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Un nuevo test para medir la fuerza útil en el fútbol

   
Grupo de Trabajo Universidad de Alicante
(España)
 
 
Cristina Blasco Lafarga
Raúl Pablo Garrido Chamorro
Alejandro Albert Jiménez

raulpablo@terra.es
 

 

 

 

 
Resumen
    En el presente articulo pretendemos definir un test para medir la fuerza útil en un Chut de Fútbol, para ello hemos diseñado y patentado un Ergodinamómetro, con el que podremos medir tanto la fuerza generada en el chut como la inercia conseguida en el mismo. En este artículo vamos a definir el test y a describir de forma cualitativa y cuantitativa sus valores. Definiendo de una forma clara y sistemática los valores que se deben de analizar al realizar dicho test. El conocer y saber valorar la fuerza útil de nuestros deportistas puede resultar determinante para la correcta planificación del trabajo.
    Palabras clave: Test. Fuerza útil. Fútbol.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 96 - Mayo de 2006

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Introducción

    Desde el campo del entrenamiento conocemos la importancia de transferir las ganancias de las diferentes manifestaciones de fuerza al gesto deportivo, reduciendo al máximo el Déficit de fuerza útil. La literatura especializada habla mucho de la evaluación de estas manifestaciones generales (Fuerza máxima, Potencia, Fuerza Resistencia, etc.), pero muy poco de la evaluación de la fuerza útil específica, aplicada en gestos deportivos. Hemos diseñado un Ergodinamómetro que nos permite medir la fuerza útil del gesto técnico, evaluar el gesto durante la aplicación de la fuerza, o incluso describir una curva de fuerza-tiempo "técnica" a la que, por ser específica y diferente en cada deporte hemos llamado "huella de fuerza útil". Presentamos aquí la evaluación de un chut de Fútbol.

    La fuerza ha sido una cualidad algo olvidada en la evaluación funcional del rendimiento deportivo y sus test de medida son mucho menos útiles que los usados para medir las capacidades aeróbicas de nuestros deportistas. Si queremos medir la fuerza generada por un jugador de fútbol en los laboratorios de fisiología deportiva, nos tenemos que conformar con usar dinamómetros, test de repetición máxima (1RM), o realizar test indirectos como el de Bosco, Margaria o Wingate, centrados en el tren inferior, y cuya cualidades en cuanto a fuerza no tiene porque ser similares a las obtenidas en el chut futbolístico. Por eso hemos pretendido diseñar una maquina capaz de medir la fuerza útil del gesto técnico. Y para ello hemos creado una maquina capaz de valorar tanto cualitativamente como cuantitativamente dicha fuerza útil. La utilidad de esta maquina radica en que dicha fuerza útil es la más importante para la técnica deportiva. Se definiría la fuerza útil como aquella fuerza inteligente que somos capaces de aplicar, a la velocidad que se realiza el gesto deportivo, y contra unas resistencias que impone la propia modalidad.

    De entre las múltiples clasificaciones realizadas sobre la fuerza, vamos a elegir la más extendida en la bibliografía consultada. Grosser y Müller (5) distinguen entre Fuerza Resistencia, Fuerza Máxima y Fuerza explosiva, y de esta forma resumen las tres grandes direcciones del entrenamiento de esta cualidad, así como las adaptaciones buscadas en cada caso.

  • Fuerza resistencia: "Es la capacidad de resistencia frente al cansancio en cargas prolongadas y repetidas". En este sentido, su aumento está supeditado a un incremento de los procesos metabólicos aeróbico y anaeróbico.

  • Fuerza máxima: "Es la máxima fuerza muscular posible que se puede realizar voluntariamente mediante un trabajo isométrico, o concéntrico, en contra de una resistencia". Intervienen, sobre todo, para su desarrollo, los mecanismos musculares de hipertrofia y coordinación intramuscular, a través esta última, del aumento, en la implicación durante el esfuerzo, de un mayor número de unidades motoras.

  • Fuerza explosiva: "Es la fuerza que actúa en el menor tiempo posible, es decir, que se opone al máximo impulso de fuerza posible a resistencias en un tiempo determinado". Es de mayor complejidad en cuanto a la intervención o participación de más mecanismos musculares que favorezcan su desarrollo, tales como la hipertrofia, la coordinación intramuscular, el abastecimiento energético, la velocidad de contracción y la capacidad reactiva del tono muscular.

    Pero cuando se trata de evaluar la aplicación de esta fuerza, y siguiendo las directrices de González-Badillo sobre la evaluación de la curva fuerza-tiempo- a nosotros nos parece más útil analizar las siguientes manifestaciones:

Fuerza Isometrica/estática máxima. Representaría el pico máximo de fuerza cuando no hay movimiento. Seria la máxima fuerza voluntaria que un deportista puede realizar al enfrentarse a una resistencia insuperable. Dicha fuerza de debe de medir en Newton, si utilizáremos los kilogramos (como la menor resistencia (peso) que el deportista es capaz de desplazar) dicha medición será imprecisa.

Fuerza Dinámica Máxima. Es la carga/resistencia que se puede superar sólo en una ocasión. Se expresa, al igual que la anterior, en Newton. Dicha fuerza se suele considerar como el valor de una repetición máxima. (1RM)

Fuerza Dinámica Máxima Relativa. Seria la fuerza aplicada contra resistencias inferiores a la 1RM. Al realizar dichas mediciones nos encontraremos con una serie de valores, tantos como porcentajes del 1RM seleccionados, cada uno de los cuales resultará en una medición de fuerza dinámica máxima relativa. Esta fuerza se expresa de nuevo en Newton.

Fuerza Útil. Dentro del grupo de valores de fuerza anterior nos encontramos uno de especial interés, que es el que corresponde a la fuerza que aplica el deportista cuando realiza un gesto específico de competición. A este valor se denomina fuerza útil (González-Badillo y Gorostiaga, 1993 y1995). La mejora de este valor de fuerza debe ser el principal objetivo del entrenamiento, y es el que más relación va a guardar con el propio rendimiento deportivo. Este tipo de fuerza se produce a una velocidad específica, en un tiempo concreto y dentro de un gesto técnico.

    Puesto que en la mayoría de los casos, la velocidad y el tiempo van a variar a lo largo de la vida deportiva, debido a que la mejora en el rendimiento exigirá necesariamente el aumento de la velocidad y por tanto una reducción progresiva del tiempo de aplicación de la fuerza, es evidente que esta fuerza específica debe ser medida periódicamente.

    Autores como Zatsiorxky (1995), han demostrado que no siempre una mejoría de la fuerza dinámica bien máxima o relativa en un ejercicio de entrenamiento utilizado como test se va a corresponder con una mejora de la fuerza útil. Al igual que los sujetos con valores más altos en el test de fuerza dinámica máxima no tienen porqué alcanzar los mejores resultados en competición. Corroboramos así la importancia de medir la fuerza útil en nuestros deportistas.

    Dada la importancia de la fuerza útil para el resultado deportivo y para la valoración del efecto del entrenamiento, este valor de fuerza debe ser el principal criterio de referencia para organizar el propio entrenamiento.

    La importancia de conocer la fuerza de un sujeto, tras la realización de un determinado test, tiene como principal justificación conocer cómo mejorar esa fuerza útil, como capacidad que permite el triunfo del sujeto, logrando mejores y más rápidos cambios de dirección, de velocidad, de golpeo, de empuje, etc (3). Por tanto, el test ideal será aquel que logre conseguir la mayor aproximación a la medida de la fuerza útil del deportista.


Descripción del ergodinamómetro

Características generales de los Ergodinamómetros

    En general, el Ergodinamómetro consta de una serie de elementos electromagnéticos encargados de medir y registrar la fuerza desarrollada por un grupo muscular aislado, o bien de una cadena cinética especifica.


Descripción del Ergodinamómetro

    A diferencia de otros sistemas de medición, nuestro Ergodinamómetros ha sido diseñado específicamente para la valoración y estudio de la fuerza y velocidad de un gesto técnico concreto, aplicado a la práctica deportiva, con la particularidad de que no existe limitación del eje en que se realiza dicho gesto deportivo.

    Ello es posible mediante la utilización de un complejo sistema de medición electromecánico, capaz de registrar las variables físicas generada en un elemento elástico sobre el que actúan un sujeto durante todo el tiempo de ejecución de ese gesto técnico específico.

Características del Ergodinamómetro

    El Ergodinamómetro esta constituido por un elemento elástico montado sobre un sistema de poleas que trasmite la fuerza generada durante la realización del gesto técnico a un disco ( de una masa de 500 gr) imprimiéndole velocidad de giro en el proporcional a la tensión generada en el dicho elemento elástico.

    Dicha velocidad de giro del disco dependerá del tiempo y de la fuerza empleados en la realización del gesto, así como del tiempo empleado en la fase de relajación del ejercicio.

    Así pues, cuanta mayor tensión se realiza en el elemento elástico en el menor tiempo posible, y/o cuanto menor sea el tiempo y mayor la velocidad de relajación tras la fuerza generada, mayor velocidad de giro del disco obtendremos.

    Para medir la fuerza generada durante el gesto, el Ergodinamómetro dispone de un sensor calibrado con el elemento elástico. Tanto los datos generados en el disco durante su rotación (revoluciones por minuto; pendiente de la velocidad del disco desde la posición de reposo; variaciones de la velocidad de giro del disco en el tiempo del transcurso del gesto técnico, etc.), como en el sensor de tensión, son trasmitidos y posteriormente analizados por un sistema informático que procesa todas las fases de la ejecución del gesto técnico.

    Para maximizar la precisión, tanto el sistema de poleas y el disco, como el sensor de la fuerza, están montados sobre un adaptador antropométrico que permite ajustar el ergodinamómetro a las características antropométricas del sujeto estudiado.


Descripción del tiro o chut a puerta

    Ya sabemos que cualquier futbolista que sea un jugador hábil y plástico será capaz de chutar a puerta con éxito casi con cualquier superficie de los miembros inferiores. Sin embargo, para poder realizar una valoración correcta de la fuerza útil aplicada, y para poder hacer una evaluación tanto intrasujetos como intra grupos, ha sido imprescindible uniformizar al máximo la ejecución de la técnica de tiro evaluada.

    En este primer test hemos tratado de que los deportistas realicen una técnica clásica de tiro largo a puerta, utilizando el empeine o empeine-interior en la ejecución. Se trata de un golpeo largo utilizado para alcanzar fuerza y precisión antes distancias medias y largas, cuando no hay grandes obstáculos que superar. Este tipo de golpeo es bastante efectivo de cara al gol, pues une precisión y potencia.



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    La información que se da al deportista es que el balón llega de frente y bajo (casi raso). Se le pide que trate de reproducir al máximo la técnica que realizaría en un contexto real, y por eso se le permite ejecutar el paso previo que le sirve de paso de equilibrio y punto de apoyo para la cadena cinética del lanzamiento.

a. Fase de preparación: Estabilización del pie y la pierna de apoyo a la altura del balón.

1. Cambio de peso y apoyo sobre la pierna que golpea.

    Este primer paso de la pierna hábil sienta la dirección de la carrera, afianza al deportista contra la goma y permite dejar libre la pierna de apoyo, que queda retrasada, para que pueda dar el paso de apoyo con eficacia.

2. Paso largo con la pierna de apoyo.

    Se trata de un paso fundamental para lograr un buen apoyo que permita la consecución del máximo equilibrio dinámico. De esta forma el deportista podrá transferir después toda la fuerza alcanzada en la carrera al golpeo posterior. En este paso, la pierna queda ligeramente flexionada y apoyada por delante, en la dirección del golpeo, y a unos 10-15 cm de separación de la pierna de golpeo. Esta separación es necesaria para dejar espacio a la pierna libre que debe realizar un patrón de extensión-flexión de cadera en ligera espiral.

    Al mismo tiempo que se da este paso, la pierna de golpeo realiza una pequeña extensión de cadera y flexión de rodilla para cargarse de energía pre-tensiva. El desplazamiento del deportista ha provocado que la goma empiece ya aumentar de tensión. Ello le obliga a buscar mayor equilibrio y dominio de las cadenas musculares si cabe. De no ser así, en este paso ya se puede desequilibrar.

b. Fase de ejecución: Golpeo o aceleración de la pelota

3. Lanzamiento de la pierna de golpeo

    Coincidiendo con la extensión de la pierna apoyada y la consecuente transferencia del peso hacia delante, en la dirección del apoyo, el deportista extiende la cadera y la rodilla para efectuar el golpeo. Recordamos aquí la importancia de una correcta coordinación entre agonistas, sinergistas y antagonistas, para frenar la extensión de cadera y el avance de la rodilla en el momento del golpeo, de forma que el cuadriceps encuentre un punto de apoyo estable sobre el que ejercer su fuerza. Y no se produzcan lesiones. El tobillo se mantiene relajado

    Como ya hemos señalado, el golpe final lo realizamos con una flexión dorsal colocando el empeine por debajo y ligeramente lateral al balón, como para golpear de empeine interior. Puesto que la goma se encuentra abrazando el tobillo por arriba (en el extremo distal de tibia y peroné), el deportista tiene libertad para realizar la acción del tobillo como debería hacer en un disparo real.

    Entre los puntos que debemos resaltar para que la fase de aceleración sea correcta:

  • El ejecutante debe concentrarse sobre todo en la acción de extensión larga de la pierna de golpeo.

  • La cintura abdominal y lumbar debe fijar la posición para permitir una correcta transferencia de fuerzas.

  • Sus brazos deben apoyar en todo momento la cadena cinética descrita por los miembros inferiores, sumando su fuerza y sobre todo el efecto de equilibrio sobre la extensión y rotación interna de la cadera.

c. Fase de recuperación o de deceleración

    Debido a la fuerte tensión que se ha ido acumulando en la goma, hay que tener cierto cuidado con el primer momento de esta fase de recuperación. El deportista debe controlar el primer tirón de recobro de la goma, que es bastante grande, frenando el gesto de forma coordinada. Una vez la goma se encuentra controlada, el resto de movimiento de frenado y vuelta a la posición inicial ya no representa ningún esfuerzo adicional.

    Tal y como señalan García y Ardá (1) citando a (Fidelus, 1983; Gutiérrez y Soto, 1992; Luhtanen, 1999), "los golpeos al igual que los lanzamientos tienen como finalidad conseguir una gran velocidad del segmento distal, es decir, gran velocidad angular para el pie, utilizando para ello un patrón general de movimiento consistente en un desplazamiento del sistema más una secuencia de rotaciones segmentarias denominadas cadenas cinéticas y que implican en el golpeo la aceleración y posterior frenado de estos segmentos para favorecer la aceleración del segmento distal, provocando velocidades del pie justo antes del contacto con el balón de aproximadamente 18-24 mts/seg"


Estudio de las curvas

    Tras la realización del test, vamos a obtener las dos variables estudiadas, La fuerza recogida en la célula de carga y la inercia, recogida en el volante de inercia. Para analizar estas secuencias de datos, se van a representar en función del tiempo.

    Por tanto tras la realización del test, obtendremos dos curvas:

1º) La curva fuerza-tiempo: esta curva va a describir la evolución de la fuerza durante el Clear. Dicha curva se va a iniciar con un ascenso que corresponderá a la fase de ejecución del golpeo, seguido de un descenso que representara la fase de relajación. Dicha curva va a ser la representación o huella de la fuerza útil del gesto técnico.

2º) La curva velocidad del disco-tiempo. Esta curva representa el impulso aplicado sobre el disco, y probablemente, la eficiencia conseguida con el gesto técnico.

    Dichas curvas si bien están correlacionadas, no siguen una distribución paralela, consiguiéndose a iguales valores de fuerza, distintos valores de eficiencia, y viceversa.


Análisis numérico de la curva fuerza-tiempo

    La primera curva que vamos a analizar será la referida a la curva fuerza- tiempo, dicha curva se obtiene del cálculo informático y previamente automatizado de todos los valores obtenidos por la célula de carga al ser ordenados en función del tiempo.

    Para el análisis de esta curva, vamos a definir 4 puntos:

1º punto, donde se inicia la curva. Se mide en centésimas de segundos. Dicho valor se denomina Punto de Arranque.
2º punto, donde acaba la curva. Se mide en centésimas de segundos. Dicho punto se denomina Punto Final.
3º punto, de fuerza máxima. Se mide en Newton y se denomina -siguiendo la literatura, Pico de Fuerza máxima.
4º punto, tiempo en que se alcanza la fuerza máxima. Se mide en centésimas de segundos y se denomina Tiempo de Pico de Fuerza Máxima.

     Lógicamente los mejores resultados se obtendrán cuando el deportista en su evolución desplace la curva hacia la izquierda y hacia arriba. Obteniendo más fuerza en menos tiempo, y los resultados negativos cuando la curva se desplace hacia la derecha y abajo, es decir menos fuerza en más tiempo.

    Del análisis de estos puntos en los gestos explosivos como el CHUT, podemos definir 2 triángulos.

    El triángulo situado a la izquierda se denominara triangulo de aceleración, mientras que el triángulo situado a la derecha de denominara triangulo de relajación.

    En dichos triángulos vamos a definir los siguientes valores:

A1: Si unimos el punto 1 y el punto 4 obtenemos el valor del tiempo que el deportista tarda en alcanzar el máximo, Aunque este valor se dibuje gráficamente en centésimas de segundos a la hora de tratar los datos numéricamente de debe de referir en segundos. Dicho valor se denomina: Tiempo de aceleración

A2: Si unimos el punto 4 y el punto 2, obtenemos el valor del tiempo que el deportista tarda en relajarse del golpeo. Aunque este valor se dibuje gráficamente en centésimas de segundos, a la hora de tratar los datos numéricamente de debe de referir en segundos. Dicho valor se denomina: Tiempo de relajación

B1: Si unimos el punto 3 y el punto 4 en su corte con el punto 1, obtenemos el valor de la fuerza máxima alcanzada por el deportista, dicho valor resulta numéricamente de la resta del valor del punto 1 y punto 3, se mide en Newton y se denomina: Pico de Fuerza Máxima.

B2: Si unimos el punto 3 y punto 4 en su corte con el punto 2, obtenemos el valor de la fuerza perdida en la relajación, dicho valor resulta numéricamente de la resta del valor del punto 3 y el punto 2, se mide en Newton y se denomina: Perdida de Fuerza de Relajación

H1: Si unimos el punto 1 y el punto 3, obtenemos el valor de la hipotenusa ascendente, para hacerlos debemos de aplicar el teorema de Pitágoras que dice que H12= A12+B12, por tanto H1= v A12+B12. Dicho valor se denomina hipotenusa de Aceleración.

FE: Para valorar la fuerza explosiva tradicionalmente se ha relacionado la fuerza máxima con el tiempo tardado en producirla. Así en nuestra curva la fuerza explosiva seria la relación existente entre B1 y A1, siguiendo la formula:

Fuerza explosiva (N*s-1) = Fuerza máxima (N)/ Tiempo de aceleración (s)

Alfa 1: ángulo que muestra la pendiente del grafico y se calcula mediante la siguiente fórmula Alfa 1=cos-1(A1/H1). Se mide en grados. Dicho ángulo se denomina Angulo de aceleración.

    La segunda zona va desde el punto 2 al punto 3, y varía al igual que el anterior en pendiente y en longitud. Dicho valor se denomina: Zona de aceleración.

    La tercera zona va desde el punto 3 al punto 4 y varia igual que el anterior en pendiente y longitud. Dicho valor se denomina: Zona de deceleración.


Discusión

    Una de las dificultades clásicas de la evaluación de la fuerza en el deporte, se debe a que no nos interesa la cantidad de fuerza que se puede aplicar en las condiciones más favorables (mucha resistencia y mucho tiempo), sin que la fuerza útil para el gesto técnico ha debe ser aquella que se aplica en el tiempo que dura el gesto técnico, (lo que en nuestra curva de Fuerza tiempo se denomina curva de aceleración). Así en nuestro test hemos detectado que aquellos deportistas que imprimen mas fuerza en menos tiempo, obtiene mejores resultados, que aquellos que logran un pico de fuerza más alto en un tiempo mayor. Por tanto y como clásicamente se ha afirmado, la valoración del pico de fuerza no se ha de realizar aislada, sino asociada el tiempo que se tarda en lograrlo, esta característica propia del gesto técnico hace que en la valoración cuantitativa del gesto, pierda importancia el valor de la potencia máxima alcanzada para darle prioridad a la hipotenusa de aceleración y al ángulo de aceleración, que son la resultante de la potencia alcanzada y el tiempo necesario para alcanzarla.

    En cuanto a la fuerza explosiva según nuestro estudio correspondería a la hipotenusa de aceleración y al ángulo alfa 1, pero en la literatura dicha fuerza que s define como la pendiente de la curva fuerza tiempo se calcula como la relación entre la fuerza máxima expresada en Newton y el tiempo necesario parra alcanzarlo, siguiendo la formula:

Fuerza explosiva= Fuerza máxima (N)/ Tiempo de aceleración (s)

    Lógicamente la fuerza útil del gesto técnico va a depender tanto del gesto técnico analizado como del grupo muscular utilizado, en la actualidad hay diseñados test para el análisis del tren inferior como es el caso del Test para el chut de fútbol (1), y para el tren superior como es el golpeo de bádminton (2,10). Diseñados y pendientes e publicación hay test para voleibol, para baloncesto, para tenis (diferenciando en función del golpeo) y para balonmano.

    En la actualidad existen diversas de entrenamiento de la fuerza, Paish(4) nos muestra como, el lanzador de jabalina, entrena un 10% con la jabalina y el 90% restante, cualidades como fuerza, velocidad, movilidad. Sin embargo, en el jugador de béisbol, la distribución técnico-físico de su entrenamiento es al revés. Por tanto un conocimiento de la variación de la fuerza útil en función del tipo de entrenamiento nos seria útil para valorar el método de entrenamiento más adecuado.

     Según McDougall (6) en la reproducibilidad de los tests de fuerza hay que tener en cuenta la angulación de los segmentos articulares en movimiento y el grado de motivación del sujeto. Este último es debido a que la expresión de la fuerza depende del sistema nervioso central. En este caso, existe un factor de aprendizaje importante que permite mejorar el resultado del test simplemente debido a su repetición continuada. Esta variabilidad es del 10%, lo cual no indica que una modificación del 5% de la fuerza desarrollada por un sujeto, en dos tests sucesivos ha de interpretarse con mucha cautela.

     Otro aspecto importante a considerar, es que antes de realizar los tests para medir la fuerza, sea del tipo que sea, se debe esperar al menos 2 h. tras una comida, y realizar un correcto calentamiento en el que su primordial propósito deben ser los ejercicios de estiramiento, intentando llegar al punto óptimo de efectividad de los músculos. Lamb (7) considera que el trabajo de fuerza se beneficia del calentamiento activo, y afirma que "...correr, subir escaleras o montar en bicicleta durante 5-30 minutos antes de aplicar tests de fuerza o el de salto vertical, generalmente mejora la actuación. De igual forma, los intentos repetidos con peso, disco o jabalina antes de la competición mejoran la actuación entre un 5-50 por ciento por encima de la condición de no calentamiento".

    En estudios como los realizados por William(8), defiende que los tests de Wingate y de Bosco, cuya función en ambos es medir las características anaeróbicas, parecen medir diferentes aspectos de la capacidad y de la potencia anaeróbica. El test de Bosco además puede ser inapropiado para aquellos atletas que no están bien entrenados en los saltos.

    Para valorar la fuerza del tren superior en lanzamientos, algunos autores como Stone (9) han evaluado la potencia de lanzadores como sistemas de lanzamiento bala y sistemas de lanzamiento de peso, encontrando relaciones entre la fuerza máxima y el pico de fuerza dinámica y a la potencia pico.


Conclusiones

  1. El test del Chut para el Ergodinamómetro resulta practico para valorar la fuerza útil de los deportistas.

  2. A partir de los resultados de este test se pueden diseñar planes de entrenamiento personalizados que logren aumentar la fuerza útil.


Bibliografía

  • Albert Jiménez A, Garrido Chamorro R.P, Blasco Lafarga C. Test Atlas para Fútbol. Archivos de medicina del deporte volumen XXII Nº 110- 2005 Pág. 525-526

  • Blasco Lafarga C, Garrido Chamorro R.P, Albert Jiménez A. Test Atlas para Bádminton. Archivos de medicina del deporte volumen XXII Nº 110- 2005 Pág. 525.

  • Emilio J. Martínez López La Fuerza: pruebas aplicables en educación secundaria. Grado de utilización del profesorado Lecturas: Educación física y deportes, Nº. 61, 2003

  • PAISH, W. (1992). Entrenamiento para alcanzar el máximo rendimiento. Madrid, Tutor.

  • GROSSER, M. y MÚLLER, H. (1992). Desarrollo muscular. Un nuevo concepto de musculación. (Power-stretch). Barcelona, Hispano-Europea.

  • MACDOUGALL, J.D. (1993). Los test de rendimiento del deportista. Sport y Medicina. Nov-dic. 24-32.

  • LAMB, D. R. (1989). Fisiología del ejercicio. Respuestas y Adaptaciones. Madrid, Pila Teleña.

  • Sands, William A. Stone, Michael H. McNeal, Jeni R. Ochi, Marshall T. Urbanek, Terri L. Jemnic MS, Monem. Comparación entre los Tests Anaeróbicos de Wingate y de Bosco (Resumen). PubliCE Premium. 14/12/2005. Pid: 567.

  • Stone, Michael H. Hartman, Michael. Sanborn, Kim. O'Bryant, Harold S. Hruby, Joe. Stone, Margaret E. Proulx, Christopher. Ward, Barrymore. Relaciones entre la Fuerza Máxima y la Potencia en Lanzadores Universitarios (Resumen). PubliCE Premium. 16/11/2005. Pid: 553.

  • Garrido Chamorro R. P., Blasco Lafarga C. Albert Jiménez A. Pérez Turpin J.A., Navalon L Un nuevo test para valorar la fuerza útil en bádminton. EFDeportes nº 93

  • García O. y Ardá T. Análisis de los factores que condicionan la eficacia en el golpeo a balón parado en el fútbol. EFDeportes. Revista digital · Año 10 · N° 69. Buenos Aires, Febrero 2004.

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