Observaciones de patrones motores: andar, correr y saltar en un niño de 8 años
Observations of motor patterns: walking, running and jumping in an 8 year old boy
Observações dos padrões motores: andar, correr e saltar em uma criança de 8 anos
Antonio Joaquín García Vélez*
antoniojoaquin.gv@gmail.com
Álvaro García Albert**
alvaro.ga19@gmail.com
*Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte
y Diplomado en Magisterio, especialidad Educación Física
Universidad de Murcia
**Graduado en Educación Primaria con mención en Educación Física
e Inglés y Técnico deportivo en ámbito escolar
Universidad de Murcia
(España)
Recepción: 20/11/2017 - Aceptación: 21/07/2018
1ª Revisión: 03/06/2018 - 2ª Revisión: 14/07/2018
Resumen
Todo ser humano experimenta una serie de cambios en su comportamiento motor desde que nace, pero es en las primeras edades cuando crea la base de su posterior competencia motriz. Por eso el bagaje motor va a depender de un proceso de adquisición y práctica motriz sistematizada y planificada. Desde la Educación Física la observación de los patrones motores determinará la elección de unas tareas u otras, así como los contenidos a trabajar, que ayuden en el aprendizaje a los alumnos. Concretamente se pretende comprobar si los test utilizados son válidos para analizar el nivel de desarrollo de la marcha, la carrera y el salto. Para ello se escogió a un sujeto de 8 años (1,37 m. y 40 kg) que permitiera observar los patrones motores anteriormente descritos mediante un paseo de 10 metros, un sprint de 10 metros y un test de salto horizontal y vertical. Finalmente se observaron indicadores muy similares a los establecidos como normales en la marcha; en la carrera, poca inclinación hacia delante con antepulsión cervical, codos despegados del cuerpo y apoyo completo del pie; en el salto, en el impulso, el ángulo de la rodilla es de 110º con un apoyo total de la planta del pie y para la recepción no hay movimiento de amortiguación, lo hace con toda la planta del pie. Se puede concluir que el nivel de maduración apreciado en todos los ejercicios está en consonancia con los indicadores de normalidad y posibilidad de estandarizar los test utilizados para la valoración de la motricidad.
Palabras clave: Patrones motores. Habilidades motrices básicas. Desarrollo motor.
Abstract
Every human goes through a series of changes in their motor behavior from birth, forming, in the first ages, the basis of their subsequent motor competence. So the motor baggage will depend on a process of acquisition and systematic and planned motor practice. In Physical Education, the observation of motor patterns will influence the choice of some tasks or others, determining the learning of the students and the contents to work. Therefore, it is intended to verify if the tests used are valid to analyze the level of development of walking, running and jump patterns. A subject of 8 years (1.37 m and 40 kg) was chosen, observing the motor patterns described above by means of a 10-meter walk, a 10-meter sprint, horizontal and vertical jump test. Indicators very similar to those established as normal in the walking were observed; in the running, little forward inclination with cervical antepulsion, elbows detached from the body and full support of the foot; and in the jump, in the impulse the angle of the knee is of 110º with a total support of the sole of the foot and for the reception there is no movement of cushioning and it does it with the whole sole of the foot. Concluding that the level of maturity appreciated in all the exercises is consistent with the indicators of normality and the possibility of standardizing the tests used for the assessment of motor skills.
Keywords: Motor patterns. Motor skills. Motor development.
Resumo
Todo ser humano experimenta uma série de mudanças em seu comportamento motor desde o nascimento, mas é nas primeiras idades que se cria a base de sua competência motora subsequente. Portanto, a bagagem motora dependerá de um processo sistematizado e planejado de aquisição e prática motora. A partir da Educação Física, a observação dos padrões motores determinará a escolha de algumas tarefas ou outras, bem como os conteúdos para o trabalho, que auxiliam na aprendizagem dos alunos. Especificamente, pretende-se verificar se os testes utilizados são válidos para analisar o nível de desenvolvimento da marcha, a corrida e o salto. Para este fim, um sujeito de 8 anos (1,37 me 40 kg) foi escolhido para observar os padrões motores descritos acima através de uma caminhada de 10 metros, um sprint de 10 metros e um teste de salto horizontal e vertical. Finalmente, indicadores muito semelhantes aos estabelecidos como normais na marcha foram observados; na corrida, pouca inclinação para a frente com antepulsão cervical, cotovelos destacados do corpo e apoio total do pé; no salto, o impulso, o ângulo do joelho é de 110° com total apoio da sola e para o recebimento de nenhum movimento amortecimento faz com toda a sola. Pode-se concluir que o nível de maturidade apreciado em todos os exercícios está de acordo com os indicadores de normalidade e a possibilidade de padronizar os testes utilizados para a avaliação de habilidades motoras.
Unitermos: Padrões motores. Habilidades motoras básicas. Desenvolvimento motor.
Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 23, Núm. 242, Jul. (2018)
Introducción
Uno de los rasgos evolutivos que ha marcado el desarrollo humano a lo largo de la historia es la capacidad de andar de forma erguida. Pero este hecho ha sufrido un largo camino de cambios hasta llegar a la marcha como hoy en día la conocemos. Pero no solo la marcha ha sido fundamental para la perpetuación de nuestra especie a lo largo del tiempo, sino que otras habilidades, como la carrera o la capacidad de saltar, han sido esenciales para ello, tanto a la hora de lograr alimento, como para huir de peligros y lograr la supervivencia.
En los niños se puede apreciar también una evolución de las habilidades de la marcha, la carrera y el salto desde el nacimiento hasta alcanzar la edad adulta, que, según Blanc (2002), se adquieren por imitación y aprendizaje a través del sistema de ensayo-error. En referencia a la adquisición de las habilidades motrices, Gesell (1928) planteó la cuestión de la influencia entre la herencia frente al medio ambiente en el aprendizaje motor, así como los conceptos de crecimiento y maduración. A partir del trabajo de Gesell (1928), estudios más recientes sobre el aprendizaje y desarrollo motor han revelado que los patrones maduros de movimiento están influenciados no solo por la maduración sino también por factores medioambientales, incluyendo la práctica de la actividad física, el feedback, etc., refutando así el concepto erróneo de "sucede naturalmente" (Whitall, 2003).
Las habilidades fundamentales del movimiento (Wickstrom, 1977) o habilidades motrices básicas (Sánchez Bañuelos, 1989) se consideran la base de patrones de movimientos más avanzados típicos de las actividades de la vida diaria y los deportes (Clark & Metcalfe, 2002; Haubenstricker & Seefeldt, 1986). En este sentido, Sánchez Bañuelos (1989) considera habilidades motrices básicas: los desplazamientos, los saltos, los giros, los lanzamientos y las recepciones.
Teniendo en cuenta estos planteamientos, se estableció como objetivo del presente trabajo: comprobar si los test utilizado son válidos para analizar el nivel de desarrollo de las habilidades de la marcha, la carrera y el salto en un niño de 8 años atendiendo a los aspectos teóricos expuestos por la literatura existente.
Patrón motor 1: Andar
Andar es la forma más primitiva de desplazamiento humano que se conoce, pero esta forma de desplazamiento no ha sido siempre igual, ha seguido un proceso evolutivo. Se puede decir que una de las características que ha permitido esa evolución es el afán por el movimiento, que provocó un cambio sustancial en el modo de desplazarse o moverse. Este cambio cualitativo en la conducta humana se manifiesta cuando el hombre deja de desplazarse de forma cuadrúpeda para pasar a hacerlo de forma bípeda. Este hecho evolutivo ha sido reflejado por los expertos como un hecho evolutivo de primer orden. El cambio puede verse como un requerimiento motor que demandaba la creciente utilización de la mano.
Este tipo de locomoción es utilizado por todos los seres humanos, salvo excepciones tales como bebés, minusválidos, etc. Esta forma natural de locomoción tiene como características principales: la posición vertical bípeda y el continuo contacto con el suelo, es decir, la progresión paso a paso se produce de tal manera que el apoyo sobre el suelo se mantenga sin interrupción, de ahí el nombre de marchar. En la secuencia del movimiento, podemos observar tres fases: fase de doble apoyo, fase de impulso de la pierna de apoyo y acción de la pierna libre antes de tomar contacto con el suelo. Si aumentamos la velocidad de desplazamiento, la fase de doble apoyo desaparece y se alcanza una fase de suspensión; en este caso estaríamos hablando de carrera. Así pues, el cambio de velocidad supone pasar de la fase de andar a correr, o viceversa.
La adquisición de este patrón se lleva a cabo durante la niñez y está directamente relacionada con la velocidad de maduración; a modo de resumen, en la tabla 1, se puede ver la evolución de la adquisición de la marcha en el niño (Vázquez, 2005).
Tabla 1. Evolución de la adquisición de la marcha del niño
Meses |
Desarrollo |
2 Primeros meses |
Marcha automática (reflejo) |
7 Meses |
Reptación o rastreo |
10 Meses |
Gateo (abdomen muy próximo al suelo) |
11-12 Meses |
Gateo como un oso |
13-15 Meses |
Marcha independiente |
5-7 Años |
Marcha parecida a la del adulto |
En los primeros intentos de andar sin ayuda puede observarse como el niño pierde el equilibrio con facilidad. Los primeros pasos que realiza de forma controlada se caracterizan por ser cortos, contacto total de la planta del pie, base dinámica amplia, movimiento escaso de los tobillos, flexión de la rodilla en el contacto y rápida extensión, flexión excesiva y extensión limitada de las caderas, ligera inclinación y ausencia de rotación de la pelvis, inclinación del tronco hacia delante y brazos fijos, elevados a los lados con los codos medio flexionados.
El proceso de adquisición de la marcha (tabla 2) se produce de forma gradual y sin brusquedades. Sin embargo, se debe tener en cuenta que la velocidad de los cambios en el aprendizaje de esta habilidad dependerá en gran medida del desarrollo del sistema nervioso (coordinación céfalo-caudal y próximo-distal).
Tabla 2. Cambios evolutivos en la marcha
Tendencias
evolutivas |
Cambios
producidos |
Longitud
del paso |
La longitud del paso se va alargando con
pequeños incrementos anuales. Mejora la consistencia de la longitud del
paso en cada pierna. Relación
longitud del paso y rasgos antropométricos. |
Contacto
del pie |
Contacto con el pie plano en niños. Cambios
iniciales a los pocos meses en el mecanismo tobillo – rodilla –
cadera que evoluciona hacia el golpe de talón. |
Base
dinámica |
Base
relativamente separada en los primeros pasos. Rápido
estrechamiento hacia la línea de progresión. Durante
la infancia ligera tendencia al estrechamiento. |
Angulo
del pie |
Grado de andar con los pies hacia fuera
disminuye durante el primer año de andadura, permaneciendo constante
durante el crecimiento. Aumenta
la frecuencia del ángulo hacia dentro con la edad. |
Flexión
y extensión de la cadera |
Acentúa la flexión y minimiza la extensión
durante la infancia. Poco
a poco va disminuyendo la flexión máxima al final de la fase de
suspensión y aumentando la extensión máxima al final de la fase de
apoyo. Hacia
los dos años el ángulo de extensión-flexión de la cadera es igual
que el de los 7años o el de un adulto. |
Mecanismo
de la rodilla y el tobillo |
Inicio de contacto con todo el pie,
rodilla flexionada y planta ligeramente flexionada. En
el primer año la rodilla sigue flexionada y al año y medio hay una
flexión progresiva después de apoyar el talón, seguida de una extensión
de la rodilla. Adquisición
del mecanismo de extensión-flexión-extensión en la rodilla con
cambios suaves. |
Inclinación
de la pelvis |
Inclinación
lateral poco clara durante el inicio, más pronunciada a medida que
progresa su forma de caminar. Inclinación hacia delante mayor en niños
que en adultos al principio, pero luego desaparece. |
Rotación
de la pelvis |
Aparece cuando el niño ando solo. Gran
dependencia de la madurez de la acción de la pierna completa y de la
velocidad |
Inclinación
del tronco |
Inclinación hacia delante durante los
primeros pasos, permaneciendo en el patrón inicial. La
postura de flexión disminuye a medida que aumenta la estabilidad y el
control al andar. |
Acción
de los brazos |
Comienza a abrirse desde una posición
abductora con los codos flexionados y van descendiendo gradualmente.
Cuando descienden, comienzan a balancearse. Al
principio el balanceo es solamente una flexión de codos, apareciendo el
balanceo reciproco a los pocos meses. A los 18 meses se mueven de modo
opuesto a las piernas. |
La acción de andar no es tan simple como parece. Si la comparamos con la del adulto, podemos observar:
A los dos años ya se posee una acción semejante del pie, la rodilla y el balanceo de los brazos.
A los 2 ‑ 3 años mejora el ritmo y la coordinación.
A los 4 ‑ 5 años desaparece en el niño el método de observación como método de aprender, adoptando ya una secuencia de movimientos muy cercana a la del adulto.
Según Viladot Perice y Álvarez Goenaga (1995), la marcha del niño es muy semejante a la del adulto entre los 7-9 años. Antes de esa edad, existe una experimentación de los sistemas músculo esquelético y nervioso por parte del niño hasta alcanzar un correcto control motor.
En el patrón maduro de la marcha podemos observar las siguientes características:
El peso del cuerpo se apoya alternativamente en una pierna y en otra.
El centro de gravedad se mueve hacia arriba o hacia abajo y hacia un lado alternativamente.
En un ciclo completo la distancia recorrida es inferior a cinco metros.
Patrón motor 2: Correr
Podemos definir esta acción como una forma enérgica de andar. Si cuando andamos existe una fase de doble apoyo, cuando corremos existe una fase de vuelo donde no hay contacto con el suelo con ningún pie. Antes de correr, el niño deberá aprender a caminar sin ayuda, a impulsarse hacia arriba, a coordinar y a mantener el equilibrio, lo que se conseguirá a medida que va adquiriendo fuerza. Los primeros pasos en carrera tienen lugar a los 18 meses, momento en el que se tiende a andar deprisa y en línea recta.
Durante la fase preescolar, se produce un aumento progresivo de la velocidad de la carrera.
Durante los cursos de primaria, la velocidad va mejorando de año en año. Teniendo en cuenta diferentes estudios (Altman & Dittmer 1962; Clouse, 1959; Fortney, 1964, 1983; Glassow, Halverson & Rarick, 1965; Mersereau, 1978; Wickstrom, 1983), en edad escolar, la carrera mantiene una secuencia evolutiva en relación con el crecimiento:
La longitud de zancada aumenta progresivamente.
La cantidad de movimiento vertical disminuye en cada zancada.
En la fase de impulso, se produce un incremento del movimiento de extensión de las articulaciones del tobillo, rodilla y cadera.
En la fase de suspensión, se produce un aumento del tiempo sin contacto con el suelo.
Al finalizar la fase de impulso y lanzar la pierna hacia delante para iniciar de nuevo la fase de amortiguación, hay una mayor flexión de rodilla aproximando el talón al glúteo.
En la fase de impulso, se aprecia una mayor flexión de cadera, de la pierna adelantada, observándose una mayor altura de esta rodilla con respecto al suelo.
Disminución de la distancia relativa del pie de apoyo adelantado con respecto al centro de gravedad del cuerpo.
Existe una mejor disposición de los brazos, se aprecia una mejor colocación en cuanto a los ángulos del codo, cerca de los 90º, y el hombro, logrando una mayor amplitud en el movimiento de flexo-extensión.
El proceso de refinamiento de los movimientos puede no llegar hasta la pubertad y está directamente relacionado con la influencia conjunta de la maduración.
Patrón motor 3: Saltar
La habilidad de saltar consiste en suspender el cuerpo en el aire debido al impulso de una o ambas piernas. Podemos distinguir tres fases: batida, suspensión y caída. Los aspectos importantes para la realización del salto son: fuerza, coordinación dinámica general y equilibrio. Por lo tanto, la edad y la maduración influirán en el control directo del movimiento, así como una adecuada coordinación intramuscular e intermuscular.
Los aspectos observables durante la primera y segunda infancia son los siguientes:
A los 18 meses el niño es capaz de mantener un pie en contacto con el suelo.
A los 20-22 meses saltan impulsándose con un pie y hacen una breve fase de suspensión.
A los 2 años ya son capaces de saltar con los dos pies.
A los 3 años y medio pueden dar hasta 3 saltos seguidos con su pie preferido.
A los cinco años pueden dar 8-10 saltos consecutivos y saltar con un pie recorriendo una distancia de 15 metros.
Tabla 3. Movimientos que definen el patrón motor en el salto
Tipo
de salto |
Movimientos
que definen un patrón motor |
Salto
vertical |
En la flexión preparatoria hay una flexión
de caderas, rodillas y tobillos. Elevación
hacia delante y arriba de los brazos. Fuerte
extensión de las caderas, rodillas y tobillos durante el impulso. Cuerpo
en extensión hasta que los pies están listos para volver a tocar el
suelo. Flexión
de tobillos, caderas y rodillas para amortiguare el golpe. |
Salto
horizontal |
Aumento de flexión preliminar. Aumento
del balanceo hacia delante de los brazos en el plano anteroposterior. Disminución
del ángulo de impulsión. Aumento
de la extensión total del cuerpo en la impulsión. Aumento
de la flexión de los muslos durante la suspensión. Disminución
del ángulo de la pierna en el momento de caer. |
Metodología
Características del sujeto o muestra
El sujeto escogido para realizar las observaciones tiene 8 años y 5 meses, con una estatura de 1,37 metros y 40 kg de peso, con rasgos endomorfos, cuya preferencia lateral es diestra y homogénea (mano, pierna y ojo).Vive a las afueras de la ciudad de Murcia, su entorno es tranquilo y apacible. El centro escolar está cerca de su domicilio, al igual que los centros donde practica actividades extraescolares.
No es un niño muy activo, pero sí bastante enérgico en sus movimientos. A nivel motriz no es descoordinado; a nivel social es un niño sociable, extrovertido y maduro, debido a que normalmente se ha relacionado con personas adultas; hay que destacar que es muy observador y aprende rápido.
Procedimiento
Las observaciones se hicieron sobre los patrones descritos. Los ejercicios fueron realizados al aire libre y durante un día; se repitieron los mismos al día siguiente, en las mismas condiciones, utilizando el mismo material y ejercicios, que se describen a continuación:
Patrón motor 1: Andar
Para realizar esta actividad se ha establecido una distancia de 10 metros. Se repitió la distancia 8 veces. No se le dio más que una consigna o pauta a seguir: caminar de un lado a otro como si fuese a la escuela. La observación se ha llevado a cabo desde el plano sagital.
Se han considerado importantes 8 apartados para ser objeto de estudio en la observación de la forma de andar del sujeto.
Contacto del pie.
Base dinámica.
Ángulo del pie.
Flexión y extensión de la cadera.
Mecanismo de la rodilla y el tobillo.
Inclinación y rotación de la pelvis.
Inclinación del tronco.
Acción de los brazos.
Patrón motor 2: Correr
En esta habilidad también se estableció una distancia de 10 metros. Se le dijo que corriese todo lo rápido que pudiera de un lado a otro, simulando un sprint en un partido de fútbol. La presencia de una compañera le motivó, queriendo demostrar que lo hacía correctamente. Se observaron 5 apartados; se realizaron 2 repeticiones en cada uno de ellos con descansos entre los mismos. La observación se realizó desde el plano sagital.
Cinco son los apartados estudiados en este patrón:
Inclinación del tronco hacia delante.
Acción de los brazos.
Contacto del pie de apoyo.
Acción de la pierna de apoyo.
Acción de la pierna durante la fase de recuperación.
Patrón motor 3: Saltar
En este apartado se llevaron a cabo dos tipos de salto: horizontal y vertical.
Test de salto horizontal: el sujeto, con los pies separados a la anchura de las caderas, salta hacia delante intentando alcanzar la máxima distancia posible, en dos intentos. Se le dio la siguiente premisa: ¿Hasta dónde eres capaz de llegar?
Test de salto vertical: el sujeto se coloca junto a la pared, con su brazo dominante elevado y pegado a la misma. Se marcó la distancia máxima en posición estática. Se le pidió al sujeto que saltase para conseguir tocar la pared en lo más alto posible. En este caso también hubo dos intentos.
Las observaciones se hicieron desde los planos sagital y frontal.
Se han establecido seis apartados a la hora de realizar las observaciones en cada uno de los saltos (horizontal y vertical):
La flexión preliminar.
El balanceo de los brazos.
Acción de las articulaciones de las caderas, rodillas y tobillos previa a la impulsión.
El ángulo de impulsión.
Acciones de las articulaciones de las caderas, las rodillas y los tobillos en la fase de suspensión.
La caída.
Resultados
Patrón motor 1: Andar
Contacto del pie: Secuencia talón punta con un pequeño golpe de talón.
Base dinámica: La separación de los pies es de unos 6‑7 centímetros cuando el talón pasa por el punto donde se unen los dos talones.
Ángulo del pie: El pie posee un grado de apertura de unos 45°.
Flexión y extensión de la cadera: El ángulo de extensión y de flexión son el mismo prácticamente. La secuencia flexión ‑ extensión no es muy pronunciada.
Mecanismo de la rodilla y el tobillo: La rodilla no llega a extenderse del todo en la fase de apoyo; en la flexión, forma un ángulo de 90°.
Inclinación y rotación de la pelvis: La inclinación es igual que la de un adulto y la rotación es la misma hacia atrás (pierna de apoyo) que hacia delante (pierna libre).
Inclinación del tronco: El tronco permanece vertical con una ligera inclinación hacia delante.
Acción de los brazos: El balanceo es pequeño; se produce una pequeña flexión de codos.
Patrón motor 2: Correr
Inclinación del tronco hacia delante: Poca inclinación hacia delante, es mayor la inclinación de la columna cervical.
Acción de los brazos: Los codos permanecen despegados del cuerpo formando un ángulo de casi 90° en la articulación del codo.
Contacto del pie de apoyo: Apoyo completo del pie. El pie derecho no apoya completamente, pero el izquierdo sí.
Acción de la pierna de apoyo: La extensión es incompleta justo en el momento de apoyar realizando una flexión poco pronunciada.
Acción de la pierna durante la fase de recuperación: Flexión de la rodilla de unos 100°. Elevación de la rodilla más hacia delante que hacia arriba. Puede apreciarse el balanceo de la cadera.
Patrón motor 3: Saltar
Salto horizontal
Flexión preliminar: Ángulo entre piernas y muslos de 110° - 115º. Los talones se mantienen pegados al suelo y se produce una flexión dorsal
Balanceo de los brazos: Balanceo previo atrás ‑ delante con tendencia a llevar los codos hacia atrás y a cerrar los puños.
Ángulo de impulsión: El ángulo de la articulación de la rodilla, en el momento del impulso, es de 110º. Al tener un apoyo total de la planta del pie, el impulso del metatarso es mínimo.
Acciones de las articulaciones de las caderas, las rodillas y los tobillos en la fase de suspensión: Las rodillas no se extienden del todo. Los tobillos varían con respecto a la fase de impulso con una leve extensión plantar. La posición del pie permanece estable hasta la caída. El tronco tiende a inclinarse hacia delante, lo que provoca que se flexionen las caderas.
Caída: Recepción con toda la planta del pie. El centro de gravedad baja con respecto a la posición inicial y se realiza una inclinación del tronco hacia delante. Muestra rigidez en la recepción, sin hacer un movimiento de amortiguación de la caída.
Salto vertical
Arqueo del tronco durante la fase de impulso y de suspensión.
Acentúa más la flexión de codos con respecto al salto anterior y sitúa las manos cerca del centro de gravedad.
La abducción del hombro no llega a 180°, permanece en la posición inicial (140°).
Incompleta extensión de las rodillas en el aire.
Discusión
En este apartado se va a hacer una comparación de los patrones motores observados con los de un adulto y con los de otros niños de su edad en base a la literatura existente y expuesta en la descripción de los patrones motores al inicio del documento.
Patrón motor 1: Andar
Comparando las ejecuciones del sujeto con respecto al adulto, la distancia y la velocidad con la que realiza un ciclo completo es adecuada si tenemos en cuenta que se encuentra en la fase de su tercera infancia; a medida que crezca irá aumentando la distancia de la zancada.
La pierna libre no llega a extenderse completamente en su acción de búsqueda del contacto con el suelo en el nuevo apoyo.
El apoyo del pie en el suelo lo realiza correctamente, apoyando con el talón y posteriormente la planta del pie, aunque le falta pronunciar más el talón.
En cuanto a la rotación pélvica y torácica, no se aprecian claramente. Prevalece más la rotación pélvica debido a la postura firme y erguida, y a la robustez de su tronco.
En lo referente al movimiento de brazos, se aprecia un ligero balanceo hacia delante y atrás, todavía no sigue la dirección hacia la línea media del cuerpo. El grado de flexión ‑ extensión del hombro son un poco más pronunciados.
Para concluir podemos decir que el sujeto posee muchas características del patrón maduro que irá perfeccionando con el paso del tiempo.
Patrón motor 2: Correr
Podemos establecer las siguientes diferencias en las observaciones con respecto al comportamiento en la edad escolar.
La longitud de la zancada podría ser más larga; no aprovecha del todo la extensión de la cadera, la rodilla y el tobillo en el impulso.
La verticalidad en el desplazamiento no es muy pronunciada, tiende a inclinar el cuerpo hacia delante.
La acción talón ‑ glúteo aún no ha sido asimilada.
La fase de suspensión es corta debido a que no aprovecha del todo la extensión de la rodilla, la cadera y el tobillo en el impulso.
El balanceo de los brazos es aceptable, sin embargo no realiza el movimiento de aproximación a la línea media del cuerpo.
La planta todavía no apoya lo suficiente el metatarso para que el impulso sea más pronunciado.
Podemos decir que respecto al patrón de los niños de su edad, le falta modificar el ángulo de movimiento de la mayoría de los segmentos corporales.
Patrón motor 3: Saltar
Salto vertical
El ángulo de la flexión preliminar es poco acentuado.
La elevación lateral de brazos y hombros es la apropiada.
Le falta ayudarse más del metatarso para obtener mayor impulso.
Posee una ligera inclinación hacia delante antes del impulso.
Las caderas llegan a extenderse del todo en la fase de vuelo, pero no las rodillas.
En la fase de caída debe amortiguar más el peso del cuerpo.
Salto horizontal
El ángulo de la flexión preliminar es poco acentuado.
El balanceo de los brazos para la obtención del impulso es apropiado.
El ángulo de impulsión del tobillo y la rodilla no es lo bastante considerable, si tenemos en consideración la fuerza que desempeña.
La inclinación del cuerpo hacia delante se observa claramente, aunque falta un mayor impulso hacia arriba.
En la fase de suspensión, cabe destacar la poca extensión de las rodillas.
La mejora de algunos aspectos técnicos podría incrementar los patrones actuales del sujeto.
Conclusiones
Hay un grupo de especialistas que se han dedicado a estudiar la conducta de la sociedad infantil. Pretenden analizar la evolución de los diversos tipos de patrones motores, así como los cambios producidos por cada uno de ellos. Una gran parte de estos especialistas optan por realizar estudios longitudinales con el fin de establecer una media que sirva para establecer unos cánones fiables y útiles para el resto de las investigaciones, aunque siempre hay casos en los que las conductas están por encima o por debajo de la media.
Para realizar estos estudios se requiere paciencia y atención, cosa que no tienen los niños, pues su vitalidad hace que cada vez investiguen sobre nuevas experiencias que le hagan sentir nuevas sensaciones. De modo que siempre habrá un sexto sentido que les ayude a descubrir nuevos comportamientos motores e intelectuales.
Por otro lado, tras el análisis, podemos concluir que el nivel de maduración apreciado en el sujeto, en todos los ejercicios realizados, está en consonancia con los indicadores de normalidad que aparecen en la literatura. Todas las acciones, excluyendo la de saltar, son realizadas casi diariamente en el entorno que le rodea; casi todos los gestos que se han pretendido observar han sido ejecutados por el sujeto con mayor o menor precisión.
Todas las conductas observadas en el escolar se encuentran en proceso de desarrollo y perfeccionamiento, por consiguiente una influencia externa podría ayudarle a perfeccionar los movimientos. Debemos tener en cuenta que, según numerosos autores, el proceso de maduración es un elemento clave que puede ayudar a desarrollar la tarea mencionada.
La propuesta sería, pues, que se tengan en cuenta estos test como un instrumento válido para el análisis de la motricidad de los niños en una edad similar a la del sujeto.
Terminaremos con la afirmación de que educar el movimiento es un lenguaje sin palabras, una función de correspondencia humana, un medio de comunicación y de influencia sobre el prójimo, y cumple una clara función social. Una formación completa de la juventud es inconcebible sin reconocer la importancia del movimiento corporal como instrumento valioso de formación y educación.
Referencias
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