La enseñanza de valores en el
deporte a través de la Educación Values education in sport through the Physical Education as an alternative to the socio-sports |
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Bachillerato en
Educación Física |
Prof. Eduardo Vargas Martínez (Puerto Rico) |
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Resumen En el siguiente artículo se plantean las situaciones y problemas sociales a los que se enfrentan los Estados Unidos y Puerto Rico, y su reflejo en los escenarios deportivos. Se aborda el tema de la violencia como el eje principal de los problemas sociales y deportivos, abuso sexual, actos delictivos, uso de sustancias prohibidas, entre otros. Se resaltan algunas de las situaciones más denigrantes en el deporte olímpico y profesional y como esto puede afectar la calidad del deporte recreativo y a los estudiantes-atletas que recién se desarrollan en el deporte infantil y juvenil. Por otra parte, se intenta contrarrestar esta perspectiva con la enseñanza de los valores a través del deporte y los resultados positivos que se obtienen reflejados en el escenario educativo y deportivo. La Educación Física se observa como un vehículo viable para la enseñanza de valores y la toma de decisiones ética desde temprana edad, que podría resultar en un beneficio para el deporte y para la sociedad en general. Finalmente se exhorta a la creación de modelos pedagógicos en la Educación Física y en la instrucción deportiva, tomando como base programas establecidos que han obtenido resultados favorables en el comportamiento deportivo y social. Palabras clave: Enseñanza. Toma de decisiones. Valores. Ética. Espíritu deportivo.
Abstract Keywords: Teaching. Decision making. Values. Ethics. Sportsmanship.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 175, Diciembre de 2012. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
Los índices de violencia en países como Puerto Rico y los Estados Unidos han alcanzado niveles inimaginables en los últimos años, pero mucho más en niños y mujeres. Estadísticas revelan que en Puerto Rico los homicidios eran la tercera causa de muerte entre adolescentes de entre 15 a 19 años, y la cuarta en niños entre 10 a 14 años, (Vélez, p. 61). Según Zabala, en (Maldonado, Leslie, Rivera & Blanca, 1993), existen diferentes tipos de violencia; la interpersonal, donde se arremete y hace daño físico a personas; la auto-destructiva, que hace daño a si mismo y la violencia estructural o institucional, promovida por factores organizados socialmente. Un estudio en Puerto Rico utilizó a la población de niños que ha sido objeto de re-abuso del programa biopsicosocial del Hospital Pediátrico Universitario, durante los años 1986 al 1991. Los resultados revelaron que los niños entre las edades de cuatro (4) a dieciséis (16) años, tienen una probabilidad mayor de ser re-abusados que los niños que están por debajo de estas edades. En otro estudio de carácter retrospectivo y descriptivo, se investigó acerca de las características en mujeres maltratadas con traumas atendidas en una sala de emergencia de San Juan, Puerto Rico. En el 92.9% de los casos documentados se identificaba al esposo, novio o amigo como agresor. Como si fuera esto poco, la criminalidad ha aumentado en gran escala y las personas comienzan a tomar en sus manos la justicia, un triste panorama que denota la “crisis social” que se vive hoy día a nivel mundial. La corrupción y los actos delictivos son la orden del día y amenazan cada vez más con destruir la imagen y reputación de figuras importantes encabezadas por políticos, empresarios, artistas y hasta deportistas. La falta de ética en el comportamiento humano revela la gran dificultad que se experimenta en la de toma de decisiones inteligentes. Según la doctrina moral del filósofo John Dewey (1952), el desarrollo de la inteligencia radica en saber contrastar entre lo que es fuente de gozo, versus lo que es gozable, refiriéndose al disfrute momentáneo y al disfrute a largo plazo. Las dificultades éticas se deben a que muy a menudo nos limitamos a valorar exclusivamente a base de lo que es inmediatamente gratificante sin considerar las consecuencias, (Suárez, 2010).
El deporte no ha esta exento de presenciar actos como los antes mencionados y se ha perfilado como uno de los escenarios mas vulnerables y en el que con mayor frecuencia se cometen acciones inapropiadas o fuera de las normas éticas y leyes sociales. La situación social que afecta al país ha influenciado directamente el deporte y a cada uno de sus componentes, esto incluye: incluyendo árbitros, entrenadores, administradores deportivos, atletas, espectadores e incluso a los padres de jóvenes atletas. Son estos últimos los que con mayor frecuencia se encuentran enfrascados en disputas y contiendas que llevan a la violencia a causa del mal comportamiento en las gradas. Existen varios instrumentos de investigación que se han utilizado para evaluar la conducta en el deporte. Por ejemplo, el Coach Behavioral Assessment
System (CBAS), se ha utilizado para evaluar la conducta de entrenadores de diferentes deportes como el baloncesto, el balonmano, el béisbol y el fútbol, (Torres, García-Mas, Palmer, & Cruz, 2008) y el Registro de Deportividad en los Partidos de Fútbol (RDPF) que permite una estimación de la incidencia de los comportamientos deportivos versus no deportivos en la competición del fútbol base.
Por su parte, el Josephson Institute of Ethics en los Estados Unidos ha diseñado una encuesta para medir la conducta de administradores deportivos, entrenadores, estudiantes-atletas y padres (JIE Survey for sports administrators, coaches, parents, student-athletes). A continuación, analizaremos los problemas más comunes en el deporte y como se han desarrollado programas de educación física y deportes basados en valores que fomentan el comportamiento ético y moral para contribuir a disminuir los actos negativos en el deporte.
Análisis
Según
encuestas reveladas, el comportamiento de los árbitros es uno de los actos
más criticados por la afición deportiva y crea controversias que en
ocasiones desatan actos de violencia, muy a menudo en el fútbol. El mal
árbitro estropea este espectáculo queriendo tener un papel protagonista y
esto va en contra de los objetivos del FIVB, (Guía e Instrucciones del
arbitraje), (Torres, García-Mas, Palmer, & Cruz, 2008). Uno de los actos
mas conocidos a nivel mundial que revelan un conflicto de falta de ética y
valores lo fue el de La Comisión de Ética de la FIFA, presidida en ese
entonces por el suizo Claudio Sulser, al imponer a seis oficiales la
prohibición de participar en todo tipo de actividad relacionada con el
fútbol (sea administrativa, deportiva o de cualquier otra índole) durante
periodos que van de uno a cuatro años, tras hallarlos culpables de haber
violado varios artículos del Código Ético de la FIFA (www.fifa.com).
Sin embargo, Prendas, Castro, & Araya Vargas (2007) destacan que Weinberg
y Gould afirman que al igual que los entrenadores atléticos, los árbitros
sienten roles conflictivos y tienen los niveles más altos de burnout
(desgaste profesional) percibido. Esto quizás podría justificar parte
de los errores que muchos árbitros cometen y que en ocasiones son
interpretados como actos de corrupción o falta de ética, pero no sugiere que
en todos los casos ocurra de la misma manera.
Por otra parte, el comportamiento de los
atletas, en su mayoría profesionales y de alto rendimiento, suele ser otra
causa de polémicas y conductas antideportivas en el deporte. El uso y
abuso de sustancias prohibidas como ha sido el caso de varios como: Marion
Jones (Atletismo), Marc McGwire, Barry Bonds, José Canseco, Alex Rodríguez
(béisbol), Andre Berto (boxeo), Lance Armstrong (ciclismo), entre otros,
representa un comportamiento denigrante para el deporte, que se relaciona a
conceptos antiéticos como la trampa y la mentira. Pero las conductas no
aceptables en el deporte no se limitan solo al uso de sustancias prohibidas,
también se caracterizan por actos de violencia y agresión física y verbal
por parte de algunos atletas, producto de situaciones de juego como;
frustración, contacto físico, estímulos indeseados. Existen teorías como
la de Freud y Lorenz, que postulan la tendencia agresiva como una conducta
innata en el ser humano, y otras como la de (Bandura, 1973 y Berkowitz, 1969)
que le atribuyen la conducta agresiva a la desinhibición, (Cohen,
1997). No importa cual de estas sea la causa principal, lo cierto es que las
agresiones física y verbales se han acrecentado en el deporte y repercuten de
forma negativa en el comportamiento de niños y jóvenes que observan a estos
atletas. Por último, no podemos dejar por desapercibido la conducta de los
padres y espectadores en las gradas del juego. Ésta es una de las conductas
más influyentes en el comportamiento del niño en el juego, debido a que son
los padres el principal modelo y apoyo, en el caso de los jóvenes y niños
que participan de la actividad deportiva. En un estudio realizado de
evaluación de carácter global del continuo agresividad y violencia versus
deportividad (Gimeno, Sáenz, Vicente & Aznar, 2007), se desprende que el
comportamiento antideportivo que presenta una incidencia más alta en los
partidos de fútbol es; agresión verbal de padres y espectadores al árbitro,
seguido de; agresión verbal entre jugadores dentro de campo, y de;
instigación verbal de algún entrenador al árbitro. Estos datos revelan que
la incidencia violenta más alta en un sector del deporte lo es la actitud de
los padres, dato que podría ser transferible hipotéticamente en deportes de
conjunto como lo es el fútbol.
La Educación Física y la Enseñanza de Valores
Para Pestalozzi, la Educación Física verdadera no debía limitarse a la educación del cuerpo, sino al individuo en su totalidad; para Piaget, se relacionaba con el juego y le consideraba como una actividad social de gran valor por que permite derivar placer de la experiencia (Bird, 1999, p. 56). Existen diferentes concepciones, pero todas coinciden en que se trata de una profesión multidisciplinaria que se nutre de diversas ciencias combinadas con el arte de la enseñanza para lograr unos objetivos establecidos en beneficio del desarrollo físico, intelectual, social, emocional y moral del individuo. Una de las ramas más influyentes lo es la Kinesiología, la cual a través de múltiples investigaciones ha logrado beneficiar la enseñanza de la Educación Física proveyendo evidencia de que la función y estructura cerebral, ambas son influenciadas por el nivel de actividad física, enfatizando en la importancia de realizar la actividad física adecuada en todas las edades y durante toda la edad escolar, especialmente cuando el desarrollo inicial esta tomando lugar (Rikli, 2012). Ésta ha impactado beneficiosamente los aspectos físico-motores, mientras que la pedagogía impacta los intelectuales, y la combinación de la sociología y la psicología hasta cierto punto atiende los aspectos sociales y emocionales. Otras ramas profesionales y disciplinas también han influenciado, como la fisiología del ejercicio, el deporte y hasta la filosofía. No cabe duda de que es una profesión que esta ligada directamente al desarrollo integral del ser humano, por lo que nos queda un área a compensar para el logro de la plenitud del desarrollo. El deporte ha sido utilizado comúnmente como medio para el desarrollo de destrezas físicas específicas a través de la Educación Física, pero también guarda una estrecha relación con un aspecto muy poco atendido por los especialistas en esta área por suponer que no es gran importancia para los objetivos deportivos, el aspecto ético - moral. Dentro de ese aspecto ético - moral, el énfasis en el deporte se debe dirigir hacia el desarrollo del carácter mediante los valores. El deporte provee un ambiente en que el niño aprende a negociar entre lo bueno y lo malo, mientras interactúa con sus pares y adultos (Stuart, pp. 445).
Por otra parte Arnold (1999) expone tres cualidades importantes sobre el deporte y la formación del carácter mediante los valores:
El deporte es una valiosa práctica humana y una forma de educación moral.
Las virtudes son una realidad humana y a su vez ayudan al desarrollo del carácter y la educación moral del individuo.
Las virtudes son necesarias para promover y proteger el deporte.
Frost & Sims (1974) plantearon una serie de valores que se desarrollaban a través de la Educación Física mediante un estudio realizado. San Martín (2003, p. 80-81), los resume en su libro de la siguiente manera:
Cuadro 1. Resumen de los valores relativos a la práctica deportiva extraídos de diferentes foros de discusión, recopilados por Frost y Sims (1974)
Los valores pueden ser pueden ser tanto positivos como negativos. Existen diferentes clasificaciones de los valores; valores sociales, valores que se refieren al individuo, valores que se refieren al país y al mundo y valores de proceso (Marín, 1987). A raíz de las investigaciones sobre el comportamiento en el ámbito deportivo, se han desarrollado modelos y programas de Educación Física y Deporte que contienen implícitos los valores que usualmente son compartidos en distintas partes del mundo. Uno de los programas mas reconocidos mundialmente lo es “Fair Play”, impulsado por la Federación Internacional de Futbol de las Américas (FIFA). “Fair Play” esta basado en un código de diez (10) reglas que abrazan todos los principios deportivos, morales y éticos. Estos principios son los siguientes:
Juega limpio.
Juega a ganar, pero acepta la derrota con dignidad.
Acata las reglas de juego.
Respeta a los adversarios, a los compañeros, a los árbitros, a los oficiales y a los espectadores.
Promueve los intereses del fútbol.
Honra a quienes defienden la buena reputación del fútbol.
Rechaza la corrupción, las drogas, el racismo, la violencia, las apuestas y otros males que representan una amenaza para el deporte.
Ayuda a otros a no ceder ante instigaciones de corrupción.
Denuncia a quienes intentan desacreditar nuestro deporte.
Utiliza el futbol para mejorar el mundo.
Por otra parte, en los Estados Unidos se fundó el Josephson Institute of Ethics que lleva como estandarte el programa “Character Counts” (Tus Valores Cuentan). Éste a su vez diseñó un programa para el desarrollo del carácter mediante los valores compartidos en el deporte al cual le otorgan el nombre de “Pursuing the Victory with Honor” (Logrando la Victoria con Honor). Ambos se fundamentan en la educación sobre los principios y valores que conducen a la toma de decisiones éticas, estos son: Confiabilidad, Respeto, Responsabilidad, Justicia, Bondad, y Civismo. Los temas que se tratan son: la toma de decisiones, problemas en el deporte, desarrollo del carácter, los seis pilares del carácter, el rol del maestro-entrenador en el desarrollo del carácter, entre otros. Estos se discuten mediante conferencias y actividades prácticas. El impacto de este programa en los Estados Unidos y en Puerto Rico ha sido favorable para lograr erradicar situaciones y conductas negativas en el deporte de todos los niveles y habilidades. Una encuesta nacional en los Estados Unidos, suministrada a 5,300 atletas de escuela superior sobre la deportividad en 2007, reflejó lo siguiente: El 90% piensa que sus entrenadores son siempre un buen ejemplo de buen carácter y ética; el 91% piensa que su entrenador actual quiere que este haga lo éticamente correcto, sin importar lo que pueda costar; el 51% opina que su entrenador se preocupa más por enseñar las destrezas positivas para la vida y desarrollar el carácter, que en ganar. Este programa se implantó en nuestro país desde el año 2010 al presente, contando con la colaboración directa del Departamento de Recreación y Deportes de Puerto Rico y ha obtenido resultados similares impactando cerca de 16.000 personas entre: administradores deportivos, entrenadores, árbitros, oficiales, maestros de educación física, padres y espectadores. Este programa ha sido reconocido por diversos líderes del país por su eficiencia, entre los que se destaca el Gobernador de Puerto Rico, el Secretario de Educación, el Secretario de Recreación y Deportes y varios Presidentes de las Federaciones Deportivas puertorriqueñas. El impacto de éste y otros programas a nivel mundial continua marcando la diferencia en la administración del deporte y la competencia deportiva que tanto sirve para edificar y construir buenas relaciones humanas, como para unir naciones enteras.
Conclusión
Las estadísticas relacionadas al uso de valores mediante la Educación Física
y el Deporte continúan revelando que se pueden lograr cambios positivos en el
comportamiento de todos los componentes involucrados en la actividad deportiva.
En la medida en que se refuercen y apoyen las iniciativas que fomentan los
valores en el deporte, se crea el ambiente propicio para instruir sobre la sana
competencia y el espíritu deportivo, elementos esenciales para mantener el
propósito fundamental de esta actividad. La deportividad representa la esencia
del deporte y junto con ella se relacionan los valores positivos que se derivan
de los actos de bondad, humanidad, conciencia colectiva, justicia social y amor
por el prójimo. Es de suma importancia inculcar los valores en el deporte ya
que resulta una manera efectiva de combatir conductas destructivas como la
violencia, adicciones, egoísmo, indiferencia, segregación y discrimen.
El maestro de educación física, al igual que el entrenador deportivo,
requieren de cualidades positivas que reflejen un carácter de integridad,
rectitud e imparcialidad para poder transmitir el mensaje de la forma más
efectiva en que el niño puede asimilar la información, a través del modelaje.
La colaboración con administradores, árbitros, padres y espectadores
fortalecen los lazos y el esfuerzo en el medioambiente, lo que propicia un mayor
aprovechamiento de la actividad físico-deportiva para el desarrollo
integral del niño. Se necesita fomentar más la investigación sobre el
comportamiento en los escenarios deportivos para justificar e impulsar la
implantación de programas nacionales sustentados por fondos de las dependencias
que rigen el deporte en cada país, con la colaboración de atletas y
entrenadores de alto rendimiento, que evoquen campañas intencionales para
fomentar e integrar los valores a la práctica deportiva. De modo que no solo se
formen personas físicamente saludables y con destrezas deportivas, sino que se
formen ciudadanos de carácter que contribuyan a mejorar la sociedad en que
vivimos.
Referencias
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