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METODOS APLICADOS DE NUTRICION Y ENTRENAMIENTO
DESTINADOS A LA CORRECCION DE ALTERACIONES
CARDIO-VASCULARES, METABOLICAS Y OSTEOMUSCULARES
De la sarcopenia a la osteopenia
Si bien nuestra sociedad padece de una serie de síntomas y esta está dividida en fumadores, adictos, bebedores, comedores, o en otros grupos como hipertensos, obesos, diabéticos etc... Cada uno de estos grupos lo conforman el 20 al 30% de la población. Sin embargo el sedentarismo, indicado como otro factor de riesgo importante para la salud, involucra a más del 70% de la población (!).Esto significa que la población en general posee una característica y que guarda directa relación con este factor de riesgo: posee una mala capacidad funcional del tejido muscular producto de una sarcopenia, una perdida importante del tejido muscular, o de la cantidad de sarcómeros, unidad contractil del tejido muscular. La tendencia actual, desgraciadamente, es pensar que este es un grave problema estético y por lo tanto el ejercicio es considerado por la sociedad, incluso la intelectual como un elemento cosmético.
No debemos dejar de tener presente que básicamente todas nuestras funciones y órganos están directa o indirectamente puesta al servicio de la producción de energía. Este fenómeno consiste básicamente en generar moléculas de ATP para que cada célula cumpla sus funciones y le dé movimiento a cada una de las partes y a todo el cuerpo.
Estas funciones van desde el almacenamiento de energía, a la distribución, y a la conversión de energía química en movimiento o mecánica. El mayor consumidor de energía es el tejido muscular por lo que el solo hecho de aumentar las demandas energéticas a los niveles que el tejido muscular es capaz de hacerlo, implica un estimulo o un stress fisiológico importante a los elementos endocrinos que movilizan y regulan la movilización de substratos, a los sistemas que los transportan, a los que los oxigenan, a los mecanismos que regulan los flujos sanguíneos, a los elementos que facilitan el transporte de membranas, a la maquinaria bioquímica o enzimática que degrada y cataliza las reacciones químicas y a los sistemas que degradan o eliminan temperatura y deshechos metabólicos productos de la combustión muscular.
Con todo esta descripción o sea que una perdida de tejido muscular es a su vez una perdida de estimulo a todos los sistemas y esto contribuye al cuadro vicioso de que a menos músculos menor movimiento y a menor movimiento menos músculo. Esto hace un balance calórico o energético positivo, en que se ingieren más calorías de lo que se gastan y esto a su vez sobreviene un exceso de peso lo cual también contribuye a una actitud sedentaria, la que finalmente deja al sistema cardiorespiratorio, circulatorio, osteomuscular y metabólico reducido a una mínima expresión y que solamente es capaz de abastecer las necesidades de un cuerpo en reposo constante. Todo esto se traduce en una incapacidad de consumir oxigeno por parte de la célula muscular, solo consume el que requiere el cuerpo en reposo, es decir unas 50 veces menos de lo que es capaz.
Este fenómeno, el de la disminución de la capacidad funcional del tejido muscular va a repercutir también en el tejido óseo, ya que este en gran parte es estimulado en su metabolismo, incluyendo la asimilación de minerales, debido a las tracciones importantes que experimenta con el movimiento intenso al igual que los impactos que este pueda recibir. De esta manera el hueso, por falta de movimiento pierde densidad mineral y calcio y da lugar a una fase o etapa preliminar a la ostoporosis llamada osteopenia.
Ejercicio y las alteraciones cardiovasculares y metabólicas
Los primeros indicios de la efectividad del ejercicio físico sobre el ser humano se enfocaron hacia el aparato cardiocirculatorio y respiratorio. Desde las ventajas que este producía en el ritmo cardiaco tanto en reposo como en el esfuerzo submáximo pasando por los cambios en los volúmenes de eyección cardiaca hasta el aumento del árbol coronario o la irrigación del miocardio. Todos estos fueron señalados como elementos importantes en la prevención de accidentes cardiacos. No dejaron de impresionar los valores que alcanzan los litros de sangre que puede impulsar el corazón por minuto durante un esfuerzo máximo como tampoco los litros de aire que el sistema pulmonar puede ventilar por minuto durante el esfuerzo.Por otro lado, concomitante a estas observaciones, el hecho de aumentar el lecho capilar periférico y algunos efectos sobre mecanismos de regulación neuroendocrina y del sistema de prostaglandina, permitieron explicar el efecto protector o preventivo en la mantención de los niveles de presión arterial.
Los mecanismos por los cuales esto sucede son numerosos y entre otros están los de los cambios que ocurren en el sujeto entrenado con respecto a los niveles de catecolaminas circulantes, los cambios de sensibilidad de los receptores, los fenómenos de síntesis de proteínas tanto estructurales como funcionales del miocardio, el aumento de la elasticidad de arterias y vasos, los cambios en la secreción de renina y todo el complejo de angiotensinas y también el sistema de prostaglandinas que hace disminuir las sustancias presoras dejando actuar más a las vasodilatadoras en complicidad con los receptores responsable de la vasodilatación de los capilares. Efecto contrario al provocado por niveles elevados de insulina que insensibiliza dichos receptores favoreciendo el efecto hipertensivo o vasocontrictor. La hipervolemia que caracteriza a los sujetos entrenados también va a favorecer procesos ligados a factores hemodinámicos propios de la presión arterial.
Sumado a estos fenómenos recién descritos, el ejercicio físico que favorece el metabolismo de ácidos grasos también contribuye a un efecto protector sobre las alteraciones cardiovasculares y metabólicas.
Los niveles de HDL, colesterol bueno, se elevan con el ejercicio, que arrastra partículas de LDL de los capilares, vasos y arterias para ser metabolizados por el hígado, evitando así la formación de ateromas que en un primer instante obstaculizan el paso de la sangre, elevando así la presión arterial y posteriormente simplemente obstruyéndola provocando así el infarto o isquemia en el correspondiente lugar donde se forma. De esta forma, el ejercicio, junto a regímenes alimenticios y algún fármaco destinado a la disminución de LDL, va a contribuir eficientemente en el efecto protector del riesgo cardiovascular. Los triglicéridos elevados disminuyen prácticamente en pocas horas después de finalizado el ejercicio y estos se mantienen en niveles normales en los sujetos entrenados.
Por otro lado la incorporación de glucosa al tejido muscular es un factor importante en el sujeto entrenado en términos de dinámica y dimensión. Los receptores de insulina aumentan su sensibilidad de manera considerable por lo que el rol de esta hormona es significativamente más eficiente que en los sujetos no entrenados. Tomado en cuenta que la glucosa durante el ejercicio atraviesa la membrana del tejido muscular sin la presencia o necesidad de insulina, es fácil poder entender el efecto protector que tiene el ejercicio en la prevención de la diabetes. La hiperinsulinemia, que arrastra una variedad importante de trastornos que van desde la retención de sodio, hasta la elevación de la presión arterial, disminuye sus niveles a las pocas sesiones de entrenamiento, estableciéndose valores cercanos a los normales sin mayores esfuerzos en cuanto a intensidades y tiempo de entrenamiento.
Como podemos observar el ejercicio físico posee fundamentos sólidos para ejercer un efecto positivo sobre este tipo de alteraciones los que sumados a los efectos de la alimentación con proporciones adecuadas de hidratos y grasas, dichas alteraciones pueden ser manejadas de manera eficiente y más aun cuando se trata de ejercer una acción preventiva, ya que el control de la ingesta de alimentos, el almacenamiento de estos, la movilización y el gasto por parte de la célula muscular ya sea a nivel citoplasmático por vía anaeróbica o a nivel mitocondrial por la vía oxidativa o aeróbica se encuentra con una capacidad funcional muy superior a la de los sujetos no entrenados.
Todo esto adquiere aun mayor preponderancia cuando los estudios longitudinales en morbilidad y mortalidad, demuestran que con el solo hecho de aumentar la capacidad aeróbica cardiovascular en términos de aumentar uno o dos minutos o 1 ó 2 kilómetros la capacidad de efectuar trabajo físico, los factores de riesgos disminuyen en un 2 a 3 %. Sugiero en esta materia de manera muy especial los trabajos publicados por S. Blair del Instituto Cooper.
Ejercicio físico y alteraciones osteomusculares
Desgraciadamente una gran parte de los síndromes relacionados con articulaciones, músculos o huesos, están acompañados de procesos inflamatorios por lo consiguiente es una alteración dolorosa.Me parece que esta es una cuestión netamente médica y farmacológica y que en las crisis agudas o cuadros agudos nada tiene que hacer el ejercicio físico, sino más bien el reposo y el tratamiento kinésico.
En los cuadros crónicos en que el paciente a aprendido a vivir con el dolor, el entrenamiento del aparato osteoarticular empieza a jugar algún rol y básicamente mediante la estimulación en el recambio de proteínas, de la secreción de endorfinas y del aumento de la micro circulación.
"El control del dolor y de la inflamación, la pronta movilización y la especificidad de los ejercicios y su respectiva progresión de la intensidad parece ser la mejor oportunidad para el sistema osteomuscular para restaurar la normalidad de la función cardiovascular y músculo esquelética" (Med. Sci. Sport and Exercise.Vol 31[1]). El dolor de columna es la quinta patología en numero de consultas en los países desarrollados y la primera causa por la cual existe semi invalidez y ausentismo laboral y las publicaciones científicas señalan que el éxito del tratamiento esta compartido entre los fármacos, el reposo y el ejercicio físico por partes iguales.
Otra evidencia que ayuda a sostener la efectividad del entrenamiento físico en la prevención y tratamiento de diversos tipos de alteraciones osteomusculares, es que en las personas físicamente entrenadas el índice de afecciones de esta índole es significativamente menor.
Pero sin duda, los efectos sobre el hueso son bastante más importante por la gravedad que representa las alteraciones que este sufre que lo llevan hasta la fractura.
El sistema óseo posee huesos que se denominan cortical, ( por lo general los huesos largos) y el trabecular, que como su nombre lo dice esta compuesto por trabéculas y está ubicado en la cabeza del radio, el cuello del fémur y los cuerpos vertebrales. Estas trabéculas, con leves desmineralizaciones quedan expuestas a fracturas por compresión, o impacto. Acá es donde las adecuadas dosis de calcio durante toda la vida y la presencia sistemática de impactos sobre el hueso como así mismo la tracción que ejercen los músculos sobre las palancas óseas, hacen posible que el hueso presente resistencia optima durante gran parte de la vida. Muy especial atención requiere este proceso en la mujer en su periodo post-menopausico, etapa en que la ausencia de estrógenos perturba los procesos normales de captacion de calcio y se estimulan los de eliminación o degradación de los minerales óseos produciéndose una perdida de la densidad mineral ósea. Esto básicamente se localiza en la perdida de equilibrio entre la actividad osteoblástica que regenera hueso y la osteoclástica, que degrada hueso, siendo esta ultima mayor.
Definitivamente el ejercicio físico con sobrecarga es el tipo de esfuerzo más adecuado para la mantención del tejido óseo trabecular ya que este aumenta la densidad del tejido y además contribuye a la conformación de una arquitectura de las trabéculas que hace más resistente al hueso a la fractura.
Si nos referimos a los procesos de adaptación funcional y estructural que ocurren con el ejercicio, podemos entender que estos no ocurren solamente a nivel del tejido muscular sino también a nivel del hueso, como lo vimos, a niveles de tendones, ligamentos y cartílagos. En la medida que estas estructuras sean solicitadas de manera continua y con adecuadas intensidades, se van a ir renovando y conservándose en mejor estado que si no tuvieran ese requerido recambio de proteínas tanto estructurales como funcionales que produce el ejercicio físico.
Por lo tanto este fenómeno, el de adaptación, ocurre en el músculo, el cual va a proteger la articulación y estimula al hueso, al ligamento, a tendones y al cartílago articular conservando así los diferentes, diversos y numerosos " sistemas" ostoarticulares con una capacidad funcional en buena condición.
Básicamente este es el proceso de prevención en primer lugar, el de terapia y corrección en segundo, que hace al ejercicio muscular un elemento fundamental para contrarrestar las alteraciones de estos tejidos que están comprometidos con características genéticas por parte del paciente pero también por las del medio ambiente y entre ellos, una vez más, la alimentación y el ejercicio.
Evaluación y reorientación del plan de entrenamiento
Sin duda que todo lo anteriormente escrito, es la base de esta parte ya que de nada sirve planificar sin entender porque. Nunca olvidare cuando en un congreso a un investigador se le catalogo de teórico y mi tutor, Dr. Héctor Croxatto, Premio Nacional de Ciencias, le replico "no puede haber una buena practica si no esta respaldada por una excelente teoría".Como pudimos observar las variables biológicas que están involucradas en los procesos de adaptación al entrenamiento son múltiples y en la medida que tengamos acceso a ellas va a ser la medida en que podamos orientar nuestra metodología y definir así de manera más precisa nuestros objetivos.
El plan debe iniciarse y confeccionarse cuando la historia clínica y medica fue confeccionada, cuando se analizo el perfil bioquímico y se confecciono el "metabolic fitness" del paciente, se efectuó el diagnostico del "physical fitness" y se obtuvieron las necesidades que debía el plan de ejercicios cubrir.
Pues bien al cabo de un tiempo, no mayor de 45 días ni menor de 30, se debe evaluar y comparar los valores de algunas de las variables anteriores con los encontrados nuevamente después de haber tomado los mismos test y exámenes en similares condiciones a las anteriores. Estos tests indudablemente deben ser escogidos en primer lugar por el nivel o grado que se escapan de un padrón denominado de normalidad. Si la presión arterial del sujeto es mayor a los valores de 120/80, indudablemente que es un parámetro al que debemos supervisar y dedicar nuestro esfuerzo u objetivo. En segundo lugar contemplar los intereses del paciente desde un punto de vista funcional y acá también debemos tener cuidado y priorizar las cualidades físicas. ¿Que haría Ud. si un paciente con una deficiente respuesta cardiovascular al esfuerzo posee también un dolor de espalda o simplemente su musculatura abdominal es deficiente?. ¿Por dónde empieza su plan de ejercicios?.
Unicamente considerando los cambios experimentados y los no experimentados, se pueden efectuar una serie de modificaciones en el plan de entrenamiento y básicamente en aspectos biomecánicos mas que en aspectos de intensidad y volumen de entrenamiento, cuando se tiene en cuenta y cierto grado de seguridad en el pre establecimiento de las cargas de trabajo.
Seguramente este aspecto se presta a confusión debido a la interacción entre la biomecánica y la carga de trabajo. Existen ciertas cargas para ciertos grupos musculares que modificando la acción biomecánica en la ejecución, sin cambiar la carga esta varia por la variación de los ángulos de partida del movimiento, de tomada de la carga y de llegada o finalización del movimiento.
El otro punto interesante es que si se efectúa un control cercano del plan o de cada sesión de entrenamiento, podremos ver claramente si la carga debe ser modificada al segundo o cuarto entrenamiento, ya que lo ideal es ir controlando en cada sesión ya sean los segundos o minutos trotados y caminados, la frecuencia cardiaca alcanzada o bien el número de repeticiones que va logrando hacer a medida que avanza el entrenamiento. Esto es todo posible cuando no se caiga en el tradicional método de dar el número de series y de repeticiones previa y rígidamente como también el número de minutos o velocidad que cada paciente debe hacer.
¡Debe imperar el sistema de autodosificación y autocontrol en el entrenamiento moderno destinado a la modificación de variables bioquímicas y fisiológicas. De lo contrario se cae en el tradicional esquema que ha desprestigiado esta actividad y que es la de adaptar al paciente a un sistema de entrenamiento y no al entrenamiento a las características del paciente!
Para tener en cuenta
CONTROL DE VARIABLES METABOLICAS EN LOS NIVELES DE ENTRENAMIENTO Y CONDICION FISICA.
- CUADRO BASICO. NECESIDADES DE MICRO Y MACRONUTRIENTES.
- EL PERFIL BIOQUIMICO. RELACION CON VARIABLES FISIOLOGICAS.
- MECANISMOS DE ADAPTACION. ROL EN PREVENCION EN SALUD.
- CUADRO BASICO. REGULACION NEUROENDOCRINA.
- UMBRAL OPTIMO DE EJERCICIO. MECANISMOS DE ADAPTACION.
- CONTROL DEL ENTRENAMIENTO Y SU DOSIFICACION.
Objetivos
- OBSERVAR y reflexionar en relación de las "distintas" necesidades nutricionales y especular acerca del rol o necesidad "diferente" en sujetos sometidos a diversos tipos de entrenamiento.
- ENTENDER la necesidad de incorporar el concepto metabolic fitness y correlacionarlo con el de physical fitness.
- COMPRENDER e interpretar al diagnostico que señala el tipo de entrenamiento y la prevención de diversas alteraciones en salud incluida la de composición corporal.
- SABER que el entrenamiento físico altera los perfiles hormonales y según el rol de cada una de ellas va a ser el impacto especifico que el entrenamiento puede tener.
- CAPTAR que solo las características del estimulo en intensidad y duración adecuada, predisponen a la microfractura o lesión fisiológica, a la liberación de metabolitos y así da paso a la estimulación endocrina y consiguiente reparación.
- DETERMINAR mediante la microscopía, la determinación de metabolitos, la RMN, el sistema inmunológico y ciertas hormonas y la percepción vía índice de Borg como mecanismos de diagnostico pueden ser eficaces en la determinación de las características del entrenamiento.
- COMPRENDER que la optimización de los diversos tipos de esfuerzo y la consiguiente estimulación de la síntesis de proteínas estructurales y funcionales permitirán dosificar adecuadamente el respectivo ciclo de entrenamiento.
Conclusión
La metodología indirecta que comúnmente se utiliza para el diagnostico de la capacidad funcional de órganos y sistemas esta siendo gradualmente reemplazada y no necesariamente por métodos invasivos. El nivel, las adaptaciones o el efecto crónico del entrenamiento es importante pero su magnitud dependerá del efecto agudo que produzca en cada entrenamiento ya que esto permitirá adecuar dosis optimas de entrenamiento y de reposo. La entrenabilidad de parámetros bioquímicos y fisiológicos que guardan relación con la salud y el rendimiento físico y deportivo, va a depender de las características genéticas del individuo y de como estas se orienten con un entrenamiento adaptado a dichas características y que considera el tipo de potencial, el umbral de estimulación y los fenómenos de recuperación y adaptación del sujeto.Ref: A. Viru., C. Bouchard, J. Simoneau, P. Depres, J. Pollock., A.Seen., C. Saavedra., I. Vuori. Todas referencias que se encuentran en el Medline de Ciencia y Medicina y en http://www.efdeportes.com/ en Internet.
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Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com/ revista digital · Año 4 · Nº 15 | Buenos Aires, 08/99 |