Perfil psicológico de los jugadores de rugby: estudio de revisión
Psychological profile of rugby players: review study
Perfil psicológico de jogadores de rúgbi: estudo de revisão
Miguel Ángel Fernández Macías
miferma@hotmail.com
Grupo de investigación CTS980 de Psicología
del Ejercicio, el Deporte y la Salud (Psedesa)
Doctor en Alto Rendimiento Deportivo
(España)
Recepción: 10/11/2017 - Aceptación: 25/04/2018
1ª Revisión: 08/12/2017 - 2ª Revisión: 23/04/2018
Resumen
El entrenamiento físico, técnico y táctico no es suficiente para enfrentarse a un deporte con las características del rugby. Éste es un deporte duro fisiológica y mentalmente, sin embargo no se suele trabajar el aspecto psicológico con los jugadores. En este artículo se hace un breve recorrido bibliográfico sobre los estudios relacionados con la psicología de los jugadores de rugby. Se profundiza en dos constructos importantes como la dureza mental y el estrés. Por último se mostrará el perfil o las características psicológicas más recurrentes de los jugadores de rugby. La información obtenida nos sirve para proponer cuáles son las estrategias psicológicas que podrían trabajarse con estos deportistas para optimizar su rendimiento.
Palabras clave: Rugby. Psicología del Deporte. Dureza mental. Estrés.
Abstract
Physical, technical and tactical training is not enough to face a sport with rugby features. This is a physiologically and mentally tough sport, but not usually work on the psychological aspect with the players. This article provides a brief bibliographic review studies related to the psychology of rugby players is made. Among the most studied psychological variables discussed two that are present in both the player and in the same competition; mental toughness and stress. For this, the focus of attention is placed on two psychological constructs, such as mental toughness and stress control.
Keywords: Rugby. Sports Psychology. Mental toughness. Stress.
Resumo
O treinamento físico, técnico e tático não é suficiente para enfrentar um esporte com as características do rúgbi. Este é um esporte difícil fisiologicamente e mentalmente, no entanto, o aspecto psicológico não é geralmente trabalhado com os jogadores. Neste artigo é feito um breve percurso bibliográfico sobre os estudos relacionados à psicologia dos jogadores de rúgbi. Ele mergulha em dois importantes construtos, como a resistência mental e o estresse. Finalmente, o perfil ou as características psicológicas mais recorrentes dos jogadores de rúgbi serão exibidos. As informações obtidas nos ajudam a propor quais são as estratégias psicológicas que poderiam ser trabalhadas com esses atletas para otimizar seu desempenho.
Unitermos: Rúgbi. Psicologia do Esporte. Dureza mental. Estresse
Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 23, Núm. 239, Abr. (2018)
Introducción
El rugby es un deporte de colaboración-oposición en el que además de las connotaciones técnicas, tácticas y condicionales, existe un particular valor ético para el deportista que lo practica. Los jugadores muestran altas dosis de disciplina, compañerismo, sacrificio, honradez y respeto que es inculcado por el propio contexto de este deporte. Esta ética solicita al jugador ciertas características psicológicas.
El constante contacto físico en la disputa del balón y el alto componente táctico que caracteriza al rugby solicitan del jugador ciertas variables psicológicas que no pueden ser obviadas en el entrenamiento integral del mismo. Entre estas variables que están relacionadas con el desempeño se pueden destacar la atención, motivación, concentración, control del estrés y el óptimo manejo de la presión.
Este artículo tiene un triple objetivo: El primer objetivo de esta revisión de literatura fue citar las variables psicológicas ya analizadas entre jugadores de rugby. El segundo es profundizar en dos constructos como son la dureza mental y estrés. Y el tercero es, en base a los artículos revisados, intentar mostrar el perfil o las características psicológicas más recurrentes de los jugadores de rugby. Una vez obtenido éste, se tratará de plasmar las variables psicológicas (tanto individuales como grupales), que pueden ser entrenadas o trabajadas, ya sean mediante las propias tareas de entrenamiento como a través de intervenciones psicológicas.
Método
Se trata de una investigación cualitativa de revisión documental donde se identificó la literatura científica de rugby indexada en la base de datos Sport Discus (EBSCO) entre los años 1995 y 2010. Como tema de investigación se analizó los artículos de psicología deportiva relacionados con este deporte. Para la redacción de este artículo se utilizó una muestra de 24 artículos. Los constructos psicológicos estudiados en éstos son citados en este artículos y han permitido crean un conjunto de características psicológicas vinculadas al rugby, utilizando las conclusiones de estos trabajos poder crear intervenciones o trabajo de campo para poder desarrollar estas capacidades tanto de manera colectiva como individual.
Cita de variables psicológicas estudiadas en rugby
En ningún otro deporte existe una oposición tan marcada entre la fuerza física que se necesita y la obligación de una disciplina tan estricta. El jugador se desarrolla entre dos polos, la agresividad de una parte y el control de la misma por otra. Esto convierte al rugby en un campo de estudios psicológicos destacado. En la siguiente tabla se muestran algunos de ellos.
Tabla 1. Estudios psicológicos en rugby
Variable de estudio |
Autores |
Dureza mental |
Golby y Sheard, 2004;
Golby, Sheard, y Lavallee, 2003. |
Ansiedad |
Hanton, Jones y Mullen, 2000; Neil, Mellalieu
y Hanton, 2006. |
Estrés |
Nicholls, Backhouse,
Polman y Mckenna, 2009; Nicholls, Jones, Polman y Borkoles, 2009. |
Emoción y cualidades percibidas |
Petrosso y Robazza, 2002. |
Motivación |
Hodge
y Petlichoff, 2000. |
Motivación y burnout |
Cresswell y Eklund, 2005a, 2005b. |
Cohesión de equipo |
Kozub y McDonnell, 2000; Terry et al, 2000. |
Frustración
y ansiedad. |
Robazza, y Bortoli, 2007. |
Estados de ánimo |
Kerr y Van Shark, 1995; Wilson
y Kerr, 1999. |
De entre estos estudios se desarrollarán posteriormente dos variables que son intrínsecas a este deporte como la dureza mental y el estrés. Un estrés inadecuado impide e interrumpe el estado ideal de rendimiento, mientras una adecuada dureza mental, favorece variables como control y desafío, aspectos éstos relacionados con la óptima experiencia en el deporte.
Dureza mental y estrés en el jugador de rugby
Dureza mental
El rugby, por sus características, es un deporte duro fisiológica y mentalmente hablando. Esa fortaleza mental fue definida por Loehr (1986), cuyos atributos incluyen; confianza en sí mismo, manejo de emociones como el miedo, la ira y la frustración, control de la atención, control de las imágenes, motivación, energía positiva y control de la actitud.
Algunos autores (Golby, Sheard y Lavallee, 2003; Golby y Sheard, 2004) han estudiado esta variable utilizando métodos cuantitativos. Utilizaron el Inventario de Rendimiento Psicológico (PPI; Loehr, 1986) como medida de la fortaleza mental.
Golby y Sheard (2004) evaluaron la resistencia y dureza mental de 115 jugadores ingleses de distinto nivel. Para la fuerza mental utilizaron el PPI y para medir la resistencia utilizaron el Cuestionario de Opiniones Personales III-R. Los resultados demostraron que los jugadores de máximo nivel obtienen puntuaciones más altas en tres de las subescalas de dureza; compromiso, control y desafío y en dos de las de fortaleza mental: control de energía negativa y control de la atención. No observan diferencias entre jugadores de Super Liga y Primera División, pero sí entre estos y los internacionales. Estos últimos:
Se sienten más capaces de influir positivamente en los resultados del partido. Esto les permite ser más competitivos y sufrir menos estrés.
Tienen un mayor compromiso y desafío. Conciben las situaciones difíciles como oportunidades de crecimiento personal y profesional, no como una amenaza.
Son capaces de jugar partidos estresantes y mantener altos niveles de competitividad.
Al controlar mejor la energía negativa, son capaces de mantener sus emociones bajo control y permanecer tranquilos en situaciones de presión. Si por momentos pierden el control son más capaces de recuperarlo (Jones, Hanton y Connaughton, 2002).
Poseen mayor capacidad para estar concentrados por períodos largos e intensamente.
Se observa que unas superiores capacidades mentales en el rugby influyen en el rendimiento y distinguen a los buenos jugadores de los de élite. Un trabajo psicológico en este sentido ha demostrado la posibilidad de mejorar el rendimiento deportivo (Golby, Sheard y Lavallee, 2003; Golby y Sheard, 2004).
Estrés
El rugby es un deporte con unas características definidas, es un juego de contacto físico, algunos de ellos muy intensos, pero en el que también es necesario tomar decisiones rápidas teniendo en consideración múltiples elementos (espacio, tiempo, compañeros, adversarios, etc.) por lo que requiere disponer de agilidad mental (Martín, 2006) y controlar el estrés.
Barnes y Swain (2002) identifican diversas fuentes de estrés que pueden afectar al jugador o al equipo y que pueden producirse durante los entrenamientos, antes del partido o durante el mismo. Los factores pueden ser;
Internos o personales: importancia dada a la competición, percepción de la habilidad de los adversarios, la ejecución en los partidos anteriores, lesiones previas sobre todo si es el primer partido tras la misma, etc.
Externos o situacionales: condiciones atmosféricas, distracciones durante el partido, los viajes, la interrupción de rutinas antes de la competición, las decisiones arbitrales, las expectativas de otras personas influyentes, etc.
Las investigaciones con jugadores de rugby señalan que los errores mentales, las lesiones y los fallos en el aspecto físico son los factores de estrés más señalados por los jugadores. Para hacer frente a éstos, los jugadores utilizan estrategias como el aumento de la concentración, el bloqueo de pensamientos y el aumento del esfuerzo (Nicholls et al., 2006).
Pero no sólo se produce estrés durante el día del partido. Nicholls et al., 2009) examinó el estrés, las técnicas de afrontamiento y las emociones de una muestra de jugadores de rugby durante los entrenamientos y los partidos. Para ello utilizó un diario durante 35 días. Encontraron que seis de los diez factores de estrés reportados son más frecuentes en los entrenamientos que en los partidos. El bloqueo fue la estrategia más usada en los días de partido, mientras que el aumento de la concentración es la más usada durante los días de entreno. La eficacia de este afrontamiento es mayor en el entrenamiento que en los partidos. Además, un mayor nivel de intensidad emocional se asocia significativamente con niveles más bajos de eficacia para enfrentarse al estrés. Encontraron que la ansiedad es la emoción más citada en los entrenamientos y la ira la más citada los días de partido. Sin embargo, la intensidad de la ansiedad es mayor durante los partidos. Estas emociones negativas afectan al nivel de excitación del jugador de manera física (manejo de la pelota), cognitiva (toma de decisiones), de rendimiento y a la reacción emocional a una situación de estrés posterior (Jones, 2003).
En un estudio parecido, Nicholls et al. (2009), examinaron con 16 jugadores profesionales de rugby, las fuentes de estrés y sus síntomas en los días de descanso, entrenamientos y días de partido. Y también, los aspectos temporales de esas fuentes y los estados afectivos. Los resultados señalan que los jugadores experimentan más estrés en los días de entrenamientos que en los de descanso o partido. Muchos factores estresantes son peores el día después de un partido en comparación con el día del mismo o el día antes. Así, son muchas las fuentes y los síntomas que les provocan el estrés, por lo que su estado es desagradable.
Para terminar, Nicholls et al. (2011) exploraron la percepción de los factores que contribuyen al estrés y los estados afectivos negativos durante la pretemporada en una muestra de doce jugadores de rugby. Recogieron los datos a través de entrevistas semiestructuradas y analizados mediante un procedimiento de análisis de contenido inductivo. Los jugadores señalan que los entrenamientos (su estructura y el volumen), el número de partidos jugados, el período de recuperación, la dieta, el sueño, y los viajes como los factores que contribuyen al estrés y los estados afectivos negativos.
Estos estudios sugieren que unas intervenciones psicológicas para ayudar a los jugadores a controlar los síntomas de estrés y emociones negativas en distintos momentos de la temporada pueden mejorar el rendimiento deportivo (Nicholls et al., 2009, 2011).
Características psicológicas del jugador de rugby
Distintos estudios muestran las características psicológicas de los jugadores de rugby, siendo algunas de estas propiedades importantes para que estos deportistas alcancen un óptimo rendimiento.
Perasso (2009) en su libro Rugby Didáctico reseña que las habilidades que presentan valores más altos en estos jugadores son la autoconfianza, automotivación, autodisciplina y autocontrol. Considera al rugby como una lucha mental. Para conseguir jugadores mentalmente fuertes se debe trabajar sobre el desarrollo de las habilidades mentales antes citadas; el control o dominio de las situaciones de presión y en la toma de cada circunstancia de un partido como un desafío y no como una amenaza.
Parkes y Mallet (2011) para entender qué elementos de la fuerza mental pueden ser desarrollados, evaluaron la eficacia de una intervención con técnicas cognitivo-conductuales en siete jugadores de alto nivel. Los datos cualitativos sugieren que los jugadores desarrollan una mayor resistencia ante la adversidad, tienen alta confianza en su deporte y han desarrollado un estilo explicativo más optimista de los acontecimientos negativos.
En un estudio transversal con 197 jugadores de rugby italianos para estudiar el impacto de la ira y la ansiedad en el rendimiento de los jugadores de rugby, Robazza y Bortoli (2007), revelan una tendencia general en estos jugadores a experimentar moderadamente síntomas de ira y a interpretar sus síntomas como facilitadores más que debilitantes.
Hanton, Jones y Mullen (2000) examinaron la intensidad y dirección de los síntomas de ansiedad competitiva y estrategias psicológicas usadas en 115 jugadores de diferentes niveles de habilidad. Encontraron que los jugadores de élite son más propicios a interpretar los síntomas de ansiedad competitiva, usan menos la relajación y más las imágenes y la conversación interior. Estos atletas mantienen los niveles de intensidad y adoptan una combinación de habilidades mentales que interpretan los síntomas de ansiedad como facilitadores para el rendimiento. También señalan que los jugadores de rugby presentan una mayor autoconfianza.
De todos estos estudios y recopilando los resultados de las variables de estudio, podemos plasmar un perfil de las características psicológicas que suelen tener los jugadores de rugby. Cada jugador es un ente individual con unas particularidades personales, pero son las siguientes propiedades las que podrían definir al jugador de rugby en su vertiente mental y psicológica:
Son deportistas con altos niveles de autoconfianza, automotivación, autodisciplina y autocontrol.
Suelen tener alto compromiso con la actividad que realizan.
Les atrae el desafío tanto del partido como de los entrenamientos.
Tienen alta capacidad de concentración.
Tienen mayor resistencia ante la adversidad.
Son capaces de transformar sentimientos como la ira o estados como la ansiedad en facilitadores del rendimiento una vez que los colocan en su zona de rendimiento óptimo.
Tienen un óptimo control de la atención.
Son capaces de controlar y encauzar la energía negativa (fruto de los constantes contactos físicos).
Suelen tener un óptimo control emocional.
Además, de la bibliografía consultada podemos inferir que los jugadores de rugby tienen una personalidad particular que les permite a hacer frente a las características de confrontación y alta demanda física-táctica de este deporte. Por este motivo, son necesarios un entrenamiento mental e intervenciones psicológicas que ayuden a los jugadores a adquirir habilidades para enfrentarse a las particularidades del juego y aumentar así su rendimiento. Al ser un deporte colectivo dichas estrategias psicológicas podrían trabajarse en conjunto o de manera individual.
Respecto al aspecto colectivo, son necesario trabajar aspectos como:
El fomento de la colaboración.
Mejora de comunicación interpersonal.
Cohesión grupal.
Liderazgo.
Coherencia de intereses y objetivos personales y colectivos.
Motivación colectiva gracias a claros objetivos e intereses grupales.
Establecimiento de objetivos de realización (en vez de resultados).
Compromiso con los objetivos colectivos.
Gestión de conflictos.
Respecto al jugador como individuo, es aconsejable una intervención o estrategias que mejoren:
La concentración y atención a los estímulos del juego.
Bloqueo de pensamientos negativos.
Técnica de manejo de ansiedad y estrés.
Contener o transformar emociones negativas.
Técnicas de control mental.
Trabajo de rapidez y flexibilidad en la toma de decisiones.
Nivel de activación.
La autoconfianza.
La motivación.
Todas estas variables facilitarán un estado óptimo de rendimiento que puede permitir aumentar la probabilidad de conseguir buenos resultados. En deportes como el rugby el mejorar estos aspectos no tiene como consecuencia directa el mejorar el resultado, ya que equipo contrario, el contexto o incluso el azar pueden influir sobre el mismo, por lo que sólo podemos hablar de hipótesis. Pero lo que sí parece probado es que optimizar las condiciones internas del jugador permite conseguir una mejora del potencial técnico, táctico y condicional adquirido en el proceso de entrenamiento.
Conclusiones
Del contenido del artículo podemos concluir que:
Existen escasos trabajos de investigación que estudien el rugby desde la perspectiva psicológica, lo cual limita que se pueda seguir avanzando en el desarrollo de esta faceta en los jugadores.
Revisada la literatura, las variables psicológicas estudiadas en el rugby son: Dureza mental; ansiedad; estrés; emoción; cualidades percibidas; motivación; burnout; cohesión de equipo; frustración; ansiedad; y estados de ánimo.
La dureza mental es una variable psicológica importante para los jugadores ya que permite manejar emociones como el miedo, la ira y la frustración, control de la atención, control de las imágenes, motivación, energía positiva y control de la actitud.
El óptimo manejo del estrés ayuda a los jugadores a manejar sus síntomas (tanto fisiológicos como psicológicos) y optimizar su rendimiento en competición.
Los jugadores de rugby son deportistas con altos niveles de autoconfianza, automotivación, autodisciplina y autocontrol; suelen tener alto compromiso con la actividad que realizan; les atrae el desafío tanto del partido como de los entrenamientos; tienen alta capacidad de concentración; tienen mayor resistencia ante la adversidad; son capaces de manejar sus sentimientos y emociones; tienen un óptimo control de la atención.
Son necesarios un entrenamiento mental e intervenciones psicológicas que ayuden a los jugadores a adquirir habilidades para enfrentarse a las particularidades del juego y aumentar así su rendimiento
Algunas de las limitaciones de este estudio vienen determinadas porque existen pocos artículos que traten esta temática, por lo que los resultados pueden ser poco generalizables. Además, no se ha tenido en cuenta la faceta cuantitativa sino que se ha tratado de manera descriptiva la información obtenida en los mismos generando cierta superficialidad en las conclusiones y en el perfil psicológico propuesto. Por otro lado, sería conveniente, como perspectivas futuras, plantear nuevos estudios más pormenorizados y longitudinales de los diferentes constructos psicológicos. Sería interesante un meta-análisis que tratara todos los estudios que tratan la temática en este deporte para generar perfiles y posibilidades de estudios futuras.
Referencias
Barnes, K. y Swain, A. (2002). Using Stress for a Competitive Advantage. En B. Hale y D. Collins (Eds.). Rugby Tough (113-133). Champaign, Il: Human Kinetics.
Cresswell, S., y Eklund, R. (2005a). Motivation and burnout in professional rugby players. Research Quarterly for Exercise and Sport. 76, 3, 370-376.
Cresswell, S., y Eklund, R. (2005b). Motivation and Burnout among Top Amateur Rugby Players. Medicine and Science in Sports and Exercise. 37, 3, 469-477.
Golby, J., y Sheard, M. (2004). Mental toughness and hardiness at different levels of rugby league. Personality and individual differences. 37, 933-942.
Golby, J., Sheard, M., y Lavallee, D. (2003). A cognitive-behavioral analysis of mental toughness in national rugby league football teams. Perceptual and Motor Skills. 96, 455–462.
Hanton, S., Jones, G. y Mullen, R. (2000). Intensity and direction of competitive anxiety as interpreted by rugby players and rifle shooters. Perceptual and Motor Skills. 90, 513-521.
Hodge, K., y Petlichoff, L. (2000). Goal profiles in sport motivation: a cluster analysis. Journal of Sports and Exercise Psychology. 22, 3.
Jones, M. (2003). Controlling emotions in sport. The Sport Psychology. 17, 471-486.
Jones, G., Hanton, S., y Connaughton, D. (2002). What is this thing called mental toughness? An investigation of elite sport performers. Journal of Applied Sport Psychology. 14, 205–218.
Kerr, J., y Van Shark, P. (1995). Effects of game venue and outcome on psychological mood states in rugby. Personality and Individual Differences. 19, 3, 407-410.
Kozub, S., y McDonnell, J. (2000). Exploring the Relationship between Cohesion and Collective Efficacy in Rugby Teams. Journal of Sport Behavior. 23.
Loehr, J. (1986). Mental toughness training for sports: achieving athletic excellence. Lexington, MA: Stephen Greene Press.
Martín, I. (2006). La activación en el jugador de rugby. Rugby Magazine. 17, 9-15.
Neil, R., Mellalieu, S., y Hanton, S. (2006). Psychological skills usage and the competitive anxiety response as a function of skill level in rugby union. Journal of Sports Science and Medicine. 5, 415-423
Nicholls, A., Backhouse, S., Polman, R., y Mckenna, J. (2009). Stressors and affective states among professional rugby union players. Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sports. 19, 121-128.
Nicholls, A., Holt, N., Polman, R., y Bloomfield, J. (2006). Stressors, coping, and coping effectiveness rugby union players. The Sport Psychology. 20, 314-329.
Nicholls, A., Jones, C., Polman, R., y Borkoles, E. (2009). Acute sport-related stressors, coping, and emotion among professional rugby union players during training and matches. Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sports. 19, 113-120.
Nicholls, A., McKena, J., Polman, R y Backhouse, S (2011). Overtraining During Preseason: Stress and Negative Affective States Among Professional Rugby Union Players. Journal of Clinical Sport Psychology. 5,3, 211-222.
Parkes, J. y Mallet, C. (2011). Developing Mental Toughness: Attributional Style Retraining in Rugby. The Sports Psychologist. 25, 3, 269-287.
Perasso, S. (2009). Rugby didáctico 2. El entrenador. Buenos Aires: Dunken.
Petrosso, A., y Robazza, C. (2002). Emotions, perceived qualities, and performance of rugby players. The Sport Psychologist. 16, 2.
Robazza, C. y Bortoli, L. (2007). Perceived impact of anger and anxiety on sporting performance in rugby players. Psychology of Sport and Exercise. 8, 6, 875-896.
Terry, P., Carron, A., Pink, M., Lane, A., Jones, G., y Hall, P. (2000). Perceptions of group cohesion and mood in sport teams. Group Dynamics Theory Research and Practice. 4, 3, 244-253.
Wilson, G. y Kerr, J. (1999). Affective responses to success and failure: a study of winning and losing in competitive rugby. Personality and Individual Differences. 27, 1, 85-99.
Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 23, Núm. 239, Abr. (2018)