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Análisis de un modelo de Cuestionario de Valoración
de la Actividad Física Durante el Tiempo Libre (I):
Minnesota Leisure Time Physical Activity Questionnaire (LTPA)

* Dra. en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
Profesora del Instituto Nacional de Ciencias de la Actividad
Física y del Deporte (INCAFD) de León.
** Dra. en Psicología. Profesora del Instituto Nacional de
Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INCAFD) de León.
** Dr. en Medicina y Cirugía. Profesor del Instituto Nacional
de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INCAFD) de León.

Concepción Tuero*
inectp@unileon.es
Sara Márquez**
José Antonio de Paz***
(España)

    Resumen
    Ante la vinculación entre el sedentarismo y la incidencia de diversas enfermedades, se plantea la necesidad de prescribir el ejercicio físico y de utilizar instrumentos apropiados para evaluar la actividad física como elemento propiciador de salud. Se han propuesto diversos métodos directos o indirectos para la evaluación de los perfiles de actividad física de la población. Los últimos, que incluyen técnicas de cierta complejidad y elevado coste económico, impedirían su empleo en estudios epidemiológicos. Hoy día está generalmente admitido que el instrumento de elección son los cuestionarios y se ha centrado especialmente la atención en aspectos relacionados con su estandarización y validación. El objeto de este trabajo es analizar el cuestionario Minnesota Leisure Time Physical Activity Questionnaire - LTPA - (el Cuestionario de Actividad Física de Tiempo Libre de Minnesota), así como la revisión de los estudios relativos a su validación y los resultados que éstos aportan.
    Parte de los estudios confirman que el LTPA puede ser un instrumento de interés en el marco de estudios epidemiológicos encaminados a la obtención de informes descriptivos o para relacionar los resultados con factores de riesgo de las enfermedades crónicas.
    Palabras clave: Gasto Energético. Actividad Física. Cuestionarios. Tiempo Libre.

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 27 - Noviembre de 2000

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1. Exigencias para instrumentalizar la valoración de la actividad física

    Como punto de partida debemos retomar la transformación de los hábitos en relación a la actividad física que en las últimas décadas han sufrido los países de niveles socio-económicos elevados. En este sentido García Ferrando (1998) señala que en la década de los 80 en nuestro país se consolida el modelo de sociedad del desarrollo y del consumo, esto supone crecientes tasas de urbanización e industrialización, un aumento de los niveles de bienestar social y la aparición de unos estilos de vida cada vez más determinados por las formas que tienen los individuos de ocupar su tiempo libre y sus actividades de ocio (Vidal-Beneyto, 1991), es en este último aspecto donde tienen cabida y adquieren relevancia las actividades físico-deportivas, no solo en nuestro país sino también en el marco de los países desarrollados.

    Por otra parte, en las últimas décadas, los investigadores se han interesado en el estudio de las actividades físicas humanas habituales y en los correspondientes requerimientos energéticos para llevar a cabo las mismas (Durnin y Passmore, 1967, Shepard, 1977, 1978, Andersen y cols., 1978). Estudios epidemiológicos relativamente recientes sobre la relación entre actividad física habitual y salud han acentuado aún más la importancia del uso de instrumentos apropiados para cada medición. La atención ha estado dirigida particularmente a la fiabilidad y validez de los mecanismos de valoración, y en este caso, de los cuestionarios utilizados para la investigación de los hábitos de ejercicio físico en vastas poblaciones (Godin y Shepard, 1985).

    Igualmente se ha puesto de manifiesto el interés en conocer lo más acertadamente posible el trabajo físico y valorar si éste es suficiente tanto en cantidad como en intensidad para procurar los cambios en el organismo del individuo que actúen positivamente sobre la salud y especialmente sobre el corazón (Serra y Llach, 1996). Los programas de ejercicio físico en grupos extensos de población se valoran con datos objetivos si se cuantifica la actividad física en gasto energético empleando métodos fiables.

    Los instrumentos de evaluación a modo de cuestionarios o diseños similares a éstos han sido manejados desde hace décadas en países como Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, entre otros, con formatos diversos y aplicados a sus ciudadanos (Tabla 1). En España apenas han sido utilizados estos cuestionarios - su empleo es muy reciente y escaso -, y los que se han empleado, recogen datos relativos a cortos períodos de tiempo, obteniendo, por tanto, información sesgada. Así, la necesidad de emplear un cuestionario adaptado a las actividades y hábitos físicos de los españoles, que abarque un período de tiempo considerable, se convierte en una exigencia del ámbito de la investigación de las ciencias de la actividad física.

Tabla 1. Modelos y referencias bibliográficas de los cuestionarios de valoración de la actividad física
PROCEDIMIENTO DE AUTOINFORME
MODELOS
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
Diario
 
Riumallo y cols., 1989.
Laporte, 1979
Gorsky y Calloway, 1983
Durnin, 1967
Bouchard y cols., 1983
Collins y Spurr, 1990
Cuestionarios de recuerdo de las actividades físicas
-Cuestionario dirigido a los Funcionarios Británicos
-Cuestionario de Bouchard
-Cuestionario de Paffenbarger/Alumnos de Harvard

-Cuestionario del Proyecto de las Cinco Ciudades
Yasin, 1967
Bouchard y cols., 1983
Paffenbarger y cols., 1978, 1986, 1987, 1991; Lee y cols., 1993
Blair y cols., 1985; Sallis y cols., 1985, 1988; Gross y cols., 1990.
Cuestionario sobre los antecedentes de las actividades físicas
-Cuestionario del Tecumseh
-Cuestionario de Actividad Física durante el tiempo libre (LTPA)

-Encuesta de Condición Física de Canadá
Montoye, 1971; Sobolski y cols., 1988
Taylor y cols., 1978; Jacobs y cols., 1993; Folsom y cols., 1986; De Backer y cols., 1981; Laporte y cols., 1979, 1982
Craig y cols., 1988; Boisvert y cols., 1988.
Cuestionarios de orden general
-Cuestionario de Plan de Seguridad para la Salud de Nueva York
-Cuestionario de Baecke
-Cuestionario de Framingham
-Honolulu Heart Program Study
-Physical Activity Readiness Questionaire (PAR-Q)
-Cuestionario de aptitud para la actividad física (C-AAF) -versión revisada del PAR-Q -
-Escala de Niveles de Actividad Física (NAF)
-Escala de Perfil de Actividad Física (PAF)
Shapiro y cols., 1965; Washburn y cols., 1986

Baecke y cols., 1982
Kannel y Sorlie, 1979
Yano y cols., 1984
Thomas y cols., 1992

Rodríguez y cols., 1994, 1998 a y b

Sánchez Barrera y cols., 1995
Sánchez Barrera y cols., 1995.

    Alguno de los inconvenientes que denuncian algunos autores es que la aplicación de los cuestionarios en muchas ocasiones discrimina a sujetos por cuestión de edad, sexo y raza (Boisvert y cols., 1988). El largo período para su aplicación, en el caso de los cuestionarios de recuerdo de las actividades físicas y los cuestionarios sobre los antecedentes de las actividades físicas, es para algunos autores la dificultad más importante de éstos, aunque también son los que más objetividad ofrecen en la información.

    Sin embargo, en virtud de la información que arrojan, es necesario insistir en la utilidad que este instrumento puede tener para la sanidad pública. A continuación explicaremos las características y utilidad de uno de los cuestionarios que más se ha utilizado en el ámbito de la valoración de la actividad física, el Cuestionario de Actividad Física de Tiempo Libre cuya denominación original es Leisure Time Physical Activity Minnesota (LTPA).


2. Análisis del LTPA como modelo de cuestionario

    Este cuestionario es un método que se incluiría en los denominados Cuestionarios sobre los Antecedentes de Actividades Físicas (Tabla I), y está basado en la sección del cuestionario de Tecumseh que trataba las actividades físicas de tiempo libre.

    El objetivo inicial de este cuestionario era desarrollar un formato para comprobar la hipótesis de que una práctica regular de actividad física producía un efecto acondicionante en el sistema cardiovascular como un mecanismo protector contra enfermedades coronarias, directamente o por la alteración de otros factores de riesgo (Taylor y cols., 1978; Folsom y cols., 1986). El tipo de actividad física que analizaba el LTPA era aquélla que el sujeto efectuaba durante su tiempo libre.

    El LTPA consistía en un formato donde los sujetos indicaban las actividades - aproximadamente 60 - que llevaban a cabo durante su tiempo libre1 a lo largo del año anterior. Un entrevistador entrenado, en, aproximadamente 20 minutos, recogía la información relativa a detalles sobre la duración media de la actividad, la frecuencia de ejecución y el número de meses al año en los que el individuo ejercitaba la actividad correspondiente. La intensidad de las actividades se indicaba a través de un código (I) sobre los valores ya publicados de VO2 correspondientes a cada actividad. Los resultados se obtenían a través del formato de un índice general de la actividad metabólica expresado en Kcal./día, y distribuidos en tres categorías vinculadas a un nivel de intensidad: ligero, medio e intenso. Las actividades consideradas como "ligeras" eran aquéllas cuyo código de intensidad (I) era 2,0, 2,5, 3,0, 3,5 y 4,0 METs; las "moderadas" tenían un código de intensidad de 4,5, 5,0 y 5,5, y las "intensas" igual o mayor de 6,0 (es decir, alrededor del 50% de su capacidad aeróbica - Taylor y cols., 1978 -).

    El índice metabólico de actividad, abreviado AMI, se obtenía a partir del número de meses (M) que el individuo realizaba la actividad a lo largo del año, el número medio de veces (F) - o frecuencia - que cada mes el participante realizaba dicha actividad y el tiempo empleado (T) cada vez en la ejecución. Así el AMI total resultaba del sumatorio de (I x M x F x T) . Taylor y cols. (1978), advirtieron que el cuestionario original excluía a las amas de casa, los niños y las culturas exteriores a América del Norte.


3. Incidencia de la utilización del LTPA

    Taylor y cols. (1978) trataron de validar el LTPA a través de una prueba de esfuerzo sobre tapiz ergométrico, si bien, los resultados, como ellos mismos reconocen, no constituían una completa validación de este instrumento. Al concluir este estudio inicial, estos autores confirmaban la hipótesis de partida que indicaba que los sujetos que participaban en actividades de elevada intensidad tendrían mayor capacidad aeróbica, y que, por tanto, podrían estar protegidos, debido a su mayor participación en actividades intensas, frente al desarrollo de enfermedades coronarias futuras.

    Jacobs y cols. (1993) publicaron un estudio sobre la validación de 10 cuestionarios entre los que se encontraba el LTPA revisado. Este estudio se denominó Study of Activity, Fitness and Exercise (SAFE) y su objetivo se centraba en una solicitud de Instituto Nacional de Salud estadounidense para organizar un sistema de referencia apropiado para evaluar los niveles de actividad física2. La validación directa e indirecta se realizó a través de siete áreas: el consumo máximo de oxígeno en una cinta ergométrica, la capacidad vital, el porcentaje de grasa corporal, el historial de la actividad física durante cuatro semanas, el gasto energético utilizando un acelerómetro, el recuerdo de la actividad física (test-retest) y un dietario calórico. La muestra utilizada en este estudio estaba compuesta por 103 individuos, hombres y mujeres, de 20 a 59 años, de distintos niveles de práctica de actividad física y reclutados por un anuncio en la comunidad universitaria de Minnesota. Al finalizar el estudio SAFE, la muestra la constituían 78 individuos; el resto fueron abandonando su participación en el transcurso del trabajo. Centrándonos exclusivamente en el LTPA de Minnesota, además de las tres intensidades de actividades ya citadas en el cuestionario original ligero, moderado e intenso, se incluían las actividades de la casa o domésticas, la suma de estas cuatro grupos de intensidades (ligero, moderado, intenso y actividades de la casa) constituían un índice de actividad física total (la suma de las actividades de tiempo libre - con sus tres intensidades - más las actividades de la casa); los resultados de este índice se ofrecían en MET-min · d-1.

    La administración de este cuestionario se realizó durante 12 meses, obteniendo el AMI al igual que en el cuestionario original, pero además se realizaba un cuestionario anual, con los cuatro tipos de intensidad incluidas las actividades de la casa cuya administración se llevó a cabo durante el primer mes y al cabo del año, como test-retest también con el objetivo de comprobar su validación.

    En el estudio SAFE (Jacobs y cols., 1993) en el que constatan que el empleo del VO2 máx. y las medidas de los pliegues cutáneos validan, sobre todo, las actividades intensas

    En otro estudio anterior, Folsom y cols. (1986) habían utilizado el test-retest del cuestionario LTPA para comprobar su fiabilidad, confirmando ésta, pero concluyendo que para perfeccionar la valoración de la actividad física es necesario proseguir con investigaciones y estudios sobre la fiabilidad y la validez de instrumentos de este tipo.


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