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La forja de la rivalidad clásica:
Nacional-Peñarol en el Montevideo del 900

   
Licenciado en Historia
(Uruguay)
 
 
Juan Carlos Luzuriaga
luzuriaga50@hotmail.com
 

 

 

 

 
Resumen
    A inicios del siglo XX en Montevideo y de la mano del fútbol se forja una rivalidad entre dos instituciones, Peñarol y Nacional. Ambas van a nuclear tras de sí la mayoría de los aficionados en una confrontación que perdura hasta el presente. Creemos que corresponde a sentimientos de larga data en la sociedad montevideana.
    Palabras claves: Uruguay. Montevideo. Fútbol. Nacional. Peñarol.

"El público, esa gran muchedumbre de las solemnidades futbolísticas acudió ansioso. Las banderas, acariciadas por un vientecillo,
de los irreconciliables adversarios de todas las épocas, de todos los años, siempre en pugna . . . "
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 88 - Setiembre de 2005

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    A inicios del siglo XX el Uruguay acompañó el surgimiento de una modalidad deportiva: el fútbol que hacia furor en el país que era para el Río de la Plata el paradigma: Gran Bretaña. En el ámbito de ese deporte en el país se desarrollaron dos instituciones deportivas que habrían de labrar en el tiempo una trayectoria rutilante en el ámbito mundial. 2 Nos referimos al CURCC - posteriormente Club Atlético Peñarol - y al Club Nacional de Fútbol. Estas dos instituciones generaron una rivalidad entre ellas que prácticamente ha excluido a otras entidades. 3 En 1908, un periodista se refirió a estos dos conjuntos como los: irreconciliables adversarios de todas las épocas. Sin embargo, ambas instituciones llevaban unos pocos años midiéndose en los campos de fútbol. El constatar esto, nos lleva a creer que encarnan corrientes y visiones opuestas en la sociedad, a la menos urbana, que se retrotraen algunas décadas atrás, al menos. Este trabajo apunta a introducirnos en esa temática. Creemos que el éxito rápido en él favor del publico de Nacional y Peñarol radica en que representan sentimientos y visiones de larga duración en la sociedad uruguaya y que se manifiestan y expresan en forma deportiva.

    Para nosotros, uno de los acontecimientos decisivos en la conformación de visiones de larga duración en la sociedad de la banda oriental fue la inmigración y la Guerra Grande.

    La sociedad montevideana y por extensión oriental sufrió a partir de la tercera década del siglo XIX una transmutación honda y decisiva. De la profundidad de la misma habla a las claras diez años de enfrentamiento - La Guerra Grande - el aislamiento de la capital y la triplicación de la población montevideana pese a los hechos bélicos, en 1860 a los treinta años de establecido el Estado nacional en la Banda Oriental.

    Fue acompañada por la presencia de miles y miles de emigrantes. El papel social y político de los inmigrantes fue decisivo en el Ejército de la Defensa. Dos corrientes políticas, el Partido Colorado, el de la defensa de Montevideo, y el Blanco, posteriormente también conocido como Nacional, el que guiaba Manuel Oribe y controlaba el resto del país, se afirmaron en esos años, siendo predominantes en la sociedad uruguaya durante el resto del siglo, y todo el XX.


La modernización del Uruguay: 1875-1904

El espacio geográfico; una ciudad en expansión

    Por 1860 Montevideo presentaba tres núcleos urbanos, el casco viejo de la ciudad colonial, con sus dos barrios más o menos cercanos, el Cordón y la Aguada, mas lejos el Cerro y la villa de la Unión.

    En 1868 se instaló la primera línea de tranvía, de tracción animal, que hacía el trayecto hasta la Unión. A fines del siglo XIX comenzó un proceso de concentración de las líneas tranviarias. Estas se extendieron por los diversos barrios de la ciudad. Para 1905, se formó la Sociedad Comercial de Montevideo, con capitales británicos, con los Tranvías del Este, de los Pocitos, Reducto, de la Unión y Maroñas. En el mismo año con capitales alemanes se formó La Transatlántica con las líneas al Paso Molino y Cerro, así como el Tranvía Oriental. Este proceso facilitó la electrificación que sé efectivizó entre 1906 y 1907.

    El accionar de las empresas tranviarias incidió la urbanización de la ciudad, no solo por facilitar el transporte de sus habitantes de un extremo al otro de la misma, sino también por la directa inversión en lo que podríamos denominar, industrias recreativas.

    Los valores sociales de las clases dominantes de la época se difuminaban, como en todos los tiempos, a todos los sectores de la sociedad. 4 Su sentido del esparcimiento y del juego, en boga con las novedades que venían de Europa era asimilado por los estratos medios, siempre proclives a la imitación e incluso los más populares.

    Paralelamente, la extensión de la ciudad, alejaba la antigua convivencia en que todos de una forma u otra se conocían, como en una gran aldea. Esa masificación de la población que llevaba al anonimato, abonaba el camino para la constitución de unas especies de "comunidades imaginadas", en lo que hace a nuestro estudio, criollos e inmigrantes. 5 Estos colectivos, según los define Anderson, son comunidad porque independientemente de la desigualdad y explotación que pueda prevalecer en cada caso, la nación, en este caso el colectivo se entiende como un compañerismo, profundo, horizontal.


La Comunidad Británica y el Ferrocarril

    Para los años ochenta se había consolidado el predominio económico de Gran Bretaña. En un informe diplomático de 1881, se decía, "Todas las empresas industriales de este país, que son de alguna forma importantes, están en manos inglesas. Ferrocarriles, tranvías, telégrafos, bancos, muelles, gas, agua, han sido establecidos con capital inglés y son administradas por ingleses" 6 El Gobierno de Lorenzo Latorre había consolidado las buenas relaciones entre los intereses económicos británicos y los círculos dirigentes del país. Santos había continuado esa política con la solicitud de empréstitos en Londres. En 1865, se había formado la Compañía del Ferrocarril Central, con capitales del país, aportados por orientales y entre otros extranjeros, británicos residentes en el Uruguay. El mayor accionista de la empresa fue el propio gobierno, manifestando así su interés en el tema. A fines de 1877 los títulos y concesiones de esta empresa se transferían a la Central Uruguay Railway Company of Montevideo, Ltd. La implementación del ferrocarril en manos británicas benefició en forma relativa a los intereses del Uruguay. La inversión de capital de este origen, beneficiaba mayormente a Gran Bretaña, donde se compraban, ferrocarriles, vagones, maquinaria diversa y carbón. Se le aseguraba una rentabilidad mínima del 7% anual a unos inversores que, en su país podían aspirar a no más de un 3%. Aunque ambos países se beneficiaban, el que más lo hacia era Gran Bretaña. 7

    Por lo expresado es obvia la influencia británica en el país y el prestigio inherente a su filosofía económica, formas de vida y cultura en términos generales que llevaban a que se tomara como un modelo de civilización. Esto, ciertamente no involucraba solo a las elites ilustradas sino que se extendía por todos los grupos sociales.


La inmigración: una constante en el tiempo

Inmigración, integración y rechazo

    Las características del torrente inmigratorio, su carácter masivo, las necesidades de población manifiestas por el nuevo estado independiente ambientaron luego de la Guerra Grande una integración, no exenta de roces, entre inmigrantes y criollos.

    La tensión entre inmigrantes y criollos perduro en la medida que se recreaban nuevos inmigrantes y también nuevos criollos, estos últimos ya con la impronta de los arribados de 1835 a 1875. A partir de 1880 la presencia de inmigrantes es un hecho urbano, que se observaba en forma predominante en la capital.

    A fines de esta ultima década los orientales son algo mas de la mitad y el resto extranjero, con un 20% de italianos y un 15% de españoles en el total. Del resto, los ingleses son algo mas de mil habitantes, constituyendo menos del 1% de los habitantes de Montevideo. No obstante en lo que hace a la población activa, de los alrededor de cien mil trabajadores censados, las dos terceras partes son extranjeras. 8

    Por un lado, los extranjeros se integraron a la sociedad oriental por medio del matrimonio con jóvenes montevideanas, entre otros motivos porque la inmigración era predominantemente masculina.

    No obstante existieron dificultades para la integración entre ambos colectivos. En líneas generales, la mitad de extranjeros se casaba con criollos, pero el resto lo hacia dentro de la propia colectividad. Las distancias aumentaban, cuando era más distinta la matriz cultural. En efecto era más usual que se uniesen uruguayos con españoles, que con italianos. Por un lado la comunidad nacional en las ultimas décadas del siglo XIX era mayoritaria en la principal actividad económica, la ganadería, relegando a los extranjeros a nuevos emprendimientos en otras áreas, agricultura, comercio e industria. Al mismo los criollos pobres rechazaban también a esos inmigrantes que eran competencia para ellos y un "modelo nuevo" en lo cultural.

    Pero además existía un rechazo social. Mientras los restos del patriciado colonial y los nuevos ricos criollos desdeñaban y se burlaban del inmigrante - particularmente el italiano - las colonias extranjeras pequeñas pero ricas y poderosas, como la alemana y particularmente la británica exponían su orgullo racial y formaban círculos prácticamente excluyentes de los criollos en cámaras de comercio y diversos tipos de clubes. Paralelamente la endogamia en estas colectividades era muy importante. 9

    A partir de 1880, con un estado crecientemente afirmado y tecnificado, embarcado en la búsqueda de una identidad nacional, con una clase alta consolidada formada por criollos e inmigrantes los pobres y los extranjeros fueron percibidos como distintos, en cultura, sociabilidad e incluso higiene. Temibles por provocar o ambientar enfermedades y más aun por ser caldo de cultivo del cuestionamiento social con ideologías extrañas y nuevas. 10

     Para 1908 los extranjeros forman el 30 % de la población total de Montevideo y sólo el 11,87 % de la del Interior. 11


El surgimiento de los clubes: la matriz británica

Los antecedentes; Clubes de críquet y remo.

    La practica de los deportes modernos surgió naturalmente en la colectividad británica. Su difusión en la sociedad uruguaya siguió la misma lógica que en Gran Bretaña y en otros países donde se difundió: desde las elites en cascada a los sectores populares

    En tiempos de la Guerra Grande se registraron los primeros intentos de actividad deportiva en el seno de la actividad británica. No obstante se debió esperar hasta la década del 60 para ver el surgimiento de las primeras entidades estables. 12

    El Monte Video Cricket Club fue fundado el 18 de julio de 1861, teniendo un papel clave en el desarrollo del deporte en el país. Formado por aficionados anglosajones; sé dedicó al críquet; pero no desdeño la práctica del fútbol. En mayo de 1874, surgió otra nueva institución deportiva de inmigrantes británicos, un club de remeros, el Monte Video Rowing Club. El MVCC había importado, en el mismo tiempo de la aparición del Rowing, elementos para jugar rugby y fútbol.

    Diversos relatos afirman que el primer partido entre estas instituciones se jugó en 1878. En junio de 1881, se registraron dos partidos. En el primer cotejo, venció el MVCC al Rowing, por uno a cero, mientras que en el segundo, jugado pocos días después, el score fue de dos a cero. 13

    Los últimos partidos entre estas instituciones, fueron en 1894 venciendo el Rowing al Cricket, que a su vez abandono el fútbol por 1895. 14


Los colegios ingleses

    Como sabemos, los inicios de la practica moderna del fútbol en Gran Bretaña vienen de la mano de su difusión en los colegios secundarios de este país. Igual proceso se vivió en Uruguay.

    En 1874 se creo en Montevideo The English High Scholl. Con el paso de los años se organizo siguiendo las líneas del High School, de Buenos Aires, que estaba bajo la dirección de quien es considerada la persona que introdujo el fútbol en Argentina, Alejandro Watson Hutton. En nuestro país el colegio estuvo inicialmente a cargo de Henry Castle Ayre. En sus cuadros docentes se encontraba William Leslie Poole, quien arribó en 1885 a Montevideo, desempeñándose como profesor de inglés hasta 1920. Poole era un deportista nato, practicando entre otros, fútbol, críquet y rugby. Llevaba a sus alumnos a practicar deportes a Punta Carretas.

    En 1885 se fundó The British School, quien teniendo como director a Thomas J. Ashe, también propulso el deporte, de acuerdo a los métodos pedagógicos en boga en su país. 15


Surge el Albión

    Las pautas de los equipos británicos, algunas al menos, se van a repetir en nuestro país. Un joven nacido en 1873, Enrique Lichtenberger, hijo de un brasileño de ascendencia alsaciana y de una británica, alumno del English High School y discípulo de Poole, en mayo de 1891 invito a excondiscipulos a formar un club de fútbol denominado precisamente "Foot ball Association". En su estatuto inicial marca el rechazo a la presencia de jugadores extranjeros en el mismo. Es la respuesta al exclusivismo de los clubes británicos. Su primer partido fue el 2 agosto contra el Montevideo Críquet, y perdió 2 a 1. Poco tiempo después se cambio el nombre de la institución de exalumnos por el de "Albión Foot Ball Club ", como homenaje a los creadores de este deporte y se tomaron como colores el azul y blanco, por ser estos los nacionales.


El Club del Ferrocarril

    En 1890 el Central Uruguay Railway adquirió 20 hectáreas en la localidad de Peñarol a 10 kilómetros de Montevideo. Se eligió el lugar para instalar el centro de operaciones de la empresa, en forma de talleres, depósitos, oficinas e incluso casas para sus empleados. Esta compañía agrupaba por su actividad cientos de trabajadores, significando una de las más grandes empresas del país.

    Por sus características, el ferrocarril requería de además de capitales británicos, trabajadores de ese origen, capacitados para las diferentes funciones. Desde la dirección hasta las funciones técnicas especificas: Ingenieros, administrativos, contables, foguistas, maquinistas, carpinteros, y muchas otros oficios. Seguramente un centenar largo de británicos estaban formando parte de esos trabajadores, desde el gerente, hasta capataces. En esos momentos el fútbol hacia 20 años que se había popularizado en Gran Bretaña y había sido adoptado como "escape" incluso por las Empresas, con la sabia máxima de que, quien piensa en el fútbol, no piensa en la lucha de clases. En ese clima, una noche de la primavera de 1891 quince empleados destacados del Central Uruguay Railway, dos criollos y trece anglosajones decidieron formar un club de Críquet. Expresada la propuesta, se designa como presidente al representante de los accionistas británicos en Montevideo, el ingeniero Frank Hudson. Días después se invito a otros empleados a unirse, siendo un total de 118 los socios fundadores del Central Uruguay Railway Cricket Club.

    Al año siguiente se comenzó la practica de fútbol, siendo designado capitán del team John Mac Gregor. Los colores elegidos inicialmente, naranja y negro señalan inequívocamente sus raíces ferroviarias.


El fútbol se escapa de las manos británicas

    Entre 1892 y 1899 el fútbol comenzó a desenvolverse desde las elites y las desbordo. En 1892 se jugaron 18 partidos entre los cuatro clubes existentes: MVCC, MV Rowing, Albión y CURCC. Esto indica que la practica del deporte era mas una diversión que preparase para una competencia. En estos años la superioridad del Cricket fue notoria hasta 1895 en que junto al Rowing dejo de practicar el fútbol. En ese momento la supremacía pasa a ser del Albión, quien en ese año había modificado sus estatutos y permitido que jugaran players extranjeros. De esa forma se incorporo un referente conocido por todos; Poole. En ese mismo año, se presenta una novedad, el capitán de Peñarol fue un criollo, Julio Negron. La superioridad de Albión sobre el CURCC fue clara desde 1895 hasta 1897. Los dos años siguientes se muestra una mayor paridad, de 6 partidos, 3 vence Albión, 2 el CURCC y se da un empate. En esos años surgen 2 equipos con el sugestivo nombre de Uruguay Atletic, que con raíces universitarias, son los primeros clubes que buscan desarrollar una identidad criolla.

    Paralelamente se manifiesta lo funcional del deporte al nuevo esquema social. De hecho desde todos los sectores dirigentes de la sociedad se coincidía con "disciplinar" la sociedad y sus "pasiones".

    Esto incluía desde representantes del elenco político, hasta educadores y sacerdotes. Se tomaba como ejemplo el éxito de los anglosajones, en una filosofía que incluía el deporte. Este a diferencia de las diversiones habituales en la sociedad criolla y en sus adolescentes, en principio sin reglas ni mayores limitaciones, tenia un desarrollo previsto y determinado por sus participantes. Constituía una actividad, de acuerdo a la mentalidad de la época, que prometía alejar del ocio a los adolescentes y jóvenes montevideanos. Individuos a los que se debía incorporar y hacer maleables a las necesidades del taller y la fabrica, en horarios y jerarquías.

    Es por lo dicho que contaba con el apoyo casi unánime de los más influyentes sectores sociales. A los mismos se le sumaban desde empleadores; pionero había sido el Ferrocarril Central, hasta los gerentes de las empresas tranviarias que favorecían la existencia de campos de juego que les aseguraba pasajeros para sus vehículos, inicialmente jugadores y posteriormente simples espectadores. 16


La respuesta criolla

La exaltación de lo nacional

    Paralelamente se proceso la formación de una conciencia nacional. A partir de los años sesenta, y cada vez con mayor fuerza, el Estado Oriental va teniendo cada vez mayor autonomía en relación con las grandes potencias vecinas. Este hecho, se reafirmó en la medida en que los sectores cultos fueron buscados crear primero en sí mismos, luego en el ámbito de todos los grupos sociales una conciencia nacional. En este proceso, que se extendió de mediados de los sesenta a fines del siglo XIX; se manifestó la reivindicación de la figura de Artigas, así como una sucesión de acontecimientos que validaba una identidad nacional. Estos, encauzados por sectores políticos, pero también por las más variadas expresiones artísticas, La Leyenda Patria, de Zorrilla de San Martín, en 1879, las diferentes obras alusivas de Juan Manuel Blanes, entre otros, Artigas en la Ciudadela, La batalla de las Piedras y el Desembarco de los Treinta y Tres Orientales, la erección de monumentos alusivos, a la Independencia en Florida, y a los Treinta y Tres en la Agraciada.

    Todas las iniciativas que tuvieran esta motivación nacionalista era seguidas con gran atención por todos los sectores sociales, especialmente los populares. 17.


Los clubes nacionales; en el principio fue la palabra

    El exclusivismo de las instituciones anglosajonas, fue generando una reacción de los elementos criollos vinculados por un motivo u otro con sus actividades. Alumnos de los colegios británicos, incluso jóvenes uruguayos de ese origen, buscaron enfrentar a los anglosajones en el deporte. Uno de los primeros antecedentes fue en el remo. Las diferencias en el Rowing, dieron origen al Club Nacional de Regatas en 1888. El mismo año se inaugura el Club Uruguay un referente social y de prestigio para los criollos. En 1890 se creo el Club Nacional de Velocipedistas y poco tiempo después el Club Ciclista Uruguay. En lo que hace al fútbol, son los los exalumnos los que ya en 1891 habían formado el Albión. Estas instituciones contaban entre sus miembros con numerosos uruguayos de primera generación, hijos de residentes anglosajones. Como vimos, en él ultimo lustro es el CURCC el que empieza a competir de igual a igual con el poderoso Albión, con los primeros jugadores criollos, incluido el capitán del team Esa popularidad de Peñarol era robustecida día a día por el apoyo de la gente de los talleres, de sus familias que se identifican con el equipo de la Villa.

    A mediados de la ultima década del siglo XIX, la practica del fútbol, favorecido por las empresas tranviarias se generalizaba en la zona de Punta Carretas. A los exalumnos se les agregaban otros jóvenes, inicialmente fueron los provenientes de sectores altos y medios de la sociedad, a los que podemos definirlos como jóvenes con educación secundaria y una situación económica cómoda.

    La Universidad de la Republica, que en esa época incluía la dirección de la Enseñanza Secundaria, era por su característica, la referencia, la matriz más acogedora para el surgimiento de una institución criolla. Cientos de estudiantes criollos aunque con gran numero de apellidos itálicos, que evidenciaban ser hijos de emigrantes, van a ser el sustento, la cantera, para crear un equipo competitivo. 18

    En ese ámbito se incuba la idea de constituir un club deportivo que los identifique. Este surge el 14 de mayo de 1899, es el Club Nacional de Football, como respuesta criolla a los equipos sentidos como extranjeros, 19 que se acrecentara rápidamente con la unión de varios equipos con significativos nombres, Uruguay, Montevideo, Defensa. Los colores elegidos, los artiguistas, y la justificación que llevaba a una camisa de color rojo, alude a los ponchos de quienes acompañaban al héroe que se homenajeaba. Tuvo un comienzo de predestinado. Al año siguiente, la empresa de tranvías que iba a la Unión le cedió al equipo un campo de juego en la zona que hoy constituye el Parque Central.

    El 15 de julio de 1900 se disputo el primer partido de lo que en el correr del siglo XX sería un clásico. El triunfo correspondió al CURCC, pero la crónica de "El siglo" destaca como una agradable novedad el desempeño del equipo de los "uruguayos" y se sorprende al mismo tiempo de la importancia otorgada el encuentro, 20

"Los muchachos de Nacional merecen un aplauso. Parecía imposible que en un partido en las condiciones del de ayer, se revistiera de tanta importancia y que el triunfo fuera tan disputado. Conocíamos la excelente combinación que posee el Club Nacional . . . y no vacilamos en pronosticar, si no un triunfo de los uruguayos, que sería mucho pedir, una derrota honrosa que sería difícil de infligir . . . los de Nacional, delgados, chicos pero ágiles, se llevaban en precipitadas corridas la pelota hasta el gol contrario . . . arrancando estruendosos aplausos de la concurrencia que asistió al partido."


El surgimiento de los clásicos

Nuevos aficionados y la formación de la League

    Entre 1898 y el 1900 la practica del fútbol, un fenómeno en sus inicios en el Uruguay recreativo, comenzó a ser masivo. Y a partir de este momento, competitivo. Un aviso de lo que vendría, fue el acuerdo para crear el 30 de mayo del 1900 The Uruguay Association Football League, para la que se unieron el Albión, el CURCC, el Deutscher y el Uruguay Athletic. Las características de la League pueden simbolizarse en que en sus reuniones se debían expresar y registrar en ingles. Seguramente porque eran de ese origen buena parte de sus dirigentes. Esta característica no ayudo en nada para hacerse sentir como criolla. De hecho rechazo la solicitud de afiliación de Nacional por considerarlo que no estaba a su altura deportiva. Mas que eso - Nacional había competido como vimos razonablemente con el CURCC - era el rechazo al criollo considerado como "inferior" el que había decidido esta actitud. La invitación que le hicieron a Nacional de unirse a la Argentine Association Football League, fundada en 1893, obligó a que su similar de Uruguay revisara su posición y aceptara su inclusión en el Campeonato local.

    A fines del siglo la concurrencia empezó a ser multitudinaria. Así, el 5 de agosto de 1900 se enfrentaron el segundo equipo de Albión con el Titán, equipo del Paso Molino, con cancha en el Camino Castro, habiendo unas dos mil personas mirándolo. 21 El 16 de septiembre del 1900 se enfrentaron Quilmes de Buenos Aires, y Albión, en el campo de éste último en el Prado, ante ocho mil espectadores. 22 En una explosión de publico, el recientemente aceptado en la Liga equipo de Nacional y el popular Peñarol comenzaron a adueñarse del cariño de los aficionados.

    El 12 de mayo de 1901 el comentario del partido, entre ambos equipos, por la prensa es categórico sobre lo que hace al surgimiento de la rivalidad; habla de pasiones exaltadas, grescas y presos en la Comisaría23 En agosto del año siguiente - 1902 - se consigna un partido en el campo del Albión, con una concurrencia de seis mil personas. Días después el mismo medio señala el partido revancha en Villa Peñarol:

Ayer de tarde se verifico. . . en gran match por la Copa Uruguay entre los dos grandes rivales de siempre, "Peñarol" y "Nacional" . 24

    Ya para este año el fútbol se había transformado en un espectáculo de masas. El partido revancha por la Copa Uruguaya, jugado por Nacional y el CURCC fue presenciado en la cancha de Peñarol por unos cinco mil espectadores. El regreso de Nacional a la Estación Central fue apoteósico, recibido por unos dos mil simpatizantes. 25

    Este hecho, nos habla de que la democratización del fútbol, visto como espectáculo y competencia, había empezado por el espectador. Si los jugadores eran gentlemen y obreros de los talleres británicos ó señoritos universitarios, a los lados del campo de juego se ubicaban aficionados de todos los sectores sociales. 26


La masa crítica

    Denominamos con el término de masa crítica, aquel número de aficionados que constituido a partir de un determinado momento, pongamos, 1900, permitió la supervivencia del deporte. Esa masa crítica, esta dada por un número de aficionados y de jugadores de cierta importancia. Pongamos, de 200 a 300 jugadores, y unos 3000 aficionados de firme. Posiblemente la primera masa crítica la logro el CURCC alrededor de 1896 y 1897. Con una consistencia de unos digamos, 100 jugadores, y 500 aficionados. Estos posibles aficionados, son los 500 empleados del ferrocarril, en una villa en que se estiman viven unas 3.000 personas. Le permitió ser hegemónico en un deporte aún restringido. Esta fuente de reclutamiento de adeptos, que contaba además con el visto bueno, al menos en ese momento de la empresa, cimentaron la popularidad y el crecimiento deportivo del equipo de la Villa. De hecho, esto se manifiesta en la obtención de la primera Copa Uruguaya, en 1900. Paralelamente la cantera de Nacional la podemos determinar analizando a la juventud universitaria de la época, circulo originario del equipo. Podemos concluir - estimando una población de un millón de habitantes en el Uruguay, que existían unos 500 a 600 universitarios y unos 400 secundarios. 27

    En estos momentos la prueba de la popularidad del CURCC la evidencia en que el número de espectadores iguala o supera a los británicos en Montevideo, - recordemos no eran mas de un millar - y al número de los empleados del Central Uruguay Railway. La obtención en 1902 del campeonato por Nacional, celebrado largamente en Montevideo, y la ratificación de su valía obteniendo el de 1903, que tuvo como plus el recordado triunfo ante la selección argentina el 13 de septiembre de ese año, le dieron el definitivo espaldarazo en la preferencia popular, constituyendo ahora si una dupla, una rivalidad en que ambos se necesitan por opuestos, con el equipo de Peñarol.


La génesis de la rivalidad; la inmigración

     El origen de la rivalidad puede ubicarse en la Guerra Grande, entre 1839 y 1851. Iniciado como un conflicto interno entre el presidente de la Republica, Manuel Oribe y el anterior: Fructuoso Rivera, devino en las dos corrientes políticas que se van a disputar el Uruguay del siglo XIX, blancos y colorados. Las diferencias eran mas sustantivas que distintos colores de divisas partidarias. Los colorados representaban a los sectores más liberales y más proclives a la inmigración y presencia económica extranjera. Los blancos a los sectores más conservadores y enraizados en el elemento criollo. En ambas corrientes existían elementos letrados, la mayoría abogados, grupo dirigente por excelencia, junto con fuertes comerciantes y caudillos militares, muchos de ellos veteranos de los variados conflictos que habían llevado a la independencia del nuevo estado.

    El enfrentamiento circunscrito inicialmente a la orilla oriental del Plata se traslada a la otra banda involucrando a la Republica Argentina inmersa a su vez en un enfrentamiento entre unitarios y federales. Políticamente, los primeros eran liberales y los segundos coincidían en líneas generales con los blancos de la banda oriental.

    A la vez, la gravitación de los inmigrantes en el Ejército de la Defensa fue decisiva así como el apoyo de las escuadras y marinerías europeas, al referirse a esto, Barran, expresó, "Desde este ángulo, sin duda parcial pero exacto en la medida que se valore sin exagerarlo, la Guerra Grande fue también una lucha entre inmigrantes y orientales..." 28


El rechazo a los extranjeros

    La rivalidad entre inmigrantes y criollos se movía en dimensiones ideológicas, pero también en el campo de lo emocional, lo subjetivo. Así lo percibe Rodríguez Villamil, "Las causas profundas de esta situación de conflicto eran desde luego... muy complejas... Se trataba sin duda del enfrentamiento de dos mundos totalmente distintos; vistos desde la perspectiva del criollo, de la invasión de un mundo que era suyo y familiar por parte de seres extraños que nada tenían que ver con la suya. Tal vez otro ingrediente fuese una cierta envidia frente a los resultados prácticos del inmigrante..." 29

    Los artesanos, los jornaleros orientales, sufrían la competencia en el mercado de trabajo del extranjero, más industrioso, más hábil, con un olfato económico más sensible que el criollo. Es en los sectores más modestos donde se manifestó el rechazo instintivo a lo europeo. 30


El rechazo a los criollos

    Las comunidades emigrantes, si bien se vincularon con los criollos, también practicaron conductas endogamicas que favorecieron la reproducción mas o menos pura de sus pautas culturales y de comportamiento. La existencia de familias completas, el continuo goteo de emigrantes de diferentes comarcas europeas, particularmente las periféricas: napolitanos, piamonteses, gallegos, vascos y canarios principalmente, dieron consistencia a esa corriente que se renovaba de año en año. A la hostilidad de algunos sectores criollos, los emigrantes le respondieron de igual forma. Al igual que los criollos, señalaban ostensiblemente su nacionalidad. Un ejemplo, extremo, pero muy sentido fue el que protagonizaron las colectividades alemana y británica. Ubicados en Montevideo, pero también el resto del territorio nacional en posiciones económicamente importantes: grandes hacendados propietarios de establecimientos modelos, industriales, profesionales, vinculados al alto comercio, respaldados por la voz de legaciones y consulados tenían una influencia desproporcionada a su exiguo numero. De su exclusivismo nos habla por ejemplo el hecho de impedir el ingreso de los uruguayos a sus clubes de colectividad.


Referentes y Campeones

    Los jugadores de Nacional y Peñarol fueron los defensores, los campeones - en el sentido de justa publica - de esas identidades a dirimirse en los campos de juego. Nacidos ambos en ámbitos particularmente propicios, contaron desde sus inicios con un numero de aficionados a ver y practicar el nuevo deporte que superaban notoriamente en numero a los de otros equipos. Esta hegemonía garantiza su desarrollo. La supervivencia de Peñarol y su prestigio creciente se explica en que lentamente al principio, en forma vertiginosa después, concita la atención de su circulo natural. Trasciende el grupo de iniciados, se expande en los simples obreros del ferrocarril, inmigrantes o criollos y se extiende a sus familias y barrio. Es en determinado momento ya una rivalidad con el equipo de los señoritos universitarios y de la colectividad británica no perteneciente al entorno del taller, concretamente el Albión. La adhesión va madurando y dándose consistencia y espesor. Surge naturalmente la cantera de jugadores y las mejores perfomances del CURCC en 1897 y 1898 hacen presumir una mejoría técnica basada en la mayor posibilidad de seleccionar un equipo competitivo. Pero además va señalando que se va sustituyendo el carácter recreativo inicial con otro mas volcado a la competencia. En forma paralela se iba acriollando perfilándose como la gran institución del fútbol del país por sus características. No obstante, su cuna británica, fundamento de un crecimiento asistido por el ferrocarril y su entorno va a ser también la causa de que surja un equipo que le dispute en igualdad de condiciones el favor de la afición.

    Tal vez en 1900 fueron los universitarios contra el taller de los ingleses. Pero en 1903 encarnaban la identidad criolla y la gringa. La rivalidad entre Nacional y Peñarol es una de las constantes del fútbol uruguayo, prácticamente desde los primeros años del siglo XX en que ambas instituciones comenzaron a enfrentarse. Así cuando surge Nacional, de alguna forma lo hace como el primer equipo que por capacidad deportiva, y fundamentalmente por ser una institución "criolla" en forma manifiesta, capaz de enfrentarse al equipo de los "empresarios ingleses", y todos aquellos inmigrantes rechazados.

    Si bien reconocemos un rigen multicausal de la rivalidad clásica, que podemos enumerar, en una herencia de bipolaridad de a sociedad uruguaya: Blancos y Colorados; Montevideo y el medio rural, le agregamos otros.

    Estas son las diferencias que se hicieron mas presentes en la sociedad finisecular: Criollos e Inmigrantes y sectores populares y aristocráticos. O en términos de clase, obreros y patrones. La primera de las diferencias, o distancias entre sectores de emigrantes y criollos eran evidentes para los contemporáneos. La segunda el surgimiento de los primeros conflictos laborales estaba más difuminada.

    Creemos entonces que fundamentalmente la adhesión a ambas corrientes deportivas se dio por oposición, por toda una batería de motivos, complementarios la mayoría, aunque algunos aparentemente opuestos.


Causas y motivos de la rivalidad

    La rivalidad entre dos equipos de una misma ciudad no es patrimonio de Montevideo. Se repite en muchos otros lados. En Milán, en Glasgow, en Porto Alegre, por citar algunos ámbitos urbanos con poblaciones notoriamente aficionadas al fútbol. Desentrañemos las particularidades que presentan estas rivalidades para ver si son funcionales al análisis de Montevideo. Algunas de estas diferencias de estos enfrentamientos han sido analizados por Christian Bromberg entra clase alta y clase baja, los de los religiosos y los que oponen a viejos pobladores con recién llegados, y los religiosos. Creemos que en los orígenes de la rivalidad, la que enfrento a inmigrantes y criollos en el 900, por su fulminante aceptación es lo mas parecido compararlo con el Celtic y el Rangers de Glasgow. Celtic es el equipo al que adhieren mayoritariamente católicos de la capital de Escocia. Rangers por oposición surge expresamente - casi como Nacional - como un equipo exclusivamente protestante.

    Naturalmente un encuentro de estos dos equipos trascendía lo deportivo. Creemos que en el caso de Nacional y Peñarol sucedió así desde el primer momento. Pero además en este esquema dual, tienen otro carácter las rivalidades, las visiones que la vida cotidiana - y con ella la convivencia - tiene soterradas. En el barrio, en el taller, saladero o frigorífico. En la reunión de vecinos, en el mostrador del despacho de bebidas el contacto diario impedía que esa distancia se materializase en discusiones o enfrentamientos de mayor virulencia entre el criollo y el inmigrante; entre los que convivía un fluctuante grupo intermedio, criollos por nacimiento, pero hijos de inmigrantes recientes que oscilarían y darían el tono conciliador a las disputas. No obstante esa distancia podía manifestarse de otra manera vivando en forma anónima a un equipo de fútbol que sí nos representaba - o podía asumir nuestra representación - y que nos permitía contrastar con el vecino sin llegar al enfrentamiento directo y personal. Pero además de permitir la burla, la humillación simbólica a ese patrón, representado por el club que lo identificaba permitía como en una especie de carnaval, otra tradicional inversión de las jerarquías y realidades expresar una critica por un canal socialmente aceptado. Estas ultimas las aceptaban entre otros motivos, porque un triunfo deportivo de uno u otro no alteraba ni cuestionaba la esencia de las jerarquías sociales.

    Para 1901, el club de Peñarol había comenzado a trascender largamente al equipo de la empresa británica, y era mas que eso: era el equipo de los obreros del ferrocarril, muchos de ellos inmigrantes: de origen italiano. Para ese mismo año, Nacional, había dejado de ser el equipo de los señoritos universitarios y era el cuadro de los "nacionales". Aquel que llevaba nada menos que los colores de Artigas. Por eso era popular y su primera cantera de reclutamiento de simpatizantes y posteriormente de jugadores era el pobrerío rural desplazado de la campaña a la ciudad y que competía por trabajo, en desventaja generalmente, con el obrero inmigrante mas calificado. Aunque jugaban los señoritos, en quienes se sentían identificados los criollos, en esa comunidad imaginada, estos representaban a esos desplazados del medio rural. Por las características del enfrentamiento, extranjeros, criollos, por la rápida asimilación de los primeros, es evidente que la virulencia de este enfrentamiento original desapareció pocos años después. Quedo si, la rivalidad deportiva, la masa critica para cada una de las instituciones para reproducir sus adeptos. Atenuada la rivalidad criollos inmigrantes, y paralelamente la de blancos y colorados, la transmisión de la adhesión a uno u otro color siguió las pautas tradicionales en las relaciones familiares, se sigue al padre y a la familia, o se le enfrenta. Y nada más.

    En consecuencia - sin proponérselo expresamente - ambos equipos encauzan tendencias de larga duración de oposición y rivalidad: criollos e inmigrantes, y las que comienzan a surgir y a vivirse en ese momento: trabajadores y patrones. Desde mediados de la primera década del siglo son predominantes en la afición generando desde ya las condiciones favorables para reproducir sus simpatizantes en los años por venir.


Notas

  1. Eduardo Gutiérrez Cortinas; "Historia de los clásicos", Colección "100 años de fútbol", n ° 6, p. 124.

  2. El Club Atlético Peñarol suma 3 Copas Intercontinentales de Clubes y 5 Libertadores de América. Por su parte el Club Nacional de Football atesora también 3 Intercontinentales y 3 Libertadores. Muchos y muy poderosos equipos en lo deportivo y económico en el ámbito mundial no cuentan con esos logros deportivos.

  3. Un estudio realizado en todo el Uruguay por la empresa Factum en 1993 revela en una encuesta realizada ha mayores de 16 años en poblaciones mayores de 5.000 habitantes que: el 41% es partidario de Peñarol, un 38% de Nacional, 7% de otros equipos, y el resto, un 14 % no se interesa por el fútbol. En El Día, sección Deportes, 23 de mayo de 1993, pp. 46 y 47.

  4. José Pedro Barrán y Benjamín Nahum, "El Uruguay del novecientos" p. 70.

  5. Ibídem. pp. 116 y 117 y Benedict Anderson, Comunidades imaginadas pp. 22 a 25.

  6. Peter Winn, Inglaterra y la Tierra Purpúrea (1806-1880), p. 247, citando a Monson, "Commercial Report for 1880," Adjunto en Monson a Granville, Montevideo, septiembre 19,1881, PRO / FO51 /198.

  7. Enrique Mendes Vives; "El Uruguay de la modernización" , pp. 61 a 64.

  8. Según el Censo de Montevideo, por nacionalidades de 1889, los orientales son el 53,16 % de la población, mientras que el resto extranjeros, de ellos, 21,85 % de italianos y 15,18 de españoles. Los ingleses son algo más de un millar de habitantes, (1.064), representando el 0,64 % de la población. Este censo tomado con relación a la población activa varía, pues de 95,294 trabajadores, 65.000 son extranjeros, o sea una relación de dos a uno. Esto nos marca la importancia de los extranjeros en el país, y lo relativo en lo que hace a lo cuantitativo de los británicos en Silvia Rodríguez Villamil; Las mentalidades dominantes en Montevideo (1850.1900), según los cuadros elaborados por esta, p 37.

  9. José Pedro Barrán y Benjamín Nahum, El Uruguay del... pp. 98 y 99.

  10. José Pedro Barrán: Amor y trasgresión en Montevideo 1919-1931 . Capítulo 7 " La gente Bien", pp. 200 y 201.

  11. José Pedro Barrán y Benjamín Nahum, El Uruguay del... p 94.

  12. El periódico de la colectividad "The Britannia and Montevideo Reporter", el 29 de octubre de 1842 informó de la "Asamblea General de los socios del club de críquet que tendrá lugar en "Claypoles", el lunes 31 de ese mes.

  13. César L. Gallardo; "Pasión de Pueblos", en "Su Majestad el fútbol", p. 24.

  14. Ibídem., p. 26.

  15. Franklin Morales; "Los albores del fútbol uruguayo" , en "Colección 100 años de fútbol - Historia ilustrada del fútbol uruguayo." p. 6

  16. Pedro Manini Ríos; "En defensa del football", "La Revista" septiembre 5 de 1899, pp. 34 y 35.

  17. Siguiendo nuevamente a S. Rodríguez Villamil, Ob. Cit. pp. 53 y 54.

  18. Partimos de la base de que cuantos más practiquen mas posibilidades existen de que surgen jugadores competitivos, por razones matemáticas elementales.

  19. Aunque en el equipo de Peñarol jugaran muchos criollos, era percibido como un equipo de extranjeros. Por ser del Ferrocarril de los británicos y por seguramente tener muchos italianos trabajando en sus talleres.

  20. Diego Lucero; "De aquel ayer a este hoy", "El Libro de Oro de Nacional", fascículo nº 1, p. 21, citando a "El Siglo", del 16 de julio de 1900.

  21. Eduardo Gutiérrez Cortinas; "Amílcar, Bolívar y Carlos Céspedes" "Colección Estrellas Deportivas" , nº 97, suplemento de El Diario, 25 de julio de 1979.

  22. Ibídem.

  23. Luciano Álvarez, Peñarol: La transición de 1913 y la cuestión del decanato p.60.

  24. Ibídem. p. 61.

  25. Juan Antonio y Mateo Magariños Pittaluga; Del fútbol heroico p. 84.

  26. Ibídem. 122 y 123.

  27. José Pedro Barrán y Benjamín Nahum, Ob. Cit. p. 131.

  28. José Pedro Barrán, Apogeo y crisis... p. 11.

  29. Silvia Rodríguez Villamil, Ob. Cit. p. 44.

  30. Juan A. Oddone "Los gringos" en Enciclopedia Uruguaya N ° 26 p. 115.


Bibliografía

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