Un juego originado en la época precolombina en América del Norte: el Lacrosse en la Educación Física de Secundaria |
|||
Licenciado en Educación Física Perteneciente al Cuerpo de Profesores de Secundaria de la Junta de Castilla y León. Jefe de Departamento de Educación Física y Deportiva del IES Santo Tomás de Aquino, de Íscar, Valladolid En posesión de la Suficiencia Investigadora por la Universidad de Valladolid. En Etapa Final de Tesis Doctoral. |
Julio César Rodríguez de la Cruz juliocesarrodri@mixmail.com (España) |
|
|
|
|||
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 96 - Mayo de 2006 |
1 / 1
Contextualización
Para conseguir los objetivos formulados en la Programación Didáctica que el departamento de Educación Física y Deportiva del IES "Santo Tomás de Aquino" de Íscar (Valladolid) tiene elaborada para la etapa obligatoria de la Secundaria, abordamos, entre otros contenidos, una amplia y diversa gama de actividades físicas y juegos deportivos.
Apostamos por una vivencia de contenidos en vez de un aprendizaje pormenorizado de los mismos, lo cual no nos impide, en ocasiones, intentar asentar algunos modelos o gestos técnicos específicos de las modalidades deportivas trabajadas. Entendemos que esta circunstancia nos obliga a que la oferta de modalidades en cada uno de los cursos de la E.S.O., salvo escasas excepciones, no se repita.
Como novedad, desde hace un par de años estamos planteando la práctica del lacrosse, convirtiéndonos en uno de los pocos Institutos de Enseñanza Secundaria de la provincia de Valladolid que lo emplea como contenido deportivo en el área de la Educación Física.
Breve historia del LacrosseSe acostumbra a decir que el origen del lacrosse se encuentra en un juego practicado por muchas de las tribus indias del Norte de América como los Cherokees, Hurones, Iroqueses, Mohawk... Puede aparecer bajo diferentes nombres: "Baggataway" (juego del Creador), "Tewaarathon" (pequeño hijo de la guerra), "Dehuntshigwa'es" (hombre golpeando con un objeto redondo), "Da-nah-wah'uwsdi" (pequeño juego de la guerra)
En todos ellos se empleaba un palo con una red en uno de sus extremos con el objeto de recoger, desplazarse y lanzar una pequeña pelota que solía ser de madera recubierta de cuero. El campo de juego no tenía unas dimensiones concretas preestablecidas, pudiéndose llegar a jugar en un terreno de varios kilómetros de extensión. Lo mismo ocurría con el número de jugadores, habiendo datos que apuntan a la participación de miles de individuos. La duración del juego tampoco estaba delimitada, de forma que podía prolongarse durante varios días completos. En síntesis, se trataba de un juego rudo y de gran dureza física en el que no se empleaba protección alguna.
Su práctica estaba asociada a diversas motivaciones y finalidades: para levantar el ánimo de los individuos; para prevenir e, incluso, sanar las enfermedades; para dar bienestar; como entrenamiento y preparación para la guerra; celebración de ritos religiosos (creían que con su práctica se podían acercar y comunicar con el mundo de los espíritus, rogaban por una buena cosecha...) y, sobre todo, cuando la palabra no lo conseguía, era el medio utilizado para la solución de conflictos que surgían entre familias, clanes o tribus.
Con este juego se encontraron los jesuitas franceses que en los albores del siglo XVII llegaron a esas tierras con el propósito de evangelizar a los nativos. Estos religiosos llamaron al juego "jeu de la crosse", ya que el palo con el que jugaban se asemejaba al báculo de los obispos franceses ("crosse" en francés). Suponemos que posteriormente el concepto se transformó, por un fenómeno de asimilación de las palabras, en el hoy conocido lacrosse.
Desde entonces, el lacrosse ha evolucionado en sus normas y formas de juego, siendo en la actualidad el deporte nacional de Canadá (para conocer más sobre la historia de este juego recomendamos la consulta de la Fuente [1])
"Tewaarathon" o "Baggataway" (tomado de la Fuente [2])
Aplicación al ámbito educativoCuando el lacrosse se emplea en el contexto educativo se hace con una modificación sustancial de sus reglas "oficiales", lo cual permite una mejor adaptación y aplicabilidad a dicho contexto, consiguiendo así un mayor provecho para los propósitos del profesorado de Educación Física. A esta versión adaptada se la denomina intercrosse. No obstante, nosotros seguiremos empleando el término lacrosse.
En líneas generales, es un juego de equipo, cinco contra cinco, cuya esencia reside en conseguir el mayor número de goles introduciendo una pequeña pelota en una portería mediante la utilización de unos bastones con una cesta en uno de sus extremos. El espacio de juego tiene las dimensiones de un campo de balonmano, variando el tamaño y ubicación de las porterías. No se permite el contacto físico y está penalizada la pasividad cuando un jugador tiene posesión de la bola, de tal suerte que siempre debe desplazarse corriendo y no puede retenerla controlada más de 5 segundos. Es obligatorio que, salvo algunas excepciones, el bastón se sujete siempre con las dos manos. Por último, se suelen establecer tres periodos de 15 minutos de duración cada uno.
Foto 1. Lacrosse escolar: "intercrosse" Foto 2. IntercrosseComo se habrá podido deducir, por el material tan poco habitual necesario para su práctica se trata de un juego deportivo muy original que será fuente de una estimulante motivación entre el alumnado (lo cual hemos comprobado que también suele ocurrir con frecuencia en todos los juegos y deportes "de bastón"). Además, va a requerir de la puesta en juego de una amplia gama de habilidades motrices y capacidades físicas, así como de ciertos valores y conductas sociales propias de los deportes de equipo. Todas estas circunstancias son avales suficientes que garantizan, a priori, su eficacia en la enseñanza de la Educación Física en Secundaria.
Por ir concretando nuestra propuesta para el ámbito educativo, a través del trabajo de tareas y actividades propias de este juego pretendemos conseguir, entre otros, los siguientes objetivos:
1. Desarrollar las capacidades físicas y motrices, con especial hincapié en la resistencia, velocidad de desplazamiento y gestual, y agilidad. Qué duda cabe que un juego de equipo de las características definidas anteriormente va a contribuir de forma notable a trabajar ciertas cualidades físico-motrices.
2. Favorecer la puesta en juego de la coordinación óculo-manual a través de tareas propias de precisión (pases, recepciones y lanzamientos). El denominador común de muchas de las tareas que se propondrán va a ser la necesidad de demostrar precisión (o puntería) en la acción motriz específica con el crosse.
3. Posibilitar el uso de materiales reciclados para la elaboración del crosse y pelotas. No emplearemos únicamente los bastones estandarizados por las casas comerciales (Foto 3), sino que además podemos elaborar nuestros propios crosses a partir de botes de lejía o suavizantes y un mango de material PVC, pudiendo así variar la longitud del bastón (largo o corto), lo que posibilita diversas formas y modalidades de juego (Foto 4)
Foto 3. Bastones "oficiales" Foto 4. Bastones con material recicladoAdemás, las pelotas se pueden hacer con papel de periódico forrado con celofán, reduciendo así el peligro de daños por posibles impactos de las convencionales de plástico que son algo más duras (Foto 5)
Foto 5. Pelotas "oficiales" y de papel4. Estimular el trabajo en pequeños grupos a través de un empleo no desproporcionado de la competición. Ya sea trabajando por parejas, tríos o pequeños grupos de no más de seis chavales (preferimos emplear siempre grupos con componentes pares) contribuye a la comunicación y cooperación entre todos ellos, aumentando la propia motivación del grupo de manera independiente del resto de la clase.
5. Favorecer el trabajo cohesionado de alumnos y alumnas. La elaboración de equipos mixtos impulsa las relaciones entre ambos sexos, garantizando la participación de todos por igual (Foto 6)
Foto 6. Chicos y chicas jugando juntos al lacrosse6. Propiciar la creación de juegos y tareas por el propio alumnado, implicándose aún más en su proceso de enseñanza-aprendizaje. A partir de propuestas presentadas por el profesor, provocamos que sean los mismos alumnos/as quienes inventen sus propios juegos o tareas en relación con lo trabajado hasta el momento.
7. Recuperar y conocer juegos practicados desde tiempos inmemoriales. Hay un documento escrito de 1553 (Álvarez y otros, 1997) en el que se menciona algunos de los juegos propios de esa época. Entre ellos se encuentra un juego que guarda ciertas similitudes con el lacrosse: la vilorta.
Nuestra experienciaUna vez conocidas las características y peculiaridades de este juego decidimos incluirlo en nuestra Programación Didáctica convencidos de que los resultados que podíamos alcanzar con su práctica serían positivos.
El siguiente paso era concretar en qué curso de la Educación Secundaria Obligatoria lo introduciríamos. Finalmente, nos decantamos por llevarlo a cabo en el tercer curso puesto que las características psico-evolutivas y sociales de la franja de edad comprendida entre los 14 y 16 años nos parecían las más idóneas para abordar contenidos propios de este juego deportivo.
Puesto que toda intervención pedagógica que se precie debe estar convenientemente programada y sistematizada, diseñamos una Unidad Didáctica que diese sentido y forma a todas nuestras intenciones educativas. La Unidad Didáctica en cuestión se titula "Una cesta en un bastón: juguemos al lacrosse" (Tabla 1)
Conviene matizar que la aplicación que hemos efectuado del lacrosse está totalmente adaptada a nuestro contexto, instalaciones y propósitos educativos, es decir, nuestro empeño se ha centrado en emplear sus materiales, gestos motores y algunas normas de su reglamento para provecho y logro de nuestros objetivos explicitados anteriormente, por lo que ni tan siquiera podemos decir que lo realizado en nuestras clases sea intercrosse.
Después de dos años escolares empleando el lacrosse con el alumnado de 3º de E.S.O., podemos concluir afirmando que los buenos resultados obtenidos han certificado nuestras previsiones iniciales. Además de la consecución de todos los objetivos previstos en un principio, hemos descubierto una riqueza de posibilidades prácticas en forma de tareas y juegos que contribuyen a relanzar y potenciar el currículo de la Educación Física de una forma innovadora, dejando al margen prácticas hegemónicas en nuestra disciplina.
Para terminar, recogemos las palabras textuales que una alumna ha anotado en su cuaderno de clase en el último día que trabajamos la Unidad Didáctica correspondiente, las cuales ilustran la opinión más extendida entre el alumnado respecto del lacrosse.
"Es un deporte que yo nunca había practicado pero me he dado cuenta que es muy divertido, rápido, amistoso… ¡es genial! Si por mí fuera, jugaríamos partidos de lacrosse más a menudo, porque yo creo que ha gustado mucho en general. No tengo muchas más palabras para decir siempre lo mismo: ¡VIVA EL LACROSSE!"
Tabla 1. Unidad Didáctica sobre el lacrosse
Bibliografía y fuentes de información empleadas
ÁLVAREZ DEL PALACIO, E. y otros (1997): Cristóbal Méndez y su obra - 1553. Transcripción moderna y comentarios, Instituto Andaluz del Deporte, Málaga.
Diccionario de la Lengua Española (2001), Real Academia Española (DRAE)
Fuente [1]: http://laxhistory.com/
Fuente [2]: http://www.santiagoapostol.net/revista05/intercrosse.html
Bibliografía y fuentes de información recomendadas
http://madridlacrosse.com
http://www.educarm.es/murciaclic/crosse.htm
RUIZ ALONSO, J.G. (1996): Juegos y deportes alternativos en la programación de la educación física escolar, Ágonos, Lérida.
VIROSTA, A. (1994): Deportes alternativos en el ámbito de la educación física, Gymnos, Madrid.
revista
digital · Año 11 · N° 96 | Buenos Aires, Mayo 2006 |