efdeportes.com

El curriculum del deporte escolar y deporte institucionalizado
Jaime Perczyk

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 26 - Octubre de 2000

2 / 2

    Estamos ante una nueva paradoja: en la actividad en la que no existe planificación escrita y documentada (clubes), ella resulta muy planificada, ya que tienen gran claridad en temas como competencia, concepción didáctica del club y del profesor, contenidos y expectativas de logro, selección de jugadores y tiempos de realización de proyectos. Por otro lado, la actividad deportiva de la escuela que tiene su planificación en puntillosos documentos escritos se va resolviendo de manera coyuntural, adaptándose a los cambios institucionales, a las limitaciones económicas, espaciales y temporales, sin claridad en cuanto a la competencia, concepción didáctica sobre las técnicas de enseñanza del deporte, expectativas de logro, evaluación y objetivos del aprendizaje del deporte en la escuela.


Las entrevistas

    Del análisis de las entrevistas, se desprende:

  • Los profesores de los colegios remarcan que las dificultades de la práctica deportiva se encuentran: en los espacios no adecuados, en la ausencia de materiales, en la poca inserción institucional “… esta actividad no le importa a nadie, está porque es obligatoria …” es la respuesta de uno de los entrevistados. Los profesores de los clubes no manifiestan estas dificultades y apuntan a problemas económicos por los que atraviesa la mayoría de los clubes o dificultades de administración o gestión. Uno de los profesores nos decía: …”la ventaja que yo tengo para la captación es que la actividad en el club es gratis, en los clubes que tienen que pagar están muy complicados”…

  • Los profesores de los colegios, nos dijeron que su capacitación depende de obligaciones formales ya que la suma de puntaje es condición para seguir en la carrera dentro del sistema educativo …”yo voy por el puntaje”…, señalaba un profesor refiriéndose a los cursos que han proliferado en los últimos años. En cambio, los profesores del deporte federado se encuentran preocupados por una mejor preparación y por interés personal acuden a cursos y seminarios.

    Las federaciones deportivas organizan y difunden cursos de muy buen nivel con figuras y especialistas de importancia del ámbito nacional e internacional. Esto fue comentado por el responsable del minideporte de una de las federaciones y avalado por uno de los profesores entrevistados.

  •     Asimismo afirmaban que la adaptación de los deportes a las distintas edades fue elaborada por el equipo técnico de una de las federaciones, dato que no tiene correspondencia con las respuestas que dieron los profesores de las escuelas.

  •     Finalmente, al proponerles qué pregunta clave se harían ellos mismos sobre el deporte en su institución, la respuesta de un profesor de un club fue “¿llegará uno de estos jugadores a jugar en primera?”, y la de un profesor de un colegio fue: “¿Cómo hago para que jueguen y participen todos en este espacio?”.


Conclusiones

    Parece importante explicitar la comparación entre escuela y club, rescatando los elementos que puedan servir para crecer en uno y otro ámbito.

    En principio, creemos que la escuela debe repensar formas de optimizar la utilización del espacio y del tiempo.

    Con respecto al tiempo, el sistema educativo debería pensar los tiempos de la escuela incluyendo a la educación física y el deporte en esta distribución y no como un área marginal. El tiempo dedicado a esta área debe tener continuidad en cada clase, horarios estables y aprovechamiento de las horas destinadas a estas actividades.

    “… descubriendo modos más eficientes de manejar rutinas y aprendiendo a guiar el aula con una pérdida mínima de tiempo en actividades sociales y en el control de la conducta de los estudiantes, los maestros pueden aumentar la cantidad de tiempo dedicada al aprendizaje y presumiblemente, mejorar sus resultados. También es razonable suponer a la luz de la investigación reciente, que obtendrá un mayor rendimiento si los estudiantes están activamente involucrados en el aprendizaje y permanecen así cuando se incrementa el tiempo instructivo” (Goodlad, 1984).8

    Con mayor desarrollo, Gibaja plantea tres categorías en lo referido al tiempo:

  • El tiempo instructivo (tiempo en el cual el docente da consignas sobre cómo estructurar u organizar la tarea o en el que los alumnos cumplen con una tarea instructiva asignada).

  • El tiempo no instructivo (los descansos, meriendas, pasar lista, esperar alumnos y/o grupos, recibir autorizaciones, Saf, entregar boletines, etc.).

  • El tiempo inerte (interrupciones o visitas externas, desorden general y se interrumpe la actividad para poner orden o ausencia de actividad pero sin provocar desorden).9

    Con respecto al espacio, el sistema educativo debería pensar el espacio de la escuela incluyendo a la educación física y al deporte en su seno y no como asignatura marginal. Este espacio tiene características concretas; debe ser seguro, específico, contenedor, amplio, etc. Más adelante nos preguntaremos ¿dónde debe estar?.

    Una pregunta que sería importante responder es ¿por qué sólo algunas escuelas utilizan los espacios de los clubes?, ya que este uso redundaría en beneficios mutuos:

  • Mayores y específicos espacios para las escuelas.

  • Posible reclutamiento y selección de jugadores para el club.

    Algunas posibles razones (tema de probables próximas investigaciones) podrían ser:

  • La poca experiencia existente en cuanto a redes entre interinstituciones en la sociedad argentina..

  • El egoísmo institucional (de escuelas y clubes) también muy común entre los argentinos.

  • El desaliento de las autoridades que les impide promover, crear, resolver, gestionar, etc.

    Por otra parte, la relación aportaría el beneficio de utilización de espacios y horarios hoy inutilizados en los clubes; horas en las que la mayoría de los niños, jóvenes o adultos trabajan o estudian (las mañanas y las tardes de los días de semana durante el período escolar). Este hecho le daría al club una visión de aporte comunitario que se ha ido perdiendo.

    La utilización de espacios construidos, preparados y mantenidos especialmente para la práctica del deporte, comenzaría a solucionar las dificultades espaciales de las escuelas a que hacíamos referencia anteriormente.

    Sin embargo deberíamos preguntarnos:

  • ¿El espacio puede estar fuera de ella?

  • ¿Significan lo mismo los espacios fuera de ella?

  • Cuando se practica deporte fuera de la escuela, ¿no se genera aislamiento y marginalidad del área?

  • ¿Es posible modificar los espacios que hoy existen en las escuelas?

  • ¿El espacio físico que hoy tiene el deporte en la escuela, refleja la importancia que tiene la actividad?

  • ¿Debe existir alguna relación entre la cantidad de alumnos, las horas de deportes y el espacio destinado a estas horas?

    La escuela además debe profundizar, clarificar y establecer el papel del deporte como contenido a enseñar. La poca claridad que existe en cuanto a contenidos del deporte por parte de las instituciones educativas, las abismales diferencias que existen entre las diferentes escuelas deberán ser saldadas para poder mejorar los aprendizajes escolares.

    El contacto con las federaciones deportivas y clubes podría ser un camino (o una fuente) posible para lograr esa claridad que falta.

    Los clubes podrían avanzar en la sistematización de sus prácticas. La comparación de algunos procesos conducidos por profesores de educación física con otros (fundamentalmente del fútbol, donde en muchos casos actúan ex - jugadores o padres), marca con claridad meridiana la importancia de la elaboración de planes de trabajo sistemáticos. Después de la síntesis de la situación de disociación entre escuela / club, damos dos experiencias que actualmente funcionan como ejemplos embrionarios de posibles soluciones.

    Emcontramos dos ejemplos de relación de cooperación: encarados por la Federación Metropolitana de Voleibol y por la Federación Metropolitana de Balonmano.

    Estos dos ejemplos, son en un nivel embrionario, propuestas que aportan al desarrollo y perfeccionamiento del deporte dentro y fuera de la escuela. Creemos que estas ideas se podrían desarrollar incorporando a la escuela orgánicamente al club y viceversa. Estableciendo relaciones de padrinazgos, de asesoramiento, capacitación mutua, etc.

    Luego de las observaciones, se ha corroborado lo que sosteníamos en nuestras hipótesis de trabajo, esto es que el saber en el deporte del club está acumulado en las personas, pues el trabajo de sistematización no ha sido abordado por los clubes o las federaciones. Existen trabajos realizados en deportes como el rugby.10 Pero esto no es una práctica frecuente en el deporte. En los clubes, la planificación “reside” en la acción de los animadores. Está “implícita en lo formal”, pero muy elaborada en lo real. En la escuela, sucede lo inverso, la escuela tiene en muchos casos planificaciones muy elaboradas que no son tomadas en cuenta para el desarrollo de las clases.

    La “planificación implícita” pero muy clara y arraigada de los clubes podría ser un aporte importante para una concepción estratégica del deporte en el sistema educativo a fin de superar acciones meramente coyunturales de las escuelas en cuanto a adaptaciones, competencias y metas educativas, sin embargo al estar el saber acumulado en las personas y no en documentos sería una dificultad para aportar esta experiencia a las escuelas, si estas quisieran aprovecharlas.

    Justamente, el aporte de la escuela a las federaciones podría ser la ayuda para la explicitación de sus concepciones estratégicas para poder generalizarlas en los clubes. Claro que habría que superar el temor legítimo, la inexperiencia en este tipo de intercambio y el típico egoísmo institucional argentino del que ya hablamos.


Notas

  1. Decimos que está condicionado en aquellas instituciones que no cuentan con el espacio ideal requerido para la actividad pero que no difiere fundamentalmente del necesario y decimos determinado por la ausencia importante de este espacio e infraestructura.

  2. Deporte adaptado: está referido a la modificación permanente o transitoria de reglas, espacios, materiales y sistema de competencia del deporte formal.

  3. La competencia y el entrenamiento deportivo se desarrollan en las llamadas categorías: los jugadores son divididos en segmentos que agrupan a chicos generalmente cada dos años con relación al año de nacimiento. Cada deporte denomina a estos grupos de manera distinta, pero el concepto es similar en todos.

  4. Hemos observado clases en las cuales se ha jugado handball con defensas 6:0 típicas del deporte de rendimiento o torneos y clases de voleibol 6 vs. 6.

  5. Cuando hablamos de densidad, nos referimos a la relación que existe entre el espacio utilizable disponible y la cantidad de alumnos por clase.

  6. En esta situación se combinan varias circunstancias. Por un lado los profesores de educación física se trasladan de una escuela a la otra, como forma habitual de desarrollar su trabajo, por la acumulación de cargos en diferentes instituciones, en muchos casos, lejos las unas de las otras. Pero también el hecho de que en general estas clases estén fuera de la supervisión de las direcciones tanto geográficamente como por el desinterés de estas de supervisarlas. Creemos que esta situación genera mucha desvalorización en la actividad y los profesores.

  7. Bayer, C. 1987. Técnica del Balonmano. Página 378. Ed. Hispano - europea. Barcelona.

  8. Gibaja, R.1993. El tiempo instructivo. Ed. Aique. Buenos Aires.

  9. Op. Cit. Pág. 57.

  10. Comisión de Competencia. 1996. Guía para entrenadores de Divisiones Juveniles. Unión de Rugby de Buenos Aires.


Bibliografía

  • AISENSTEIN, A. 1995. Curriculum presente, ciencia ausente. Miño y Davila EditoreBs.As.

  • ARNOLD, P. 1991. Educación física, movimiento y curriculum. Ed. Morata. Madrid.

  • BAYER, C. 1987. Técnica del Balonmano. Ed. Hispano - europea. Barcelona.

  • BAYER, C. 1992. La enseñanza de los juegos deportivos colectivos. Ed. Hispano - europea. Barcelona.

  • C.B.C. Ministerio de Cultura y Educación de la Nación Argentina. 1995. Bloque 2: Los Deportes. Introducción y síntesis explicativa.

  • COMISIÓN DE COMPETENCIA. 1996. Guía para entrenadores de Divisiones Juveniles. Unión de Rugby de Buenos Aires.

  • CHEVALLARD, Y. 1986. La transposición didáctica. Del saber erudito al conocimiento enseñado. Ed. Aique. Bs. As.

  • ECO, U. 1977. Cómo se hace una tesis. Ed. Gedisa. Barcelona.

  • FRIGERIO, G.1995. Curriculum: norma, intersticio, transposición y textos. En Curriculum presente ciencia ausente. Tomo 1. Flacso. Ed. Miño y Dávila. Buenos Aires.

  • FURLÁN, A. El lugar del cuerpo en una educación de calidad. Conferencia dictada en Julio 1996. Congreso de Córdoba. Argentina.

  • GIBAJA, R.1993. El tiempo instructivo. Ed. Aique. Buenos Aires.

  • HERNÁNDEZ MORENO, J. 1998. Análisis de las estructuras del juego deportivo. INDE. Barcelona.


| Inicio |

Otros artículos sobre Educación Física

  www.efdeportes.com/
http://www.efdeportes.com/ · FreeFind
   

revista digital · Año 5 · N° 26 | Buenos Aires, octubre de 2000  
© 1997-2000 Derechos reservados