Juegos Olímpicos Berlín 1936 y la nadadora Jeanette Campbell. La visión de la prensa argentina Olympic Games Berlin 1936 and the swimmer Jeanette Campbell. The vision of the Argentine press |
|||
Profesor y Licenciado en Educación Física (Universidad Nacional de La Plata) Maestrando en Ciencias Sociales con orientación en Educación (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Doctorando en Ciencias de la Educación (Universidad Nacionalde La Plata) Becario Doctoral del CONICET |
Pablo Kopelovich (Argentina) |
|
|
Resumen En el contexto de entender a la prensa como actor social y político, analizamos el modo en el que esta, para el caso argentino, construyó la mirada sobre los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 y sobre la participación de la nadadora Jeanette Campbell (primera deportista argentina en los Juegos Olímpicos). Encontramos algunas publicaciones afines a la Alemania nazi y una serie de construcciones en torno a la imagen de la deportista vinculadas a la feminidad, a su desempeño y a su sacrificio. Palabras clave: Prensa argentina. Juegos Olímpicos Berlín 1936. Jeannette Campbell.
Abstract In the context of understanding the press as a social and political actor, we analyze the way in which this case for the Argentine case built the view on the Olympic Games in Berlin 1936 and on the participation of the swimmer Jeanette Campbell (the first Argentinean sportsman in the Olympic Games). We find some publications related to Nazi Germany and a series of constructions around the image of sportsmanship linked to femininity, nazism and sacrifice. Keywords: Argentine press. Olympic Games Berlin 1936. Jeannette Campbell.
Este artículo deriva de mi colaboración en el Proyecto de investigación titulado “La constitución histórica del campo de la cultura física y de la Educación Física. Actores, instituciones, discursos y políticas. Argentina (1901-1938)”, a lo largo del año 2016. El mismo, tiene como director a Pablo Scharagrodsky y como co-director a Carlos Parenti, como integrantes a Gerardo Fittipaldi, Silvia Martínez, Alejo Levoratti, Scharagrodsky Carina y Belén Bonamy. Se lleva a cabo en el Área de Estudios e Investigaciones en Educación Física (IDIHCS-CONICET) de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, y se enmarca en el Programa de Incentivos a Docentes Investigadores.
Recepción: 24/04/2017 - Aceptación: 15/08/2017
1ª Revisión: 22/07/2017 - 2ª Revisión: 12/08/2017
|
|||
Lecturas: Educación Física y Deportes, Revista Digital. Buenos Aires, Año 22, Nº 231, Agosto de 2017. http://www.efdeportes.com |
1 / 1
Introducción
Entendemos a la prensa como actor social y político. Se sitúa, por un lado, en un universo de relaciones de fuerza objetivas, el campo periodístico, y, por otro, puede intervenir en el campo del poder político y cultural a través de su participación en la esfera pública. Se convierte en un lugar inestimable para pensar la política y la sociedad, y permite visualizar la peculiaridad del objeto, inscripto permanentemente en un campo de relaciones que involucra poderes, actores, fuerza políticas y en la producción y puesta en circulación de temas y argumentos destinados a intervenir en el debate político y cultural (Kircher, 2005)
Estimamos, siguiendo a Bontempo (2012), que a partir de la jerarquización u omisión de contenidos en las páginas de las revistas de la primera mitad del siglo XX circularon imágenes y representaciones sobre la sociedad argentina. Así, este actor, participa activamente en la promoción de saberes, valores, normas, así como en los criterios vinculados con el gusto, las costumbres y los modos de sociabilidad prescritos para organizar la vida social (Kircher, 2005).
Es en ese texto en el que la prensa transmite y fomenta formas de ser que se incluye al cuerpo de las personas, por lo que es posible afirmar que construye una pedagogía del cuerpo.
Así, la pregunta que guía el presente artículo es: ¿Cómo son construidos por la prensa argentina los Juegos Olímpicos de 1936, la participación de la delegación argentina y, especialmente, la actuación de Jeanette Campbell?
Los Juegos Olímpicos de Berlín 1936
En abril de 1896 en Atenas, de la mano de Pierre De Coubertin, se llevaron a cabo los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna. Éstos estaban inspirados en los juegos que realizaban los antiguos griegos en la ciudad de Olimpia entre los siglos VIII a.C. y VI después de Cristo. Así, cada cuatro años, excepto en 1916 (debido a la Primera Guerra Mundial), se organizaron en distintas grandes ciudades del Mundo. En agosto de 1936 le llegó el turno a Berlín de emprender la XI edición, tratándose de un evento que sería recordado mundialmente por tratarse de mucho más que un encuentro deportivo.
Una serie de características distinguen a estos Juegos de los demás. Así, se produjeron durante el período del Tercer Reich o Alemania Nazi (1933-1945), con Adolf Hitler gobernando dicho país europeo. Allí, se generó un Estado fascista que contralaba casi todos los aspectos de la vida de las personas, estando la palabra del dictador por encima de todas las leyes.
De esta manera, se trató de un caso paradigmático en el uso del deporte como propaganda política, pudiéndose hablar de un modo claro de manipulación y sometimiento de los sujetos a través de la utilización de la actividad deportiva (Schnaidler, 2011). Entonces, actuó a manera de “pantalla” de los verdaderos objetivos del Nazismo: Forjar jóvenes aptos y deseosos de participar en la batalla y morir por su patria, búsqueda claramente alejado de la tradición del “Fair play” o “juego limpio” impuesto por el deporte inglés, “des comprometido, aburguesado, especulador” (Schnaidler, 2011).
“Goebbels y Hitler juzgan que un festival internacional celebrado en Berlín era una excelente plataforma de propaganda para un proyecto político que pretendía hacerse fuerte más allá de las fronteras alemanas, era la puesta en escena de un verdadero modelo de vida, de salud y de estética corporal que para el imaginario de los dirigentes alemanes de la época ‘nadie podría superar o contradecir’” (Schnaidler, 2011). Así, para contribuir a dicha difusión se encargó a la cineasta Leni Riefensthal la filmación de un documental sobre los Juegos (“Olympia”), donde se utilizaron técnicas fílmicas avanzadas que se convertirían en estándar de la industria cinematográfica.
De este modo, se trató de un evento que superó la trascendencia de los anteriores, donde se exhibe una fascinación por el espectáculo que se manifiesta, por ejemplo, en la majestuosidad de las edificaciones construidas para el evento y en el esmero puesto en las ceremonias. Por ejemplo, en el Diario “La Nación” al referirse a lo acontecido en la ceremonia inaugural del evento se cuenta que “Cien mil palomas volaron por el cielo de Berlín. Con ellas se dio la bienvenida a los representantes de países extranjeros” (2 de agosto de 1936).
Entonces, entre el 1° y el 16 de agosto, participaron 3963 deportistas (3632 hombres y 331 mujeres) de 49 países, quienes compitieron en 19 deportes y 129 especialidades.
La participación argentina y la prensa local
En relación a la delegación argentina, se trató de su cuarta participación en los Juegos Olímpicos. La integraron 51 deportistas (50 hombres y una mujer), siendo el abanderado el maratonista Juan Carlos Zabala. Así, el equipo de nuestro país obtuvo dos medallas de oro (boxeo y polo), dos de plata (boxeo y natación), y tres de bronce (remo y boxeo en dos ocasiones). Esto significó ocupar el puesto número 13 en el medallero olímpico.
Tanto la participación de dichos atletas como el evento en general fueron cubiertos por una cantidad importante de publicaciones periódicas argentinas. Las mismas incluyen diarios de interés general (y tirada masiva), diarios de instituciones judías, revistas deportivas, entre otros. De este modo, hemos consultado entre los del primer grupo publicaciones como “La Nación”, “La Prensa”, “La Razón”, “El Pueblo”, “Caras y Caretas”, “El Día”, y “El Argentino”1; del segundo, diarios como “Acción Sionista”2 y “Contra el Fascismo y el Antisemitismo”; y del tercero, revistas como “El Gráfico”. Allí se pueden ver distintas interpretaciones, o perspectivas, sobre lo acontecido en la Alemania nazi durante el mes de agosto, en términos políticos, sociales y económicos. De esta manera, a partir del análisis de la forma en que se entiende y comunica un evento deportivo es posible conocer la manera en la que se ve a determinada sociedad. Entonces, buscamos en este apartado dar cuenta de estas distintas miradas sobre los Juegos Olímpicos.
Así, vemos por ejemplo que el diario “La Nación” refiere a que “en espíritu y materia, Alemania se volcó en los Juegos Olímpicos” (2 de agosto de 1936). Explica que si las anteriores ediciones fueron organizadas por grandes ciudades como París, Los Ángeles o Ámsterdam, en esta ocasión todo un país lo hizo: “Alemania, que por entero comulga con la idea del deporte, idea nacionalizada. Parece hoy como que la mística del nacional-socialismo ha dado paso a la mística olímpica. Luce en el territorio entero la cruz svástica, plantada hasta el más recóndito rincón o bosque (…). Más donde hay una cruz están los cinco anillos olímpicos Se diría que el Tercer Reich se ha colocado bajo los dos signos” (ídem). Asimismo, se afirma en las páginas de esta publicación que “Nos separan unas horas del momento en que los 9.000 kilogramos de la gigantesca campana olímpica, orgullo de la industria alemana, van a fundirse en un sonido viril y armonioso que invitará a la 11ª vez a la juventud del mundo a las luchas pacíficas de la olimpíadas” (1° de agosto de 1936). Además se dice que la toda Alemania está de fiesta y que “ya en ocasión de los juegos de invierno los visitantes extranjeros tuvieron una idea exacta de lo que puede la organización alemana, cuando decide investir un brillo particular a un acontecimiento esperado” (ídem). Aquí es claro el tono de admiración utilizado para hacer alusión a la sociedad alemana, refiriendo a la mística nacional-socialista y a la prosperidad de su industria, y a los Juegos organizados por el país. Al mismo tiempo se puede ver cómo se ignoran ciertos acontecimientos que estaban ocurriendo en esos momentos en ese mismo sitio: parece una obviedad decir que no toda Alemania estaba de fiesta. Estas otras realidades son las que, como veremos más adelante, buscan visibilizar otro tipo de publicaciones.
Por el lado del diario “La Prensa”, también se percibe cierta fascinación sobre la labor alemana en la organización: “Los juegos olímpicos por primera vez se desarrollarán en territorio alemán, país que por razones políticas no estuvo presente en las dos fiestas de esta naturaleza posteriores a la guerra mundial. Sin embargo, por derecho propio, ya que se trata de un país que practica con ejemplar dedicación la cultura física, Alemania consiguió que se la designara sede de los xi juegos. Pocas veces, en verdad, ha alcanzado un grado tal de perfeccionamiento la organización de estas fiestas” (1° de agosto de 1936). Se complementa dicha referencia con la siguiente: “El deporte, que en estos momentos alcanza en el orden internacional proporciones insospechadas en sus valores técnicos, tendrá en Berlín una sede digna de sus méritos, y la congregación de atletas de todos los ámbitos del mundo que han llegado atraídos por el brillo de esta magna justa, encontrarán pues en el espíritu alemán metódico y disciplinado por naturaleza, una expresión de dedicación ejemplar (…)” (ídem, el destacado es nuestro). Así, se trataría desde esta visión de un país que se merece la organización de los Juegos por practicar de forma ejemplar la cultura física, siendo capaz de alcanzar el perfeccionamiento, a partir de su espíritu metódico y disciplinado por naturaleza.
Sin embargo, es importante aclarar que las posturas de los principales diarios argentinos se definieron claramente a partir del estallido de la guerra, la cual operó como divisora de aguas en la percepción del nazismo por parte de la sociedad argentina en general (Chinski, 2015). Asimismo, surge el interrogante sobre si se trata de un apoyo, o admiración, a la sociedad alemana o al régimen nazi.
En la misma línea van los dichos del Diario “El Pueblo”: “Tiene el honor Alemania de prestar su suelo a la realización de tan magno espectáculo y forzoso es manifestar en su elogio, que ha pagado esa honra, disponiendo la organización de los juegos olímpicos con una organización tal, que ha despertado la admiración de todo el mundo, reafirmando en la consideración de los habitantes de todo el mundo las virtudes de orden y disciplina que constituyen el más brillante acervo del pueblo alemán” (1° de agosto de 1936, el destacado nos pertenece).
“Atletas de todo el mundo competirán en las arenas de Berlín en la noble lucha deportiva, y entre ellos también estarán los nuestros para combatir con la victoria donde su capacidad permita esa aspiración y para asimilar enseñanza donde ellas sean necesarias y puedan ser recogidas. Los atletas se hallan animados en viril entusiasmo y por ello tiene toda la confianza de los argentinos, que saben vertirán todos sus alientos para que los colores patrios puedan flamear al tope del mástil de los triunfadores” (ídem).
Asimismo, desde una visión que también se percibe como admiradora de los Juegos Olímpicos, se afirma: “La fiesta del músculo y del esfuerzo deportivo ha reunido en la patria de Goethe y de Bismark a casi todas las juventudes del mundo civilizado. ¡Deslumbrador desfile de jóvenes a quienes acuciaba un solo anhelo, noble y sano! ¡Magnífico certamen donde el deporte adquiría un hermoso sentido social de fraternidad, pretendiendo construir, sin duda, una humanidad mejor!” (Caras y Caretas, 28 de agosto de 1936).
Entonces, el pueblo alemán, ordenado y disciplinado sería admirado por todo el mundo, ¿habrá, acaso, alguna parte del mundo que no admire tanto a los alemanes en ese momento?
Planteada esta primera perspectiva, veamos una segunda mirada claramente contraria a esta: la de la prensa judía.
En primer lugar, tenemos el caso de la Revista “Acción Sionista” donde se repudia al gobierno nazi y a los Juegos Olímpicos de Berlín de forma muy clara y explícita, y se fomenta un boicot a los alemanes y al encuentro deportivo que organizan. Así, en relación al boicot a este país, por ejemplo, se comunica lo decidido en el Congreso Judío Mundial (1° de agosto de 1936). De este modo, se reproduce parte de un discurso de Stephen Samuel Wise3:
“No se abandonará –dijo- el boycott contra los mercaderes y servicios alemanes. Y no se le abandonará mientras no haya terminado el régimen de Hitler o mientras ese régimen no haya cancelado todas las leyes y prácticas violatorias de la libertad e igualdad políticas humanas y de los ideales de civilización.
El boycott es un arma no violenta y el efecto moral de su empleo es superior a un efecto material. Supremo e incomparablemente es el instrumento no violento que puede emplearse por todos aquellos a quienes se ha impuesto la no cooperación”
En relación específicamente a los Juegos Olímpicos de Berlín, en este diario se plantea que se divulgan en las publicaciones argentinas sobre el evento artículos recibidos directamente por la embajada alemana pulcramente traducidos que dan al lector una idea por demás errónea del marco en que esta gesta magna del músculo se va a desarrollar. Sobre esa cuestión, explica que cuesta una cantidad importante de dinero al gobierno alemán, que proceden de la explotación de los obreros y de la confiscación de los bienes de los judíos. Se dice sobre éstos que son obligados a dejar el país y dejar todas sus pertenencias en la frontera. Asimismo, se plantea que por la ciudad de Buenos Aires se invita a ir a las olimpíadas, bajo el lema “si es alemán, es bueno”, considerando que cada cartel es resultado del pueblo alemán y de la sangre del pueblo judío. Entonces, estiman que los deportistas no deben ir a las “olimpíadas nazis”, como se pronunciaron gran cantidad de federaciones atléticas: “No pueden ir los representantes del músculo de un país democrático” (8 de abril de 1936). Esta intención de boicotear los Juegos está en concordancia con lo que se fomentaba especialmente desde Estados Unidos. Así, este diario hace referencia a la forma en la que la prensa norteamericana ve a los Juegos, expresando cuestiones como que “en el campo deportivo el cumplimiento de las normas es supremo. Los prejuicios de raza no tienen cabida”, y que el Consejo Nacional de la Juventud Metodista ha decidido movilizar a la juventud norteamericana contra la participación de ese país en las olimpíadas.
Consideraciones similares se pueden ver en el diario “Alerta. Contra el fascismo y el antisemitismo”, que podría decirse que tiene una posición todavía más extrema que la publicación anterior. Desde las páginas de este diario se afirma que “le sobra fascismo y le falta espíritu a la olimpiada de Berlín” (21 de septiembre de 1935). Así, se hace hincapié en la crítica a la idea de raza que pregonan los alemanes: “(…) los más cultos, los más fuertes, los más nobles paladines de la estirpe humana [son] los nórdicos puros o arios cien por ciento; se persigue, se asesina y se veja a mansalva en nombre de la raza, en el terreno político-social” (ídem). Apoyando esta cuestión, se plantea que “hoy, frente a la próxima Olimpíada Alemania debe triunfar cueste lo que cueste sobre sus adversarios y asombrar al mundo con la pujanza de sus atletas. Los arios son altos, rubios, grandes atletas, según la prédica nazi (…)” (ídem), agregando además que los sudamericanos son vistos como androides. También se dice que “todo contribuye a darnos la impresión de que Alemania vive, en estos momentos, sumida en olímpica fiebre y los dirigentes nazis prefieren afiebrar asimismo al resto del mundo, para apartar la atención de sus internas calamidades y acallar las protestas unánimes que suscitan sus sanguinarios métodos de represión” (ídem). De este modo, entre dichos sanguinarios métodos se denuncian el levantamiento de horcas y la organización de campos de concentración. Entonces, desde esta postura se entiende a la olimpíada como la intención de los alemanes de dar una buena imagen de su régimen: “Hasta el mes de agosto los nazis harán de la olimpiada una feria de propaganda” (ídem)
Ilustración 1. Alerta. Contra el fascismo y el antisemitismo. 21 de septiembre de 1935
Además, en esta publicación refieren a que para los alemanes el deporte debe basarse en los principios del cumplimiento del deber y de la subordinación, como se estila en el ejército, y que el valor de este depende enteramente de su comprensión militar. Con el deporte se buscaría devolver a la juventud hitleriana el amor a la fuerza y a la guerra. Entonces, al “concepto nazi y fascista del deporte” se opondría “el concepto argentino y democrático de deporte”, siendo este último el que busca la paz, la fraternidad, el acercamiento a los pueblos, y la caballerosidad (en vez de ganar a cualquier precio).
Esta campaña anti nazismo y anti Juegos Olímpicos de Berlín, contó también con la intención por parte de España de llevar a cabo desde el 19 de julio de 1936 la “Olimpíada Popular”, a la que habrían asistido más atletas que a los Juegos oficiales. Sin embargo, un día antes de su comienzo se llevó a cabo un golpe de Estado del bando Nacional sobre la República. La idea de realizar esta Olimpíada tenía una clara voluntad antifascista, una especie de contra olimpiada que defendiera el deporte aficionado y denunciara los Juegos nazis, por lo que el apoyo o rechazo a la misma, por parte de los atletas y países participantes, tenía una importante implicación política. Así, las federaciones y los deportistas de España y del extranjero se vieron sometidos a diferentes presiones para acudir o no a la cita (Schnaidler, 2011).
Jeannette Morven Campbell
En ese contexto es que participa por primera vez en una delegación argentina una mujer: la nadadora Jeannette Morven Campbell, que obtendría la medalla de plata en estos Juegos en la disciplina de 100 metros estilo libre. Fue el segundo Juego en el que participaban mujeres, ya lo habían hecho en Los Ángeles 1932.
Se trata de una deportista nacida en Francia en 1916, nacionalizada argentina. Su madre argentina y su padre escocés, fue nieta de Mary Elizabeth Gorman, una de las maestras estadounidenses que trajo Domingo Faustino Sarmiento al país. Sus padres vivían en Argentina, pero en 1914 hicieron un paseo por Escocia, momento en que comenzó la Primera Guerra Mundial, y no pudieron regresar de Europa.
Su hermana Dorothy fue campeona argentina de los 100 metros libres. El vínculo familiar con este deporte no terminaría allí, ya que se casaría con su entrenador, Roberto Pepper (importante nadador argentino), y su hija Susana sería una de las nadadoras argentinas más importantes de la década del ’60, compitiendo en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. En dicho encuentro deportivo, justamente, Jeannette sería reconocida al cumplir el rol de abanderada de la delegación.
Se desempeñó inicialmente en el Belgrano Athletic Club, muy cerca de su casa, para luego pasar a competir para el Club Ferro Carril Oeste. Primeramente, también se había desempeñado en hockey sobre césped en el exclusivo Belgrano Girls School. En los años en los que comenzó su carrera trabajaba como secretaria nueve horas por día, pudiendo entrenar solamente una hora diaria.
En el Sudamericano de Río de Janeiro de 1935 se destacó logrando varias marcas internacionales, lo que le permitió viajar a los Juegos de Berlín. En relación a su desempeño en esos Juegos, el 10 de agosto a las 3 de la tarde bajo un sol pleno y ante veinte mil espectadores, tras haber vencido a la favorita (la nadadora holandesa Willy den Ouden), cayó a último momento en la final ante la también holandesa Rita Mastenbrock, con un tiempo de 1 minuto, 6 segundos y 4 centésimas. Esa marca fue batida a nivel sudamericano recién 28 años después. Su medalla se la entregó el mismísimo Goebbels al día siguiente. A lo largo de los Juegos tuvo la posibilidad de ver a Hitler en los estadios y a la mencionada cineasta Leni Riefenstahl. Afortunadamente, es posible ver por internet el video de esa histórica competición.
Se retiró de la actividad deportiva cuando se oficializó la suspensión de los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1940 debido a la Segunda Guerra Mundial, momento en que seguramente recordó a ese personaje nefasto que vio de lejos en su estadía en Berlín. En ese entonces, su currículum marcaba doce títulos sudamericanos y trece argentinos, doce plusmarcas continentales, siete de campeonatos y más de una veintena nacionales. Recibió el premio “Konex”, y fue distinguida en el Congreso de la Nación con el premio “Delfo Cabrera”. Fallece en el barrio de Belgrano en el año 2003.
Jeannette Campbell: nadando entre la femineidad, el amateurismo, y el nazismo
En este apartado nos proponemos analizar la forma en la que la prensa argentina informó sobre la participación de esta atleta en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. Es decir, nos centraremos en la manera en la que se narró su participación en el evento en cuestión, construyéndose diversas miradas en torno a su persona.
La primera de estas miradas que se construyó en torno a la nadadora tiene que ver con su feminidad. Se transmite una imagen de una deportista que en ningún momento pierde su condición de mujer. Así, una de las publicaciones que se destaca en este sentido es la Revista “El Gráfico”. Allí, se presenta una entrevista que se le realizó, donde se la puede ver maquillada. En la misma se hace referencia a que fue elogiada por un periodista francés quien plantea que, al intentar ganar la última carrera, “en ningún momento quiso dejar de ser femenina” (septiembre de 1936). En dicha nota, también, ella manifiesta que estaba en una casa con 50 mujeres, sin obligaciones, sin preocupaciones, donde se vivía maravillosamente. En ese contexto, explica que se hizo amiga de Patricia Norton, una nadadora australiana, con la que pasa gran parte del día. Así, “Todo el mundo estaba convencido de que esa rubia, alta, hermosa, era australiana” (ídem), dándose el caso incluso de ser presentada en una competición como si fuera de esa nacionalidad. Asimismo, el cronista que realiza la entrevista destaca nuevamente, al final de la misma, a partir de su estilo y aspecto físico, la feminidad referida: “Jeanette Campbell, fina, esbelta, estrecha mi mano y sonríe al despedirse, con una sonrisa que le hizo ganar el laurel olímpico de la simpatía” (ídem).
Ilustración 2. Entrevista de El Gráfico. Septiembre de 1936
En El Gráfico, entonces, puede leerse que la nadadora se encuentra entre las revelaciones de los Juegos, pero se dice fue sobre todo “la figura más cautivante, por su exquisita femineidad, su gracia y atractivos personales, de toda la Villa Olímpica” (agosto de 1936). La publicación plantea que no es común ver una atleta de primera categoría que en medio de las luchas deportivas en las que se hace verdadera ostentación de energía y de potencia, cualidades hasta hace poco tiempo reservadas a las justas varoniles, logre conservar la suavidad de gestos y de movimientos tan caros al encanto femenino. Y, según la mirada que intenta fomentar esta revista, Campbell logró el milagro: “El milagro de aunar la potencia con la gracia, la ‘clase’, patrimonio exclusivo de los verdaderos campeones, con la dulzura y exquisitez de una verdadera mujer” (ídem).
Además, en la misma línea en el Diario “La Nación”, se alude a ella como poseedora de una “una personalidad hecha de simpatía cordial” (16 de agosto de 1936), no habiendo alusiones de ese tipo para con los demás deportistas.
Con respecto a la idea de belleza, que acompaña históricamente a las construcciones en torno a la femineidad, es importante destacar que los periodistas extranjeros que cubrieron los Juegos la eligieron como ganadora del premio “Miss Olimpic” (La Nación, 8 de octubre de 2000). Asimismo, pensando en otras características atribuidas a las mujeres en distintos momentos de la historia, en el Diario “La prensa” se leen comentarios como “Jeannette Campbell se hallaba emocionada” (agosto de 1936). De este, se transmitiría una idea de mujer como ser que comparte sus sentimientos, cuestión que no sucede al hacer referencia al resto de los deportistas hombres de la delegación.
Sin embargo, en esta forma de narrar su actuación, también se presenta una imagen de mujer inferior a la imagen de los deportistas hombres. Así, en el diario “El Argentino”, de la ciudad de La Plata, al hacerse alusión a cada una de las disciplinas en las que participan deportistas argentinos, llama la atención lo que se dice en el último apartado, destinado a la nadadora. Allí, puede leerse: “Tampoco la mascota del equipo argentino, la nadadora Jeannette Campbell, se queda atrás en sus esfuerzos para lograr un estado satisfactorio” (2 de agosto de 1936). Los mismos términos son utilizados días después en la misma publicación, al informar sobre los resultados de la final: “Difícil es describir hasta qué punto había entusiasmado a los componentes de la delegación argentina la actuación realmente formidable de la señorita Jeannette Campbell que, por ser la única mujer de toda la representación, se había convertido en la mascota de la misma” (11 de agosto de 1936)4.
La segunda construcción que produjo la prensa a partir de su persona se vincula a su desempeño. Así, abundan los elogios que se hacen sobre su actuación, como puede leerse en diversas publicaciones:
Su actuación ha sido “sobresaliente”. “Nuestra compatriota con su notable performance se ha consagrado mundialmente en natación” (Caras y Caretas, 22 de agosto de 1936).
“Hemos ido al encuentro con Jeannette Campbell para felicitarla por su actuación magnífica” (El Gráfico, agosto de 1936).
“La destacada nadadora ganó su serie en los 100 metros igualando la marca olímpica” (Diario El Día, 9 de agosto de 1936).
“Si entre las performances de la delegación olímpica hay que merezca un elogio completo y frases de cariñosa recordación, ella es la cumplida por Jeannette Campbell” (La Nación, 16 de agosto de 1936).
Ilustración 3. La Razón. 8 de agosto de 1936
Así, otra serie de alusiones a su persona la muestran como una deportista triunfadora, destacando su sacrificio, humildad y amateurismo. En este punto ocupa un lugar central “El Gráfico”. Allí aparecen esos dos últimos elementos diferenciados.
Entonces, en relación a su imagen de deportista sacrificada, se destaca lo que plantea ella misma en torno “de su proeza, de sus sacrificios en el entrenamiento, de las vicisitudes propias del momento solemne en el que luchaba por el prestigio de natación argentina” (La Nación, 20 de septiembre de 1936). En la misma publicación, se incluyen alusiones como la siguiente, que apoyan esta construcción de su imagen: “(…) el certamen de Berlín nos devuelve a la gentil nadadora con un justificado renombre universal, tal como querían verla regresar los aficionados que admiran sus magníficas condiciones de luchadora” (La Nación, 16 de agosto de 1936; el destacado nos pertenece).
Con respecto a su humildad, se hace hincapié a que pese a haber logrado un resultado histórico, su forma de ser no ha cambiado: “la misma de siempre. Amable, simpatiquísima, expresiva y graciosa en algunos giros de su conversación, Jeanette Campbell no ha cambiado” (La Nación, septiembre de 1936). En el mismo sentido va la siguiente afirmación: “Hay que estar dotado de una bondad innata, de un fuerza moral que no muchos poseen, para que la modestia no se altere a la hora del triunfo”. En la misma publicación se la presenta como una persona tranquila, y como “la personificación de la modestia”.
Hasta parecería ser que se la ve como que no es consciente de los logros que va obteniendo: “No parece darse cuenta de lo que significa su performance en el orden mundial” (La Nación, 10 de agosto de 1936).
En relación a su amateurismo, desde la Revista “El Gráfico” se destaca el valor de su triunfo por tratarse de una deportista que trabaja 7 horas por día como secretaria, no pudiendo entrenarse como querría: “Nunca pudo entrenarse aquí como hubiera sido necesario para quien aspiraba a representarnos en Berlín. No lleva en Buenos Aires una cómoda vida de hogar. Empleada en una oficina comercial, está en ella desde las 9 hasta las 12 y desde las 14 hasta las 18. Recién después de esa hora, fatigada, desanimada para la tarea del día, quedaba libre para ir a entrenarse. Y lo hacía con una magnífica presencia de espíritu. Desde, los sábados a la tarde y los domingos. Jamás dispuso de una semana entera para adiestrarse”. Esa idea se desarrolla incluyendo sus propias apreciaciones al respecto: “Cuesta hacerse de nuevo a la rutina. Hay momentos en que pienso por qué habré ido si al regreso me esperaba un contraste tan pronunciado entre aquella vida y esta…”. No obstante, aclara que no se arrepiente de haber ido al evento en cuestión. En dicha revista deportiva, además, se plantea que la nadadora en cuestión se ha transformado en una figura popular.
Ilustración 4. El Gráfico. Septiembre de 1936
Entonces, esa imagen se complementa con el hecho de haber ido a los Juegos Olímpicos sin entrenador, aunque en el viaje en barco hacia Alemania conoció a un hombre (Juan Carlos Borrás) que cumplió ese rol. De ese modo, continuó entrenando en la pileta de dicha navegación (que no tenía las medidas reglamentarias), con un aparato improvisado que le permitía nadar sin avanzar. Asimismo, se informa que a diferencia de las demás competidoras, no tenía conocimiento de las marcas que lograba en los entrenamientos: “Llegó a la prueba olímpica sin haber marcado tiempo en 100 metros, pues solamente conocía sus marcas en 50 y 150” (La Nación, 10 de agosto de 1936).
En tercer lugar, referiremos al modo en que se relaciona con el nazismo. Al respecto, solamente identificamos alusiones que realiza ella misma sobre el tema. Así, se observa cierto desconocimiento sobre lo que estaba ocurriendo en ese momento en Alemania. Entonces, por ejemplo al referirse a lo bien que se sentía en la casa de mujeres, destaca la hospitalidad percibida por parte de los locales: “Los alemanes se esmeraron hasta para elegir a la gente de servicio” (El Gráfico, septiembre de 1936). Pocos años antes de su muerte, reiteraría que su estadía allí le pareció sensacional, llamándole la atención el tráfico ordenado, la higiene, y el trato educado que recibieron los deportistas y turistas. Además, contaría que no pudo presenciar ningún acto desagradable o violento (en concordancia con la idea aceptada de que el racismo pareció tomarse vacaciones). Sin embargo, afirmaría que "En esa época, Hitler estaba en la cima de su poder. Los alemanes parecían adorarlo. Cuando se acercaba al estadio o a la Villa Olímpica, todo el mundo corría, aplaudía y gritaba, y nosotros los copiábamos. Yo no entendía nada de política, por ese entonces." (La Nación, 8 de octubre de 2000).
Conclusiones
Luego de analizar las distintas miradas en torno a la construcción por parte de la prensa argentina sobre Berlín 1936, encontramos que diarios como “La Nación” y “La Prensa” habrían presentado muestras de admiración hacia el pueblo alemán y/o el régimen nazi, mientras que publicaciones como “Acción Sionista” o “Alerta. Contra el fascismo y el antisemitismo” se opusieron rotundamente al régimen nazi y a la realización de los Juegos. Esto último lo llevaron a cabo a partir de la referencia a las atrocidades que se estaban produciendo para con los judíos y de la propuesta de un boicot.
Esta campaña anti nazismo y anti Juegos Olímpicos de Berlín, contó también con la intención por parte de España de llevar a cabo desde el 19 de julio de 1936 la “Olimpíada Popular”, que no pudo concretarse.
Con respecto a la cobertura de la participación de la nadadora Jeannette Campbell, encontramos 3 cuestiones a las que se hizo referencia: la feminidad, la idea de deportista sacrificada y amateur, y el nazismo.
Notas
Los cinco primeros impresos en la Ciudad de Buenos Aires y teniendo difusión a nivel nacional, mientras que los últimos dos se producían en la Ciudad de La Plata, teniendo un alcance marcadamente inferior.
Órgano oficial del Centro Juventud Sionista, de Paraná (provincia de Entre Ríos).
Stephen Samuel Wise (1874- 1949) fue un rabino reformista, activista político y líder sionista estadounidense de origen húngaro.
El siguiente diálogo se da entre un entrevistador y Campbell en una nota publicada en el año 2012, aunque obviamente fue realizada con anterioridad (http://revistareplicante.com/jeanette-campbell-escribir-la-historia-en-el-agua/).
- ¿Cómo la trataron en el viaje?
- A la ida no me querían dejar demasiado con los muchachos. Entonces, cuando almorzábamos y cenábamos me pusieron en una mesa con los delegados. Los pobres tenían tantos problemas que todo el tiempo discutían, así que eso no era muy lindo. A la vuelta me senté con los amigos, de los cuales dos eran del Belgrano Athletic. Fue sensacional.
- ¿Había una especie de rechazo porque era mujer?
- Sí. Era la primera vez que una mujer viajaba a unos juegos olímpicos y no tenían mucha simpatía. Además, algo que no supe hasta hace muy poco es que era la segunda vez que practicaban las mujeres en unos juegos, ya que la primera había sido en 1932 en Los Ángeles.
Bibliografía
Borrat, H. (1989). El periódico, actor político. Barcelona: Editorial G. Gili
Chinsky, M. (2015). La representación del “horror nazi” en la prensa argentina. Bogotá: Revista de estudios Sociales.
Bontempo, M. P. (2012). Editorial Atlántida: un continente de publicaciones, 1918-1936. Tesis doctoral. Buenos Aires: Universidad de San Andrés.
De Diego, J.L. (2006). Editores y políticas editoriales en argentina 1880-2000. Buenos Aires: Fondo de cultura económica.
Kircher, M. (2005) La prensa escrita: actor social y político, espacio de producción cultural y fuente de información histórica. Revista de Historia n°10. Facultad de Humanidades Universidad Nacional del Comahue.
Reyna, F. (2014). La prensa escrita como actor social de un modelo deportivo. Córdoba (Argentina), primeras décadas del siglo XX. En Stefan Rinke y Diego Armus (coords.), Del football al fútbol/futebol. Historias argentinas, brasileras y uruguayas en el siglo XX. Madrid/Frankfurt, Edit. Iberoamericana-Vervuert, pp. 49-66.
Scharagrodsky, P. (Coord.) (2016). Mujeres en movimiento. Deporte, cultura física, y feminidades. Argentina. 1870-1980. Buenos Aires: Prometeo.
Sidicario, R. (1993). La política mirada desde arriba: las ideas del diario La Nación, 1909-1989. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.
Sidicaro, R. (2011). Consideraciones a propósito de las ideas del diario La Nación. En C. Wainerman y R. Sautu (compiladoras). La trastienda de la Investigación. Buenos Aires: Editorial de Belgrano.
Schnaidler, R. (2011). Las olimpiadas de 1936 en Alemania, deporte y nazismo. Yad Vashem, Centro Mundial de Conmemoración de la Shoá. En línea: http://www.yadvashem.org/yv/es/education/articles/article_schnaidler.asp
Tomlinson, A. & Young, C. (2006). National identity and global sports events. Culture, politics, and spectacle in the Olympics and the football world cup. NY: State University of New York.
Wainerman, C. y Sautu, R. (2011). La trastienda de la Investigación. Buenos Aires: Editorial de Belgrano.
Fuentes primarias
Diario “Acción Sionista”. Entre Ríos, 1936.
Diario “Contra el Fascismo y el Antisemitismo”. Buenos Aires, 1935 y 1936.
Diario “El Argentino”. La Plata, 1936.
Diario “El Día”. La Plata, 1936.
Diario “El pueblo”. Buenos Aires, 1936.
Diario “La Nación”. Buenos Aires, 1936 y 2000.
Diario “La Prensa”. Buenos Aires, 1936.
Diario “La Razón”. Buenos Aires, 1936.
Revista “Caras y Caretas”. Buenos Aires, 1936.
Revista “El Gráfico”. Buenos Aires, 1936.
|
|
EFDeportes.com, Revista Digital · Año 22 · N° 231 | Buenos Aires,
Agosto de 2017 |