Los contenidos deportivos en la educación física escolar desde la praxiología motriz (I) |
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Con relación a los subroles, decir que los mismos pueden ser más amplios y diversos sobre todo en aquellos deportes en los que existe incertidumbre en el medio. como ejemplos podemos decir que en saltador de altura tiene un único rol el de saltador y un único subrol el de saltar. Sin embargo el practicante de tabla deslizadora a vela, aunque sólo pueda asumir un rol, tiene la posibilidad de poner en practica diferentes roles como pueden ser saltar, girar, hacer diferentes figurar, variar la trayectoria entre otros.
En los deportes de COOPERACIÓN la posibilidad de asumir roles está en función de la estructura de dichos deportes y el número de participantes. Así en los deportes por parejas el rol a asumir es el de compañero, mientras que en aquellos deportes en que existan varios participantes como pueden ser la escalada en cordada, la gimnasia rítmica por equipos o la vela latina canaria o el ciclismo de contrarreloj por equipos, los participantes pueden adquirir dos o más roles de acuerdo con las particularidades de cada uno de dichos deportes.
En los deportes de OPOSICIÓN los roles que puede asumir el participante son dos, ambos diferenciados, contrapuestos y mutuamente excluyentes.
- Atacante
- Defensor
O jugador con móvil o sin móvil, en aquellos deportes en los que existe el mismo. En los deportes de COOPERACIÓN/OPOSICIÓN por equipo tales como el Baloncesto, Balonmano, Fútbol, Fútbol sala, Hockey hierba, Rugby, Voleibol y Waterpolo, los roles estratégicos que el jugador puede asumir son:
- Jugado con balón
- Jugador sin balón del equipo con balón
- Jugador del equipo sin balón
Lo que por ahora consideramos subroles estratégico motrices específicos de algunos de los más difundidos deportes de cooperación/oposición y también los que consideramos comunes a todos ellos serían los siguientes:
Tomando como base lo que hemos expuesto consideramos como subroles comunes al jugador de los deportes de cooperación/oposición los siguientes:.
Hemos de decir que aunque los subroles que exponemos son comunes a todos los deportes mencionados con excepción del voleibol que presenta claras diferencias, cada uno de estos deportes también tienen otros subroles que les son propios y que no trataremos en este trabajo.
Para una mejor comprensión y clarificación de lo que exponemos haremos una distribución de subroles por cada uno de los tres roles que hemos considerado.
Subroles del jugador con balón
- Poner en juego el balón
- Avanzar con el balón
- Proteger el balón
- Pasar el balón
- Tirar para marcar
- Temporizar
- Fintar
- Ampliar espacios (desmarcarse....)
- Reducir espacios (presionar.....)
- Situarse en posición de sistema
- Perder el balón
- Hacer falta o violación
- Recibir falta
Subroles del jugador sin balón del equipo con balón
- Dirigirse hacia la zona de marca o diana
- Ocupar una posición en el sistema
- Desmarcarse
- Fintar
- Ampliar espacios
- Reducir espacios
- Ayudar a un compañero (por medio de una acción motriz)
- Pedir el balón
- Recibir el balón
- Esperar
- Hacer falta o violación
- Recibir falta
Subroles comunes al jugador del equipo sin balón
- Dirigirse hacia la zona de marca o diana
- Ocupar una posición en el sistema
- Fintar
- Temporizar
- Reducir espacios
- Ampliar espacios
- Anticiparse
- Ayudar a un compañero
- Entrar y/o cargar a un adversario
- Interceptar, despejar-desviar el balón
- Recuperar el balón
- Esperar
- Hacer falta
- Recibir falta
Proponemos que el diseño de tareas motrices y el de situaciones motrices para el desarrollo de la acción docente en educación física y en el entrenamiento deportivo, se haga desde los objetivos motores y roles y subroles motores que prioritariamente configuren a los distintos deportes (saltar en los saltos, correr en las carreras, marcar y evitar que nos marquen en deportes de cooperación/oposición con móvil). Es decir, se propone organizar la enseñanza de los contenidos deportivos partiendo de la intencionalidad de la conducta motriz, de manera que el individuo que aprende tenga que poner en practica uno o más roles y subroles estratégico motrices y no en la técnica corporal, modelo de ejecución o comportamiento motor. Partir de la conducta motriz y no del comportamiento motor.
Proponemos que en el proceso de enseñanza de los deportes en la iniciación deportiva, se emplee la siguiente secuencia:
Deportes de carácter psicomotriz que se desarrollen en espacios estandarizados (salto de longitud, gimnasia deportiva individual, ....)
Deportes de cooperación que se desarrollen en espacio estandarizado (gimnasia rítmica por equipos, relevos en atletismo, ...)
Psicomotrices de espacios no estandarizados o con incertidumbre (Tabla deslizadora a vela, escalada individual, ...)
Deportes de cooperación de espacio no estandarizados (Escalada en cordada, ciclismo contrarreloj por equipos)
Deportes de oposición espacio estandarizado (luchas, boxeo, ...)
Deportes de oposición espacio no estandarizados (Motocross, ....)
De cooperación-oposición de espacio estandarizados (Fútbol, baloncesto, ...)
De cooperación-oposición de espacio no estandarizados (ciclismo en ruta por equipos, ...)
Cuando se pretenda hacer un proceso de formación en el que se pretenda una iniciación comúnmente denominada polideportiva, el alumno debe necesariamente pasar por la secuencia anteriormente descrita y practicar en consecuencia ocho tipos de deportes como mínimo pertenecientes a los grupos denominados psicomotrices de espacios estandarizados y no estandarizados y de igual manera en los de cooperación, oposición y cooperación-oposición.
Consideraciones finales
La praxiología motriz no se ocupa del proceso educativo, dado que su objeto de estudio es la acción motriz, y no la conducta motriz, como ya hemos dicho. Del proceso educativo se ocupa la educación física o pedagogía de las conductas motrices.Pero pese a ello se puede comprobar que la praxiología motriz proporciona a la educación física y al entrenamiento deportivo, un conjunto de saberes que puestos en manos del educador físico y del entrenador deportivos le permiten construir y establecer las situaciones pedagógicas que mejor convengan a los intereses y conocimientos de las conductas motrices que pretenda hacer aprender a sus alumnos o jugadores.
La posibilidad de diferenciar a las actividades físicas, unas de otras, de acuerdo con su estructura, el conocimiento de dichas estructuras y de las relaciones que se establecen entre los componentes de la estructura y entre estos y el individuo que juega por medio de la praxis motriz, son elementos fundamentales para proceder adecuadamente en el quehacer docente.
El quehacer docente precisa del conocimiento detallado de las acciones motrices y de las conductas motrices y de las relaciones entre ambas.
En la actualidad, en actividad física y deportiva y conducta motriz, la noción de energía debe ser abordada como significación inmersa en un mundo de signos, si queremos llegar a comprenderla.
La identificación entre energía y acciones motrices, tan en boga en la actualidad en el ámbito del deporte y de la educación física, conduce a privilegiar a los modelos mecánicos(cuerpo máquina simple, termodinámica, cibernética), que pese a su gran utilidad se revela reduccionista e insuficiente para entender al individuo que actúa en el campo de las practicas deportivas.
Para poder progresar, parece necesario, que en alguna medida, abandonemos la exclusividad de la lógica cuantitativa para aproximarnos e incluir también la cualitativa; sustituir la aproximación en términos de fuerzas por otra en términos de estructura.
La conducta motriz es una relación significativa que se forma fundamentalmente de la relación con el medio, los objetos y los otros, que pasa por la motricidad y tiene un sentido en lo motor pero no se queda en ello.
El ser humano, como ser inteligente que es, está comprometido no solamente con un universo de fuerzas, sino que al mismo tiempo también lo está en un mundo de sentidos o significaciones, que son las que en última instancia caracterizan a la puesta en juego corporal de una persona actuando en relación con el medio.
Debemos llegar a la conclusión que en la enseñanza y el entrenamiento de la actividad física y deportiva, es necesario hacer una transformación radical de la gran mayoría de los conceptos en uso, de manera que se acepte que no se enseñan tareas, gestos, fragmentos de habilidades, montajes comportamentales, sino estructuras, incluso reglas o principios organizadores de nuestros movimientos.
Para llevar a cabo el análisis y tratamiento didáctico de cualquier contenido deportivo en educación física se debe conocer previamente la naturaleza de ese contenido mediante el estudio de su estructura funcional o lógica interna. Esto nos permitirá un desarrollo coherente de los contenidos con relación a la lógica interna de cada actividad deportiva y a sus principios de acción fundamentales.
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revista digital · Año 5 · N° 19 | Buenos Aires, marzo 2000
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