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El fútbol, factores de rendimiento para
planificar su enseñanza y entrenamiento

   
Profesor y Licenciado en Educación Física, U. de Tarapacá, Arica
Magíster en Educación y Doctorando en
Ciencias de la actividad física y el deporte, U. de Valencia, España.
 
 
Rubén Capetillo Velásquez
rucave@alumni.uv.es
(Chile)
 

 

 

 

 
Resumen
    El estudio de las características del fútbol y su evolución, tiene como propósito obtener un aventajado conocimiento para elaborar una planificación de enseñanza y/o entrenamiento acorde a las necesidades actuales de rendimiento del futbolista.
    Aunque existen diversas teorías sobre el entrenamiento y la enseñanza del fútbol, la tendencia actual es: que a partir del análisis del juego, estructura del deporte y los factores que inciden en el rendimiento, puede ser posible plantear un mejor modelo, tanto de enseñanza como del proceso de entrenamiento.
    El diseño de enseñanza y/o entrenamiento ha de ser más global y menos analítico, donde los factores técnicos, tácticos, físicos y psicológicos si bien, cada uno de ellos con características propias, tendrán que ser considerados en la planificación como interrelacionados y consustanciales.
    El tema en cuestión trata de analizar cómo los investigadores abordan el fútbol desde la perspectiva y profundidad de su especialidad. Estudios que posteriormente profesores, entrenadores y preparadores físicos deberían introducirlos en su planificación de contenido de enseñanza y/o entrenamiento.
    Palabras clave: Fútbol. Planificación. Rendimiento. Enseñanza. Entrenamiento
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 89 - Octubre de 2005

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1. El fútbol, su objetivo

    El fútbol de la era moderna proviene de los juegos originarios anglosajones del siglo XIX, nacen con la revolución industrial dando paso a los actuales deportes colectivos, y solo a finales de este siglo es cuando comienzan a tomar auge como tales. (Sanpedro, 1999). A partir de entonces han ido evolucionando modificándose continuamente sus reglas, respondiendo a necesidades impuestas por las sociedades más desarrolladas, quienes han ido exigiendo mejoras y nuevas formas de espectáculo.

    La naciente historia del fútbol data del año 1863, cuando en Inglaterra se separan los caminos del "rugby-football" y del "associaton football". Ambos tipos de juego tienen la misma raíz y ambos tienen un árbol genealógico de muy vasta ramificación. (Gerhardt, 2004). Antes de jugarse sistemáticamente, el fútbol primitivo no era un juego, sino una lucha amorfa por conseguir que el balón traspasara una línea de meta que se fue acortando progresivamente hasta convertirse en una portería enmarcada de tres palos. (Olivós, 1997).

    El fútbol, por su condición de deporte colectivo, con una alta cuota de incertidumbre (Parlebas, 2003; Sampedro, 1999; Hernández, 1994), cambiante a cada momento, por tanto complejo y con un requerimiento de una habilidad no natural (podal), contiene características y particularidades propias que lo conforman e identifican como tal y, sólo aplicadas a su original acción ludomotriz.

    Sampedro (1999), Carralero(2000), GEIP, (2004), lo clasifican: Según su estructura, como deporte de cooperación/oposición, dentro de los deportes sociomotrices.

    Desde sus inicios han ido surgiendo variadas definiciones y clasificaciones de su juego, siendo en esencia: un deporte estructuralmente complejo, variado e intermitente en su lógica interna y que requiere de una habilidad abierta en el interactuar simultáneo, donde es necesaria además una continua solución a acciones y secuencias de juego en situación de cooperación y oposición, con el fin de anotar una mejor cantidad de goles que el equipo rival.

    Los sucesos de acciones de juego se repiten sin excepción en todo momento durante el partido y se puede esquematizar basado en su objetivo:


Praxis que se repite sin excepción para el logro del objetivo


2. El fútbol, factores que influyen el rendimiento

    En cuanto se explora funcionalmente el fútbol, se puede tener una concepción más concreta de las producciones de los jugadores y de lo que acontece durante el desarrollo del juego tanto a nivel individual y colectivo.

    El funcionamiento de un equipo requiere de la producción de los once jugadores, quienes tras el objetivo de introducir el balón en la portería contraria o evitar que éste se introduzca en el propio, recorren siempre por las mismas secuencias de juego:


Secuencia repetitiva de juego

    El éxito de estas fases repetitivas de acciones deportivas que se reiteran en el tiempo, depende del sistema de juego propuesto por la planificación estratégica del entrenador, quién respetando el reglamento y persiguiendo la mejor utilización del tiempo y el espacio a través de la capacidad de comunicación y producción de cada jugador, busca la victoria. Sin embargo cabe destacar que una cuota de influencia indirecta en el rendimiento de los jugadores es debida a factores o lógica externa (Sampedro, 1999) al partido, es decir, jueces, público, situación en la tabla de posiciones, etc.).

    Lo anterior se puede esquematizar de la siguiente manera:


Modelo funcional del fútbol


2.1. El reglamento

    Corralero (2000) expresa que para establecer un deporte de equipo hay que definir sus reglas de juego. Estas marcan la frontera de deportividad permitida para las múltiples acciones de los actores que participan del encuentro.

    El fútbol tiene un origen cultural y sus leyes fueron surgiendo en forma de costumbres elaboradas por la experiencia, que terminaron imponiéndose a la práctica del juego y que en 1863 se recogieron en un reglamento. Así se regularon la duración del partido, su división en dos tiempos con un descanso intermedio, la dirección por un árbitro, la forma de hacer los saques de puerta, de banda, de centro y de esquina. (Olivós, 1997)


2.2. El espacio de juego

    El Reglamento especifica las dimensiones que debe tener el terreno de juego y por tanto son de carácter universal. Es el campo de acción, "el espacio formal y estandarizado" (Parlebas, 2003), la zona donde la comunicación y contracomunicación se pone de manifiesto.

     Este espacio comprende una doble dimensión, por una parte el espacio físico delimitado de forma reglamentaria en el que tiene lugar el desarrollo de la acción, y por otra, el espacio sociomotor referido a las distancias de interacción que se da entre los jugadores cuando estos son dos o más los que intervienen (Hernández-Jiménez, 2000).


2.3. Tiempos de juego

    El tiempo está estrechamente relacionado con el factor espacio donde se desarrolla la acción y constituye un factor configurador de la lógica interna del juego (Hernández, 1994).

     El tiempo establecido por el reglamento indica la duración total del partido, sin embargo también pasa a ser un componente importante para determinar variables de rendimiento, como el tiempo real de participación de los jugadores, la duración de las acciones defensivas, ofensivas y la posesión del balón de cada equipo; al respecto las investigaciones difieren significativamente entre un autor y otro, según la época y procedimiento del estudio.Sin embargo algunos investigadores coinciden en sus resultados:

     A modo de ejemplo: El balón se encuentra en juego durante 65 a 75 minutos (Turpin, 98). De los 90 minutos de partido, 65 a 70 min. son de juego activo, de los cuales un 95% corresponde a desplazamientos sin balón, (Mombaerts, 2000). Este investigador concluye que existe una media de pausa de 15 segundos.

     El grupo de investigación liderado por Pino (2000) al analizar siete partidos, desde cuartos de final hasta la final y tercer-cuarto puesto del mundial de fútbol Francia '98, coincide al conseguir resultados de tiempo de pausa y tiempo de balón en juego, obteniendo una media de tiempo de participación de 22 segundos y media del tiempo de pausa 15 segundos.


2.4. Producción de rendimiento

    El fútbol en los últimos años ha transmutado hacia un espectáculo comercial traducidos en "plantillas de estrellas" y como contraparte ha puesto a los entrenadores en un cauce de presión colosal por triunfos y victorias. Producto de esto, la atención se ha centrado en la evaluación del rendimiento no solo del equipo, sino también de cada jugador.

    Así, las exigencias de este deporte se evalúan analizando los modelos de movimiento de los jugadores mientras se juega un partido, con el fin de obtener datos a partir del análisis tiempo - movimiento para que sean representativas de las actividades del fútbol. (Bangsbo, 2002).

    El análisis de las intensidades y de los factores que afectan las tasas de esfuerzo brinda una base para describir las intensidades de ejercicio durante los partidos. (Reilly, 1996). Los datos obtenidos en diferentes investigaciones lo demuestran:

    Un científico del deporte como Bosco (1994), especificó que el futbolista desarrolla principalmente una actividad física de tipo explosivo, con aceleraciones entre 5 -15 m. que se repiten muchísimas veces (hasta 70), con marcadas intervenciones de cambios de dirección, altísimas frecuencias de desaceleraciones y detenciones, lo que repercute en el sistema músculo esquelético del jugador. Por tanto los mecanismos bioenergéticos abastecedores de energía bioquímica son de naturaleza alactácida, por un lado, y lactácida y aeróbica por otro. Concuerda esto con Reilly (1996), quien revela que las respuestas fisiológicas al juego de fútbol indican intensidades moderadas a altas, respuestas anaeróbicas elevadas e intervaladas, y una reducción en las reservas de glucógeno muscular hacia el final del partido.

    Durante la Copa América '95, Rienzi (citado por Laborde, 1999), dejó en evidencia que los futbolistas más trabajadores son los que se desempeñaban en la zona media de la cancha, coincidentes también son los estudios de Bangsbo (2002) y Reilly (1996), quienes precisaron que los mediocampistas eran los que ejecutaban más carreras de baja velocidad y cubrían mayores distancias que los defensas y los delanteros, al tener que actuar como lazos entre la defensa y el ataque.

     Por otra parte, la investigación de Mombaerts (2000) prueba que la distancia recorrida por los jugadores está entre 10 y 12 km, del cual el 72% caminan, un 18% corren, un 7 % esprintan y un 3 % corren en posesión del balón o regateando al contrario.

    Similares resultados aporta Bangsbo (2002), quien al analizar 70 jugadores de fútbol daneses de elite, estimó una distancia media cubierta de 10,8 km, mientras los preparadores físicos españoles manejan datos que indican que la distancia recorrida por un futbolista se sitúa alrededor de los 10 - 11 km, con diferencias entre el primer y segundo tiempo ligeramente menor en unos 400 - 500 m. (Arjol, 2000).


Discusión

    Aunque existen diversas teorías sobre el entrenamiento y la enseñanza para deportes colectivos, la tendencia actual es: que a partir del análisis del juego, estructura del deporte y la producción de rendimiento del jugador, es posible plantear un mejor modelo tanto de enseñanza como del proceso de entrenamiento del fútbol.

    El diseño metodológico, debe englobar objetivos de enseñanza dirigidos a desarrollar todas las capacidades requeridas para el progreso del futbolista en el juego, con situaciones muy similares a las que se efectúan en competición, siendo más globales e integrales y menos analíticas, donde los factores técnicos, tácticos, físicos y psicológicos si bien, cada uno de ellos con características propias, habrán de ser considerados en la planificación como interrelacionados y consustanciales.

    De acuerdo a las demandas de cada partido se intentará planificar los sistemas de entrenamiento. Obligar la utilización de todas las capacidades del jugador; buscando variar las situaciones de juego y comprometiendo integralmente al futbolista en: el análisis de la comunicación y contracomunicación, interpretación de ésta y decisión por la mejor solución motriz de la situación de entrenamiento creada.

    Por tanto, a partir del estudio de la estructura y funcionamiento del fútbol, se puede lograr conocer la producción del rendimiento del futbolista para luego plantear, a partir de éste (el futbolista) y no del deporte, los sistemas de enseñanza y/o entrenamiento.


Bibliografía

  • Arjol, J. (2000). Entrenamiento de la resistencia en el fútbol. I Jornadas de actualización de Preparadores Físicos, COE.

  • Bangsbo, J. (2002) Entrenamiento de la condición física en el fútbol. Editorial Paidotribo, Barcelona, 3ª.

  • Carralero, A. (2000) Estudio praxiológico en el fútbol de alta competición. http://www.efdeportes.com/ revista digital | Buenos Aires | Año 5 - Nº 20 - Abril 2000

  • Gerhardt, W. Historia del juego. www.fifa.com

  • Grupo estudio e investigación praxiológica (GEIP). (2004) Análisis de las estructuras de los deportes de equipo para su aplicación en la iniciación deportiva. Conselleria de cultura i educació. Valencia.

  • Hernández, J. (1994) Fundamentos del Deporte, Análisis de las estructuras del Juego deportivo. INDE publicaciones. Barcelona.

  • Hernández, J.; Jiménez, F. (2000) Los contenidos deportivos en la educación física escolar. Lecturas: Educación Física y Deportes - http://www.efdeportes.com - Año 5 - Nº 19

  • Laborde, G, (1999) El fútbol en el microscopio. Revista Iberciencia. Febrero.

  • Mombaerts, E. (2000) Fútbol. Del análisis del juego a la formación del jugador. INDE. Publicaciones. Barcelona.

  • Olivós, R. (1997) Fútbol: Análisis del Juego. Wanceulen Editorial Deportiva S. L., Sevilla.

  • Parlebas, P. (2003) Elementos de sociología del deporte. Edición española. Instituto Andaluz del Deporte.

  • Pino, J. (2000) Análisis de la dimensión Tiempo a nivel reglamentario en Fútbol. Lecturas: Educación Física y Deportes - http://www.efdeportes.com - Año 5 - Nº 22

  • Reilly, T. Aspectos Fisiológicos del Fútbol. Actualización en Ciencias del Deporte. Vol. 4, Nro. 13, 1996.

  • Sampedro, J. (1999) Fundamentos de táctica deportiva, Análisis de la estrategia de los deportes. Editorial Gymnos. Madrid.

  • Turpin, B. (1998) Preparación y entrenamiento del futbolista. Editorial Hispano Europea. Barcelona.

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