Retos y transdisciplinariedad
en la investigación en
Educación Física y Deporte

Sergio Ricardo Quiroga
olympicentre@yahoo.com.ar
(Argentina)

Investigador en Comunicación y Deporte y Director del centro de Estudios Olímpicos "José Benjamín Zubiaur"
Periodista de Ciencias, presidente de la Asociación para la Comunicación Pública de la Ciencia y la Tecnología (ACPCT)

     Resumen
    La debilidad científica y tecnológica de los países en desarrollo es una de las causas por las cuales su incipiente inserción en la emergente sociedad del conocimiento tiene un carácter dependiente y marginal que dificulta enormemente la superación de la inequidad social y del deterioro ambiental que prevalece en los mismos. Subdesarrollo significa desarticulación económica interna, desigualdades enormes en la productividad y el ingreso de los diversos sectores de las economías nacionales. Significa además dependencia comercial, tecnológica y política del exterior. La brecha en expansión entre las capacidades científicas y tecnológicas de los países desarrollados y los países en desarrollo es una de las principales manifestaciones contemporáneas de la persistencia del subdesarrollo.
Si la práctica de la Educación Física y del Deporte es un derecho fundamental de todos, y el ejercicio de este derecho es indispensable para el crecimiento integral de las personas los educadores debemos propiciar medios para desarrollar en los practicantes aptitudes físicas y deportivas en los sistemas educativos y en la vida social, posibilitar adecuaciones a las tradiciones deportivas de los países, y generar prácticas vinculadas al mejoramiento de la calidad de vida de las personas. Una nueva actitud frente a la investigación en educación física y deporte es imprescindible.
    Palabras clave: Transdisciplinariedad. Educación Física. Investigación. Subdesarrollo.

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 23 - Julio 2000

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Introducción

    La debilidad científica y tecnológica de los países en desarrollo es una de las causas por las cuales su incipiente inserción en la emergente sociedad del conocimiento tiene un carácter dependiente y marginal que dificulta enormemente la superación de la inequidad social y del deterioro ambiental que prevalece en los mismos. La brecha en expansión entre las capacidades científicas y tecnológicas de los países desarrollados y los países en desarrollo es una de las principales manifestaciones contemporáneas de la persistencia del subdesarrollo1 y también una de las mayores. Esta diferencia en materia de conocimientos y capacidad científica y tecnológica se traduce directamente en diferencias de poder económico, político y cultural. La creciente brecha de conocimientos entre los países desarrollados y los países en desarrollo implica que casi todo el esfuerzo científico mundial se concibe desde y para los países desarrollados. Un uso responsable de la ciencia y la tecnología puede revertir estas tendencias pero ello requerirá de un esfuerzo conjunto genuino entre aquellos que poseen la mayor capacidad en ciencia y tecnología y aquellos que enfrenta los problemas de la exclusión social y la pobreza.

    Subdesarrollo significa desarticulación económica interna, desigualdades enormes en la productividad y el ingreso de los diversos sectores de las economías nacionales. Significa además dependencia comercial, tecnológica y política del exterior. El costo del subdesarrollo para América Latina representa más de 600 mil millones de dólares de deuda externa. La región sufrió grandes dificultades durante los años 80, período en el cual el crecimiento descendió a menos de la mitad y fue negativa en términos per capita. A partir de 1990 se ha experimentado un breve repunte en los indicadores económicos, pero al concluir el decenio todos los países experimentaron una caída en su crecimiento con relación a 1998. Esta mejoría se da en el contexto de una continuada pérdida de participación relativa de América Latina en el comercio mundial.

    En investigación y desarrollo se ha estancado en los últimos en el contexto global. La región gasta un promedio del 0.47% del PIB en investigación y desarrollo, valor insuficiente para salir del estancamiento. Su producción científica es insignificante y solo participa del 2% del total mundial en materia de publicaciones.

Cuadro Sudamericano de Desarrollo (1998)2
PAIS
Superficie
Mill. Km2
P.E.A.
2000 Millones
PIB real
P.C. US$
I.D.H.
Posición
TBES%
(18-24)
Publicaciones
1996
ARGENTINA
2,779
15.19
8,498
0.888//36
25
3820
BOLIVIA
1,098
3.6
2,617
0.593/116
24
60
BRASIL
8,511
80.19
5,298
0.809/62
21
7401
COLOMBIA
1,141
16.56
6,347
0.850/53
21
459
COSTA RICA
0,051
1.34
5,969
0.889/34
22
249
CUBA
0,111
5.18
3,100
0.729/85
20
421
CHILE
0.757
5.96
9,930
0.893/31
21
1739
ECUADOR
0.283
4.81
4,602
0.767/73
20
82
MEXICO
1,958
34.14
6,769
0,856/49
22
3693
PANAMA
0,077
1.12
6,258
0,868/45
20
144
PARAGUAY
0.407
1.98
3,583
0.707/91
19
28
PERU
1.286
10.21
3,940
0,729/86
29
180
URUGUAY
0.177
1.39
6,854
0.885/38
23
245
VENEZUELA
0.913
9.86
8,090
0.860/46
25
886

    A lo largo de las tres últimas décadas ha adquirido gran importancia la consideración del conocimiento como factor determinante del desarrollo económico y social sustentable. Sin embargo, el conocimiento por sí mismo no es transformador de la economía y la sociedad. Para ello, debe cristalizar en tecnologías e innovaciones que impacten sobre los sectores productores de bienes y servicios. La innovación es en esencia un proceso colectivo, en el cual participan las empresas como proveedoras, clientes o usuarios de conocimientos, los laboratorios e institutos públicos y privados de investigación y de servicios técnicos, las universidades y el sistema socioeconómico en su conjunto. Este entramado integral justifica y requiere una decidida intervención estatal, dado que existen restricciones que superan las posibilidades de solución mediante el libre juego de las fuerzas del mercado y a sociedad civil. La investigación científica es una actividad con alto riesgo de fracaso y, además sus éxitos tienen plazos de maduración muy prolongados. También la incertidumbre, que caracteriza a la innovación tecnológica, reduce las posibilidades de acceso al sistema crediticio tradicional. Por otro lado, los frutos del conocimiento son bienes públicos y, dado ese carácter, no es posible su apropiación exclusiva por sus generadores, de modo tal que se transformen en beneficios sociales mayores que los beneficios privados.


Ciencias del deporte y Educación Física

    La Carta Internacional de la Educación Física y del Deporte (UNESCO, 1978)3 , en su artículo 1º establece que la práctica de la Educación Física y del Deporte es un derecho fundamental de todos, y que el ejercicio de este derecho es indispensable para el crecimiento integral de las personas, los educadores debemos propiciar medios para desarrollar en los practicantes aptitudes físicas y deportivas en los sistemas educativos y en la vida social, posibilitar adecuaciones a las tradiciones deportivas de los países, al mejoramiento de las condiciones físicas de las personas debe ser ofrecido, a través de condiciones particulares adaptadas a las necesidades específicas, a los jóvenes, así mismo a los niños de edad preescolar, a las personas de edad y a los deficientes, permitiendo el desarrollo integral de sus personalidades. Existe además un reconocimiento histórico y universal de que la Educación Física es uno de los medios más eficaces para la conducción de las personas a una mejor calidad de vida la Educación Física, por sus valores, y que debe ser comprendida como uno de los derechos fundamentales de todas las personas.

    Si los retos actuales4 son los de conscienciar a la opinión pública de los beneficios de la Educación Física, de insistir ante la opinión pública, tanto en los medios de comunicación como en la política y en el sector privado, de la posición, cada vez más problemática, en que se ve la Educación Física en los planes escolares, de crear un foro en el que las organizaciones y colectivos puedan exponer sus proyectos actuales, de establecer con claridad las áreas que precisan de colaboración, de exponer los resultados de las investigaciones, los comentarios y las explicaciones pertinentes; y de reforzar las redes y coordinar los planes de acción en vistas a su ejecución y teniendo en cuenta que en la década de los 90 las clases de Educación Física ha dejado de ser algo prioritario, se encuentra sometida a severas críticas y hay que pugnar por conseguir un número de horas en el plan de estudios, que las clases de Educación Física se imparten por profesores/as no especializados o con escasos conocimientos sobre los métodos de enseñanza de esta asignatura y que se sienten los efectos negativos de la disminución de recursos y la reducción del número de horas indispensables para una asignatura de Educación Física con el nivel de calidad requerido no necesitamos un cambio de actitud de los actores involucrados en éstos procesos.


Educación y ciencia

    La construcción de una cultura de la evaluación que involucre criterios múltiples y diversos actores ayudaría a que la actividad científica y tecnológica de la región intervenga en el diálogo de la investigación mundial a todos los niveles: selección de la agenda, calidad y pertinencia del trabajo, criterios de rendimiento y evaluación y en la prioridad acordada a las necesidades sociales.

    Igual que otras regiones del mundo en desarrollo, América Latina ha visto desfilar una larga lista de pronunciamientos y declaraciones, de compromisos y metas que se reiteran, incumplen y postergan cíclicamente. A menudo, los planes se superponen unos a otros, sin solución de continuidad, o bien se manejan de manera paralela, sin coordinación entre sí5 .

    En 1979 se aprobó La Declaración de México y en 1981 en Quito se inició el "Proyecto Principal de Educación" (PPE), proyecto regional impulsado y coordinado por la oficina regional de la UNESCO, el cual se propuso tres metas para el año 2000: acceso universal a la escuela primaria, eliminación del analfabetismo adulto y mejoría de la calidad y la eficiencia de la educación.

     Posteriormente, en 1990, en Jomtien, se acordó la "Educación para Todos", en la conferencia mundial organizada por UNESCO, UNICEF, PNUD, FNUAD y Banco Mundial, a la que asistieron delegaciones de 155 gobiernos y de entidades de la sociedad civil de todo el mundo. Allí se acordaron seis metas, parcialmente coincidentes con las del PPE en esta región, fijándose también el año 2000 como plazo para su cumplimiento. Cuatro años más tarde, en 1994,se realizaba la Cumbre de Miami, convocada por el presidente norteamericano Bill Clinton y se lanzaba el "Plan de Acceso Universal a la Educación para el 2010", ratificado después como "Iniciativa de Educación" en la II Cumbre, en Santiago, en 1998. Esta iniciativa, de alcance hemisférico, adoptó metas para los tres niveles educativos, incluido el universitario, y fijó el año 2010 como horizonte. La iniciativa es liderada por el gobierno estadounidense, coordinada por los gobiernos de México, Argentina y Chile, y cuenta con la participación de diversos organismos internacionales, regionales y nacionales (entre los principales: OEA, Banco Mundial, BID, y USAID).

    Por otra parte, la tecnología se está expandiendo a una velocidad sin precedentes. Sin embargo, las necesidades humanas no influencian el desarrollo tecnológico, mientras que las personas que trabajan en las fronteras de la investigación tecnológica se vuelven cada vez mas especializadas.

    Resulta necesario en la región el fortalecimiento institucional que permita la adecuada formulación, implementación, evaluación y gestión de estrategias políticas de ciencia y tecnología. La intervención del estado es necesaria en esta área en la que resultan evidentes las deficiencias del mercado promoviendo mecanismos que aseguren una amplia participación social. Los estados latinoamericanos deberían estimular las actividades sistemáticas relacionadas directa y específicamente con el desarrollo científico y tecnológico, con la generación, difusión, transmisión y aplicación de conocimientos científicos y tecnológicos y reducir la dispersión de estos esfuerzos científicos y tecnológicos y focalizar los recursos en aquellas actividades proyectos que puedan generar una masa crítica y que tengan un mayor potencial para resolverlos problemas prioritarios de la región.

    En una sociedad democrática los ciudadanos deben tener información de las cuestiones científicas que tomar decisiones conscientes y no depender de los científicos. Una opinión pública ignorante, atrasada, desinformada no puede influir en el objetivo de la carrera hacia lo desconocido que la ciencia impone y que esta cambiando velozmente el mundo que creíamos conocer.


Nuevos patrones de producción del conocimiento científico

    En un estimulante trabajo denominado “La Nueva producción del Conocimiento” Michael Gibbons, Camille Limoges, Helga Nowotny, Simón Schartzman, Peter Scott y Martín Trow argumentan que estamos asistiendo a relevantes cambios en la forma de producir conocimiento científico, social y cultural. Los autores muestran cómo esta tendencia marca un cambio fundamental hacia un nuevo modo de producción del conocimiento que sustituye, reforma o modifica a las instituciones, disciplinas, prácticas y políticas establecidas, al tiempo que coexiste con el modo tradicional.


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