La importancia del estudio de la atención visual del docente para optimizar el feedback de la ejecución durante un proceso de detección de errores Francisco Javier Moreno Hernández, Francisco Ávila Romero y Raúl Reina Vaíllo
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 27 - Noviembre de 2000

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    Si trasladamos esta perspectiva a una tarea de detección de errores de una ejecución técnica, tarea en la que todo profesional de nuestra área normalmente se ve envuelto en algún momento de su ejercicio profesional, es razonable pensar que para detectar los errores que comete un sujeto durante la realización de una determinada habilidad puede ser de poca utilidad tener una gran amplitud visual, capacidad de coordinación inter-intra muscular de los músculos responsables de los movimientos de los ojos o una gran sensibilidad al contraste, puesto que a niveles normales de estas habilidades visuales lo importante será poder procesar la mayor cantidad de información de forma paralela por el sistema visual y elaborar una adecuada estrategia de selección de las localizaciones espaciales del punto de fijación visual, con el fin de poder adquirir la mayor cantidad de información significativa de la imagen que estamos visualizando.

    Referenciando a Pilar Plou (1999), existe una habilidad visual nueva que es fundamental para muchos deportes, la consciencia central periférica. Lo que a nuestro juicio Plou quiere decir es que lo importante es hacer consciente la mayor cantidad de información visual contenida dentro de nuestro campo visual, puesto que ésta será la manera de ser más eficaces, desde el punto de vista perceptivo, en cualquier tarea deportiva en general y en la detección de los errores de la ejecución técnica de un gesto realizado a gran velocidad.

    Por tanto, la eficacia perceptiva del docente o del entrenador deportivo, a nuestro juicio, debería de ir encaminada al estudio de ejercicios que provoquen un mayor procesamiento de la información contenida en nuestro campo visual. Es decir, no podemos limitarnos a elaborar una secuencia de movimiento de los ojos para fijar en fóvea aquellas localizaciones espaciales que consideramos más relevantes en cuanto a la cantidad de información significativa contenidas en ellas, sino que tenemos que aprender a hacer consciente la información visual contenida en la periferia de la retina, para así poder tomar una decisión más adecuada como consecuencia de la mayor cantidad de información que manejaría nuestro sistema de procesamiento de la información.

    Por último, nos gustaría cerrar este trabajo con la reflexión de que sería razonable pensar que una conducta perceptiva correcta no tiene que estar supeditada a la selección de localizaciones en fóvea de la imagen que estamos visualizando para extraer información significativa, sino que puede ser posible que una conducta perceptiva correcta sea seleccionar localizaciones espaciales de la imagen que estamos visualizando, no por la riqueza informativa de esa localización concreta sino por su adecuada situación para estructurar la imagen en la periferia, y adquirir, de este modo, una mayor cantidad de información significativa de forma paralela.

3. Recomendaciones acerca de la metodología de estudio a seguir para abordar el problema

    El punto de partida para establecer líneas de investigación en este sentido sería asumir que para que el sistema visual seleccione diferentes localizaciones espaciales dentro de su campo visual, éste necesita realizar un desplazamiento de los ojos de una localización a otra para fijar en fóvea las localizaciones espaciales que están siendo seleccionadas durante el desarrollo de una tarea motriz determinada. Este movimiento de los ojos, llamado movimientos sacádicos, se estudia por medio del sistema de seguimiento de la mirada, que registra en tiempo real la focalización de la atención visual.

    Este sistema de seguimiento de la mirada, en concreto el Eye Tracking System SE500, se encuentra actualmente en el Laboratorio de Control Motor de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Extremadura, y es el instrumental actualmente utilizado en los programas internacionales de investigación deportiva para reconocer los patrones de observación de un deportista y así obtener información privilegiada tanto de su percepción como de su toma de decisiones. Este instrumental basa su funcionamiento en la determinación de los movimientos oculares partiendo de la detección de dos puntos en el ojo: la pupila y la reflexión corneal. Para ello incorpora un casco y una pequeña mochila de transporte que permite la utilización del sistema sin necesidad de estar conectados por medio de cables. Los datos son transmitidos y simultáneamente filmados en video, teniendo como resultado final una película en la que aparece el campo visual del deportista y el punto concreto del mismo en el que se está fijando en cada momento, coincidiendo éste con las fijaciones que está realizando en fóvea.

    Por otro lado, se debería analizar la motilidad ocular extrínseca como una variable que determina la selección de la atención visual durante el proceso de adquisición de información del entorno. Además, deberían ser más numerosos los estudios realizados en la línea del desarrollado por el profesor David Cárdenas y Antonio Oña (1997), quienes analizan la capacidad de procesamiento de información por medio de la visión periférica. Es decir, es necesario estudiar si el sistema visual, a partir de 10º de visión central, tiene capacidad no sólo de poder localizar un estímulo, sino también de procesar información relevante del mismo que le permita seleccionar la acción más adecuada en cada momento.

    Por último, se debería estudiar las posibles correlaciones entre la capacidad de procesamiento de información visual proveniente de la periferia con la focalización de la mirada en determinadas localizaciones espaciales para determinar, siguiendo a Pinaud (1993), qué estrategia perceptiva es la más adecuada en función de las características de la habilidad que se está estudiando, para así poder ir elaborando un modelo perceptivo que nos permita determinar la estrategia de búsqueda visual óptima en cada momento específico en función de las variables que se hayan concretado como discriminatorias del problema.

    Es conveniente destacar el hecho de que la función de la percepción sería saber hacia qué estímulo se debe dirigir nuestra acción en el caso de los deportistas o, en el caso que nos ocupa, el docente, quien se encuentra normalmente en posición estática observando la ejecución del discente. Éste debería seleccionar las localizaciones espaciales sobre las que se puede adquirir una mayor cantidad de información significativa de la habilidad que se está ejecutando, la cual no tiene que implicar necesariamente la localización en fóvea de la zona donde se está produciendo el error, y estará directamente relacionada con la capacidad de procesamiento de información por visión periférica.

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