto.
Al tema de los valores le es consustancial el tema de la comunicación, pero no comunicación como instrucción, no comunicación como orientación o como transmisión, comunicación dialógica real, donde se cree un espacio común, donde las partes que intervengan compartan necesidades, reflexiones, motivaciones y errores, la comunicación no es convencer a alguien, la comunicación es ubicar a alguien en el espacio de nuestra razón, de nuestra causa, pero a través de sus reflexiones y posiciones. Ningún contenido que no provoque emociones, que no estimule nuestra identidad, que no mueva fibras afectivas, puede considerarse un valor.
Tener valores es estimar un objeto, un principio. Es ubicar las cosas por orden de importancia, es decidir lo que es más importante en un determinado momento y luchar por ello. Es ubicar y jerarquizar los bienes materiales y espirituales en orden de importancia. Esta jerarquía de valores se forma en el individuo en su interacción con las diferentes esferas de la vida: familia, escuela, comunidad, trabajo, ambiente físico, ambiente sociocultural, entre otros.
Sin el proceso docente educativo, no se forman valores . Si el hombre no está sumido en el proceso y transformando el objeto, no hay valores, no se forman valores, el valor no es una cosa que uno tiene archivado en una carpeta o en un archivo. Cuando el profesor enseña un concepto, estamos yendo hacia lo general, hacia lo universal, pero al significarse la importancia relativa que tiene ese concepto en función de su rol como profesional, ese es el camino de la formación de valores. Esto es posible lograrlo en cada clase, en cada actividad docente, en cada momento de interrelación alumno - profesor. Se va relacionando la formación profesional con la humanista. Se trata de proporcionar una verdadera educación adecuándola a las exigencias de nuestro tiempo
La Educación Física y el Deporte contribuyen al desarrollo de valores, favoreciendo la formación integral de nuestros niños y jóvenes. A través de la participación en juegos y deportes se desarrollan cualidades como la lealtad, la cooperación, el valor, la fuerza de voluntad, la resistencia y la perseverancia. Según el uso que se haga del deporte proporcionará unos resultados u otros. Bien utilizado puede enseñar resistencia y estimular un sentimiento de juego limpio y un respeto por las reglas, un esfuerzo coordinado y la subordinación de los intereses personales a los del grupo, mal utilizado, puede estimular la vanidad personal, el odio a los rivales y un desdén por los demás. Por lo que la actividad deportiva puede trasmitir valores deseables o no deseables. Los valores son adquiridos a través de los procesos de socialización y de transmisión entre los seres humanos.
La actividad física realizada espontáneamente bajo una dirección especializada, en el tiempo libre o en el tiempo profesional está dirigida a la formación y desarrollo de hábitos, habilidades de movimientos corporales de variado nivel técnico y al desarrollo de capacidades físicas, que contribuyen a un crecimiento físicamente armónico, a la formación integral, la satisfacción espiritual y a la salud de las personas que lo realizan. Esto ha devenido en fenómeno social históricamente determinado.
El Sistema de Cultura Física y Deporte de Cuba asume como su razón de ser y encargo social lo siguiente:
Satisfacer las necesidades sociales e individuales en la práctica de actividades físicas y deportivas de toda la población, contribuyendo a la formación integral del individuo, a la elevación de la calidad de vida de la salud, a la recreación y exaltación de los más altos valores humanos, así como al progreso y a la defensa de la patria.
Para cumplir con este encargo social los profesionales de la Cultura Física no sólo deben estar preparados, desde el punto de vista científico técnico, sino también deben poseer, una alta ética profesional que se pueda traducir en la formación y desarrollo en niños, adolescentes y jóvenes, de los más altos valores que esta actividad posibilita y que potencialmente posee.
Etica deportiva
Es una ciencia independiente con los fundamentos teóricos de la ciencia general que establece códigos de principios, reglas de valores y normas morales que rigen la actividad deportiva, tanto para los principiantes, como para profesionales y espectadores.
La ética del deporte radica esencialmente en tres elementos:
Principios que rigen la actividad en cuanto a fines para los cuales está concebida.
Satisfacción de necesidades individuales como:
Prevención y promoción de salud.
Deporte para todos.
Altos rendimientos deportivos.
Fines estéticos.
Esparcimiento y uso creativo y formativo del tiempo libre.
Cumplimiento de un código de conducta.
Establecimiento de preceptos, reglas y normas que rigen la actividad y entre las que deben estar presentes entre otras las siguientes normas:
Normas de corrección en la utilización del material y las instalaciones.
Normas para la sensibilización para la conservación y el mantenimiento del material y las instalaciones deportivas.
Normas para la consolidación de hábitos higiénicos.
Normas internas.
Normas reglamentarias en juegos y deportes.
Pactos para el establecimiento de normas de juego.
Normas para la eliminación de actitudes de indisciplina.
La formación de un sistema de valores entre los que se encuentran entre otros:
Amor a la patria (fidelidad, sentido de pertenencia).
Disciplina.
Sencillez y modestia.
Dignidad.
Honestidad.
Solidaridad.
Voluntad.
Colectivismo.
Respeto mutuo.
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