efdeportes.com
Estudio de la lógica interna de la gimnasia artística masculina:
la relación del gimnasta con el espacio en el aparato suelo

   
Doctorando - INEFC Lleida - España
Grupo Praxiológico de INEFC LLeida
Grupo de Estudio en Gimnasia General - UNICAMP
 
 
Marco Antonio Coelho Bortoleto
marco@bortoleto.com
(Brasil)
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 51 - Agosto de 2002

1 / 3


1. Introducción

    Comprender verdaderamente una práctica motriz significa entre otras cosas abandonar la visión superficial para profundizar en el proceso de reflexión y de análisis de la misma. En muchos casos para alcanzar la esencia de un fenómeno es necesario distanciarse de aquellos conocimientos que consideramos como verdaderos hasta entonces, es decir, dudar de todo lo que sabemos sobre él e intentar reconstruir nuestro conocimiento utilizando una vía coherente.

    Para avanzar en el conocimiento científico, es necesario determinar las bases de la manera de pensar, disponer de una teoría, y determinar que camino vamos recorrer, es decir, disponer de un método. También es cierto que al situar este estudio en el ámbito científico aceptamos que se trata de una aproximación preliminar y parcial.

    El presente trabajo se apoya en las bases fomentadas por la Praxiología Motriz aplicadas al estudio de la Gimnasia Artística Masculina (GAM).

    La praxiología motriz o ciencia de la acción motriz, creada por Pierre Parlebas, permite estudiar las prácticas motrices desde una óptica original y pertinente, con el objetivo de entender los mecanismos de funcionamiento (lógica interna) de las mismas, requisito imprescindible para garantizar una posterior intervención pedagógica adecuada, ya sea por parte de los profesores y/o entrenadores.

    Estudiar la lógica interna significa buscar entender las propiedades de toda práctica motriz o sistema praxiológico; dicho de otro modo, permite comprender cuales son los rasgos pertinentes del sistema y como se relacionan sus componentes (el espacio; los protagonistas; los imperativos temporales; y los objetos extracorporales o materiales).

    Para investigar la lógica interna debemos comprender que todo practicante posee un modo particular de realizar las acciones motrices de una determinada práctica motriz, entendiendo que éstas son el resultado de la forma de relacionarse los participantes con el espacio, con los demás protagonistas, con los imperativos temporales y con los objetos extracorporales.

    Podemos destacar aún, que cada práctica motriz dispone de una lógica interna singular y una manera concreta de organizar estructuralmente sus componentes. Parlebas (2001)

    Entendemos que la publicación de este trabajo sea una excelente oportunidad para dar a conocer algunas de nuestras reflexiones y quizás de poder recibir contribución de otros investigadores que se ocupan de estudiar la GAM o mismo de aquellos que se fundamentan en la praxiología motriz. Sin embargo, es cierto que estudiar la lógica interna de una práctica motriz supone un trabajo arduo, constante y prolongado en el tiempo, de ahí en este estudio se presenta únicamente una visión preliminar en torno a las características que se presentan al analizar el modo específico del gimnasta de relacionarse con el espacio de acción.


2. La relación del gimnasta con el espacio

    Conviene insistir que estudiar la lógica interna de una práctica motriz significa remitir al estudio de las acciones motrices resultantes. Las acciones motrices llevadas a cabo en esta práctica resultan de la relación entre el practicante (gimnasta) con los cuatro componentes del sistema praxiológico:

  • Relación del gimnasta con el ESPACIO;

  • Relación del gimnasta con el TIEMPO;

  • Relación del gimnasta con los OTROS PROTAGONÍSTAS;

  • Relación del gimnasta con el MATERIAL;

    Según Parlebas (2001) la Lógica Interna puede estudiarse inicialmente a partir del análisis de las reglas o el estatuto práxico de todo juego, ya que es exactamente en las reglas donde se conforman y se describen las condiciones, los derechos y prohibiciones de los jugadores; es decir, las características y el modo de utilizar el espacio, la forma de manipular los objetos extracorporales, la manera de interactuar motrizmente con los demás y la forma de finalizar un juego. Así pues, para estudiar la relación existente entre el gimnasta y el espacio, o cualquier otro aspecto de la lógica interna de la GAM tenemos que remitirnos en primer lugar, a las reglas de este deporte, concretamente a aquellas disposiciones que se recogen en el Código de Puntuación (CP) y el Reglamento Técnico (RT).

    Varios autores han abordado este tema, como por ejemplo, Kaneko (1980), Pica (1988), Prestige & Prestige (1981), Prestige (1972), Stuart (1978), Normile (1991) y Bourgeois (1998), pero todos de manera superficial, o simplemente comentando las pautas del CP.

    Aparte de esos primeros autores, Straus (1978) dedica un capítulo sobre este tema titulado “Characteristics of the gymnastics events”, y Smoleuskiy & Gaverdouskiy (s / f), los cuales también escriben todo un capítulo sobre las “Características de las Modalidades”.

    No obstante Thomas, Fiard, Soulard y Chautemps (1997) dedican el primer capítulo de su libro a indicar algunos rasgos de la Lógica Interna de la Gimnasia y particularmente la Relación Gimnasta con el Espacio (en cada uno de los aparatos), siendo esta obra el documento que sirve de referencia para iniciar el presente trabajo.


2.1. Los distintos tipos de espacio pertinente de la GAM

    El espacio pertinente, que a partir de ahora pasaremos a llamar simplemente de espacio, es aquella superficie determinada por las reglas de cada modalidad en la que se llevan a cabo las acciones motrices. En GAM, al estar dividida en distintas modalidades según los aparatos que se emplean, existen seis (06) espacios distintos: Suelo, Barra Fija, Salto, Anillas, Caballo con arcos y Paralelas.

    En el caso específico del Suelo el aparato corresponde al espacio en su totalidad, sin embargo los demás aparatos representan apenas partes o sub-espacios de un conjunto, del espacio total. Por ejemplo: el espacio de Salto se constituye por tres sub-espacios: zona de carrera, zona de salto o impulso (trampolín y potro) y zona de aterrizaje. Por lo tanto el potro sólo representa una parte del todo.

    Otro punto importante en la discusión del espacio de la GAM, es que nos referimos a un espacio en tres dimensiones; es decir, tenemos en cuenta además de las dimensiones largo y ancho, la altura del espacio.

    Para cada uno de estos espacios el reglamento determina con exactitud las dimensiones y como el gimnasta puede emplearlo. Por ejemplo, el CP (FIG, 2001: 33) determina que la superficie del aparato Suelo tenga exactamente 12 X 12 metros y que la presentación del gimnasta reciba penalizaciones (perdida de puntos) en el caso de abandonar esta superficie (delimitada por cuatro líneas de borde).


2.1.1. El espacio según la distribución de los gimnastas

    Atendiendo a la distribución de los jugadores en el terreno de juego se pueden distinguir tres tipos distintos espacios: espacio antitético, espacio común y espacio concurrente.

    En el espacio antitético los jugadores se colocan en una zona opuesta a la de los adversarios, así cada practicante o equipo posee su propio espacio como en voleibol o tenis. El espacio común es aquel en que los practicantes comparten la misma superficie de juego, tal es el caso del fútbol, ciclismo de ruta o la gimnasia. Y finalmente, el espacio concurrente, es aquel donde los practicantes se distribuyen en calles separadas, como es el caso de la natación o de algunas pruebas de atletismo (relevo 100 metros).

    En este sentido la GAM es una práctica cuyo espacio de acción es común, pudiendo ser utilizado del mismo modo por todos los gimnastas. Sin embargo, esta distinción de los tipos de espacio, al combinarse con el estudio de los imperativos temporales permite diferenciar los juegos simultáneos de los juegos alternos. En el primer grupo de prácticas los jugadores intervienen al mismo tiempo; en cambio en los juegos alternos los participantes actúan siguiendo un orden de intervención, para no coincidir con los otros jugadores.

    La GAM se corresponde en una práctica que hace uso del espacio común en un tiempo alterno. Esta característica es importante para desvelar la lógica interna de este deporte ya que cada gimnasta al poder presenciar la intervención de los otros competidores puede llegar a cambiar la realización de sus acciones motrices (ejercicio). Se trata de una práctica comotriz, aunque este tema corresponde al estudio de la relación de los gimnastas con los demás participantes.


2.1.2. El espacio según el criterio de presencia o ausencia de incertidumbre

    Atendiendo al criterio de presencia o ausencia de incertidumbre, el espacio de juego se puede distribuir en tres categorías: espacio domesticado, semi-domesticado y salvaje. (Parlebas, 2001)

    El espacio domesticado, es aquel donde hay ausencia de imprevistos e incertidumbre que pudiera proceder de su entorno. (Parlebas, 2001: 158), en el cual el practicante no necesita adaptarse con relación al espacio pues posee conocimiento previo del mismo, como por ejemplo, el tenis, la gimnasia o el fútbol. El espacio semi-domesticado o parcialmente adaptado, es aquel donde hay señales (orientación) pero que el espacio sigue siendo móvil o cambiante (con incertidumbre), y el practicante necesita leer el entorno y tomar decisiones sobre él, ejemplo el Eslálom (Esquí). El espacio salvaje aparece completamente o en gran parte incierto (cambiante, móvil), como en el descenso en canoa, submarinismo y vuelo libre, donde impera la incertidumbre en el medio y por lo tanto el practicante debe tener la capacidad de leer indicios pertinentes a este entorno para poderse orientar y tomar las decisiones necesarias.

    La práctica de la GAM ocurre en un espacio domesticado, donde los practicantes conocen perfectamente las características del espacio. Con lo visto hasta en momento queda justificado afirmar que estas características del espacio de la GAM orientan el gimnasta a participar de procesos correspondientes a la búsqueda de estereotipos motores, de respuestas automatizadas, de modelos de acciones motrices que pueden ser llevadas a cabo.

    Así pues, querer desvelar la lógica interna de este deporte comporta estudiar estos procesos que se derivan de la manera en como el gimnasta se relaciona con el espacio.


2.1.3. El espacio como objetivo a alcanzar

    Atendiendo al objetivo que se puede buscar con relación al espacio, obtenemos tres categorías de prácticas: espacio humano, espacio material y espacio rítmico.

    El objetivo del espacio humano aparece en las prácticas donde se busca alcanzar, a través de contacto físico o material, una determinada zona corporal del adversario, como es el caso del Judo o Esgrima. En el espacio material, el objetivo está en recoger zonas concretas del espacio de juego o alcanzar determinadas regiones de este espacio, tal como en fútbol, balonmano, gimnasia o golf. Y finalmente en el espacio rítmico el objetivo de recoger una zona en concreto o de alcanzar una región espacial en concreto está asociada a un tiempo determinado, como en el caso del rally o de la gimnasia rítmica.

    La GAM posee el objetivo de recoger zonas determinada del espacio de juego, especificadas en el CP, caracterizando como una práctica con un objetivo de espacio material.


2.2. Direcciones de los desplazamientos

    La utilización del espacio en GAM esta condicionada directamente por los tipos y direcciones de desplazamientos posibles. Estamos estudiando una práctica que posee un CP que delimita todas las acciones motrices (elementos) que se pueden llevar a cabo. (Parlebas, 2001: 211) (Bortoleto, 2002). Nos referimos a acciones motrices estereotipadas (con base a modelos de ejecución pre-determinados) obtenidas a través de un entrenamiento basado en múltiples repeticiones.

    El CP determina también el valor y consecuentemente la importancia de cada una de estas acciones motrices y sus enlaces (secuencias), valoración que incide directamente en el momento de escoger cuales acciones serán utilizadas o no durante un ejercicio.

    De esta manera, los desplazamientos se tornan referencias espaciales utilizadas por gimnastas, entrenadores y árbitros, en el momento de elaborar, ejecutar y/o evaluar un ejercicio. De ahí la necesidad de estudiar los desplazamientos, principalmente porque influyen en el éxito de una presentación, así como la dificultad de la misma.

    Con relación a las direcciones de los desplazamientos (saltos, giros, carreras, etc.), en GAM hay la posibilidad de moverse en seis direcciones: adelante, atrás, lateral derecha, lateral izquierda, abajo y arriba. Para cada una de estas direcciones se asocia un nivel de dificultad y riesgo que son utilizados para dar el valor de los elementos.


Fig. 01. Direcciones de desplazamiento


2.3. La postura corporal de los desplazamientos

    Dando secuencia al tema, los desplazamientos reciben la influencia de otro elemento espacial: la postura o posición corporal. Es decir, las tres posturas corporales reconocidas por el reglamento de la GAM, agrupado, carpado y estirado (planchado), influencian directamente en la relación del gimnasta con el espacio, configurando una importante referencia en el momento de determinar los valores de las acciones motrices (Figura 02), y que por lo tanto son imprescindibles en el estudio de la lógica interna de la GAM.

    Este criterio de distinción del uso del espacio puede ser de gran utilidad para secuenciar las acciones motrices que deben ser entrenadas y estructurar las situaciones motrices de los entrenamientos.


Fig. 02. Distintas posiciones corporales reglamentadas.


2.4. La superficie de contacto corporal con el aparato

    Otro criterio espacial importante en esta relación (gimnasta con el aparato) es la superficie corporal del gimnasta que está en contacto con el aparato. El valor de los elementos también tiene relación con este apartado debido al aumento o no de la dificultad y del riesgo, como por ejemplo: un volteo con dos manos en la barra fija tiene menor valor (menor dificultad y riesgo) que uno con una mano.

    Por otro lado ciertos contactos espaciales (gimnasta con el aparato) están prohibidos o reciben penalizaciones, como vemos en estos ejemplos:

  • Suelo: finalizar la secuencia acrobática (tumbling) final supone perdida del valor de la secuencia acrobática;

  • Barra fija, caballo, salto sobre el caballo, anillas y paralelas: tocar los pies en el aparato supone penalización (pierda de puntos) o incluso descalificación.


2.5. El tamaño y la estabilidad de la superficie de contacto

    El tamaño y estabilidad de la superficie de contacto entre gimnasta y aparato también influencia en esta relación.

    Es decir, cuanto mayor y más estable sea el aparato (superficie de contacto y/o apoyo) más fácil será esta relación.

    Criley en Straus (1978: 252) considera el Caballo con Arcos el aparato más difícil de la GAM, debido a las características de las acciones motrices, los apoyos y la necesidad de desplazar todo el cuerpo del aparato. Las Paralelas fue considerada por muchos entrenadores, en el ciclo 1996-2000 del CP, como el aparato más difícil, debido a la dificultad de conseguir una nota de partida 10 (parece que sus elementos sufrieron una valoración demasiado alta en un espacio de tiempo muy corto).

    Sin embargo, tomando como referencia el tamaño y la estabilidad de la superficie de contacto (apoyo) parece que las Anillas es el aparato más difícil (o complejo), porque es el aparato que presenta menor superficie de contacto y menor estabilidad en el apoyo, como vemos en la figura 03:


Fig. 03. Relación entre el tamaño y la estabilidad del apoyo en la relación gimnasta con el aparato (espacio)


2.6. El material de los aparatos

    Cada uno de los aparatos posee una característica material distinta, por ejemplo, unos son flexibles y por consecuencia responden a cualquier fuerza aplicada sobre su superficie en forma de impulso, ya otros no poseen flexibilidad, “de este modo, su configuración, su consistencia, su organización, sus reacciones, su dureza, así como su flexibilidad, condicionan la relación aparato-gimnasta.” (Thomas, Fiard, Soulard y Chautemps, 1997: 12)

    Todos los aparatos disponen de unas medidas específicas y de una calidad del material utilizado de acuerdo con el reglamento de la FIG. Sin embargo existe un ligero grado de variabilidad entre una marca para otra (fabricante) o incluso en la calidad del material utilizado en su montaje.

    No podemos nos olvidar que la GAM es un deporte realizado en un ambiente altamente domesticado y estas variaciones no implican cambiar tal concepto, es decir, estas posibles variaciones del material y que por supuesto generan alteraciones en la ejecución de las acciones motrices son temporarias, pues desaparecen casi por completo después de un o dos días de entrenamiento debido a la adaptación propioceptiva a la nueva superficie. Por lo tanto esta incertidumbre momentánea no significa un cambio en la lógica interna de esta práctica.

    Un ejemplo de esta breve adaptación puede ser la capacidad de impulso de un Suelo: dependiendo del impulso generado por la superficie de este aparato (que varia conforme el material) el gimnasta tendrá que acelerar las rotaciones en el caso de que permita botar poco o girar más lento o utilizar menor potencia (fuerza de salto) en el caso que el Suelo bote bastante. En general estas adaptaciones no suelen ser problemáticas o tardar más que algunas horas de contacto entre el gimnasta y el aparato.


2.7. El entorno de práctica

    Otro aspecto general del espacio de práctica de la GAM es el medio donde se suele realizar este deporte. En la gran mayoría de las situaciones la práctica está condicionada a realizarse en entornos cerrados, más conocido como Gimnasios. Sin embargo, eso no significa que está prohibido realizar actividades de GAM en el aire libre, como ocurre con el atletismo y otros tantos deportes.

    Los gimnasios fueron concebidos para albergar la práctica de la gimnasia con el objetivo de promover su evolución y masificación; proceso que sigue vigente desde hace aproximadamente un siglo. El Gimnasio sirve para aislar a los gimnastas de la intemperie del medio externo y también para proteger el material de entrenamiento y por supuesto los aparatos de las fuerzas de la naturaleza.

    En definitiva, la relación del gimnasta con el espacio posee rasgos generales que comparten todos los aparatos, no obstante cuando nos ponemos una lente más detallista que permite profundizar el estudio de esta temática, esta relación se hace singular; es decir, en cada uno de los aparatos, el gimnasta va a utilizar el espacio disponible, (la superficie del aparato y las superficies de entrada y salida de los aparatos), de manera distinta.

    A continuación presentaremos algunos aspectos de la relación del gimnasta con el espacio en el aparato Suelo.


3. Suelo

3.1. El espacio “total”

    El espacio total o las dimensiones por donde se puede mover el gimnasta son de 12 X 12 m, como vemos en la Fig.05.

    Este espacio está delimitado por cuatro líneas (generalmente blancas) para facilitar que el gimnasta pueda visualizarlo. Estas líneas forman parte del espacio y en el caso de que el gimnasta se ponga sobre cualquiera de ellas no será penalizado. (Stuart, 1978) (FIG, 2001)


Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 8 · Nº 51   sigue Ü