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ISSN 1514-3465

 

La generación de jugadoras que visibilizó el fútbol femenino en Bolivia

The Generation of Players who Made Women's Soccer Visible in Bolivia

A geração de jogadoras que deram visibilidade ao futebol feminino na Bolívia

 

Eliana Aguilar Aguilar

eliana.aguilar.aguilar@gmail.com

 

Licenciada en Psicología

Universidad Católica Boliviana

Máster Universitario en Intervención y Mediación Familiar

Universidad de Sevilla (España)

Máster en Estudio de las Mujeres y Género

Universidad de York (Inglaterra) / Universidad de Granada (España)

Post Titulo Internacional Experto en Técnicas

de Intervención Familiar Bajo la Línea Sistémica

Asociación Vasca de Psicoterapia Dinámicas y Sistémicas (AVAPSI)

Diplomado en Organización y Administración Pedagógica

en el Aula en Educación Superior

Universidad Mayor de San Andrés

Diplomado en Desarrollo de Habilidades Sociemocionales para la Acción Educativa

Universidad La Salle (México)

Diplomado en Estrategias de Intervención Psicoterapéuticas Basadas en Evidencias

Escuela Digital Nemaxtia (México)

(Bolivia)

 

Recepción: 06/04/2025 - Aceptación: 29/04/2025

1ª Revisión: 24/04/2025 - 2ª Revisión: 25/04/2025

 

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Cita sugerida: Aguilar, E. (2025). La generación de jugadoras que visibilizó el fútbol femenino en Bolivia. Lecturas: Educación Física y Deportes, 30(325), 2-13. https://doi.org/10.46642/efd.v30i325.8246

 

Resumen

    Hoy en día, las mujeres bolivianas pueden jugar fútbol sin ser discriminadas ni insultadas, y eso ha sido posible gracias a una generación de jugadoras en el fútbol femenino boliviano, quienes abrieron el camino con esfuerzo, perseverancia y valentía. Este artículo trata de visibilizar las voces de algunas jugadoras de los años 90 y la dura trayectoria que tuvieron que atravesar en su camino.

    Palabras clave: Fútbol femenino. Bolivia. Deporte y género. Mujer y deporte.

 

Abstract

    Today, Bolivian women can play soccer without discrimination or insults, and this has been possible thanks to a generation of players in Bolivian women's soccer who paved the way with effort, perseverance, and courage. This article seeks to highlight the voices of some players from the 1990s and the difficult path they endured along the way.

    Keywords: Women’s soccer. Bolivia. Sport and gender. Women and sports.

 

Resumo

    Hoje, as mulheres bolivianas podem jogar futebol sem discriminação ou insultos, e isso foi possível graças a uma geração de jogadoras de futebol feminino boliviano que abriu caminho com esforço, perseverança e coragem. Este artigo tem como objetivo destacar as vozes de algumas jogadoras da década de 1990 e os caminhos difíceis que enfrentaram ao longo do caminho.

    Unitermos: Futebol feminino. Bolívia. Desporto e gênero. Mulheres e desporto.

 

Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 324, May. (2025)


 

La Previa: Introducción 

 

    El Mundial Femenino de Fútbol 2023 dejó una marca en la historia de la FIFA; de los nueve torneos disputados, este ha sido el de mayor cobertura (InsideFifa, 2023). Además, significó la despedida de dos íconos del fútbol femenino: Marta Vieira da Silva (Brasil) y Megan Rapinoe (Estados Unidos), dando paso a una nueva generación de figuras destacadas como Aitana Bonmatí, Linda Caicedo, Olga Carmona y Mary Earps, entre otras. Asimismo, por primera vez España se consagró como campeona, aunque el festejo se vio empañado por el escándalo que protagonizó Luis Rubiales, el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (BBC, 2023) demostrando un claro ejemplo de abuso de poder y machismo en el ámbito deportivo, reflejando desigualdad de género persistente en el fútbol.

 

    Las mujeres siguen siendo percibidas como objetos sexuales, subordinadas a la disposición de los hombres (Gómez Muñoz, 2021). Además, persisten estructuras machistas dentro del fútbol que refuerzan esta desigualdad. Es importante considerar que la agenda del fútbol femenino establecida por la FIFA en 2018 no responde a las necesidades reales de las jugadoras, como la equidad salarial, la igualdad de oportunidades, la protección contra la violencia y el abuso sexual, e incluso el apoyo a la maternidad. (Aguilar, y Alcázar-Campos, 2022)

 

    Si bien el fútbol femenino ha ganado visibilidad en los últimos años, además de tener más espacios, mejores salarios y pareciera que está logrando romper barreras en la esfera pública del fútbol a nivel internacional, no lo es aún en varios países latinos. Menos aún si se habla de investigaciones en el campo del fútbol femenino, Alabarces (2004) menciona que la producción de estudios sobre deportes en América Latina no puede compararse con la producción europea, tiene pocos años de recorrido y muchas dificultades en el camino. El mismo autor menciona que existió un bloqueo en la investigación académica, privando a los propios latinos de construir su discurso académico latinoamericano con respecto al deporte.

 

    Así es que surgen las diferentes preguntas de investigación, ¿Cómo influyó la generación de los años 90 en la transformación del fútbol femenino en Bolivia? ¿Cuáles han sido los principales desafíos socioculturales que han enfrentado las jugadoras bolivianas? ¿Qué barreras económicas han limitado el desarrollo del fútbol femenino en Bolivia?

 

Figura 1. Convocatoria de jugadoras a la selección femenina de fútbol de Bolivia bajo la dirección de Zdenscka Bacarreza

Figura 1. Convocatoria de jugadoras a la selección femenina de fútbol de Bolivia bajo la dirección de Zdenscka Bacarreza

Fuente: Federación Boliviana de Fútbol (Facebook)

 

    A lo largo de esta investigación, se pretende responder a estas preguntas; para ello se han utilizado entrevistas en profundidad con ex jugadoras de fútbol, directoras técnicas, futbolistas y personas allegadas al fútbol. Se siguió la perspectiva feminista, en especial la teoría de Betty Friedan en su libro La mística de la feminidad (1963), porque se considera que es acorde de la realidad boliviana. Asimismo, se utilizó la investigación Bolivian women as a profesional footballers: the voice and the feminismo of the karimachus (Mujeres bolivianas como jugadoras profesionales: la voz y el feminismo de las Karimachus), estudio que, al ser publicado en inglés no pudo llegar a toda la sociedad boliviana por no ser su lengua nativa, siendo la primera investigación oficial publicada sobre el fútbol femenino boliviano.

 

    Motivo por el cual, se propone esta investigación con el fin de clarificar el camino que las futbolistas bolivianas han tenido que recorrer a lo largo de sus carreras, destacando el papel fundamental de la generación de los años 90, el impulso de cambios significativos que brindaron al deporte en Bolivia, identificando los principales desafíos socioculturales y económicos enfrentados por las jugadoras.

 

Primer tiempo: Método 

 

    Una conocida expresión futbolística señala que “el fútbol es impredecible”, lo que evidencia las limitaciones de los datos numéricos tanto en la vida cotidiana, como en la investigación académica. La realidad va más allá de los números y para alcanzar los objetivos planteados en esta investigación, la metodología cualitativa se presenta como la opción más pertinente. Es fundamental cuestionar la perspectiva objetiva patriarcal con la que tradicionalmente se ha analizado el fútbol, del mismo modo en que se ha puesto en entredicho en el ámbito científico.

 

    Donna Haraway (1992) plantea que la investigación feminista permite dejar la objetividad patriarcal que fundamenta a la ciencia, permitiendo poner a la investigadora en una posición más exigente, la cual, a su vez accede a cuestionar y a tener una versión del mundo más amplia y crítica. Por su parte, Sandra Harding (1996) mencionó que la epistemología feminista va más allá de sólo agregar mujeres en la investigación. Así como el fútbol pretende hoy en día fingir que es igualitario porque se han agregado mujeres en el campo de juego.

 

    De igual manera, la perspectiva fenomenológica asume el punto de vista de que las experiencias son un reflejo de la realidad en la que se vive. Las formas de ser y estar en el mundo son parte de las construcciones o representaciones sociales que se asumen; a su vez, éstas son parte de la memoria social, del cuerpo e incluso la forma cómo cada uno se expresa, todo lo cual es aprendido. (Van Dijk, 1999)

 

    Marta Luxán y Jokin Azpiazú (2016), mencionan que las experiencias subalternas permiten tener una mirada más compleja que la del privilegio social, además que han sido cuestiones apartadas por la ciencia por ser consideradas poco objetivas. Por lo tanto, recuperar las voces subalternas y colocar sus experiencias y vivencias en investigaciones, es una manera de confrontar el ideal androcéntrico de la ciencia. Es por ello, que este trabajo es una aproximación a una producción de conocimientos que permita eliminar las barreras entre los conocimientos subalternos y la producción clásica de conocimientos.

 

    Para esta investigación se utilizaron algunas de las entrevistas semi estructuradas de la investigación: “Bolivian women as a profesional footballers: the voice and the feminismo of the karimachus” (Aguilar, y Alcázar-Campos, 2022) las cuales fueron realizadas a once jugadoras de diferentes ciudades de Bolivia realizadas en el año 2020, donde:

  • Cinco de ellas han formado parte de la selección boliviana de fútbol en varias convocatorias: Zdenscka Bacarreza, Janeth Morrón, Ana Huanca, Maitte Zamorano y Luzdana Rivera; actualmente todas trabajan en el ámbito del fútbol.

  • Tres son mujeres de pollera o cholas: Marta Poma, Nieves Condori e Irene Tolin, las cuales jugaron en campeonatos de cholitas departamentales coronándose casi siempre como ganadoras.

  • Tres mujeres jugaron de manera activa, pero, por diferentes razones, tuvieron que abandonar fútbol en algún momento de su vida: Viviana Rojas, Amancaya Barreda y Katherine Gallardo.

    Asimismo, se realizó una entrevista semi estructurada a la primera arbitro de pollera del país, Lidia Chura, al capitán de la selección masculina de fútbol de Bolivia que clasificó al Mundial de 1994 Carlos Borja, único mundial que Bolivia llegó por mérito propio (Conmebol, 2015) y se realizó una nueva entrevista en el año 2024 a Zdenscka Bacarreza después de estar al mando de la Selección Femenina de Bolivia el 2021.

 

    Se respetó siempre la idea de que las entrevistadas son las que tienen el conocimiento, la noción de experiencia, la vivencia y lo encarnado. Estas nociones son importantes al momento de comprender una realidad, sin embargo, suelen ser nociones poco aceptadas por la ciencia. Martha Luxán y Jokin Aspizú en su texto metodología para la implementación de la igualdad (2016), mencionan que la flexibilidad que presenta la entrevista semiestructurada puede llegar a ser como un diálogo, pero no por ello pierde valor o rigurosidad; simplemente es más cómodo para las entrevistadas, pueden desenvolverse mejor y disminuir niveles de ansiedad o estrés que suelen causar entrevistas más estructuradas.

 

    Esto hizo que, cada experiencia compartida por las jugadoras fueran discursos narrativos emocionales que formaban recuerdos y detalles a nivel individual, sobre acontecimientos que se dieron a nivel socio colectivo. Aunque los recuerdos expresados en los discursos de las jugadoras pueden haber experimentado transformaciones durante el proceso de significación y resignificación, tanto al ser almacenados como al ser narrados, lo que podría distorsionar en cierta medida la información original, Van Dijk (1999) sostiene que, en general, las personas evocan aquello que conocen. Por eso resulta fundamental reconocer y dar voz a los saberes subalternos, ya que permiten describir con mayor precisión la realidad del fútbol femenino en Bolivia.

 

Medio Tiempo: Resultados 

 

    Para un mejor análisis y comprensión del tema, se dividió en dos apartados que responden a los objetivos.

 

Desafíos socio culturales 

 

    En este apartado es importante comprender el inicio de cada una de las futbolistas en la sociedad boliviana, las barreras encontradas a lo largo del camino, la construcción del ser mujer, las relaciones de pareja y maternidad.

 

    Hortensia Moreno, en el libro Las mujeres que aman el fútbol y las que no tanto (2014), menciona que el amor a un determinado deporte aparece temprano en la vida de las personas o simplemente no aparece. A su vez, en la mayoría de los casos, es el padre quien inculca a su hija el amor a un deporte. Incluso es por el amor al padre que muchas mujeres se apasionan por algún deporte. Se pudo hallar concordancia con las afirmaciones de Moreno en la mayoría de los discursos. La jugadora Maitte mencionó: “Soy afortunada de venir de una familia amante del deporte, que nos inculcó esa pasión; la motivación para jugar fue mi padre, él me inculcó, me acompañó en todo momento y me llevó a las canchas”.

 

    A pesar de que las jugadoras querían jugar, se encontraron con una barrera construida y privilegiada por la heteronormatividad deportiva, otorgando la oportunidad sólo a los varones de practicar algún deporte, en este caso fútbol. Viviana menciona: “Jugar fútbol para las chicas no era normal, mi familia pensaba que se me iba a pasar…”. Debido a la persistencia de las mujeres en el juego, empezaron los castigos sociales: insultos y burlas, los cuales son una forma de demostrar el desagrado que se tiene a alguna situación. (Manrique, 2018)

 

    La violencia verbal ejercida contra las mujeres es una manera de legitimar su superioridad a partir de la dominación del cuerpo del otro. Las narrativas sociales llevaron a tener una imagen de masculinidad hegemónica dentro del fútbol. Al respecto Katherine menciona: “Siempre se nos han dicho que el fútbol es masculino… no se tenía referentes femeninos”. Normalizando de esta manera los ideales del ser futbolista, entendiendo que cualquier persona que no se asemeje a esos ideales, queda descartada de su práctica. Se puede agregar las palabras de Zdenscka: “Comencé a mis 7 años, no había chicas que jugaban, más bien tenía el cabello corto, entonces todos me conocían como Marco Antonio”.

 

    Teniendo en cuenta a Friedan (1963), la mística de la feminidad ha puesto a las mujeres como accesorios o adornos dentro del deporte. El ingreso y la apropiación de algunos deportes por parte de las mujeres ha hecho que se las vea como trasgresoras del espacio; debido a ello era típico escuchar insultos para demostrar su desagrado y desaprobación de que están haciendo cosas que no son propias de las mujeres, insultos como lesbianas o karimachus (lesbiana en quechua). Ana mencionaba: “Si bien no me lo gritaban y no me decían nada, estaba en el boca a boca de la gente la niña que jugaba fútbol, o sea yo… ¡Yo era la karimachu!”. (Aguilar, y Alcázar-Campos, 2022, p. 121)

 

    Retomando la idea de la mística de la feminidad propuesto por Friedan (1963), uno de los componentes principales era el casamiento de las mujeres para posteriormente llegar a la maternidad. Afirmaba que, para las mujeres de Estados Unidos en los años 50, la vida real y la felicidad de una mujer comenzaban al casarse, por eso era raro y mal visto que una mujer quiera cambiar su destino. Viviana mantenía esto en su discurso: “Yo misma me decía: ¡Ya no puedes jugar!, ¡Ya estás casada! ¡Tienes una hija!, aunque sí quería, yo misma creí que no tenía tiempo, luego volví a jugar”. (Aguilar, y Alcázar-Campos, 2022, p. 126)

 

    Gracias a los aportes de Butler (1990) y Stearling (2000), casarse y mantener relaciones heteronormativas son temas muy debatidos dentro del feminismo. La jugadora Amankaya mencionaba: “Piensan que tengo un montón de amigas lesbianas sólo por estar en este ámbito y ¡no!, puede ser que sí conozca chicas con esa preferencia en el ámbito del fútbol y también las conozco en cualquier lugar”, agregando a lo anterior Viviana refiere: “Antes me decían, ¿no serás lesbiana? porque jugaba fútbol de madrugada”. (Aguilar, y Alcázar-Campos, 2022, p. 121)

 

    Asimismo, la aceptación de la práctica deportiva femenina por parte de las parejas, más allá de su género, dependerá del constructo social y la construcción de roles de género adquiridos en su infancia. Es importante recordar que, al ser procesos flexibles, pueden cambiar con el tiempo, por lo que, es relevante resaltar el trabajo de deconstrucción de estas mujeres con sus parejas, porque, por ejemplo, si bien algunas dejaron de practicar fútbol un tiempo por su pareja o maternidad, posteriormente lo retoman y tienen el apoyo de ésta.

 

    La maternidad dentro del fútbol femenino es un tema que está siendo considerado y visibilizado hace poco tiempo por las estructuras que manejan el futbol. Si bien la FIFA (2018) quiere aumentar y fomentar la participación de las mujeres en su Estrategia del fútbol femenino, el tema del embarazo no se ha contemplado en su agenda. A nivel mundial, son pocas las jugadoras que han retornado a su equipo después de dar a luz; obviamente en contextos donde las jugadoras son reconocidas y tienen contratos laborales, nada cercano a la realidad boliviana.

 

    Hoy en día, no se cuenta con una reglamentación sobre ello, existiendo un vacío legal que desprotege a todas las mujeres que desean practicar fútbol. Solo queda confiar que, el club al cual pertenece la jugadora le pueda otorgar una baja médica, sin tener certeza que un equipo vaya a aceptar, existiendo una desprotección laboral de las futbolistas en caso de embarazo. Mientras este tema no se coloque en la agenda política, se seguirá manteniendo la idea equivocada que la carrera futbolística de las mujeres termina cuando ellas decidan embarazarse.

 

    Finalmente, en este apartado de desafíos sociales, es importante mencionar a la chola o mujer de pollera. La chola es una figura emblemática de la identidad cultural del occidente de Bolivia. Se trata de una mujer de origen indígena o mestizo que mantiene un estilo de vestimenta tradicional compuesto por una pollera (falda amplia y colorida) (Paredes Candia, 1992). Estas mujeres representan la fortaleza, el empoderamiento y la resiliencia de la mujer andina. Históricamente, sufrieron doble discriminación por ser mujeres y cholas, Lidia Chura, primera arbitra chola menciona: "Esa señora que se vaya a la cocina, qué está haciendo aquí". En la actualidad, las mujeres de pollera han ganado reconocimiento y protagonismo en diversos ámbitos sociales, políticos y económicos, no siendo la excepción el ámbito del fútbol.

 

    Carlos Borja capitán de la selección que clasificó al mundial y que está dentro de la generación dorada del fútbol masculino menciona: “El fútbol de Cholitas es más tradicional que el fútbol femenino, antes era una tradición, tal vez ellas han sido las pioneras”. Dentro de la investigación, se pudo entrevistar a tres jugadoras de pollera y mencionaron el difícil camino que tuvieron que atravesar. Por ejemplo, Martha expresó: “Aquí en el mercado aprendí, antes no sabíamos nada”, a su vez Nieves comenta: “Nos han animado las compañeras del mercado…”. Irene: “Empecé a jugar por los campeonatos de Inter mercado, porque antes las mujeres no podían participar…nos decían que sólo los varones podían jugar… yo soy de provincia, las mujeres de pollera la mayoría venimos de provincia y allá todo es fútbol…”. (Aguilar, y Alcázar-Campos, 2022, p. 120)

 

    El tema de discriminación siempre estuvo presente en el fútbol femenino, Lidia Chura, primera arbitro chola del país menciona: “La sociedad cuando te ven de pollera no te respetan tanto; cuando estoy de deportivo me tratan mejor, de pollera me dicen señora o chola, es como tener dos personalidades, si voy con pantalón me dicen señorita, pero si voy de cholita todo es diferente, veo desde las dos formas como me tratan, a pesar de eso, no dejaré mi pollera”.

 

Desafíos económicos 

 

    Si bien el fútbol femenino no está profesionalizado en Bolivia, es importante entender cómo llegaron a combinar su pasión con su vida personal, trabajar para poder mantener su pasión, cosa que no sucede en el fútbol masculino.

 

    La periodista deportiva mexicana, Emma Fermín, que menciona que “hay que tenerle mucho amor para dedicarse al periodismo deportivo(Hernández, 2014, p. 127), esas palabras se pueden ampliar al fútbol femenino, como dice la jugadora Maitte: “Es imposible vivir del futbol acá en Bolivia… creo que muchos deportistas lo hacen por mucha pasión, muy rara vez uno recibe algo de dinero”. A su vez Janeth mencionó: ¡No se puede vivir del fútbol! No nos dan ni para el pasaje, rara la persona o el dirigente que te ayude, tengo compañeras que tuvieron lesiones y nadie las ayudó, ni la federación”.

 

    Las desigualdades económicas y las notorias diferencias en la brecha salarial fuerzan a que las futbolistas tengan que dedicarse a algo más que a jugar fútbol o, directamente, dejar de practicarlo, siendo el caso de tres de las entrevistadas. Rilova (2021) en su investigación de fútbol femenino español, menciona que, si bien el fútbol femenino ha ido ganando espacios y teniendo mejores retribuciones económicas, aunque tuvo un estancamiento en la pandemia, demostró que es bastante rentable.

 

    Sin embargo, aún existe una gran brecha diferencial con los datos económicos respecto al fútbol masculino. Lidia Chura, quién ingreso al mundo del fútbol como arbitra, siendo una posición diferencial a las jugadoras que en Bolivia no son profesionales, menciona: “Hace 4 años, cuando comencé mis compañeros me llevaron a un partido a arbitrar a las villas, ¡Ese día me pagaron 20 bolivianos! (4 dólares)… yo estaba impresionada de que me paguen y desde entonces no solté el arbitraje… mi sueño era ganar como un varón… los hombres siempre ganan más”.

 

    No existe valorización, ni reconocimiento de los esfuerzos que las mujeres hacen en su día a día, porque, si bien, las mujeres tienen la oportunidad de ingresar a la esfera pública, deben volver a asumir las actividades dentro de la esfera privada, realizar el trabajo del hogar, que no es remunerado, duplicando su trabajo o más en muchos casos. Janeth mencionó: “Trabajo en la mañana en un colegio como profesora de educación física, por las tardes, lunes, miércoles y viernes, en una escuela de fútbol, martes y jueves entreno, cuando hay selección entreno en la noche, pero es muy cansador”. (Aguilar, y Alcázar-Campos, 2022, p. 125)

 

    Dentro de los pocos datos que se tienen del fútbol femenino en Bolivia, el primer partido como selección se jugó en 1995, en el marco de la Copa América Femenina. Bolivia participó por primera vez en este torneo, aunque no logró resultados favorables (Conmebol, 2022). Zdenscka menciona: “Santa Cruz comenzó mucho más antes que La Paz por los 80; en 1993 yo comencé, la ABB (Academia de Balompié Boliviano) fue uno de los pioneros con el profesor Isaac Mollinedo; fue un camino difícil con mucha prohibición”.

 

    En los años 90, Bolivia apostaba por el fútbol porque había clasificado al Mundial por primera vez por mérito propio. Carlos Borja menciona: “En los 90 creo que había equipos con mujeres, pero no reflejaban una presencia clara, la mirada estaba concentrada en los varones por la clasificación, era difícil que otra disciplina -sin desmerecer- pueda brillar”.

 

    Sin embargo, las estructuras de poder intentaron quebrar el surgimiento del fútbol femenino. Zdenscka menciona: “Los 90 fue una época muy linda en el fútbol femenino, hasta que llegó Walter Torrico a la asociación; no le gustaba el fútbol femenino y por eso cortó de raíz cualquier torneo por más de 10 años y cortó una generación muy buena… ¡Mi generación quedamos frustradas por dirigentes nefastos! No pudimos competir y ser parte de una selección boliviana porque el requisito era estar en un club que juegue en la asociación y nosotras no teníamos”. Cabe recalcar que se trató de recabar información del fútbol femenino en la asociación de La Paz y no se tenían datos anteriores al 2020, corroborando que la dirigencia se llevó toda la documentación de los años 90.

 

    Hasta que la FIFA (2018) no emitió ninguna declaración oficial para que las mujeres jueguen al fútbol, Bolivia al ser un país tradicional, se limitó sólo a promover el futbol masculino e improvisó un campeonato femenino, que hasta el día de hoy no juega en canchas oficiales (Aguilar, 2020). Carlos Borja menciona: “Cuando haces algo, lo debes haces por compromiso y por convicción, no lo haces por obligación y eso pasa con la Federación Boliviana de fútbol, improvisan y no le dan el apoyo, hay recursos que deberían ir al fútbol femenino”. Asimismo, Ana menciona las dificultades de jugar en el país: “Nos hacen entrenar máximo un mes y nos llevan a la guillotina, sabiendo que los otros países tienen bastante tiempo y entrenamientos, meses, incluso años”.

 

    Es importante analizar a quienes manejan el fútbol, en este caso la FIFA, porque mientras ellos mantengan una estructura hegemónica y un discurso machista, es difícil que los niveles inferiores de esta jerarquía cambien y se modifiquen. El ex presidente de la FIFA, Joseph Blatter, utilizó en su discurso “las mujeres son el futuro” para ganar las elecciones de la FIFA y mantenerse más de 15 años al poder; sin embargo, poco hizo por promover el fútbol femenino (Hidalgo, 20017; Tate, 2016). Carlos Borja menciona: “Si volcamos la mirada de manera seria e innovadora con el apoyo podríamos tener una liga competitiva y con una masificación importante. El fútbol te da valores en la vida diaria, disciplina, integridad, respeto, eres buena persona, mejorar la conciencia y salud… las mujeres deben también acceder a ello”.

 

    Así mismo, Zdenscka llegó a dirigir la selección femenina de Bolivia el 2021, pero la situación no fue buena: “Pedí condiciones para la selección femenina, se comprometieron en la FBF (Federación Boliviana de Fútbol), el nuevo presidente se quejó, decidieron rebajar un 70% mi sueldo y yo seguí… nos invitaron a varios lugares a jugar amistoso y no aceptaban en la federación, pero exigen resultados”. Fernanda Aguilar (en Hernández, 2014) confirma que la equidad entre el fútbol femenino y masculino dentro de la FIFA queda en el discurso porque la realidad tiene muchos impedimentos y barreras que imposibilitan llegar a la profesionalización del fútbol femenino, teniendo que contentarse con ser aficionadas del juego, “del machismo institucional y que la sociedad las tache de marimacha”. (Hernández, 2014, p. 125)

 

Segundo tiempo: Discusión y conclusiones 

 

    En esta sección se presentan algunos de los hallazgos obtenidos en la investigación. Primero, respondiendo a los desafíos sociales que tuvieron que atravesar las jugadoras. En segundo lugar, a los desafíos económicos y cómo afectan en sus vidas. Todo esto con el fin de entender las situaciones por las que tuvieron que atravesar las jugadoras de los años 90.

 

    La presencia de las mujeres como futbolistas en un campo deportivo rompe la construcción binaria de la práctica de los deportes, donde, las mujeres por el “ser mujer” han estado prohibidas de ingresar, rompiendo las expectativas heteronormativas.

 

    El trabajo silencioso de las jugadoras bolivianas, su constante resistencia en las canchas a pesar de ser abucheadas, insultadas y discriminadas, lograron resignificar el ser Karimachus (lesbianas en quechua) en un ícono feminista de resistencia y perseverancia, transformado de esta manera el fútbol femenino boliviano. (Aguilar, y Alcázar-Campos, 2022)

 

    Butler (1990) quien entiende que, para deconstruir, es necesario romper categorías de género, con el afán de construir nuevos conceptos no hegemónicos, demostrando la artificialidad con la que ha sido creado el género. Asimismo, Guadalupe López (2014) mantiene que uno de los argumentos que maneja el discurso machista para impedir la práctica deportiva en las mujeres, es apelar al rol de madres, esposas y amas de casa. Las jugadoras bolivianas, con su práctica futbolística constante, cuestionan permanentemente en sus familias y en la sociedad los valores patriarcales y tradicionales aprendidos en la propia sociedad y logran revertirlos. Así lo mencionaba Zdenscka: “Ahora me apoyan todos”. (Aguilar, y Alcázar-Campos, 2022, p. 125)

 

    Si bien se ha hecho creer a las mujeres que hay sólo una feminidad, que es la que se cuestiona dentro de los parámetros de la mística de la feminidad de Friedan (1963), la realidad es que, cuando se sale de la idea heteronormativa, se puede comprender que la construcción de la feminidad es personal, dependerá de las diferentes narraciones, experiencias e interseccionalidades que cada mujer vive. La feminidad no es única. Aplicando las palabras de Butler, se va performando todos los días, donde, el jugar fútbol es introducir una posibilidad más del “Ser mujer”.

 

    Teniendo en cuenta el segundo objetivo, las dificultades económicas por las que atraviesan, es importante entender que la igualdad dentro del fútbol está muy lejos de ser alcanzada, no solamente para las jugadoras, sino también para las arbitras o mujeres en el fútbol. Galeano (1995, p. 37) en los años noventa denunciaba: “El espectáculo del fútbol, se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue”. Esta frase se puede extrapolar al contexto del fútbol femenino. Las mujeres tienen mayores barreras en la práctica del fútbol y esto seguirá siendo de esta manera, mientras la FIFA (2018) y su agenda de estrategias para el fútbol femenino no cubra realmente las necesidades básicas de las jugadoras.

 

    Deben tenerse en cuenta las brechas salariales, la maternidad, mismas oportunidades en la formación, igualdad de derechos, violencia, acoso sexual e hipersexualización, entre los temas más relevantes a nivel mundial y más aún a nivel Bolivia. Las jugadoras denunciaron los tratos diferenciados que existen, la poca cobertura y seguridad médica con la que cuentan, además de no contar con sueldos, ni bonos que fomenten su práctica futbolera, pero si una exigencia de traer buenos resultados al país.

 

    Considerando la realidad boliviana, la Federación Boliviana de Fútbol debe impulsar y utilizar adecuadamente los recursos para el fútbol femenino y comenzar a construir un camino donde una mujer se sienta libre y segura de poder jugar al fútbol. “Todos nos preocupamos del fútbol, jugadores, técnicos, periodistas, los únicos que no se preocupan son los dirigentes de la federación… deberían darles mejores condiciones de trabajo a las mujeres”, en palabras de Carlos Borja.

 

    Finalmente, si bien las generaciones doradas en un deporte, son aquellas que obtuvieron títulos o llegaron a hacer historia, las jugadoras bolivianas de los años 90, no ganaron nada, no tienen medallas, ni copas o campeonatos ganados para el país. Al no ser consideradas profesionales se las ha invisibilizado a lo largo de los años, pero abrieron la puerta a las nuevas generaciones, las cuales, tienen mayor aceptación social, mayor reconocimiento económico, incluso mayores oportunidades. Así lo menciona la jugadora Luzdana Rivera: “las chicas de ahora no tienen los prejuicios de antes, ha sido muy duro para nosotras”. (Aguilar, y Alcázar-Campos, 2022)

 

    Simone de Beauvoir (1949) añade que muchas mujeres siguen atrapadas en los valores convencionales porque cambiar implica: incomodidad, miedo, costumbre o pérdida de una situación privilegiada, siendo un camino doloroso por el cual atravesar. Es por eso que, esta investigación, quiere destacar a todas las mujeres futbolistas que, con su sola presencia en la esfera pública del fútbol, han atravesado por un túnel de miedo, insultos, incomodidad, trasgrediendo varias normas sociales y culturales. No se sometieron a la mística de la feminidad, ellas han encontrado en el fútbol el camino liberador y emancipador del que hablaba Betty Friedan (1963), ese camino a la realización personal, bienestar y felicidad.

 

    Si bien en esta investigación se rescató algunas voces de jugadoras de fútbol de los años 90, existen muchas más jugadoras invisibilizadas, que forman parte de la generación de jugadoras que visibilizó el fútbol femenino en Bolivia. Ellas con su práctica constante permitieron que las generaciones actuales, puedan jugar fútbol sin tanta discriminación y que la sociedad boliviana comprenda que el fútbol también es para mujeres, construyendo nuevos referentes y puentes de oportunidades para las niñas, jóvenes y mujeres que quieran entrar a la esfera pública del fútbol.

 

Tiempo extra: Referencias 

 

Aguilar, E., y Alcázar-Campos, A. (2022). Bolivian Women as Professional Footballers: The Voices and the Feminism of the karimachus. En: J. Knijnik, y G., Garton (Eds.). Women’s Football in Latin America. New Femininities in Digital, Physical and Sporting Cultures (pp. 115-130). Palgrave Macmillan.

 

Aguilar, E. (2020). Equipo de fútbol de mujeres: Marcando historia en el clásico femenino. En K. Gallardo (Ed.). Las Más Fuertes (pp. 176-183). Editorial 3600.

 

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Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 324, May. (2025)