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La autovaloración como mecanismo de autorregulación de la personalidad del deportista juvenil |
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ISCF Manuel Fajardo Villa Clara (Cuba) |
Dra. María Antonia Riera Milián riera54@yahoo.es |
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Presentado en el Simposio Científico Metodológico para el Deporte de Alto Rendimiento.
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 99 - Agosto de 2006 |
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Desarrollo
Es imposible estudiar el poder regulador y efectivo de la autovaloración, si no se tienen en cuenta las necesidades que se encuentran en su base porque la autovaloración no es un reservorio de contenidos conceptualizados, sino una integración relativamente estable de conceptos, reflexiones, valoraciones y vivencias del sujeto sobre sí mismo que se actualiza en cada implicación concreta con las tendencias esenciales de su desarrollo como expresara González Rey en investigaciones realizadas al respecto.
El nivel de conceptualización y elaboración del deportista sobre determinados elementos autovalorativos, evidencia la fuerza de los motivos en que dichos elementos se integran y expresan. Estas ideas reafirman la importancia de la autovaloración como el eje de todo el proceso de autorregulación del comportamiento.
El carácter inadecuado de la autovaloración ya sea por defecto o exceso explica que el deportista se forme una idea de sí que no corresponde con la realidad. Esto conduce a que se enfrente a constantes fracasos y a contradicciones con los que lo rodean. Una autovaloración adecuada se asocia a un nivel de pretensiones que le permita trazarse metas acordes con sus posibilidades. La valoración personal que se forma a partir de las valoraciones de los demás, una vez que se estabiliza, se convierte en un motivo interno, autoeducativo y de autotransformación de la personalidad.
El núcleo de la regulación del deportista lo ocupa la autovaloración, de todo lo que acontece dentro y fuera de sí mismo, de las condiciones reales con que cuenta para ejercer un control y de los recursos más efectivos para lograrlo.
Un aspecto importante en esta etapa juvenil, según diagnóstico del desarrollo moral en jóvenes cubanos es el relacionado con la elaboración de los contenidos de la autovaloración y la insuficiente expresión de elementos autocríticos aspectos que están presentes de igual forma en los deportistas investigados y que hay que considerar por la importancia de este mecanismo de autorregulación en el desarrollo y educación de la personalidad esta etapa.
En investigaciones realizadas por Riera Milián (1999) en equipos juveniles se ha constatado la escasa utilización de metas de autoperfeccionamiento y el énfasis en metas por el resultado en los deportistas, en función de alcanzar un lugar determinado: esto conlleva a que en ocasiones, aunque se realice un buen desempeño técnico táctico, no se alcance en la competencia el lugar esperado y se provoquen estados de frustración por un manejo inadecuado del entrenador para el logro de los objetivos de la actividad física y el deporte. Estas investigaciones en equipos juveniles realizadas por la autora, por mas de diez años, han permitido la caracterización de dos tipos de frustración en los deportistas juveniles estudiados, partiendo de la síntesis reguladora de su comportamiento lo que permite una visión mas integradora de este estado: La reacción situacional de displacer y el estado de displacer frustrante.
La reacción situacional de displacer es vivenciada por deportistas que ante situaciones conflictivas o difíciles experimentan tensión, irritabilidad e inseguridad y un estado general de disconfort. Estas reacciones suelen desaparecer rápidamente sin traer mayores consecuencias en sus relaciones interpersonales, ya que hacen uso de sus mecanismos de autorregulación, compensando y encontrando una solución adecuada al problema.
Estos deportistas mantienen un cierto equilibrio entre el nivel de pretensiones y el de logros, aunque presentan dificultades con la flexibilidad autovalorativa por lo que expresan inconformidad con los resultados que obtienen, lo que es expresión de la insuficiente disposición en ocasiones para asimilar elementos disonantes en relación a la tendencia general de su Personalidad.
El estado de displacer frustrante es vivenciado en deportistas con una tendencia a la subvaloración en relación a sus posibilidades y un rápido desmoronamiento ante el fracaso. Estos deportistas llevan conscientemente dentro de sí la expectativa del fracaso, lo cual afecta los resultados y la preparación para obtenerlos, pues siempre se muestran escépticos e inseguros. Esta situación provoca como consecuencia, el temor y la duda sobre el alcance de sus metas, creándose una brecha generadora de tensión y frustración que desorganiza levemente su comportamiento, provoca además conductas negativas en los deportistas e inseguridad asociada a las reiteradas vivencias de fracaso, que se vuelven mantenidas, más profundas y estables, provocando angustia, desesperación e inestabilidad afectiva.
Este estado se presenta también en deportistas con autovaloración inadecuada por exceso, donde sus mecanismos de autorregulación se tornan desestabilizados. Así reaccionan agresivamente y orientan su agresión a factores externos a sí mismos, la vivencia es más profunda, estable y duradera pues logra implicarlos provocando conductas agresivas, regresivas y evasivas. Esta reacción emocional inadecuada puede estar asociada a un nivel de aspiración artificialmente elevado que genera tensión e inseguridad. Los deportistas se sobrevaloran y encubren en ocasiones su inseguridad con agresividad y prepotencia, lo que afecta sus relaciones interpersonales que se vuelven conflictivas.
Estas reacciones constituyen elementos dañinos para el desarrollo integral del deportista juvenil pues tienen en su base individualismo y falta de autocrítica por lo que se considera un objetivo importante de la preparación psicológica en esta etapa de consolidación de la personalidad.
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revista
digital · Año 11 · N° 99 | Buenos Aires, Agosto 2006 |
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