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Propuesta metodológica para la valoración y 

control de la condición física orientada a la salud

 

Maestro: especialidad en Educación Física por la Universidad de Murcia. Graduado

en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Pontificia de Salamanca

Máster de Investigación en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

por la Universidad de Murcia. Maestro de Educación Física

en el C.E.I.P. Micaela Sanz Verde de Archena (Murcia)

Andrés Rosa Guillamón

andres.rosa@um.es

(España)

 

 

 

 

Resumen

          Describir la relación entre práctica física, condición física y salud es una temática de enorme interés a nivel social, científico y sanitario. Asimismo, para poder interpretar de manera adecuada la relación entre estas variables es necesario disponer de una metodología precisa y fiable. De esta manera, en el presente trabajo se plantea una propuesta metodológica de valoración y control de la condición física orientada a la salud en escolares y adolescentes.

          Palabras clave: Bienestar. Aptitud física. Actividad física.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 190, Marzo de 2014. http://www.efdeportes.com/

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1.     Introducción

    Actualmente, diversos investigadores e instituciones de ámbito internacional han vinculado la práctica física regular con la salud (Pate et al., 1995; Physical Activity Guidelines Advisory Committee, 2008; Organización Mundial de la Salud, 1960, 2010; Krekoukia, Nassis, Psarra, Skenderi, Chrousos & Sidosis, 2007; Schmitt, 2007). La influencia de la actividad física sobre la salud es constante a lo largo del desarrollo ontogénico, y puede ser un factor determinante en la calidad de vida durante la edad adulta (McMurray, Harrel, Bangdiwala & Hu, 2003).

    La evidencia empírica muestran de manera inequívoca que el nivel de condición física es un potente predictor de morbilidad y mortalidad por cualquier tipo de causa independientemente del estado de salud de la persona, con o sin sobrepeso (Blair, Kohl, Paffenbarger, Clark, Cooper & Gibbons, 1989; Warburton & Bredin, 2006), siendo además una variable determinante de longevidad (Castillo, Ortega & Ruiz, 2005). Del mismo modo, se ha comprobado que el nivel de condición física es un importante marcador biológico del estado de salud general desde la infancia (Ortega et al., 2008).

    La condición física es analizada habitualmente desde dos perspectivas: el rendimiento deportivo o la salud. La condición física relacionada con la salud se define como la habilidad que tiene una persona para realizar actividades de la vida diaria con vigor, así como aquellos atributos físicos y capacidades que se asocian con un menor riesgo de enfermedades crónicas y muerte prematura.

    A pesar de que la mayoría de las enfermedades crónicas así como accidentes cerebro-vasculares ocurren durante o después de la quinta década de vida, la evidencia científica muestra que los orígenes de la enfermedad cerebro-vascular se encuentran en los primeros años de vida (Ruiz et al., 2011).

    De esta manera, en el presente artículo se plantea una propuesta metodológica de valoración de la condición física relacionada con la salud en la infancia y adolescencia debido a un enorme interés a nivel social, científico y sanitario.

2.     Actividad física, condición física y salud

    La práctica física, al igual que sucede con otras actividades que realiza el ser humano, tiene una orientación neutra, es decir, la actividad física será beneficiosa o perjudicial de acuerdo a su realización en función de una serie de parámetros tales como volumen, intensidad, densidad y adaptación al desarrollo madurativo del individuo que la realiza.

    Un concepto estrechamente vinculado al nivel de práctica física es el estado de condición física que posee un individuo. La condición física, forma física o aptitud física (en inglés physical fitness) también es definida como la capacidad que una persona tiene para realizar ejercicio físico o práctica deportiva. La condición física constituye una medida global de todas las funciones (músculo-esquelética, cardio-respiratoria, hemato-circulatoria, endocrino-metabólica y psico-neurológica) y estructuras que intervienen en la realización de actividad física (Ruiz et al., 2011). Un nivel elevado de condición física implica una buena respuesta fisiológica de todas ellas, mientras que tener una condición física deficiente podría indicar un mal funcionamiento de una o varias de esas funciones.

    Tradicionalmente, el término de condición física ha sido analizado desde una doble perspectiva como se ha comentado anteriormente, una orientada a la salud, y otra relacionada con el rendimiento motor.

    Desde el ámbito del rendimiento en el deporte, la condición física está compuesta por una serie de cualidades físico-motrices tales como velocidad, tiempo de reacción, agilidad, equilibrio, coordinación y potencia (Caspersen, Powell & Christenson, 1985) (Ver tabla 1).

    Sin embargo, este concepto tradicional de condición física ha evolucionado en las últimas décadas hacia un enfoque biomédico fundamentalmente, y también con un componente psico-social, ya que estas cualidades que conforman la condición física orientada al rendimiento, también se relacionan con la salud de las personas aunque su finalidad sea distinta.

    La condición física orientada a la salud (en inglés health-related fitness) engloba un conjunto de aptitudes físicas tales como la capacidad aeróbica, fuerza y resistencia muscular, amplitud de movimiento, velocidad de desplazamiento-agilidad y composición corporal (Ruiz et al., 2011) (Ver tabla 1).

Tabla 1. Cualidades físicas relacionadas con el rendimiento deportivo y la salud (Caspersen, Powell & Christenson, 1985; Ruiz et al., 2011)

    En décadas anteriores, la mayor parte de los trabajos realizados acerca de la relación entre práctica física y salud se centraban en los componentes del primer grupo. Sin embargo, esta evolución en el análisis de los componentes de la condición física y su interés por las variables del segundo grupo, es debida a la preocupación desde los ámbitos científico y sanitario por el estudio del nivel de práctica física y/o condición física en relación con indicadores de bienestar y la calidad de vida de la población como el perfil lipídico-metabólico, la adiposidad abdominal, etc., tal y como se puede observar en la tabla 2.

Tabla 2. Indicadores de la condición física orientada a la salud (Bouchard & Shepard, 1993)

    La estrecha asociación entre salud y condición física queda plasmada en el Modelo de Toronto de Condición Física, Actividad Física y Salud (Ver figura 1), en el que se observa que el nivel de condición física está influenciado por el tipo, cantidad y calidad de actividad física realizada habitualmente. De la misma manera, el grado de condición física puede influenciar el nivel de práctica física en la vida diaria y es proporcional al estado de salud que posee una persona. De este modo, la condición física influye sobre el estado de salud de las personas y al mismo tiempo, dicho estado de salud influye, a su vez, en la práctica física habitual y en el grado de condición física que tengan las personas.

Figura 1. Modelo de Toronto de Condición Física, Actividad Física y Salud (Bouchard & Shepard, 1993)

    A continuación, se plantea una propuesta metodológica de valoración de la condición física desde una perspectiva conceptual amplia, a partir de la definición que establece el President’s Council on Physical Fitness and Sport como aptitud física para realizar tareas cotidianas y actividades recreativas con vigor, atención y disfrute (Clarke, 1971).

2.     Pruebas de valoración y control de la condición física orientada a la salud

A.     Valoración de la composición corporal: índice de masa corporal y perímetro de cintura.

a.     Índice de masa corporal

Peso corporal (kg). El individuo deberá vestir pantalón corto y camiseta de manga corta, estar descalzo, distribuyendo el peso sobre ambos pies, mirando al frente, con los brazos a lo largo del cuerpo, y sin realizar ningún movimiento. Se realizarán dos medidas y se registrará la media de ambas.

Talla (cm). El individuo, descalzo, de pie y erguido, con los talones juntos y con los brazos a lo largo del cuerpo. Los talones, glúteos y parte superior de la espalda en contacto con el tallímetro. La cabeza deberá estar orientada quedando en un mismo plano horizontal la protuberancia superior del tragus del oído y el borde inferior de la órbita del ojo (plano Frankfort). El individuo deberá inspirar profundamente y, manteniendo la respiración se realizará en ese momento la medición tomando como referencia el punto más alto de la cabeza, quedando el pelo comprimido. Se realizarán dos medidas y se registrará la media de ambas.

b.     Perímetro de cintura (cm)

    Se realizará la medición con el individuo vistiendo pantalón corto, de pie, con el abdomen relajado y con los brazos cruzados sobre el pecho. Desde esta posición, se rodea la cintura con una cinta métrica no extensible. La medición se llevará a cabo en el nivel más estrecho, entre el borde del costal inferior (10ª costilla) y la cresta ilíaca, al final de una espiración normal y sin que la cinta métrica presionase la piel. Se registrarán dos medidas no consecutivas y se obtiene la media.

B.     Valoración de la capacidad músculo-esquelética: fuerza máxima de prensión manual, fuerza máxima explosiva del tren inferior, fuerza-resistencia del tren inferior y fuerza-resistencia abdominal.

a.     Fuerza máxima de prensión manual (kg)

    Se realizará la medida con el individuo vistiendo ropa deportiva, sentado, con el codo apoyado en una mesa agarrando el dinamómetro con una mano y quedando éste como una prolongación de la misma. Se ajustará el dinamómetro de acuerdo con el tamaño de la mano del participante. El individuo apretará el dinamómetro poco a poco y de forma continua durante dos segundos. Se realizarán dos medidas en ambas manos y de forma alternativa, dejando un periodo de descanso entre las mismas. Se registrará el mejor de los cuatro intentos.

b.     Fuerza máxima explosiva del tren inferior (cm): salto con contra-movimiento (Countermovement Jump).

    En el Countermouvement Jump (CJM) (Ver figura 2), el sujeto parte de la posición de pie, con las manos puestas en las caderas, donde permanecen desde la posición inicial hasta el final del salto. Se trata de realizar un movimiento rápido de flexo-extensión de las rodillas, formando durante la bajada un ángulo de 90º con las rodillas, e inmediatamente realizar un salto vertical máximo. Se ha de observar el salto con los mismos criterios de validación que el SJ. Dicho de otra manera, se trata de un movimiento rápido de semiflexión-extensión de las piernas, partiendo de una posición erecta y con una pica sobre los hombros sujeta por las manos. La elevación que se consigue es mayor al añadirse el componente elástico.

    Durante el estiramiento la energía elástica potencial se almacena en los elementos elásticos en serie y puede ser reutilizada en forma de trabajo mecánico en el posterior trabajo concéntrico, si el periodo de tiempo entre las fases excéntrica y concéntrica es corto (tiempo de acoplamiento). Si el tiempo de acoplamiento es largo, la energía elástica se disipa en forma de calor. La diferencia porcentual en la altura lograda entre los ejercicios (Squat Jump y Countermouvement Jump) se define como índice de elasticidad:

Figura 2. Countermovement Jump (CJM)

c.     Fuerza-resistencia del tren superior: test de suspensión en barra con flexión de brazos.

    La prueba consiste en soportar el propio peso corporal durante el mayor tiempo posible desde una posición inicial de colgado en una barra agarrado con las manos y con los conos flexionados. La prueba finaliza cuando la barbilla del individuo desciende por debajo del nivel de la barra.

d.     Fuerza-resistencia abdominal: test de abdominales.

    La posición inicial del individuo será de decúbito supino, encima de una colchoneta, las rodillas en una flexión de 90º, las plantas de los pies apoyadas en la pared y la cabeza en contacto con la colchoneta. El individuo debe realizar una flexión de tronco y con ambos codos debe tocar las rodillas. La prueba se desarrollará durante un minuto o hasta que el individuo sea incapaz de seguir realizando la prueba.

C.     Valoración de la extensibilidad isquiosural (cm): test sit-and-reach modificado (SRM).

    Para realizar el test SRM se deben obtener dos mediciones, cada una en una posición diferente. En primer lugar, se mide la distancia alcanzada manteniendo el raquis alineado y sin antepulsión de hombros. Para realizar esta primera medición, los individuos colocan su espalda y glúteos lo más pegados posible a una pared. En esta posición, sin despegar la espalda, las escápulas ni los glúteos de la pared, los sujetos deben estirar los brazos, colocando una mano sobre la otra encima del cajón de medición, y se mide la distancia que alcanzan en centímetros (Figura 3).

Figura 3. Medición inicial con la espalda apoyada en una pared en el sit-and-reach modificado

    A continuación, se procede a obtener la segunda medición. Para ello, los individuos deben flexionar el tronco intentando alcanzar la máxima distancia posible, manteniendo una mano sobre la otra, así como las rodillas y los brazos extendidos, anotando la distancia alcanzada en la posición de máxima flexión (Figura 4). El valor del test SRM se obtiene de la diferencia en centímetros entre ambas posiciones. Así por ejemplo, un individuo que en la posición inicial, con la espalda pegada a la pared, alcanzaba una distancia de -30 cm, y en la posición de máxima flexión del tronco alcanzaba una distancia de +1 cm, obtenía un valor en el SRM de 31 cm.

Figura 4. Posición de máximo alcance en el sit-and-reach modificado

D.     Valoración de la capacidad motora (segundos): circuito de velocidad-agilidad.

    El individuo debe realizar el recorrido siguiendo el trazado marcado. La prueba finaliza cuando el individuo realiza un apoyo con uno de los pies tras el salto de la segunda valla (Ver Figura 5).

Figura 5. Circuito de velocidad-agilidad

E.     Valoración de la capacidad aeróbica: Test de Ruffier.

    Antes de iniciar la prueba, se deben tomar las pulsaciones por minuto en reposo del individuo. Una vez que se han tomado, el individuo debe realizar 30 flexo-extensiones de rodillas en un tiempo de 30 a 45 segundos al ritmo del sonido de un cassette. Al finalizar la prueba, se deben de volver a tomar las pulsaciones del individuo en un minuto. Pasado un minuto desde la finalización de la prueba se debe volver a tomar las pulsaciones del individuo. Con estos datos, se calcula el índice de Ruffier a través de esta fórmula:

Leyenda:

P= Pulsaciones en reposo

P’= Pulsaciones al finalizar la prueba

P’’= Pulsaciones tras un minuto de finalizar la prueba

Interpretación de la prueba: rendimiento cardio-vascular.

0= excelente

1 a 5= bueno

6-10= mejorable

11-15= mediocre

Más de 15= malo

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