Beneficios de la Educación Física en el alumnado con Síndrome de Asperger
Benefits of Physical Education in students with Asperger's Syndrome
Benefícios da Educação Física em estudantes com Síndrome de Asperger
Damián
Plata Martínez
damianplata@gmail.com
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte, Universidad de Valencia
Grado
en Maestro de Primaria. Mención Educación Física e Inglés
Maestro en CEIP Ntra. Sra. del Rosario (Murcia)
(España)
Recepción: 25/03/2018 - Aceptación: 29/09/2018
1ª Revisión: 28/09/2018 - 2ª Revisión: 29/09/2018
Resumen
Este artículo pretende mostrar la idoneidad de la Educación Física para el desarrollo personal del alumnado con Síndrome de Asperger. Para ello, primero, se contextualiza este trastorno dentro de las nomenclaturas y clasificaciones más utilizadas internacionalmente, así como sus principales características. A continuación, se analizan los beneficios que la actividad física y deportiva genera en todos los ámbitos de la persona en este alumnado.
Palabras clave: Síndrome de Asperger. Trastorno del espectro autista. Educación Física.
Abstract
This article aims to show the suitability of Physical Education for the personal development of students with Asperger's Syndrome. For this, firstly, this disorder is contextualized within the nomenclatures and classifications most used internationally, as well as its main characteristics. After that, the benefits of physical activity and sport generate in all areas of the person in these students are analyzed.
Keywords: Asperger's syndrome. Autism spectrum disorder. Physical Education.
Resumo
Este artigo tem como objetivo mostrar a adequação da Educação Física para o desenvolvimento pessoal de estudantes com Síndrome de Asperger. Para isso, primeiramente, essa desordem é contextualizada dentro das nomenclaturas e classificações mais utilizadas internacionalmente, assim como suas principais características. Em seguida, analisamos os benefícios que a atividade física e o esporte geram em todas as áreas da pessoa nesse corpo discente.
Unitermos: Síndrome de Asperger. Transtorno do espectro do autismo. Educação Física.
Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 23, Núm. 244, Sep. (2018)
Introducción
Teniendo en cuenta la importancia que tiene la atención a la diversidad en el marco escolar, se aprecia la repercusión que tiene el conocimiento por parte del docente de Educación Física de las características de un tipo de alumnado muy presente en la escuela hoy en día, como son los niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista, en general, o Síndrome de Asperger, en particular.
El artículo pretende ofrecer no sólo una revisión de los aspectos que conforman esta problemática, sino también de los beneficios que la práctica de actividad física aporta a este alumnado.
El objetivo de este trabajo, por tanto, es realizar un encuadre del Síndrome de Asperger dentro de los diferentes problemas que se puede encontrar el profesorado de Educación Física en el aula, así como una síntesis de los aspectos que caracterizan a este alumnado en todos sus ámbitos (físico, psíquico, social y afectivo) así como de los aspectos positivos que la Educación Física proporciona sobre los mismos.
Clarificación terminológica
En primer lugar, en este apartado debido a la utilización indiscriminada, a veces, de algunos términos, por ser parecidos o haber evolucionado en el tiempo según la sociedad se ha desarrollado cultural y académicamente, se va a clarificar una serie de conceptos para contextualizar todo el desarrollo posterior del artículo. Como el tema desarrolla los beneficios de la actividad física para el alumnado con Síndrome de Asperger, se va a intentar situar este trastorno dentro del amplio espectro de términos como discapacidad, deficiencia, minusvalía, alumnado con necesidades educativas especiales o alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo.
Según la Organización Mundial de la Salud (1986) en Sanz y Reina (2014):
Deficiencia es toda pérdida o anormalidad, permanente o temporal, de una estructura o función psicológica, fisiológica o anatómica. Deficiencia se relaciona con déficit o “falta de algo”.
Discapacidad es la restricción o ausencia (debido a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en el margen que se considera normal.
Minusvalía es la situación de desventaja que un sujeto tiene, por el hecho de tener una deficiencia o discapacidad.
En la década de los 80, la OMS utilizaba el término minusvalía, pero actualmente como este término tiene unas connotaciones negativas o peyorativas, se ha optado por utilizar el término discapacidad para referirnos a la situación de aquellas personas con un déficit físico, intelectual o sensorial (Ríos, 2013). Además, es recomendable utilizar el término discapacidades puesto que es un término dinámico referido a las consecuencias del déficit, entendido como limitación o privación de alguna facultad o función, de tipo estático y permanente, ya que las deficiencias pueden ser distintas dependiendo del individuo y su contexto, y, por tanto, según su desarrollo personal (Ríos, 2013).
En segundo lugar, para entender mejor este concepto de discapacidad y sus diferentes tipos, hay que señalar que la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) propuesta por la OMS (2001), define la discapacidad como un término genérico que abarca deficiencias en funciones y/o estructuras corporales, limitaciones de la actividad y restricciones a la participación. Los problemas que afectan a una estructura o función corporal serían las antiguas deficiencias; las limitaciones de la actividad son dificultades para ejecutar acciones o tareas, y las restricciones de la participación son problemas para participar en situaciones vitales (antiguas minusvalías). Por consiguiente, la discapacidad es un fenómeno complejo que refleja una interacción entre las características del organismo humano y las características de la sociedad en la que vive.
Figura 1. Interacciones entre los componentes de la ICF
Otra definición más actual de discapacidad sería la propuesta por Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU (2006), que fue ratificada en la legislación española a través del Instrumento de Ratificación de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad del 21 de abril de 2008 (BOE, 2008), y con la Ley 26/2011, de 1 de agosto, de adaptación normativa a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Este concepto es entendido como aquella condición bajo la cual ciertas personas presentan alguna deficiencia física, mental, intelectual o sensorial que a largo plazo afectan la forma de interactuar y participar plenamente en la sociedad.
Además, la CIF (OMS, 2001) ofrece una serie de consideraciones que se deben tener en cuenta, donde las más relevantes pueden ser las siguientes:
Las deficiencias de la estructura pueden incluir anomalías, defectos, pérdidas o cualquier otra desviación en las estructuras corporales. Las deficiencias representan una desviación de la “norma” generalmente aceptada en relación al estado biomédico del cuerpo y sus funciones.
Las deficiencias pueden ser temporales o permanentes; progresivas, regresivas o estáticas; intermitentes o continuas.
Las deficiencias deben ser parte o una expresión de un estado de salud, pero no indican necesariamente que esté presente una enfermedad o que el individuo deba ser considerado como un enfermo.
Las deficiencias pueden derivar en otras deficiencias; por ejemplo, los déficits de las funciones respiratorias pueden afectar al funcionamiento cardiaco.
En tercer lugar, una vez observadas las características del concepto, se analizan los principales tipos de discapacidades, con el fin de aportar diferentes clasificaciones, y sin ningún ánimo de clasificar a las personas. Además, como el término "discapacitado", puede ser considerado despectivo, es preferible usar la forma «persona con discapacidad», pero siempre anteponiendo «persona» como un prefijo, a fin de hacer énfasis en sus derechos humanos y su derecho a ser tratados con igualdad. (Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, 2006).
La primera clasificación sería la propuesta por la OMS (2001) siendo las discapacidades las siguientes:
Discapacidades físicas.
Discapacidades mentales.
Discapacidades sensoriales.
Para ir cercando los términos al ámbito de la Educación Física, encontramos dos clasificaciones interesantes. La primera clasificación propuesta por Ríos (2013) que organiza las discapacidades en:
Discapacidades motóricas.
Discapacidades psíquicas.
Discapacidades sensoriales.
Discapacidades fisiológicas u orgánicas.
Y la segunda es la propuesta por Sanz y Reina (2014), distingue entre:
Discapacidad sensorial visual.
Discapacidad sensorial auditiva.
Discapacidad física.
Discapacidad intelectual.
Trastornos de la personalidad y de la conducta, situando en este grupo el Autismo y el Déficit de Atención con Hiperactividad.
Tras contextualizar los diferentes tipos de situaciones, vamos a situar el Síndrome de Asperger dentro de las diferentes discapacidades.
Por un lado, siguiendo la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS en su décima revisión CIE-10 (1992) que permite clasificar las enfermedades es un sistema de categorías por el cual se la asigna un código a cada entidad, de acuerdo a un sistema ordenado, establecido por especialistas en la materia, se entiende el Síndrome de Asperger como un conjunto de características mentales y de conducta que forma parte de los trastornos del espectro autista. Se encuadra dentro de los trastornos generalizados del desarrollo (CIE-10; Capítulo V; F84).
Por otro lado, se va a seguir la Quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales producido por la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-5) y que es el manual de diagnóstico utilizado por los médicos e investigadores de EE. UU para diagnosticar y clasificar los trastornos mentales. Hasta la publicación del DSM-5 en mayo de 2013, el Síndrome Asperger se incluía por sí mismo dentro de las enfermedades mentales. Pero con esta actualización, el Síndrome de Asperger ya no se diagnostica por sí solo, sino que forma parte de una categoría más amplia denominada Trastornos del Espectro Autista (TEA). Dentro del espectro del TEA, según el DSM-5 (American Psychiatric Association, 2013) se encuentran los siguientes diagnósticos:
El autismo clásico recogido en los manuales como síndrome de Kanner u otras formas de autismo infantil.
El trastorno generalizado del desarrollo no especificado, incluidas formas del autismo atípico.
El trastorno desintegrativo infantil, también llamado síndrome de Heller.
El síndrome de Asperger.
El Síndrome de Rett.
Por tanto, en la actualidad, el término "espectro autista" hace referencia a una amplia variedad de trastornos del desarrollo, los cuales pueden aparecer en diferentes combinaciones y con distintos niveles de gravedad. Por ejemplo, dos niños con el mismo diagnóstico compartirán ciertos patrones de conducta, pero pueden tener una gran variedad de habilidades y aptitudes. En general, se considera que los niños que tienen Síndrome de Asperger se encuentran en el extremo de más capacidades dentro del espectro autista.
Características del Síndrome de Asperger
Según el National Institute of Neurological Disorders and Stroke (2016), es decir, el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de EE.UU, el Síndrome de Asperger es un trastorno del espectro autista, grupo distintivo de afecciones neurológicas caracterizadas por un mayor o menor impedimento en las habilidades del lenguaje y la comunicación, al igual que patrones repetitivos o restringidos de pensamiento y comportamiento.
El síndrome de Asperger es un trastorno severo del desarrollo que conlleva una alteración neurobiológicamente determinada en el procesamiento de la información (Confederación Asperger de España, s.f.). Este trastorno provoca que el cerebro de la persona con Síndrome de Asperger funcione de manera diferente a la habitual, especialmente en la comunicación e interacción social y en la adaptación flexible a las demandas diarias, sin embargo, tiene un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la media de la población (Confederación Autismo de España, s.f.).
Una vez conocido qué es el Síndrome de Asperger, o cómo es definido por las algunas de las principales instituciones ligadas a estas personas, vamos a analizar las características más relevantes de esta población. Para ello se enumera una síntesis de la información publicada por algunas organizaciones nacionales como la Confederación Asperger de España (s.f.), la Confederación Autismo española (s.f.), el National Institute of Neurological Disorders and Stroke (2016) y el National Autistic Society (2016).
El síndrome de Asperger es una discapacidad del desarrollo de por vida que afecta la forma en que las personas perciben el mundo e interactúan con los demás.
Estas personas ven, oyen y sienten el mundo de manera diferente a otras personas.
Este trastorno se manifiesta de diferente forma en cada individuo.
Generalmente no tienen las discapacidades de aprendizaje que muchas personas autistas tienen, pero pueden tener dificultades de aprendizaje específicas.
Los niños con Síndrome de Asperger pueden tener interés obsesivo en un objeto o tema único, y quieren saberlo todo sobre su tema de interés y sus conversaciones con los demás versarán mayoritariamente sobre el mismo.
Su forma de pensar es rígida y concreta lo que le ayuda en actividades que requieren atención a detalles y repetición de patrones, pero tiene dificultades en tareas que requieren flexibilidad o búsqueda de alternativas para la resolución de problemas.
Es fiel a las rutinas que, en ocasiones, sigue de manera rígida y repetitiva puesto que las rutinas le proporcionan seguridad y pautas concretas de actuación.
Puede ser extremadamente sensible a algunos estímulos del ambiente, resultándole molestos o dolorosos (ruidos, luces, olores, sabores, etc.).
Como se ha observado anteriormente, los principales problemas están en la comunicación y en la relación social del sujeto, por lo que, siguiendo las fuentes bibliográficas anteriores, se van a concretar algunas características más en base a estas problemáticas.
Respecto a la comunicación de las personas con Síndrome de Asperger, los aspectos comunes de estos autores serían que:
Pueden tener dificultades para interpretar tanto el lenguaje verbal como el no verbal. Muchos tienen una comprensión muy literal del lenguaje, y piensan que las personas siempre quieren decir exactamente lo que dicen.
Puede hablar durante mucho tiempo de sus temas de interés, pero tiene dificultad para saber cuándo terminar la conversación.
Su expresión verbal es correcta, pero, a veces, utiliza el lenguaje de manera muy formal, siendo demasiado preciso o técnico.
Pueden tener dificultades en el ritmo de conversación y frecuentemente alteración de la prosodia (entonación, volumen, timbre de voz, etc.).
En lo relacionado con la interacción social, se puede destacar que:
Las dificultades pueden darse especialmente con personas de su misma edad.
Le resulta difícil reconocer y comprender las reglas sociales “no escritas” por lo que, a veces, puede comportarse de manera inadecuada sin darse cuenta.
Quiere relacionarse con los demás, pero no sabe cómo hacerlo por lo que, a veces, puede encontrarse solo.
Le puede resultar muy difícil manejarse en situaciones en las que tiene que interactuar con muchas personas a la vez, lo que puede aparentar que no quiere relacionarse con en el grupo.
Puede parecer que no expresa sus emociones ni tiene en cuenta las de los demás, pero, en realidad, es que le resulta muy complejo darse cuenta de cuáles son los sentimientos y emociones de otras personas.
Contextualización del alumnado con Asperger en Educación Física
Una vez analizado los fundamentos del Síndrome de Asperger, es necesario situar al alumnado con estas características en el marco escolar. Para ello, hay que diferenciar entre dos conceptos que en ocasiones suelen utilizarse como sinónimos sin serlo, como son los Alumnos con Necesidades Educativas Especiales (ACNEE) y los Alumnos con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (ACNEAE).
Estos conceptos fueron definidos por la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, en el artículo 73, y modificados por la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa, con el apartado 57. En ellas se expone que el Alumnado que presenta Necesidades Educativas Especiales, es aquel que requiere, por un periodo de su escolarización o a lo largo de toda ella, determinados apoyos y atenciones educativas específicas derivadas de discapacidad o trastornos graves de la conducta, la personalidad o el desarrollo.
Figura 2. Alumnado con Necesidades Educativas Especiales
Siguiendo esta misma legislación, encontramos que los Alumnos con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo son aquellos que requieren una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar necesidades educativas especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, por sus altas capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por condiciones personales o de historia escolar.
Figura 3. Alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo
Como se aprecia en el gráfico, los ACNEE son una categoría incluida dentro de los ACNEAE. Se puede decir que todos los ACNEE, son ACNEAE, pero no todos los ACNEAE, son ACNEE. Ambos tienen en común que precisan una respuesta diferente a la ordinaria, y precisan de un informe de evaluación psicopedagógica previo. El alumnado con Síndrome de Asperger, al estar considerado como un trastorno del desarrollo como se observó anteriormente en el apartado correspondiente, se considera como Alumnos con Necesidades Educativas Especiales (ACNEE).
Llegados a este punto, hay que señalar que las posibilidades de escolarización de este alumnado en España son las siguientes (Junta de Andalucía, 2013):
Escolarización en grupo ordinario con apoyo en períodos variables.
Escolarización en aulas específicas o en centros específicos.
Escolarización combinada.
Escolarización ordinaria a tiempo completo.
Como se ha expuesto anteriormente, existe una gran variación en la gravedad de las dificultades que pueden experimentar los alumnos a los que se les ha diagnosticado el síndrome de Asperger. Siguiendo al Leicester City Council y Leicestershire County Council (1998), en la práctica, casi todos los niños con síndrome de Asperger asisten a la escuela ordinaria. Algunos son atendidos sin necesidad de recursos extraordinarios, otros pueden requerir la certificación como alumno con necesidades educativas especiales y, en consecuencia, distintos tipos de recursos y de apoyo, y muy pocos necesitan educación en centros específicos.
Según la Junta de Andalucía (2013), los alumnos y alumnas con autismo con nivel de funcionamiento intelectual, competencias comunicativas y sociales, relativamente altas, y los alumnos y alumnas con síndromes de Asperger, pueden escolarizarse en esta modalidad, en la que los objetivos “académicos” están al alcance de ellos y suponen una vía para compensar sus limitaciones sociales y una forma de mejorar su desarrollo. Si bien, será conveniente trabajar de forma más específica programas de entrenamiento en habilidades sociales y enseñanza de emociones.
Borremans (2011) expone que la promoción del ejercicio físico y la actividad a través de la educación física es muy importante para todos, pero especialmente para personas con necesidades especiales, como jóvenes con Síndrome de Asperger. Desde los primeros estudios, se ha observado que individuos con este trastorno neurológico exhiben además de dificultades en interacción social y comunicación, habilidades motoras deficientes y torpeza. Los expertos por lo tanto abogan por implementación del ejercicio para habilitar algunos de estos desafíos. Debido a esto, salta a la vista la importancia que adquiere la Educación Física en general, y en concreto, dentro del marco escolar.
Objetivos y beneficios de la Educación Física en los alumnos con Síndrome de Asperger
En primer lugar, como el marco contextual sobre el que se dirige este artículo es la escuela, hay que señalar que la Educación Física es una asignatura específica (obligatoria) tanto para la etapa de Primaria como de Secundaria en España según la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa. Por tanto, podría definirse la Educación Física como la asignatura que tiene como finalidad principal desarrollar en las personas su competencia motriz, entendida como la integración de los conocimientos, los procedimientos, las actitudes y los sentimientos vinculados a la conducta motora fundamentalmente (Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de la Educación Primaria). Además, en este sentido, la Educación Física debe ofrecer situaciones y contextos de aprendizaje variados; desde los que únicamente se trate de controlar los movimientos propios y conocer mejor las posibilidades personales, hasta otras en las que las acciones deben responder a estímulos externos variados y coordinarse con las actuaciones de compañeros o adversarios, y en las que las características del medio pueden ser cambiantes.
En segundo lugar, Zhang y Griffin (2007) señalan que la educación física inclusiva es una concepción educativa donde todos los niños, incluidos aquellos con autismo, son aceptados y educados, siendo el primer objetivo el de involucrar a cada niño y conocer su necesidad individualizada en un entorno de apoyo. Para lograr esto, el profesorado de Educación Física debe tener una actitud positiva hacia el alumnado con autismo y modificar el plan de estudios de educación física para incluirlos plenamente a todos.
Las investigaciones sobre el ejercicio físico han demostrado que el la actividad física y el deporte disminuye el estrés, mejora la salud en general, aumenta las habilidades motoras, y ayuda a desarrollar virtudes individuales (confianza en uno mismo, disciplina, responsabilidad, trabajo por objetivos) y sociales (comunicación, compañerismo, trabajo coordinado). Esos beneficios de la actividad física y el deporte en las personas, lógicamente también se producen en el alumnado con Síndrome de Asperger. Tras haber analizado las peculiaridades de estos niños y niñas, se podría señalar que los objetivos desde el área de Educación Física son:
Mejorar los problemas sensoriales.
Mejorar la comunicación y el entendimiento social.
Mejorar la imaginación y la flexibilidad de pensamiento.
Mejorar los pilares y las rutinas de las sesiones.
Por lo tanto, para Stern (2017) una Educación Física bien aplicada y adaptada a este alumnado reportará una serie de beneficios entre los que se puede destacar:
Desarrollar las habilidades motoras gruesas y finas del cuerpo.
Mejorar las capacidades emocionales y afectivas.
Ayudar a aliviar la tensión muscular, mejorar el equilibrio y la coordinación y eliminar la energía reprimida en algunos músculos o partes del cuerpo.
Aumentar la fuerza y la coordinación de los movimientos de la mano mediante ejercicios, puede ayudar a mejorar las habilidades y funciones de la vida diaria, tales como vestirse, arreglarse y escribir.
Mejorar la integración sensorial, es decir, saber reaccionar de manera diferente a ciertos estímulos en su entorno. De esta manera, se ayuda a los niños a participar en juegos y actividades con otros y adaptar su comportamiento para responder correctamente en entornos sociales
Además de los beneficios que aporta la práctica de actividad física en la escuela, los niños con Síndrome de Asperger, siguiendo a Engel (2011), pueden beneficiarse de un estilo de vida activo en formas relacionadas directamente con los desafíos asociados con su desorden. La realización de actividad física puede tener un efecto calmante y relajante ayudando a reducir los comportamientos estereotípicos y perturbadores, así como también conductas agresivas. El ejercicio físico y la participación deportiva en niños en desarrollo se han relacionado con un aumento de la confianza interpersonal, mayores niveles de interacciones sociales observadas en el juego libre, popularidad entre compañeros y participación más frecuente en actividades sociales en general.
Del mismo modo, Engel (2011) citando a Ayvazoglu, Ratliffe y Kozub (2005) señala que estos niños y niñas pueden beneficiarse socialmente de la participación en actividades físicas grupales que a su vez aumentarán la probabilidad de que participen fuera de la escuela en actividades similares.
Discusión
En primer lugar, el primer tema sobre el que se pueden comparar las diferentes opiniones vertidas por los autores u organizaciones utilizadas como referencias bibliográficas, es el concepto “Síndrome de Asperger”. Como se observó anteriormente, las principales clasificaciones para el diagnóstico de problemas mentales son el DSM-V (Manual de Diagnóstico de la APA en EEUU) y la CIE-10 (Manual de Diagnóstico de la OMS utilizado en España y Europa). Pues bien, el DSM-V, al Síndrome de Asperger no le da una categoría propia y lo incluye dentro del Trastorno del Espectro Autista, mientras que la CIE-10, a día de hoy, sí que lo contempla como una entidad propia. Como en la CIE-10 sí que aparece el Síndrome de Asperger como una categoría propia, y en el DSM-5, dentro del Trastorno del Espectro Autista, este síndrome se contempla incluido en los diferentes tipos existentes, se ha utilizado esta denominación puesto que lo importante es la persona y las características de la misma.
En segundo lugar, también existe una ligera controversia en lo referido a si todas las actividades físicas producen beneficios en el alumnado Asperger. Este choque de opiniones viene sobre todo relacionado con la práctica de deportes. Existen autores que defienden que, puesto que el autismo afecta seriamente a las habilidades sociales y motoras, los deportes de equipo (fútbol, baloncesto, balonmano) podrían ser difíciles para un niño con un Trastorno del Espectro Autista y sería mejor optar por un deporte individual. Por otro lado, se puede encontrar opiniones que abogan por que la práctica de deportes colectivos proporciona una serie de beneficios debido a las características de este alumnado. Tal como se dijo anteriormente, cada niño o niña es diferente de otro, con sus características, gustos e intereses distintos, por lo que cualquier deporte u actividad puede ser el ideal para cada persona.
Conclusiones
Tras analizar las diferentes corrientes que han investigado las características de estas personas con Trastorno del Espectro Autista, la manera en que pueden estar escolarizadas y los beneficios que la actividad física ofrece en este alumnado, se puede concluir que lo que el docente de Educación Física tiene que buscar en cualquier situación es adaptar su propuesta práctica a las características de su alumnado, teniendo en cuenta sus intereses y utilizando las diferentes herramientas que se pueden encontrar en las distintas metodologías del área. Porque lo que ha resultado evidente a lo largo de esta revisión es el gran número de beneficios que aporta la actividad física en general, y, sobre todo, enmarcada en un contexto educativo, al alumnado con Síndrome de Asperger. Además de las mejoras en el ámbito físico, sensorial, cognitivo, social y afectivo, siguiendo a Fernández, Diego, Vaquero, Alonso, Barrado, Añino, Cofre, García y Villagra (2002), la actividad física y el deporte dentro de la Educación Física, en el alumnado incluido en el Trastorno del Espectro Autista, ayuda a:
Fomentar la igualdad social y educativa.
Promover la inclusión de todas las personas sin discriminación, asegurando la orientación coeducativa y el respeto a la diferencia.
Favorecer la expresión de ideas, emociones y estados de ánimo propios.
Conocer, comprender y practicar cómo tratar a personas con limitaciones funcionales.
Valorar la diversidad y reconocer sus beneficios como son: variedad de puntos de vista, ideas, maneras de entender y recibir la información y de resolver problemas.
Ser conscientes de los beneficios que puede aportar a la sociedad la integración y normalización de la vida de las personas con limitaciones funcionales, valorando la práctica de actividades físico-deportivas como vía de integración social
Desarrollar actitudes de respeto y aceptación hacia las personas con limitaciones funcionales, practicando la empatía hacia éstas.
Se puede apreciar, que desde esta área se consigue la mejora de aspectos muy importantes en este alumnado, consiguiendo una educación global e integral del mismo puesto que se desarrollan los ámbitos físico, psíquico, afectivo y social.
Referencias
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