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Aspectos psicológicos de la esgrima |
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Psicólogas. Especialistas en Psicología del Deporte. Investigadoras Agregadas. Profesoras Auxiliares Adjuntas al ISCF. (Cuba) |
Lic. Sonia Rivero Cortés |
Resumen En el presente trabajo se realiza un análisis de las demandas psicológicas de la esgrima y la importancia que tiene el desarrollo en este deporte de algunas cualidades psíquicas y psicofisiológicas para el logro de ejecuciones de elevada calidad deportiva. Se muestra el Perfil de Exigencias de este deporte y resultados de investigaciones llevadas a cabo en nuestro departamento con deportistas elites que demuestran la importancia del mismo en el trabajo de preparación psicológica con los atletas. Palabras clave: Esgrima. Preparación psicología. Demandas psicológicas. |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 6 - N° 31 - Febrero de 2001 |
Es imposible la elaboración de métodos efectivos de entrenamiento deportivo sin el estudio de las peculiaridades y leyes psicológicas de la actividad deportiva y la personalidad del deportista como sujeto de esa actividad1.
Como bien expresa Gueron (1973)2, "...los factores que determinan el carácter psicológico específico de una disciplina dada, están condicionados por la estructura motora de la actividad, por la ejecución deportiva y las demandas de ésta sobre el deportista y sus acciones".
Las exigencias constituyen una base esencial para la valoración de la aptitud, al mismo tiempo que expresan las direcciones más importantes del desarrollo de la personalidad en una modalidad deportiva determinada.
Rokusfalvy (1981)3 expresó que una aptitud para la disciplina deportiva específica significaba la concordancia entre las propiedades y capacidades de un deportista y las exigencias de esa disciplina, es decir, concordancia entre la actividad específica y la personalidad general del deportista, lo que constituye una premisa para un buen resultado estable en su desempeño.
Numerosos autores han abordado estudios encaminados a establecer metodologías para la determinación de los perfiles de exigencias y criterios para la selección de talentos.
Así pues, el punto de partida fundamental para el trabajo de preparación psicológica con los deportistas de las diferentes modalidades deportivas, debe ser el estudio de las características del deporte que se trate y con ello el establecimiento del perfil de exigencias psicológicas del mismo, para así poder contribuir al desarrollo de las cualidades que estas exigencias demandan de los atletas que practican dicho deporte.
En investigaciones realizadas en nuestro Departamento de Psicología del Instituto de Medicina del Deporte de Cuba, Cruz4 establece el Perfil de exigencias para la esgrima, atendiendo a un conjunto de 30 cualidades valoradas como importantes o muy importantes, entre las que se encuentran las siguientes:
Adecuado nivel de motivación.
Elevado desarrollo de las cualidades morales y volitivas (disciplina, tenacidad, decisión, perseverancia, dominio de sí, iniciativa e independencia, audacia, sentido crítico).
Percepciones altamente especializadas y manipulación correcta del arma (sentido de la distancia-profundidad, sentido del arma, sentido del momento, de las dimensiones y zonas de desplazamientos, etc.).
Buena velocidad y precisión de la reacción.
Adecuadas reacciones de anticipación.
Precisos cálculos visuales de espacio y tiempo (capacidad de observación).
Coordinación, rapidez y precisión de movimientos (ojos-manos-pies).
Alta capacidad de concentración de la atención y otras cualidades de la misma.
Elevado volumen de conocimientos técnico-tácticos y de razonamiento táctico, abstracto y pensamiento práctico-motor, operativo, solucionador de problemas. (capacidad intelectual).
Capacidad de representación mental de la acción.
Adecuados mecanismos reguladores (emocional y de la acción).
Desarrollo de buenas relaciones sociales que le permitan ser capaces de interactuar desde el punto de vista funcional-deportivo en las competencias por equipo y no perder la iniciativa individual (colectivismo).
Capacidad de carga psíquica.
Cualidades físicas (rapidez, resistencia, fuerza, flexibilidad, etc.).
No hemos tenido en cuenta el orden de importancia en esta presentación, por tanto no quiere decir que las últimas sean menos importantes que las primeras, pues la mayoría tienen semejante grado de importancia y como en toda actividad humana en muchos de los casos el mayor desarrollo en unas compensa el menor desarrollo de otras y se complementan en general cuando el sujeto tiene elevados niveles de rendimiento.
Veamos cómo se manifiestan estas demandas en la práctica de forma operativa.
Primeramente hablamos de una adecuada motivación. La motivación es un elemento rector de la conducta humana, le da dirección a la misma, hace que el individuo luche por sus objetivos y pueda lograr elevados resultados. No podemos hablar de elevados resultados deportivos sin una fuerte motivación, pues el deporte de alto rendimiento exige grandes sacrificios y jornadas agotadoras, muchas veces monótonas en aras del perfeccionamiento atlético. La motivación por el éxito solo será efectiva en la orientación de su conducta si ocupa un lugar en su jerarquía de motivos.
Íntimamente unido a ello, el esgrimista necesita un elevado desarrollo de las cualidades de la voluntad, para superar los obstáculos y dificultades tanto intrínsecas como extrínsecas y aspirar en todo momento a la victoria, esto requiere de una gran perseverancia para poder alcanzar sus objetivos y no decaer hasta lograrlos por difícil que sea, tenacidad para luchar a través de las largas jornadas competitivas, decisión para ejecutar con rapidez y precisión las acciones en el momento oportuno, sin vacilaciones, pues ello daría al traste con el resultado de sus acciones. Debe desarrollar iniciativa e independencia para actuar por si mismo ante las inesperadas acciones del contrario independientemente de las orientaciones de los demás, audacia para tomar decisiones en momentos de extrema tensión donde un toque decide un combate o una medalla y para ello necesita también poseer dominio de sí, tanto de sus emociones como de su conducta para poder demostrar las acciones técnico-tácticas que debe realizar y por ello necesita una firme seguridad en sus propias fuerzas.
El esgrimista debe poseer una adecuada autovaloración, reconocer sus errores, sus puntos débiles y fuertes no solo acerca de su actuación en el combate, sino de su preparación, de los contrarios, tener sentido crítico para evaluar con justeza sus verdaderas posibilidades y la de los contrarios. Si bien puede ser muy negativa una subvaloración, también puede serlo una sobre valoración, lo que conllevaría posteriores frustraciones.
La esgrima es un deporte altamente complejo, en los combates se requiere dominar gran cantidad de elementos técnico-tácticos y el atleta debe estar constantemente concentrado en los movimientos del contrario y en aquellos elementos que son significativos para orientar el combate, sin distraerse con todos los demás estímulos que lo rodean, por ello necesita una buena concentración y estabilidad de la atención y una buena capacidad de observación pues la mayoría de la información la recibe a través de los analizadores visuales y motores, tratando de adivinar las intenciones del contrario sin dejarse engañar por las fintas o elementos no significativos y aquí entra la necesidad del desarrollo de percepciones altamente especializadas: sentido de la distancia, del momento, sentido del arma, nitidez de las sensaciones músculo motoras, sobre todo al entrar en contacto con el contrario para discriminar sus posibilidades de acción teniendo en cuenta la presión y posición sobre su arma (el sentido del arma, que implica que el atleta llegue a sentirla como una "prolongación de su brazo"). A su vez debe tener sentido de la distancia para mantener la separación adecuada del contrario aún al desplazarse sobre la pista. El sentido del momento hace que las acciones sean oportunas y esto implica también adecuadas reacciones de anticipación para descubrir a tiempo las intenciones del contrario y ejecutar sus propias acciones en el momento preciso, ni antes ni después, tanto en acciones ofensivas como defensivas.
El esgrimista necesita además coordinación, rapidez y precisión de movimientos, fundamentalmente del movimiento sincronizado de los pies y el brazo armado. Hemos observado esgrimistas que inician sus acciones con los pies sin la correcta extensión del brazo, con lo que varían la distancia necesaria propiciando un momento favorable al contrario para contraatacar o ganar la prioridad del ataque. Todas estas sensaciones motoras se desarrollan en el proceso de entrenamiento y adquieren carácter especial de acuerdo a las peculiaridades motoras de cada arma.
Las acciones en esgrima se desarrollan con extrema rapidez y pueden decidirse por centésimas de segundos o de centímetros, por lo que el esgrimista necesita una buena velocidad de reacción y precisión de la misma, así como velocidad de movimiento para lograr reaccionar y ejecutar la respuesta con toda rapidez. Es particularmente importante la velocidad de reacción compleja, pues el atleta debe reaccionar de forma precisa y adecuada ante los diferentes estímulos visuales que recibe.
La respuesta que da el atleta está condicionada por su arsenal técnico-táctico, por ello es también fundamental el desarrollo del pensamiento táctico y práctico, operativo. El esgrimista debe realizar operaciones de análisis, síntesis, deducciones, en un tiempo muy breve y solucionar el problema para llevar a feliz término el combate. Por esto es importante que el esgrimista posea una adecuada movilidad de los procesos nerviosos, para responder ante las acciones cambiantes de la actividad. Se plantea como óptimo un sistema nervioso fuerte, equilibrado y móvil. Todas estas demandas conllevan un adecuado desarrollo de la capacidad intelectual en el esgrimista de alto rendimiento deportivo, lo que permite que el atleta tenga una mente ágil, capaz de analizar y sintetizar, distinguir lo principal en una situación, comprender, comparar y combinar todos los datos con sus posibilidades técnico-tácticas y orientarlas en el combate para obtener el triunfo.
Como es lógico suponer para que un atleta logre desarrollar todas estas cualidades y capacidades debe mantener una correcta disciplina, manteniendo una conducta adecuada en entrenamientos y competencias con un elevado cumplimiento del plan de entrenamiento y del reglamento establecido.
También planteamos que el esgrimista debe poseer sentido de colectivismo, el entrenamiento de esgrima necesita del otro ya que obligatoriamente muchas acciones se realizan en parejas y es fundamental que el atleta sea capaz de interactuar desde el punto de vista funcional deportivo. Además debe realizar competencias por equipo y asumir la responsabilidad que le toque en cada momento, incluso cuando deba poner los intereses del equipo por encima de los suyos propios si es necesario para obtener la victoria.
Por último, no queremos dejar de mencionar que dentro de las cualidades físicas fundamentales que debe desarrollar el esgrimista, se destacan la fuerza, fundamentalmente de piernas, la resistencia especial debido a las características agotadoras de las competencias de esgrima, la flexibilidad por la amplitud de movimientos necesaria y la velocidad.
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