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Historia de la Educación Física. Una construcción de sentido en proceso

História da Educação Física. A construção de significado no processo

 

Departamento de Educación Física – FCH – UNRC

(Argentina)

Guillermo Ossana

gossana2001@yahoo.com.ar

 

 

 

 

Resumen

          A partir de mi trayectoria en el curso virtual “Educación Física, una Disciplina Histórica” (Desarrollado por la REDAF - Red Nacional de la Actividad Física y Desarrollo Humano) en octubre de 2015, coordinado por el Prof. Sebastián Klein) surgió la posibilidad de hacer públicas algunas reflexiones propendidas durante la cursada. Para ello, esbozo el siguiente recorrido: Comienzo con el porque de la necesidad de justificar la importancia de la historia en la Educación Física (EF). Seguidamente, mis intentos de visibilizar indicios “históricos” en nuestras prácticas profesionales como enseñantes de la EF. Por último, algunas posibilidades de ser competentes en historia, es decir, como una oportunidad para reflexionar crítica y constructivamente acerca de las conceptualizaciones del cuerpo y lo corporal que estructuran esta disciplina” reconocida como EF.

          Palabras claves: Historia de la Educación Física. Cuerpo. Biopolítica. Deporte.

 

Resumo

          Da minha experiência no curso virtual "Educação Física, disciplina histórica", veio a possibilidade de tornar públicos alguns pensamentos propendidas durante esse apresentado. Para fazer isso, eu delinear a seguinte rota: Comece com isso a necessidade de justificar a importância da história em Educação Física (EF). Então, minhas tentativas de tornar visíveis evidências "histórico" em nossas práticas profissionais como professores de EF. Finalmente, alguns propensos a ser proficiente na história, isto é, como uma oportunidade para reflectir criticamente e construtivamente sobre as concepções de corpo e corpo que a estrutura desta disciplina" reconhecidos como EF.

          Unitermos: História da Educação Física. Corpo. Biopolítica. Esporte.

 

Recepción: 28/02/2016 - Aceptación: 04/04/2016

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 21, Nº 215, Abril de 2016. http://www.efdeportes.com/

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No hay cuerpo sin historia; no hay historia sin cuerpos

    Más que resaltar la importancia del estudio histórico en el campo de la Educación Física, -de alguna manera ya se encargó de manera general Marc Bloch al plantear que “si la incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado, no menos cierto que es preciso comprender el pasado a partir del presente”; o de modo más específico para la Educación Física, Vicente Pedráz, “… en contra de los planteamientos idealistas, se parte de la base que la cultura y los modos de vida que en cada contexto imponen o inculcan los educadores son siempre un producto histórico, ni más naturales, ni más racionales, ni más auténticos, ni más legítimos que otros con los cuáles pueden coexistir, pues todos ellos son expresión de unas circunstancias y unos medios sociales concretos” (Pedráz, 2004), - pretendo compartir algunas reflexiones acerca del porqué de este desinterés histórico1, en apariencia inocente y natural.

    Es en este escenario, vociferado hasta el hartazgo desde los discursos dominantes, donde expresiones como “el fin de la historia” (Fukuyama, 1992) configuran subjetividades que, aliadas al malestar generalizado por un estado fuertemente protagonista, facilitan individualidades funcionales al consumismo. La pérdida de credibilidad por las instituciones, la búsqueda de respuestas inmediatas y descontextualizadas, como la fragmentación de lo colectivo, depositan en la individualidad toda la responsabilidad del éxito y del fracaso. La presentación de los héroes de turno en las vidrieras del exitismo, seducen fuertemente al mismo tiempo que invisibilizan las diferencias de origen. De esta manera, sujetos dóciles interpretan producto de la falta de esfuerzo, o de la mala suerte, las terribles injusticias sociales. En otras palabras, este proceso de deshistorización de los sujetos no tiene nada de natural ni de ingenuo (Bravin, 2012).

    Atender a este proceso de despreocupación histórica, incluso con las no pocas resistencias que ha generado, nos habilita a generar reflexiones y prácticas en un complejo entramado social-cultural-político y económico. De allí que, una EF que viene siendo, tensionada entre un tradicional deber ser, y actuales demandas sociales, para asumir los desafíos de garantizar el derecho a aprender parte de la cultura corporal en las escuelas por parte de niños, adolescentes y jóvenes, necesita inevitablemente de la conciencia histórica, entendida esta como la capacidad de percibir, interpretar y decidir (Aisenstein, 1996).

Educación Física. Permanencias y cambios de nuestras prácticas pedagógicas

    Durante el aludido cursado fuimos compartiendo lecturas, reflexiones y sentidos, articulados muchas veces con nuestra historia personal. Entre los acuerdos alcanzados, están el reconocer que la EF como disciplina escolar tiene su génesis en nuestro país a finales del siglo XIX (Crisorio, 2009), con una fuerte orientación disciplinadora, moralizadora e higienista (Aisenstein, 1996). La inclusión de ciertas prácticas pedagógicas de inculcación corporal, fue claramente funcional al modelo de ciudadano a formar, configurado por las elites dominantes.

    De allí que nos fue posible de comprender, la fluctuación entre las prácticas gimnásticas y las deportivas, como contenidos sustantivos y propendidos por las políticas públicas. La primera pulseada a inicios del siglo XX ponderó la gimnasia, para posteriormente a partir de la década del 30 –acentuada a mediados del siglo- instalarse con fuerza el deporte. Estos cambios, nada tienen de azarosos, sino que son vinculantes como estrategias biopolíticas acordes a cada modelo de país (Landa, 2008; Miranda Rozas, 2012).

    La permanencia de la Educación Física dentro de las propuestas escolares hoy está definitivamente instalada. A pesar de algunos malestares, o de desvalorizaciones atribuidas al bajo status académico -a veces expresado más por propios que por ajenos al campo disciplinar-, es indudable que las políticas educativas actuales ratifican la presencia de esta disciplina escolar dentro de toda la escolarización, desde nivel inicial hasta la culminación del secundario. Podríamos decir que la formación integral del ciudadano argentino del siglo XXI, comprende también la atención de los cuerpos, ratificada en distintas prescripciones curriculares2, mediante propuestas de variadas prácticas corporales y motrices como contenidos.

    Por otra parte, abordando la Educación Física escolar desde el plano procesual-práctico, es decir lo que efectivamente concretamos los profesores en cada intervención pedagógica con nuestr@s alumn@s, es posible –o deseable-, reconocer otro nivel de complejidad. Sin ánimos de plantear axiomas generalizantes, hay evidencias que amen de las propuestas de diferentes diseños curriculares, el contenido dominante casi excluyentemente en el nivel secundario, es el deporte.

    Como anticipo a reflexiones que abordaré en el próximo párrafo, mi impronta es que la configuración de una práctica corporal reconocida como deporte muy dominante en nuestras clases, excede a las intencionalidades de las políticas públicas. Es decir, la superioridad incuestionable del deporte, al punto tal de eclipsar otras manifestaciones de la motricidad humana, tiene su lugar garantizado no sólo por las intencionalidades educativas de un proyecto político estatal, sino por y fundamentalmente, por cierto lugar de legitimidad social alcanzado.

¿Hacer deporte para estar bien o estar bien para hacer deporte?

    A partir de las reflexiones y aportes de Foucault (1976), en donde consideramos que “la disciplina es una anatomía política del detalle, aumentando las fuerzas del cuerpo (en términos económicos de utilidad) y disminuye esas mismas fuerzas (en términos políticos de obediencia)” pudimos interpretar las intencionalidades de incluir a la Educación Física en la formación del ciudadano, por las clases gobernantes, acorde a sus arbitrarias conveniencias.

    Como expresara más arriba, sospecho que hoy la supremacía de un deporte sublimado, como una eficaz herramienta biopolítica de jerarquización-distinción, excede la aludida “educación integral” de muchas políticas públicas, respondiendo a cierta cultura capitalista que intenta denodadamente seguir siendo hegemónica.

    Mi impronta comienza a gestarse al reconocer que en esta modernidad líquida (Bauman, 2002) el imperativo “ser feliz” descansa y obliga un culto al cuerpo, un cuerpo homogeneizado y normalizado estéticamente; continúa en los discursos, sentidos y prácticas actuales estableciendo que ESE cuerpo deseado puede –y debe- ser alcanzado por el esfuerzo personal (Klein, 2014) para reforzarse con el axioma mejor cuerpo igual a mejor vida. Todo esto conlleva lamentablemente, que muchas personas que no pueden cumplir con este mandato social, terminan contrayendo alguna enfermedad sociosomática3.

    Y en ese camino, un deporte idolatrado, poseedor de todo efecto terapéutico y sanador de cuanto mal social o individual4, se naturaliza como contenido emblemático de la educación física, al punto tal que por momentos sería coherente plantear una educación deportiva en su reemplazo.

    La naturalización de tamaña dominancia como contenido casi excluyente, facilita la reproducción acrítica de esta práctica corporal en las clases de educación física de la escuela secundaria. Algunas de las justificaciones, descansan en múltiples valores pro-sociales que esencialmente se les adjudican a un deporte neutro, aséptico y sublimado. También refuerzan esta tendencia, la fuerte demanda juvenil por las prácticas deportivas, y, aunque en menor medida, el contar en muchas escuelas con espacios y elementos deportivos.

Concepción actual del cuerpo. O del cómo pasar del pienso, luego existo al consumo, luego existo

    Múltiples autores y desde variadas dimensiones de análisis, durante todo este curso nos permitieron reflexionar acerca de las representaciones que tenemos del cuerpo, de nuestro cuerpo, y también de los cuerpos de nuestr@s estudiantes.

    “El cuerpo existe cuando el hombre lo construye culturalmente” (Le Bretón, 1995) y desde mi adhesión a esta concepción, intento sumar mis reflexiones para visibilizar y tensionar las construcciones culturales que este neoliberalismo entreteje acerca del y para con el cuerpo.

    “Un ardid de la modernidad hace pasar por liberación de los cuerpos lo que es elogio del cuerpo joven, sano, esbelto, higiénico (…) las prácticas corporales se sitúan en un cruce de caminos en el que aparecen la necesidad antropológica de la lucha contra el fraccionamiento del sujeto y el juego de los signos (juventud, salud, etc.) que le agrega a la elección una actividad física, un suplemente social decisivo (…) pero esto no quiere decir que haya un “retorno” al cuerpo, se trata más bien del surgimiento de otro uso de uno mismo ” (Le Bretón, 1995).

    En estos escenarios turbulentos como profesionales de la Educación Física, deberemos aceptar el desafío de ofrecer enseñanzas emancipadoras, buscando no sólo el paso de una regulación heterónoma a una autónoma en cuanto a prácticas corporales, sino fundamentalmente ser referentes de contrahegemonías claramente opuestas a la mercantilización de la salud. “No responder a un modelo establecido sin cuestionarlo es parte de la ética profesional que perdimos en el camino” (Klein, 2014).

    Pensar la historia de las prácticas corporales para reflexionar acerca de las prácticas corporales contemporáneas en clave de si “ser un intelectual crítico es hacer política del presente, resulta importante pisar las huellas de lo transitado para concebir prácticas (corporales, disciplinares) que sean crítico-reflexivas histórica y políticamente” (Fittipaldi y Galak, 2011).

    Esa proyección será factible de trazarse y comenzar su recorrido, en la medida que nos colectivicemos, que podamos asumir nuestras limitaciones individuales, pero también nuestras potencialidades grupales. La Educación Física invisible (Pedráz, 1997) definitivamente configura subjetividades corporales mucho más indelebles que las que intentamos en nuestras clases. De sobremanera si seguimos parados en sitiales tradicionales, ordenando antes que invitando, disciplinando antes que convenciendo, respondiendo antes que preguntando.

    La cursada de esta propuesta de la REDAF, y la posterior posibilidad de divulgar casi provocativamente algunas de las reflexiones surgidas, entiendo que van en esa dirección.

Notas

  1. Desinterés cuanto menos, en tener que reflexionar sobre la importancia de los conocimientos históricos, como necesitando legitimarse su abordaje, situación no demandada en otros campos del saber, ejemplo anátomo-fisiológicos o pedagógico-didácticos, donde a nadie se le ocurre planteos del tipo “importancia del estudio de la anatomía en la formación de profesores de EF”

  2. Por ejemplo la LEN, Leyes Provinciales de Educación, Diseños Curriculares Jurisdiccionales y los NAP en Educación Física.

  3. Bulimia, Anorexia, Vigorexia, Salutismo, Consumismo, entre otras.

  4. Pienso en un deporte que recupera drogadictos, alcohólicos, violentos, excluidos, abandonados, obesos, hipertensos, sedentarios, discapacitados, hiperactivos, abúlicos, etc.

Bibliografía

  • Aisenstein, A. (1996). El contenido de la educación física y la formación del ciudadano. Argentina 1880-1930. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 1, Nº 1. http://www.efdeportes.com/efd1/12ang.htm

  • Bauman, Z. (2002). Modernidad Líquida. México: Fondo de Cultura Económica.

  • Bravin C. (2012). Cuerpo y Subjetividad: consumismo y procesos de socialización/educación en las sociedades de consumidores. VII Jornadas de Sociología de la UNLP.

  • Crisorio, R. (2009). Educación Física. En R. Crisorio y M. Giles (comp.) Estudios Críticos de Educación Física. La Plata: Ediciones Al Margen.

  • Fittipaldi, G.J. y Galak, E. (2011) Historias del cuerpo: Problemas en debate. Educación Física y Ciencia, 13, 175-180.

  • Foucault, M. (1976). Vigilar y castigar. México: Edic. Siglo XXI.

  • Fukuyama, F. (1992). El fin de la historia y el último hombre. Barcelona: Edit. Planeta.

  • Klein, S. (2013). Institucionalización del cuerpo saludable. 10° Congreso Argentino y 5° Latinoamericano de Educación Física y Ciencia. Universidad Nacional de La Plata.

  • Landa, M.I. (2008). Modernidad, Educación Física y Poder: El cuerpo disciplinado, corregido y cultivado. Jornadas de Cuerpo y Cultura de la UNLP, 15 al 17 de mayo de 2008, La Plata.

  • Le Bretón, D. (1995). Antropología del cuerpo y modernidad. Buenos Aires: Nueva Visión.

  • Miranda Rozas, C. (2012). Biopolítica en el mundo contemporáneo. En Revista Sociedad y Equidad N° 3, Enero de 2014. Campus Gómez Millas Universidad de Chile.

  • Pedráz, M.V. (2004). Cuerpo y contracuerpo: la historicidad de las producciones corporales y el sentido de la Educación Física. En Revista Educación Física y Ciencia. Año 7. UN La Plata. p. 68-86.

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