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El desarrollo de valores sociales positivos dentro del deporte escolar
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 47 - Abril de 2002 |
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Este potencial socializador puede tener consecuencias negativas o positivas, según el modo en que se produzca la interacción entre la persona que se socializa, los agentes socializadores y las situaciones sociales (McPherson, 1986). Por ejemplo, no se dará la misma situación socializadora en una escuela que cuente con todos los medios para impulsar un programa de iniciación deportiva que aquella otra en la que, además de carecer de esta posibilidad, un programa de este tipo puede ser juzgado con cierto recelo. De allí la importancia del correcto accionar del docente. Someter al alumno a presiones constantes o cargarlo de exigencias que él no está en condiciones de poder afrontar, puede marcarlo de tal manera que condicione o limite su futura participación en el deporte, del que por otra parte se tiene un amplio consenso sobre la utilidad que proporciona su práctica para el desarrollo y mantenimiento de una sociedad sana.
Desarrollo de valores sociales y personales en la Actividad Física y el Deporte El deporte influye en todos los estilos de vida de los miembros de la sociedad. Por eso, dentro de la escuela favorece la capacidad de aceptar valores morales y éticos a través del comportamiento aprendido como deportista, y establece comunicaciones verbales y no verbales mediante el desarrollo de un lenguaje específico y de unos gestos, creando un ambiente cultural para el deportista considerado como un héroe popular moderno y que es habitualmente contemplado en las tendencias de la publicidad (Massengale, 1979).
Frente a este planteamiento, otros autores exponen que el énfasis en la victoria puede desviar la atención de la variedad y motivaciones con que se participa en el deporte escolar en la que algunos alumnos desean participar y divertirse y otros ganar campeonatos (Devís, 1995).
Por este motivo, Martín Lee (1990), resalta el interés y preocupaciones actuales por las normas de conducta, tanto en la sociedad general como en el deporte, preocupaciones que derivan en el desprecio por las norma y el interés creciente de los programas deportivos infantiles y juveniles en los que supone un excesivo énfasis en el triunfo, sin prestar atención a los principios del disfrute y del juego limpio. Tales circunstancias han inducido a centrar la atención sobre programas deportivos orientados hacia los niños y que establecen códigos precisos de comportamiento para promocionar los valores y las actitudes a favor del deporte y de la sociedad.
Coincidiendo con Lee (1990), y basados en el convencimiento general de que cualquier actividad que se realice durante los años de formación de un individuo producirá un impacto educacional, el deporte es una de las influencias a considerar en la educación de la juventud, y para muchos la más importante aparte del colegio. Sin embargo, el carácter educativo que pueda alcanzar el mismo, dependerá entre otros factores, de la manera en que los niños y jóvenes han de enfrentarse al dilema del juego limpio, es decir decidir entre el respeto de las normas del juego, o saltarse las reglas establecidas con el único fin de ganar. Para que se dé el desarrollo moral en un contexto deportivo, deben idearse estrategias de razonamiento moral que vaya más allá de la convención social. Esta hace referencia al aprendizaje de los valores que tradicionalmente se han difundido del deporte que sólo se limitan al cumplimiento de las normas necesarias para su práctica, sin que en ello exista algún razonamiento que justifique la necesidad del respeto por los mismos. Trabajos de otros investigadores indican que los niveles de desarrollo cognitivo de los estudiantes mejoran por el uso de un sistema de intervención estructurada, más que por otros que simplemente expongan a los deportistas a la interacción propia derivada del juego (Weiss 1984, Romance 1984, Bredemeier 1994).
Valores sociales y personales más propicios de alcanzar a través de la Actividad Física y el Deporte
¿Pero concretamente, cuáles son los valores sociales que son factibles de desarrollar a través del deporte en la escuela?
A partir de los resultados obtenidos por las investigaciones realizadas por M. Gutiérrez San Martín (1995), estos autores concluyen en que los valores más propicios de alcanzar a través de la Actividad Física y el Deporte son los siguientes:
Valores sociales: Participación de todos, respeto a los demás, cooperación, relación social, amistad, pertenencia a un grupo, competitividad, trabajo en equipo, expresión d sentimientos, responsabilidad social, convivencia, lucha por la igualdad, compañerismo, justicia, preocupación por los demás, cohesión de grupo.
Valores personales: Habilidad (forma física y mental), creatividad, diversión, reto personal, autodisciplina, autoconocimiento, mantenimiento o mejora de la salud, logro (éxito-triunfo), recompensas, aventura y riesgo, deportividad y juego limpio (honestidad), espíritu de sacrificio, perseverancia, autodominio, reconocimiento y respeto (imagen social), participación lúdica, humildad, obediencia, autorrealización, autoexpresión, imparcialidad.
En coherencia con lo anterior, estos autores aportan algunas recomendaciones que deberían tener en cuenta los profesores y educadores físicos para que el deporte pueda potenciar la transmisión de algunos de los valores antes mencionados:
Potenciar la idea de que la Actividad Física, en general, es un hábito recomendable, por lo que debe intentarse inculcarlo como sistema de vida, junto con otros repertorios de conductas habituales.
Ayudar, sobre todo a los más pequeños, a resolver la cotidiana contradicción entre la competición y la cooperación, enseñándoles que el respeto a los demás y a las reglas es lo que da sentido al juego y proporciona satisfacción.
Procurar crear, en la clase o en el gimnasio, una atmósfera de tolerancia que facilite la comprensión de la igualdad entre géneros.
Intentar ser creativos a la hora de proporcionar actividades cooperativas más que competitivas, sin que ello lleve a la eliminación absoluta de la pugna por alcanzar un objetivo.
Aprovechar lecciones ocasionales que ayuden a los alumnos y deportistas a interpretar más adecuadamente los acontecimientos deportivos de mayor actualidad y trascendencia.
Por último, estos autores expresan un concepto que creemos es muy útil transcribir:
"La Actividad Física y el Deporte, por sí mismos, no son generadores de valores sociales y personales; sí son excelentes terrenos de promoción y desarrollo de tales valores. Dependiendo siempre del uso acertado o no, que de la Actividad Física se haga, se promocionarán valores loables para la persona y su colectividad o por el contrario detestables para sí misma y su contexto sociales necesario entonces, comprometerse, empeñarse en el hecho de educar y promocionar los valores sociales y personales cuando se practican Actividades Físicas y Deportivas".
Sugerencias para tener en cuenta en la enseñanza del deporte en el ámbito escolarSegún las reflexiones vertidas en este artículo, más la reflexión crítica realizada de la propia práctica profesional, aportamos algunas sugerencias que podrían llegar a ser de utilidad para los colegas que se desempeñen en el ámbito escolar:
Creo que es necesario resaltar todos los comportamientos prosociales realizados por los alumnos, destacando la utilidad que los mismos tienen para mejorar la vida dentro de la sociedad.
Pienso que será beneficioso que se propongan instancias de reflexión y debate cuando surjan conflictos entre los alumnos durante las clases, para poder acordar soluciones a los mismos.
Se debe tener un especial cuidado en que la propuesta de actividades no fomente en exceso la competencia ya que como se pudo observar, la misma es particularmente precursora de acciones negativas como la agresión, el egoísmo y la intolerancia, entre otras.
Los juegos cooperativos, promueven a la participación y el disfrute de todos, crean un clima agradable de clase que facilita un mayor contacto interpersonal, y favorece el descubrimiento de las cualidades del otro.
Para que las estrategias aplicadas con el objeto de propiciar el desarrollo de los valores sociales sean verdaderamente efectivas, éstas deberán ir acompañadas por un accionar acorde del docente. En este sentido creo que el docente deberá ser el primero que sirva como ejemplo de prosocialidad a sus alumnos.
Aunque signifique romper con toda una tradición en nuestra disciplina considero que en el ámbito escolar ya ha perdido relevancia, si es que verdaderamente alguna vez la tuvo, la enseñanza centrada en el aprendizaje de habilidades. En este momento, es mi opinión que urge centrar nuestros esfuerzos en la formación de personas dentro de una sociedad que cada vez más le va dando la espalda a esos valores que garantizan la equidad y armonía en las relaciones.
Es cierto que el Deporte es propulsor de muchos valores positivos, sin embargo la sola práctica del mismo no garantiza el desarrollo de los mismos. Será mucho más beneficioso para los alumnos si tiene un docente que los guíe permanentemente y les proporcione un espacio donde se den las condiciones necesarias para la convivencia, la tolerancia, el respeto mutuo, y otros aspectos necesarios para el mejoramiento de las relaciones sociales.
Hacer un esfuerzo por evitar establecer diferencias entre los más capaces y los menos capaces.
Es necesario actuar con coherencia en todo momento, los alumnos necesitan un código de conducta al cual atenderse, código que debe guardar cierta permanencia, debiendo informar a los alumnos de los posibles cambios.
No permitir nunca las trampas
Bibliografía
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Blázquez Sánchez, Domingo. La iniciación Deportiva y el Deporte escolar, Inde Publicaciones. Barcelona.1995.
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Camps, Victoria. Los valores de la Educación. Anaya. Madrid. 1998.
Devís Devís, José. Educación Física, Deporte y Currículum. Visor Dis. S.A. Madrid. 1996.
Gutiérrez Sanmartín. Los valores sociales y Deporte. Gymmos ed. 1995.
Onetto, Fernando. ¿Con los valores quién se anima? Ed. Bonum. Buenos Aires 1997.
Pérez Giménez. Comprender y transformar la enseñanza.
Roche Olívar, R. Psicología y Educación para la prosocialidad. Ciudad Nueva. Buenos Aires. 1998.
Sánchez Bañuelos, Fernando. Bases para una didáctica de la Educación Física y el Deporte. Gymmos. Madrid. 1992
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