El fútbol de la Argentina. Aproximaciones desde las
ciencias sociales (I). Entrevista a Ariel Gravano

Julio David Frydenberg y Roberto Di Giano

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 21 - Mayo 2000

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    Julio: -Yo también me acuerdo, en la época de Alfonsín, el público de Independiente estaba dividido, totalmente dividido. La platea por un lado, aplaudiendo al presidente y la popular por otro, cantando tibiamente la "marchita".

    -La barra del bombo cantaba la Marcha Peronista mirando a la platea...Y cuando entraba el ex-diputado Casella la platea lo aplaudía, aunque eso se sigue manteniendo y no creo que lo aplaudan como radical sino como a un muchacho de barrio.

    Julio: -Se puede testear la reacción que produce en el público de Independiente (que es el que más conozco) cada famoso que entra en el estadio. Cuando van caminando hacia el palco oficial, es posible analizar a quienes aplauden y como los aplauden, a quienes no aplauden, a quienes se paran a mirar, los gritos y los comentarios que se hacen acerca de cada uno de los recién llegados...


La construcción de la identidad por el relato

    -Se construyen imágenes, estereotipos. Mirá que Independiente ha tenido jugadores que, como se dice, "nacieron en el club"... pero el palco de honor se llama Arsenio Erico, el lugar central lo ocupa un paraguayo. Y esa es la otra cosa que tiene que ver con lo popular que todavía no lo habíamos mencionado: la construcción del relato, mediante el mito. ¿Cuántos tipos estaban en la cancha el día que De la Mata le hizo el famoso gol a River, cuando gambeteó o no se cuántos? Si tomás en cuenta a quienes lo relataban -me incluyo ahora-, tres millones de tipos fueron a la cancha. Es como cuando en Avellaneda te relatan la caída del tranvía al Riachuelo. Todo Villa Modelo te lo cuenta como si hubiera pasado hoy, y fue hace más de sesenta años. Es como si el tranvía todos los días se viniera abajo. Es todo un barrio que sigue estando de luto.

    Por ejemplo, yo nací en el '47 y puedo afirmar que "conocí" a Erico, yo "se" cómo jugaba Erico. ¿Sabés quiénes me construyeron esa imagen? Mis dos abuelas, que jamás pisaron la cancha. Jamás fueron a la cancha. Yo tengo las dos familias (materna y paterna) de Independiente, salvo un primo que, de contra, se hizo de Racing. Y entonces yo "sabía" cómo jugaba Sastre, cómo jugaba De la Mata, sobre todo cómo saltaba y hacía los goles de cabeza Erico, lo de los cuarenta y tres goles y todo eso. El relato construye identidades. Claro que también está la práctica, lo que yo personalmente viví, cuando mi viejo agarró y me llevó a la cancha: "el diez es Grillo" me dijo, nada más, la identidad del rojo ya estaba construida en mí, y el afecto también. El relato venía de la otra generación, e incluso de quienes no habían ido a la cancha nunca. Supongo que para las demás hinchadas será parecido, ésta es mi historia...

    Creo que eso también es un objeto para analizar. Es muy importante, cómo ésto se va construyendo por miles, millones de relatos, y relatos de relatos de relatos. El otro día, a mi pibe que juega al fútbol, se le acerca un viejito de ochenta años que lo vio jugar ahí en la plaza, y le dice: "Vos jugás parecido a un jugador que jugaba antes en Independiente..." Imaginate! Casi se mea encima (él también es hincha de Independiente). "Jugás parecido a Erico". Y mi pibe lo "conocía" a Erico, porque mi vieja le había contado todo, y mi vieja jamás fue a ver un partido de fútbol! La abuela le había contado cómo jugaba Erico!

    Roberto: -¿No crees que hay una ruptura fuerte en los últimos años con respecto al pasado? Parecería que en los jóvenes está penetrando el discurso de Marcelo Araujo: "a mí no me quieren los que les gusta el tango, a mí me entiende la juventud". La otra vez vi a Amadeo Carrizo en una entrevista que le hacen en el cable, y pensé que Carrizo era un referente importante. Pero ahora no aparece ningún jugador cumpliendo ese rol. Cuando me invitaron a una charla en una radio les pregunté: ¿por qué Uds. no invitan a jugadores de aquella época?

    -Hay que tener en cuenta que antes el discurso era más literario, más textual. Hoy prepondera el discurso de la imagen. Yo muchas veces me hago la pregunta de por qué no hay programas dedicados a recrear la historia del fútbol, en lugar de pasar aburridísimos partidos de la última fecha.

    Julio: -En la televisión brasilera existen ese tipo de programas. Uno que yo vi tiene como comentarista a Gerson y dos o tres jugadores más, y pasan partidos de la década del sesenta y del setenta y ellos van comentando cosas de la época y del partido. Porque se podría hacer acá una buena versión que te permita ver, por ejemplo, partidos de Brasil-Argentina con Pelé. Por ejemplo, los chicos no saben cómo jugaba Pelé.

    -Aparece el tema de la ruptura de la memoria... ni siquiera se plantea la cuestión de decir qué era mejor, lo de ahora o lo de antes. Es directamente no tener en cuenta la historia. Sobre todo desde la televisión, que es hoy la estantería dominante en cuanto a la emisión de mensajes. Pasa también que hay un monopolio muy grande. Entonces vos tenés ahí sólo dos tipos, de la mente de dos tipos y de algún asesor se emite una sola ideología. No hay diversidad. No hay pluralidad, no es lo mismo que pasa con los programas de radio.

    Roberto: -Puede ser hasta un buen negocio eso de ver hacia atrás....

    -Un programa como esos para mí sería negocio. Hay que ver si la racionalidad dominante apunta a eso. Porque ¿qué pasa si un chico, que es el que más prende la televisión, se empieza a dar cuenta de que le pasan el viernes un partido, el sábado otro, el domingo ocho partidos de acá y tres de otros países, el lunes otro, el miércoles la Copa, el jueves la Recopa, y los compara con un programa bien hecho con las mejores jugadas de la historia?

    Roberto: -Ahora, en Brasil, ellos cuidan más su memoria histórica... en el fútbol, en la música. Seguramente tiene algo que ver con eso...

    -Y también con la existencia de un proyecto cultural. Eso te lo pone realmente en evidencia. No la "falta" de un proyecto cultural, sino la falta de un proyecto cultural nacional. O la preeminencia de un proyecto cultural totalmente pragmático. Entonces, lo que vale es que vos sintonices el televisor ya, ahora y que consumas acríticamente.

    Julio: -Eso entra dentro de una dialéctica del medio. Por algo Araujo, cuando empieza los programas de televisión, -y en la radio igual-, dice: "estamos viviendo un apasionante campeonato". Y él promueve los campeonatos cortos, donde se matan todos, donde la propia dinámica del campeonato lleva a jugar bajo mucha presión. Y él cabalga sobre la novedad de lo apasionante del campeonato corto.

    Roberto: -El mismo Víctor Hugo Morales que tiene un discurso bastante contradictorio dice: "no, el fútbol de ahora tiene más brillo porque hay que hacerla en velocidad la jugada". Son enfrentamientos que se hacen -como entre lento y veloz- para imponer una visión legítima de algo, pero que no tienen mucha reflexión.

    Julio: -Volviendo al tema de la memoria, el otro día una alumna me decía: "a mí me gusta el folklore y yo a veces cuando lo digo... -tiene 20 años- se me ríen, me ridiculizan". Son rupturas muy grandes. Porque en los ‘60 y principios de los ‘70, el que no cantaba una zamba era un imbécil, un desubicado; o sea que era al revés...

    -Eso es parte de la derrota histórica. Yo estudié el tema y en realidad es un proceso contradictorio, no voy a colocar la zamba como paradigma como hice acá con la gambeta para adelante, pero si estoy seguro que la burla, de los que se reían del gusto por lo nacional es parte de la derrota histórica. Es la burla hacia lo popular, de lo cheto a lo popular.

    Roberto: -Y en el fútbol también se da esto de la burla. Marcelo Araujo se burlaba del colombiano Valderrama, que no corría... "Eh! Valderrama que va a ganar, no corre, juega parado..." Y los colombianos nos hicieron cinco goles! Lo que pasa es que la burla no es para Valderrama, es la burla hacia el fútbol anterior.

    Julio: -En ésto hay que distinguir varias cosas. Por un lado está el discurso ideologizado de Araujo, que pretende polemizar contra el "verso de los menottistas". Otro tema, es la realidad del deporte de alta competencia, que se va complejizando cada vez más, y que te exige cada vez más. Son argumentos que están montados y que hay que desmontar.


Los mensajes del fútbol

    -Creo (porque lo escuché de los que saben, ojo) que lo que no hay que confundir es la velocidad de la pelota con la velocidad de los jugadores. Yo creo que siempre hubo jugadores que corrían velozmente, lo que ocurría es que la pelota circulaba de otra manera, había otra exigencia; pero yo creo que no hay que absolutizar valores fuera de contexto. Hay que ver cómo juega ésto dentro del contexto. Entonces, el tema de la velocidad -por lo menos como lo estamos encarando acá- es: ¿qué se quiere decir cuando se exacerba la velocidad?... ¿Para negar qué? ¿Para afirmar qué? Inclusive independientemente de la intención, porque no se puede especular con cuál es la intención de Araujo que, además, es un muy eficiente comunicador. Lo importante es que hay gente que también dice lo que dice Araujo, aunque la intención pueda ser otra. Eso es netamente reproducción de la hegemonía. O cuando se machaca con el tema del individualismo extremo. En realidad, ésto pasa más en los programas que no son de fútbol. Por ejemplo, cuando se resalta la figura de Maradona como salvador.

    En el fondo, son mensajes que tienden a marcar cómo tenemos que hacer para operar socialmente, para comportarnos. Entonces, para llevar a cabo un proyecto conjunto, desde una sociedad de fomento hasta el manejo del estado... y... esperá un salvador!

    Roberto: -Pero también está lo otro... que ese jugador tipo Valderrama sería representante del fútbol antiguo...

    -Claro, como Bochini... El toque seco, el descolocar a toda la defensa con un amague, eso es un fenómeno de muchísima más velocidad que lo que puede representar el paradigma del jugador corredor de dientes apretados. La velocidad está en el juego.

    Roberto: -Y ese modelo de jugador "antiguo" se quiere hacer pasar como sinónimo del indolente, el latinoamericano indolente...

    -De acuerdo, eso es lo que se quiere decir: el modelo del siestero, del atraso, falta que le digan vago y malentretenido, como al gaucho. Sin embargo, los jugadores que se exportan, de los que viven los clubes, los intermediarios y los empresarios ¿quiénes son?. Ahí tenemos más contradicciones.

    Roberto: -Habría que analizar eso ¿no?... ¿qué se quiere decir con todo ésto? ¿Qué hay detrás de todo eso? Quizá Araujo no lo haga de forma conciente.

    -A mí no me interesa. Esa no es una pregunta que yo coloque en mi análisis. Importa saber qué quieren vencer, para qué son "necesarios". ¿Para qué es necesario Sofovich? Ya que estamos ahora dentro de los medios masivos. ¿Para qué es (o fue) necesario Neustadt? ¿Para qué es necesario Araujo? ¿Y Tinelli? Las preguntas claves son ¿a quién benefician? ¿Qué efectos producen? Independientemente de sus intenciones manifiestas. Porque siempre te van a contestar una justificación, ese dato nunca lo vas a obtener en forma directa. Siempre el actor te va a transmitir una racionalización de lo que hace. Pero ¿qué es lo que estos señores tienen que vencer para que tengan que seguir en vigencia?


Hegemonía y alternidad

    Yo creo que las respuestas son de dos tipos: por un lado las que apuntan a la funcionalidad que tienen estos personajes para el sistema hegemónico, para los intereses de dominio ideológico desde los medios. Y otra es la funcionalidad que cumplen con las expectativas populares, porque si la gente les da vigencia no es porque sea tarada ni narcotizada (como diría Lombardi-Satriani), sino porque en algo les satisface una predisposición o una cuota de "servicio", al decir de García Canclini. Fijate que todos estos comunicadores son muy buenos -en mi opinión- como tales, son muy efectivos desde el punto de vista técnico, manejan los tiempos, manejan el grado de transgresión necesario hoy en día para representar en un medio como la televisión, transparentan el más allá de las cámaras, la innovación netamente olmediana, que ya es patrimonio universal.

    Ahora bien, ¿qué explica su propio accionar si no es que del otro lado hay algo? Hay un enemigo real, que los tipos están contrarrestando o tratando de contrarrestar. Si los tipos ya hubieran ganado la batalla, no estarían ahí presentes. Es porque del otro lado hay otra cosa, un oponente alterno: "antes" que lo sub-alterno está lo alterno. Yo creo que ese es el punto de partida, tanto desde lo ideológico, desde el punto de vista moral -de los valores-, desde el punto de vista político, y desde el punto de vista metodológico, que es importantísimo, porque es ahí adonde vuelvo a la carencia inicial de nuestro ámbito académico y de investigación.

    Roberto: -Ahora, ¿en qué se ve reflejada la gente? ¿En el sentido común?

    -Si, el sentido común aparece en esos núcleos rígidos de creencias (que el jugador nace, etc.), pero también aparece la construcción de sentidos de ruptura.

    Roberto: -El buen sentido...

    -El buen sentido de Gramsci, claro. Lo que pasa es que uno puede diseñar eso desde un gabinete de investigación, de estudio, de militancia. Porque lo necesario es la idea de proyecto, una idea de colectivo en acción concertada y planificada. Y una idea de cuándo uno hace una investigación, cuándo uno propone hipótesis, cuándo uno propone un proyecto, piensa en una cierta organicidad de eso, no en que las cosas sigan estando como están. Ahora, eso, trasladado al fútbol, creo que son o serían hasta ahora sólo intentos de estas quijotadas tipo Menotti, mezcladas con romanticismo. Algunos periodistas que han levantado la figura de Pedernera creo que apuntaron a ésto, con lo cual yo me identifico más, no me cabe duda, aunque algunas veces me moleste la soberbia que encierran este tipo de planteos.

    Roberto: -Por ahí el buen sentido del fútbol aparece cuando despierta entusiasmo una jugada destacada, distinta. Nadie va a aplaudir a un equipo sólo organizado, ésto no despierta demasiado entusiasmo.

    Julio: -Pero el entusiasmo puede ser despertado por muchas cosas! ¡una buena patada en un momento crucial puede levantar a una hinchada!

    -Pero porque no incluimos dentro del análisis al hinchismo. Vos pensá lo siguiente: la identidad de los clubes y de los equipos, e inclusive la Selección Nacional, se construyen mediante los significados que le da la gente real desde ser hincha, no desde una mirada aséptica, neutral, la neutralidad es lo más alejado del mundo de los humanos y del fútbol con más razón... Porque es desde el hinchismo que se ve el fútbol, aunque se pretenda lo contrario. ¿Cuándo las hinchadas contrarias aplauden a un equipo que no es el suyo? ¿Cuándo reconocen al otro? ¿Cuando son una máquina superorganizada? ¿Cuando ganan colgándose del travesaño? No, a un equipo mecanizado sólo lo reconocen sus propios hinchas. Pero a un equipo que juega bien lo terminan aplaudiendo todos. Es cuando el "buen sentido" se hace de todos.


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