Propuesta de un modelo integral para el proceso de detección, selección y desarrollo de talentos deportivos a largo plazo |
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Licenciado en Educación Física y Deportes (Premio fin de carrera). Título de Dirección y Gestión de Entidades Deportivas (Escuela Superior de Estudios Empresariales). Jefe de Sección de Comunicación y Documentación de la F.D.M. de Valencia. Director Técnico de la Federación Española de Pelota. Director del Centro Especializado de Tecnificación Deportiva de Pelota. Coordinador del Plan Nacional de Tecnificación Deportiva de la F.E.P. |
José Manuel Brotons Piqueres jmanuelbro@yahoo.es (España) |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 91 - Diciembre de 2005 |
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Según la literatura existente y analizada sobre el tema en cuestión, se puede afirmar que actualmente existen dos modelos para la detección y selección de jóvenes talentos deportivos:
El Modelo empírico o Científico.
El Modelo Formativo o de Desarrollo.
El primero está basado en un proceso de selección de talentos de forma empírica o científica, es decir a base de valoraciones aptitudinales y actitudinales de niños/as o jóvenes deportistas. A partir de estas valoraciones se realizan predicciones a medio y largo plazo. Uno de los ejemplos más claros de este modelo es el cubano, que se comenta brevemente a lo largo del artículo.
Sin embargo actualmente se observa que el concepto de talento deportivo está siendo sustituido por el concepto de experto, término que denota una mayor preocupación a largo plazo por la formación del deportista. De tal forma que partiendo de este concepto y de un análisis de las diferentes fases de formación del deportista, se establece una clara correlación entre las fases de desarrollo de la pericia y las diferentes fases a seguir en la formación del deportista (Bloom, 1985)
Lo que sí es cierto que el entorno o sistema educativo y deportivo es una de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de plantear un modelo de detección y selección de talentos deportivos. Por ello en esta ponencia se presenta un modelo mixto que recoge aspectos de los dos anteriores y los adapta a las características, idiosincrasia y organización del sistema educativo y deportivo del Estado Español.
1. El modelo empírico o científico1.1. Definición de conceptos
La Detección de Jóvenes Talentos Deportivos la define Salmela y Réginer (1983) como una predicción a largo plazo en cuanto a las posibilidades de que un individuo posea las capacidades y los atributos necesarios para alcanzar un nivel de performance dado en un deporte determinado.
Mientras que la Selección de Jóvenes Talentos Deportivos se entendería como una operación reposando sobre una predicción a corto plazo en cuanto a las posibilidades de que un sujeto dado en el seno de un grupo de atletas posea atributos, el nivel de aprendizaje, el entrenamiento y la madurez para realizar una mejor performance que el resto de los miembros del grupo en un futuro inmediato (López J., 1995).
Algunos autores como Salanellas, F. (1996) utiliza el término Captación de Talentos Deportivos, como una predicción de una actuación inmediata o descubrimiento de atletas que tendrán la oportunidad de figurar entre los primeros finalistas
Las fases del proceso de detección, captación, selección y perfeccionamiento del talento deportivo quedan recogidas en el esquema que propone López J. (1995).
A su vez Hahn (1998) apunta la existencia de tres tipos de talentos:
Talento Motriz General. Aquella persona capaz de aprender con rapidez una alta gama de movimientos.
Talento Deportivo. Serán los niños que además de poseer esa capacidad de aprendizaje rápido para las habilidades motoras están predispuestos a someterse a un programa de entrenamiento deportivo.
Talento Específico Deportivo. Son aquellos que necesitan una serie de requisitos físicos y psíquicos para alcanzar rendimientos específicos en un deporte.
Por último comentar la opinión de Roberto Hernández Corbo (Profesor de la Escuela de Medicina de la Educación Física y el Deporte) que apunta dos conceptos a su juicio que determina la identificación de campeones: la posibilidad y la potencialidad. "El primero hace referencia al derecho innegable de toda persona a hacer ejercicio físico. Se trata de un derecho que hay que fomentar desde la escuela. El segundo implica la selección de unas personas que, por sus características, pueden llegar a ser unos ganadores". Sigue apuntando este autor que no existen fórmulas mágicas para la selección de talentos deportivos.
Las condiciones educacionales, psicológicas y sociales condicionan las cualidades físicas. Las personas que se dedican a esta labor tienen que trabajar en tres fases: detección, selección y desarrollo. En la primera se trata de identificar a los niños con las mejores condiciones. En la segunda, el objetivo es armonizar esas características con las exigencias de cada deporte. La última persigue potenciar al máximo todas las habilidades para adecuarlas a la técnica de la disciplina que se practica.
Este autor defiende los equipos interdisciplinares de cara al desarrollo de los jóvenes deportistas y apunta que al no haber una fórmula mágica en la detección de talentos deportivos (tarea que puede llevar 6 u 8 años) hay un factor a desarrollar especialmente que es la competición, con el objetivo de que ayude a potenciar todas las habilidades.
En definitiva la selección de talentos deportivos, no es otra cosa que el proceso a través del cual, se individualizan personas dotadas de talento y aptitudes favorables para el deporte, con la ayuda de métodos y tests científicamente válidos (Nadori, 1989).
1.2. El Modelo Cubano de Detección y Selección de talentos deportivosComo ya es sabido, uno de los modelos de detección y selección de jóvenes talentos deportivos más acertado, fue el de los países del Este de Europa, demostrando el uso de procedimientos predictivos del rendimiento de los deportistas de una forma bastante exacta.
Fruto de aquel modelo nos encontramos actualmente todavía el Modelo Cubano basado en la llamada "Pirámide Deportiva del Alto Rendimiento". El éxito de este modelo, los resultados así lo demuestran, radica básicamente en una perfecta coordinación de todas las entidades y administraciones que intervienen en el ámbito deportivo.
2. El modelo de desarrollo o formativoEn la actualidad hay varios autores que en sus planteamientos sobre detección y selección de talentos están sustituyendo el término de talento deportivo por el de "sujeto experto" , de tal forma que, este concepto supone una aproximación totalmente diferente al concepto de talento utilizado hasta la actualidad.
Siguiendo a Durand-Busch y Salmela (1996) el concepto de experto es definido como "alguien experimentado, enseñado a partir de la práctica, habilidoso, ágil, dispuesto; con facilidad para rendir a partir de la práctica. Una persona habilidosa ya experimentada".
La tradicional expresión de detección de talentos está sustituida por la de desarrollo de la pericia en el deporte (Salmela y Durand-Busch, 1994), conceptualización que desea destacar más el seguimiento de los efectos del entrenamiento y de la práctica deliberada en los individuos, que acceden a un deporte y que progresivamente van alcanzando niveles más elevados de pericia, dada la dificultad de predecir unos resultados futuros a partir de unos resultados iniciales.
Salmela (1997) confirma este concepto, para él "talento" debe ser sustituido por el de "experto". Para este autor la piedra angular del desarrollo de la experiencia es la práctica sostenida y altamente estructurada con el principio de mejorar el rendimiento deportivo. Señala también, el hecho de que esta práctica estructurada no es en sí placentera ni divertida y, que es aquí donde el papel del entrenador adquiere un protagonismo importante. Añadiendo además que se necesita un mínimo de 10 años para acceder a la categoría de experto.
Los requisitos que se deben dar según los diferentes autores que defienden este modelo, para que se produzca ese desarrollo en el deportista, apuntamos los siguientes:
1. La presencia de una práctica deliberada, entendida como una práctica altamente estructurada con el expreso deseo de progresar y mejorar y no con el deseo de pasarlo bien o de entretenerse. Par la mayoría de los autores consultados existe una relación proporcional entre tiempo de entrenamiento acumulado y que, independientemente de las habilidades individuales, al menos son necesarios 10 años de práctica intensiva para adquirir las habilidades y la experiencia requerida para empezar a ser un experto dentro de cualquier contexto. Evidentemente el tipo de entrenamiento debe suponer un respeto por los principios biológicos del entrenamiento y debe estar estructurada de acuerdo con la formación del deportista. Y es aquí donde el proceso de detección de talentos encaja dentro de ese proceso formativo del deportista y la planificación a largo plazo de su vida deportiva.
2. Como segundo requisito, los especialistas destacan la presencia de un elevado compromiso por parte del deportista para poder superar todos aquellos inconvenientes que le surjan a lo largo de toda su vida deportiva, y le permita asumir el grado de sacrificio necesario para soportar las sesiones de entrenamiento, desplazamientos,...
Es lo que, en palabras de los profesores Ruiz y Sánchez (1997), denominan deseo de excelencia. "La elevada cantidad de años de entrenamiento se ha caracterizado por un deseo deliberado de optimizar sus aprendizajes" (Ruiz y Sánchez, 1997, p. 238).
3. Algunos autores añaden como requisito, o al menos referencian, la necesidad de que el deportista sienta un estado subjetivo de placer y concentración durante el desarrollo de su actividad que le permita trabajar, de formar concentrada, durante largos periodos de tiempo.
La utilización de medidas de aptitudes psicológicas, físicas, técnicas, etc. debe ser sustituido por la noción del desarrollo de la pericia, que implica aproximarse al jugador a partir de instrumentos introspectivos utilizados el propio terreno. Estamos hablando del desarrollo de las habilidades del deportista, aspecto a tener en cuenta a la hora de estructurar nuestro itinerario deportivo, que se hará por niveles y no por categorías o edades.
Siguiendo esta nueva concepción, aparecen en los últimos años numerosos estudios como el realizado por Bloom (1985), en el que, utilizando una aproximación cualitativa, trata de estudiar el desarrollo de la pericia en diferentes dominios (deporte, matemáticas, neurocirujanos, pianistas).
Para Bloom, en una primera fase, son los padres y profesores lo que notan "una especie de talento" en general en el niño, así como unas cualidades específicas en un área determinada. Estas señales aumentan las expectativas sobre el niño y modifica los métodos de enseñanza. Hay que atraer al niño a la especialidad deportiva.
En la segunda fase, el deportista empieza a practicar con mayor precisión técnica, normalmente debido a la aparición de un nuevo entrenador con un conocimiento superior. La competición empieza a servir como medida del progreso, y la orientación hacia el éxito y el resultado es más elevada. El entrenador adquiere un papel fundamental y los padres asumen grandes sacrificios limitando sus actividades. Durante esta segunda fase, se produce una eliminación progresiva de jugadores sobre la base de abandonos
Cuando el deportista alcanza la última fase, éste está obsesionado por su actividad, que domina su vida. El deportista comienza a tener una base de conocimiento propia y adquiere su propia responsabilidad acerca de su desarrollo, por encima de los entrenadores. Estos atletas desarrollan su propia base de conocimiento, denominado por Wall (1986, en Salmela y Durand-Bush, 1994) "conocimiento metacognitivo" y adquieren la responsabilidad necesaria para desarrollar esta base. El respeto hacia el entrenador es más elevado, así como sus exigencias son más rigurosas. Consecuencia de esto, el esfuerzo requerido para alcanzar un nivel de excelencia aumenta considerablemente. Los padres van perdiendo su importancia a medida que el deportista adquiere mayor responsabilidad.
En base a esta idea, la tradicional expresión de detección de talentos, está siendo sustituida por la de desarrollo de la pericia en el deporte (Salmela y Durand-Bush, 1994). Dada la dificultad de predecir unos resultados futuros a partir de unos resultados iniciales, esta conceptualización destaca más el largo plazo, el seguimiento de los efectos del entrenamiento, establecer las condiciones óptimas que favorezcan el despliegue del niño, de ahí que se hable más de Desarrollo o Vigilancia del talento, e incluye como condiciones necesarias para este desarrollo del talento la práctica deliberada y un deseo de excelencia por parte del deportista.
Las tres fases de desarrollo de la pericia en el deporte según Bloom (1985)
El proceso de desarrollo del talento como responsable del desarrollo del deportistaEn cuanto a la combinación del desarrollo de la pericia con la de la planificación a largo plazo del deportista existen varios modelos que coinciden con este planteamiento. Si tenemos en cuenta el modelo establecido por Delgado (2000) que establece cuatro fases de desarrollo del rendimiento del deportista: Fase de fundamento (desarrollo psicomotriz, etc.); Fase de Iniciación Deportiva (inicio en varias disciplinas deportivas); Fase de especialización (comienza con un entrenamiento sistemático de una especialidad en concreto); Fase de Máximo Rendimiento (optimización de la forma deportiva para obtener el más alto rendimiento en competición).
De este podemos comprobar que existe un paralelismo entre el modelo de desarrollo de la pericia deportiva con el sistema piramidal de planificación del entrenamiento a largo plazo.
Así, observamos que la primera fase del modelo de Bloom coincide con las dos primeras fases del modelo de Delgado. Es decir, durante la infancia, además de plantearse la necesidad de establecer una formación psicomotriz amplia y multilateral, a través de medios diversos y variados, debemos incluir como necesario para favorecer ese desarrollo del deportista, el apoyo de la familia y de los entrenadores, y el plantear al niño aprendizajes significativos y divertidos.
El proceso de desarrollo del talento como responsable del desarrollo del deportistaLa segunda fase de desarrollo del talento coincide con el modelo expuesto con la fase de especialización, durante la adolescencia, siendo precisamente, el proceso de desarrollo del deportista el que le lleve a especializarse en una disciplina deportiva. Entre los factores que llevan al joven deportista a especializarse por un deporte en concreto aparecen, entre otros, la predisposición del niño hacia el deporte, la facilidad de acceso a instalaciones adecuadas y a la oferta deportiva en concreto, la posibilidad de contar con entrenadores competentes, además de los señalados por Bloom, en su estudio sobre desarrollo de la pericia, es decir, el apoyo incondicional por parte de la familia hasta llegar a coordinar sus actividades en función de la actividad deportiva del niño y una mayor dedicación al entrenamiento (actividad estructurada y realizada con el deseo de mejorar). Por supuesto, también debemos incluir ya en esta etapa, y no antes, considerando este aspecto desde nuestro punto de vista como fundamental, el factor competición y la aparición del éxito en dicha competición como medio de control del desarrollo del futuro deportista, como elemento determinante de la planificación, así como medio de motivación de cara a continuar con esa formación.
Por último, aparece la tercera fase del desarrollo del talento coincidente con la fase de alto rendimiento, en la que el deportista alcanza cierta independencia, la actividad pasa a ser su profesión y forma de desarrollarse en la vida y empieza a adquirir un conocimiento exhaustivo de su deporte.
De esta forma queda claro que el proceso de formación del deportista, es un proceso organizado, sistematizado, planificado que viene condicionado por el desarrollo del talento, que debe tener como objetivo el proporcionar las condiciones necesarias al deportista para que este alcance la fase de alto rendimiento.
3. Propuesta de un modelo integral para la detección, selección y desarrollo de talentos deportivos a largo plazoEl modelo que se propone resulta de la combinación de los dos anteriores, es decir se puede hablar de un modelo mixto adaptado a las condicionantes y características del sistema deportivo español, que es uno de los únicos en todo el mundo que presenta un régimen jurídico especial y específico.
El modelo que se presenta tiene en cuenta a los deportistas que no son detectados o seleccionados, incluyendo una vía de deporte federado de segundo nivel para evitar el menor número de abandonos, o bien crear otro itinerario deportivo "recreativo".
Para que el modelo se pueda desarrollar a largo plazo harían falta la existencia y coordinación de los siguientes elementos:
1º. Existencia de un modelo de iniciación deportiva, estructurado en etapas y fases con una metodología clara a aplicar para cada una de ellas, teniendo en cuenta las condiciones evolutivas de los niños/as en cada una de las edades. En cada una de estas etapas se debe reflejar las condiciones físicas, técnicas, psicológicas y teóricas que debe asimilar el deportista.
2º. Confección y puesta en marcha de un itinerario deportivo de tecnificación deportiva estructurado en niveles de aprendizaje (Promoción, Desarrollo, Perfeccionamiento y Alto Nivel). Se trata de un itinerario estructurado en niveles de aprendizaje del deporte en cuestión no en categorías o edades (aunque éstas puedan servir de referencia).
3º. Confección de un itinerario competitivo que se desarrolle paralelamente al anterior. Dentro de este itinerario se tendrá en cuenta la celebración de competiciones de alto nivel pero también, se ofertarán competiciones "federadas de segundo nivel" para dar salida a los deportistas que no han sido seleccionados o aquellos que definitivamente abandonan el itinerario deportivo de la tecnificación o del alto nivel. Las competiciones deben estar adaptadas al nivel de exigencia de cada una de las etapas.
4º. Es necesario para que todos estos elementos o ámbitos de actuación se desarrollen de forma coordinada la elección de una entidad responsable a nivel nacional de la organización y desarrollo del modelo (se propone a la Federación Deportiva Nacional). Este apartado es muy importante debido al complejo sistema competencial que existe actualmente en España en el ámbito deportivo. Por poner un ejemplo actualmente en España podemos encontrar: Centros de Tecnificación clasificados por el C.S.D.; Centros de Tecnificación dependientes de las Comunidades Autónomas y no clasificados por el C.S.D., Plan Nacional de Tecnificación Deportiva; Programas Autonómicos y provinciales de Tecnificación Deportiva; diferencias entre Federaciones nacionales y autonómicas; diferencias entre técnicos y entrenadores etc. En todo este conglomerado de entidades, existe la figura del CLUB DEPORTIVO que es una de la más importante a tener en cuenta y que normalmente no se le toma en consideración a la hora del desarrollo del deportista. El deportista además de asistir a los entrenamientos de tecnificación, seguirá compitiendo en su club deportivo, con su entrenador.
5º. Un equipo interdisciplinar formado por técnicos especialistas en las diferencias ciencias aplicadas al deporte, que formen y desarrollen a los deportistas que van ascendiendo de nivel a nivel. Hay que tener en cuenta que, desde que un deportista es detectado hasta que llega a la categoría de experto, puede transcurrir un período que oscila entre de 8 a 10 años. Este equipo debe hacer el seguimiento de este deportista, con la colaboración del entrenador del club al cual pertenece. Este equipo debe desarrollar, formar, educar al deportista hasta llegar a la categoría de experto deportivo, en el cual adquirirá el conocimiento metacognitivo (Busch 1994) que le permitiría desarrollar una base de conocimiento y responsabilidad por encima de sus entrenadores.
En el siguiente gráfico se intenta dar una idea del planteamiento general de este modelo íntegro o mixto de detección, selección y desarrollo de deportistas a largo plazo.
En cuanto a la clasificación por niveles, representa un cambio cualitativo importante en la mayoría de los deportes, ya que sustituiría al planteamiento caduco de categorías o edades.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es la competición, que debe estar adaptada a cada uno de los niveles, no solo en cuanto a su reglamentación sino también en cuanto a su organización.
Esquema Modelo integral de detección y selección de talentos deportivos a largo plazo (J.M. Brotóns, 2005)
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digital · Año 10 · N° 91 | Buenos Aires, Diciembre 2005 |