Diseño e intencionalidad de los juegos modificados de cancha dividida y muro
Antonio Méndez Giménez
Lecturas: Educación Física y Deportes | http://www.efdeportes.com/
revista digital | Buenos Aires | Año 5 - Nº 18 - Febrero 2000

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2.4. En cuanto a los jugadores (compañeros y adversarios)

  1. Respecto al número de jugadores por equipo
         Una propuesta comúnmente aceptada para simplificar el deporte es reducir el número de jugadores de cada equipo. En consecuencia, para Devís y Peiró (1995, p. 347), Santos, Viciana y Delgado (1996), Moreno y Rodríguez (1997), el juego debe comenzar por situaciones de 1 x 1, y después evolucionar a situaciones de 2 x 2, 3 x 3... hasta llegar a una descompensación del número de participantes que permita despertar determinadas estructuras tácticas (2 x 1, 3 x 2, etc.)

  2. Respecto a las funciones o roles de los jugadores

    1. Exclusivamente ofensivas (cooperación).

    2. Exclusivamente defensivas (oposición).

    3. Neutras o de colaboración indistinta con los dos equipos.

    4. Semioposición.

    5. Ofensivas y defensivas, alternativamente.

  3. Respecto al sexo

         2.1. Equipos mixtos. En los deportes de cancha dividida y muro, por su estructura interna (no existe disputa por el móvil ni contacto físico) y por la alternancia en el juego se garantiza cierta equidad en la participación de los jugadores. En la medida en que se aumenta el número de jugadores por grupo habrá que establecer reglas que velen por el cumplimiento de semejante propósito como, por ejemplo, alternar intervenciones entre sexos, equilibrar cuantitativamente la proporción entre géneros y cualitativamente entre los contrarios... De no ser así, se suceden las invasiones al terreno de los propios compañeros más flojos o se observa un abuso de los más capacitados en las zonas de interferencia. Algunas modalidades de deportes alternativos surgen con especial interés en paliar las desigualdades entre género y potencian la participación mixta (por ejemplo, el manodós, el paladós...)

         2.2. Segregados. La postura opuesta sostiene que las diferencias entre sexos son sustanciales y subraya la conviencia de garantizar una participación equitativa entre los jugadores separando las actividades por sexo.

3.5. En cuanto al tiempo
     La variable tiempo no es un factor influyente ni en los JDCD ni en los JDMP. La única posibilidad en la manipulación de este factor es establecer un límite temporal para el transcurso del encuentro, como el caso de ciertos deportes alternativos (por ejemplo, la modalidad alemana de indiaca en la que se juegan a dos tiempos de diez minutos con un descanso intermedio de cinco).

3.6. Sobre las reglas esenciales de los JDCD y JDMP
     Numerosos autores como Thorpe (1983); Santos, Viciana y Delgado (1986); Rodríguez y Moreno (1996) consideran necesaria una adaptación reglamentaria múltiple relacionada con las variables antes mencionadas (altura de la red, material del móvil, dimensiones de la raqueta...) para conseguir que los principiantes peloteen con cierta continuidad. Además, sostienen que en un principio únicamente se fijarán las reglas básicas acerca del funcionamiento del juego, procediendo, por tanto, de una permisividad inicial a las restricciones propias del perfeccionamiento. Así, hemos recogido de la bibliografía revisada diversos planteamientos relativos a cuestiones reglamentarias y a su secuenciación en el proceso para facilitar el aprendizaje. A continuación reflejamos algunas de ellas:


  • Con objeto de que los jugadores retornen a la posición base puede incluirse la regla de que tras cada golpe pisen un círculo pintado a tal efecto o el interior de un aro mientras participan del juego. Cada vez que se consigue la victoria tras cumplir dicha condición se bonifica la jugada con otro punto extra.

  • Introducir tareas adicionales tras cada golpe como intercambiar un balón con los pies incrementando el desgaste físico y complicando el requerimiento perceptivo (Méndez y Méndez, 1996, p. 368).

  • Limitar los gestos técnicos. Por ejemplo, permitir únicamente el toque de dedos en voleibol o elimiar ciertos gestos como el bloqueo, el remate...

  • Determinar el número de toques o de pases permitido entre los miembros de cada equipo antes de pasar el móvil al otro campo. A menor número, se disminuye el tiempo para pensar y organizar el juego, y la probabilidad de una correcta ejecución es menor; por tanto, parece aconsejable su uso con sujetos ya iniciados. Por el contrario, a mayor número de golpes, se incrementa la participación y se potencia la sensación del juego colectivo. Esta opción parece más adecuada para principiantes (Rodríguez y Moreno, 1996).

  • Establecer el número de toques continuados por un mismo jugador.

  • Variar la mano/pie de lanzamiento/recepción/golpeo. Propuesta de un trabajo ambidiestral en los deportes unilaterales.

  • Modificar el tipo de gesto a utilizar simplificando los requerimientos técnicos. Por ejemplo, dejar o no agarrar el móvil antes de lanzarlo, permitir sacar de la forma que sea más fácil aunque sea anti-reglamentaria...

  • Permitir uno o varios botes previos al golpe para proporcionar un ritmo de juego más lento, mayor continuidad y asegurar una ejecución técnica correcta.

  • Simplificar o eliminar ciertas normas. Conseguir punto directo sin recuperación del saque. Permitir recibir el móvil y desplazarse antes de lanzarlo al campo contrario -u obligando el lanzamiento desde el mismo punto en que se recogió el móvil-. Permitir el saque hacia cualquier lugar del campo contrario -y no necesariamente hacia el área de servicio-.

  • Bonificar con un punto extra cada vez que se logra cierta acción, por ejemplo, conseguir que el volante caiga detrás del oponente en su campo (Lawton y Werner, 1989). El objetivo de esta norma pretende inducir el aprendizaje del juego largo mediante la técnica de lob, a partir de la percepción del desplazamiento del oponente.

  • Finalmente, apuntaremos un juego reflexivo propuesto por Lawton y Werner (1989) que consiste en que cada jugador debe gritar en voz alta el tipo de golpe que planea realizar inmediatamente. Si la previsión coincide con el golpe y el jugador vence con él, será premiado con un punto extra. Los autores pretenden forzar a los estudiantes al pensamiento táctico y la construccción del juego ofensivo.

     En resumen, hemos presentado un análisis de los factores que componen la esencia estructural de los JDCD y de los JDMP, así como de su posible manipulación cuantitativa y cualitativa -a veces evidente, otras veces, menos perceptible- con la determinación de promover la creación de actividades lúdicas modificadas e intencionales. Estamos convencidos de que dichos recursos asociados a una adecuada metodología inductiva favorecen el aprendizaje a nivel cognitivo, motriz y afectivo-motivacional con mayor eficacia que el modelo tradicional, especialmente, durante la etapa de iniciación deportiva en el ámbito escolar.


Nota

  1. Para una revisión en profundidad de las características reglamentarias y peculiaridades de cada especialidad recomendamos los libros de Moreno, Mata y Gómez (1993), Virosta (1994), Martínez Gámez (1995) y Méndez y Méndez (1996) en los que se exponen gran parte de los juegos deportivos señalados en ambas categorías.


Bibliografía


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