Surgimiento, apogeo y decadencia de los maratonistas de Argentina en los Juegos Olímpicos |
|||
Profesor de Educación Física Entrenador Nacional de Atletismo |
Jorge de Hegedüs jhegedus@uolsinectis.com.ar (Argentina) |
|
|
Resumen |
|||
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 96 - Mayo de 2006 |
1 / 1
Determinadas naciones se han caracterizado por su prevalencia en alguna disciplina deportiva específica en las grandes confrontaciones internacionales, y en este caso me quiero referir a los Juegos Olímpicos. En efecto, los yudocas japoneses se han llevado hasta ahora gran caudal de medallas de todo tipo de metales de en dichos eventos, los cubanos en boxeo, los norteamericanos en básquetbol, los rumanos en kayak, los rusos en gimnasia, etc. ¿Qué ha sido de nuestro país, la República Argentina? Es indudable que los polistas argentinos han predominado tanto en 1924 y en 1936. Su solvencia en este deporte de elite ha sido de verdadera jerarquía, y si no han ganado más medallas de oro ha sido porque dicho deporte dejó de formar parte de la agenda olímpica. Pero ha existido para nuestro país otra gran especialidad, la cual ha dado mucho que hablar en su momento: el maratón.
Los maratonistas argentinosEn realidad, Latinoamérica ya tuvo su papel en la difícil especialidad del maratón (42,195 km) en los lejanos Juegos Olímpicos de St. Louis, 1904, cuando el moreno cubano Félix Carvajal de Soto, corriendo con zapatos de calle ocupó el honrosísimo cuarto lugar. Luego en 1928, en Ámsterdam, el legendario corredor chileno Miguel Plaza Reyes obtuvo la medalla de plata para su país con 2:33.23 h.
Pero en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles ? 1932 ? le llegó el turno a los fondistas argentinos. Poco tiempo antes de dichos juegos se tenían grandes expectativas con el gran corredor finlandés Paavo Nurmi, el cual ya había obtenido 9 medallas de oro en competencias de larga distancia a través de tres Juegos Olímpicos (1920 - 1924 - 1928) y que mediante un test que había hecho dos meses antes sobre 40 kilómetros, el resultado dejó estupefacto a todos los entendidos: 2:20 h. (¡!). Se especulaba que este corredor SUOMI podría cubrir dicha clásica distancia en menos de 2:30 h. registro asombroso para esa época. Pero Nurmi no pudo participar en el maratón olímpico dado que fue descalificado debido a que en una gira que hizo por los Estados Unidos y Canadá se había embolsado cierta cantidad de dinero. Debido a las reglas de esa época, el corredor finlandés había pasado a ser atleta profesional y esto lo imposibilitó para participar en dichos Juegos.
De esta manera el campo estaba abierto para que un gran corredor argentino se llevara el sitial de mayor jerarquía, la medalla de oro. Nos tenemos que referir a Juan Carlos Zabala, llamado "el ñandú de las pampas". Zabala había quedado huérfano desde muy pequeño y por lo tanto fue criado en un orfanato. Siendo prácticamente un niño mostró grandes aptitudes como atleta, especialmente por su resistencia. Por dicha causa pasó a manos de un entrenador alemán llamado Alexander Stirling. En 1931, Zabala demostró sus grandes dotes al establecer el récord mundial en los 30 kilómetros, 1:42.30.4 h. Lo interesante que meses más tarde dicha marca fue mejorada nada menos que por otro argentino, José Ribas, el cual corrió dicha distancia en 1:40.57.6 h.
Sin embargo en Los Ángeles fue Zabalita el representante argentino. Este gran atleta corrió casi de punta a punta en el primer lugar. Se impuso en 2:31.36 hs. (R.O.). Después de cruzar la línea de llegada nuestro atleta colapsó, en demostración de que su entrega había sido total.
Luego de ello siguieron los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936, en donde Zabala vuelve a representar a la Argentina. En ese momento se encontraba en gran forma, hasta se puede conjeturar que era seguro ganador. En esos mismos juegos corre los 10 mil metros y ocupa un excelente sexto puesto con 31.22.0 min. demostrando que estaba incluso muy veloz. Sin embargo esa fue precisamente su perdición dado que una vez que sonó el disparo de largada le imprimió a la carrera un ritmo infernal. Debido a ello colapsó y abandonó pasados los 30 kilómetros. Pero los fondistas argentinos volvieron a demostrar su gran solvencia en los primeros Juegos Olímpicos posteriores a la II Guerra Mundial, en Londres, 1948.
Londres, 1948La actuación de los fondistas argentinos fue realmente brillante. El conocido corredor argentino Delfo Cabrera se impone con 2:34.51.6 hs. Pero otros dos atletas compatriotas suyos, Eusebio Guiñes y Armando Sensini llegan en el quinto y noveno (2:36.36 y 2:39.30 hs. respectivamente). Delfo Cabrera -de profesión bombero- siempre se mostró como un consumado atleta en el ámbito internacional, llegando a cosechar varios títulos sudamericanos, desde los 3 mil metros hasta el maratón.
Helsinki. 1952Aquí cerrarían los fondistas argentinos su broche de medallas en el maratón. De ello se encargó el atleta Reinaldo Gorno, el cual tuvo la "desgracia" de encontrarse con un corredor de grandes kilates como lo había sido el inolvidable Emil Zatopek. Gorno logra la medalla de plata con 2:25.35 h. e inclusive Delfo Cabrera vuelve a competir, lo hace casi nueve minutos más rápido con relación a su triunfo de Londres: 2.26.42.0 y con ello obtiene "solo"… el quinto lugar, el cual, de todas maneras, nos lo ha mostrado como un atleta muy sólido.
Melbourne, 1956: lo insólitoDesde casi principios de la década de los años cincuenta del siglo pasado hubo un fondista argentino que dominó prácticamente la órbita de Sudamérica, se trató de Osvaldo Suárez, representante del club Independiente. Este atleta era prácticamente imbatible desde los 3 mil metros hacia distancias mayores, estableciendo récords hasta los 10 mil metros. Fue el primer corredor en la órbita sudamericana en correr por debajo de los 30 minutos en esta última distancia. Estaba en condiciones hasta para lograr la preciada medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Melbourne, Australia (1956). Pero este gran deportista había recibido mucho apoyo por el gobierno de Perón que había estado constitucionalmente en el gobierno y había sido depuesto por un golpe militar en el año anterior. La Revolución Libertadora crea una comisión investigadora y sanciona a más de 100 deportistas de distintas disciplinas, sobre todo a los que pertenecían a sectores populares, por haber recibido beneficios e incentivos del tirano prófugo. En la lista negra se encuentra Osvaldo Suárez, por lo que no pudo integrar la delegación de Argentina para estos magnos juegos, perdiéndose nuestro país una excelente oportunidad en la clásica distancia del maratón. La misma fue ganada por el argelino-francés Alain Mimoun con 2:25.00, registro que estaba perfectamente al alcance de Suárez. Al año siguiente se le levantó la prohibición a este atleta y en el Campeonato Sudamericano que se disputó en Montevideo en el año 1958 gana con gran solvencia los 5.000, 10.000 y la media maratón. Pero la actuación de Suárez no terminó ahí, dado que siguió en Roma.
Roma, 1960El representante argentino para esta disciplina fue nuevamente Osvaldo Suárez. Esta vez tenía que enfrentarse a las escuadras africanas que estaban irrumpiendo en las carreras de fondo en el atletismo. Aquí ocurrió algo curioso y que nos señala graves fallas en la conducción del deporte argentino, al menos para ese entonces. En Roma hacía un calor infernal, y las pruebas de pista, las cuales se corrieron con temperaturas sobre los 40ºC. hicieron que algunos corredores colapsaran después de los 3 mil metros con obstáculos al igual que en los 5 y 10 mil metros. Con el maratón ocurrió algo similar dado que se largó, con buen criterio, al atardecer, pero de todas maneras hubo en ese momento una temperatura de 35ºC. A Osvaldo Suárez se le aconsejó que "no cayera en la trampa de tomar líquido por el calor", debido a que podría sufrir por ello problemas gastrointestinales. Según lo relató el mismo Suárez al suscrito, "cada vez me sentía peor, estuve a punto de derrumbarme a los 35 kilómetros, y estaba en ese momento en el puesto Nº 25. Por dicha causa tomé la decisión de hacer lo mío y dejar de lado los 'consejos' que me habían dado con relación al agua (sic); me detuve en ese puesto de aprovisionamiento -kilómetro 35- y tomé.. tome... tomé todo el líquido que pude. Desde ese momento hasta el kilómetros 38 caminé y troté, pero a partir de ahí fui otra persona, me sentí mucho mejor, de tal forma que desde el vigésimo quinto lugar pasé en el lapso de cuatro kilómetros a dieciséis corredores (¡!)".
Osvaldo Suárez finalizó el maratón en el noveno lugar. Él mismo reconoció que si hubiera encarado la distancia en otras circunstancias, es decir, abasteciéndose debidamente del precioso líquido, hasta hubiera podido obtener por lo menos la medalla de bronce. Con este corredor finalizó prácticamente la actuación de Argentina en los Juegos Olímpicos.
A partir de ese momento los africanos, algún europeo y hasta los fondistas brasileños comenzaron a llevarse las palmas, no solamente a nivel olímpico, sino también en las grandes confrontaciones internacionales. En cierto momento se tuvo grandes esperanzas en el fondista Antonio Silio, el cual llegó a registrar 2:09.57 hs. pero a nivel olímpico nunca pudo estar a la altura de las circunstancias dado sus continuos abandonos.
La Argentina no cuenta en estos momentos prácticamente con ningún maratonista de gran rendimiento. Es cierto que en las distintas maratones que se disputan organizadas por la Confederación Argentina de Atletismo, como también bajo el patrocinio de alguna firma comercial deportiva, son muchos los participantes, hasta miles, los cuales, en su gran mayoría tienen como único fundamento el de completar la distancia de algún modo. Pero el hecho significativo es que para ser un buen corredor de maratón es necesario ser capaz de correr por debajo de la media hora los 10 mil metros con entrenamiento para maratón. Esto significa además que se necesitan absolver aproximadamente unos 200 kilómetros semanales de carrera, los cuales deberían tener características determinadas y específicas desde el punto de vista funcional. Además, el deporte de alta competencia -en cualquier especialidad- debe de estar respaldado por condiciones paralelas, sea desde el punto de vista social y científico, las cuales, desgraciadamente en nuestro país no se están dando en estos momentos. En las primeras décadas del siglo pasado bastaba tener simplemente buenas condiciones genéticas, algún entrenamiento planificado empíricamente. Pero actualmente ello no basta, sobre todo teniendo en cuenta que se está corriendo esta gran distancia a menos de tres minutos por kilómetro.
Los fondistas argentinos tienen condiciones para las carreras de fondo, y si unimos a ello los modernos criterios del entrenamiento, la ciencia y una buena política deportiva, podremos llegar a recuperar todo aquello que en su momento obtuvieron Juan Carlos Zabala, Delfo Cabrera, Eusebio Guiñes, Armando Sensini y Osvaldo Suárez.
Fotos
Juan Carlos Zabala luego de cruzar la meta victorioso en la maratón de Los Ángeles.
Delfo Cabrera cruzando la meta victorioso en Londres, 1948.
Osvaldo Suárez, hoy.
revista
digital · Año 11 · N° 96 | Buenos Aires, Mayo 2006 |