¿De dónde viene y hacia adónde va la psicología del deporte en el siglo XXI? |
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Lic. en Psicología Especialista en Psicología del Deporte |
Román Barrós romanbarros@yahoo.com.ar (Argentina) |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 87 - Agosto de 2005 |
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Desde las primeras investigaciones sobre destrezas motrices realizadas por Woodworth (1899) en EEUU hasta la actualidad, no solo la psicología experimental, educacional y aplicada al deporte ha sufrido grandes cambios, sino el mundo en sí mismo. Estos cambios han tenido que ver con cuestiones: socio-políticas, culturales, económicas y éticas de las cuales los deportes y todos sus participantes no hemos estado ajenos.
En una primera etapa a la psicología del deporte se la relacionó con trabajos sobre aprendizaje motriz. Luego de la Segunda Guerra Mundial aumentaron las investigaciones en el desarrollo perceptivo motor y la psicología de la actividad física patrocinadas por las fuerzas armadas en muchos casos y por departamentos de investigación de algunas universidades y el Estado por otros. Se destacaron los trabajos de Alexander Puni y Peter Rudik de Europa del Este y Franklin Henry en EEUU, por sus trabajos sobre conducta motriz aplicadas a la educación física.
En la década de los cincuenta sobresalen los estudios aplicados a los entrenadores de John Lawther, y en los sesenta Ogilvie y Tutko desarrollan test y escalas de evaluación para medir la personalidad y la motivación de los deportistas. Ya desde el Primer Congreso Mundial de Psicología del Deporte celebrado en Roma en 1965 se comienza a diferenciar la psicología del deporte de los primeros trabajos relacionados con el aprendizaje motor y se enfoca en factores psicológicos como la ansiedad, autoestima y personalidad de los deportistas y su incidencia en el rendimiento deportivo.
Se comienzan a desarrollar asociaciones de psicólogos aplicados al deporte, con alguna relación a la medicina del deporte, y con ellas nacen publicaciones específicas y comienza una mayor difusión de la actividad oficializada de la psicología del deporte.
Aumenta la demanda desde las instituciones y asociaciones, así como de algunos Comités Olímpicos al tomar el deporte una valoración de importancia socio-política entre naciones.
En los años '80 y '90 del siglo XX, crece mundialmente el deporte organizado de alto rendimiento, se comienza a expandir a escala global la industria del deporte y en los medios de comunicación ocupan cada vez más espacios las competencias deportivas, generando nuevos modelos sociales exitosos, los heroicos ídolos del deporte masificado y cada vez mas profesionalizado.
La psicología del deporte empieza no solo a estudiar, investigar y asesorar a personas que practican deportes sino también a los entrenadores, familiares, árbitros, dirigentes, público, equipos médico-kinesiológicos, periodistas, etc. Se comienza a trabajar no solo sobre los trastornos de los deportistas, con relación a su personalidad, ansiedad o motivación, sino a analizar los efectos de la interacción de los mismos con los demás sujetos, objetos y situaciones con las que interactúan. Así pues Ribes y Lopez (1985), mejoraron la teoría interconductual que explica las interacciones de los organismos con su medio físico, biológico y social. Por ende el papel profesional del psicólogo del deporte se amplía a todos aquellos participantes del espectro deportivo que lo demandan, trabajando en la prevención y preparación mental, para optimizar las capacidades psicológicas de los mismos antes, durante y después de la situación deportiva.
Según J. M. Cagigal (1979) "Los medios de difusión, principalmente se encargaron de intensificar las motivaciones de las necesidades nacionales de campeones. El altísimo porcentaje de información deportiva se refiere a deporte espectáculo, dedicándole minoritariamente espacios a la vertiente meramente saludable o educativa del deporte".
Esta supercompetitividad de la que habla J. M. Cagigal se vio aumentada en la década de los noventa con la irrupción del neoliberalismo, exaltando el individualismo extremo por sobre valoraciones nacionalistas, perdiendo paulatinamente el Estado la función de ser la entidad organizadora social y aglutinante de un país, superada por sobre los intereses de los poderes económicos capitalistas, pasando el deporte y todo lo que este mueve a ser un medio para alimentar el nacionalismo perdido, utilizando en muchos de los casos los resultados deportivos como instrumentos poderosos de la propaganda política. Es entonces cuando la psicología del deporte comienza a ayudar a los deportistas y entrenadores a afrontar presiones, adaptarse a condiciones cambiantes y mantener la disciplina y la concentración, bajo circunstancias estresantes, planificando con anticipación dichas situaciones para obtener una máxima efectividad.
Se incrementan y mejoran las metodologías de investigación, ya no solo en los laboratorios sino en el campo específico de cada deporte o disciplina. Se comienzan a tener mejores registros y observaciones de las conductas deportivas, tratadas con instrumentos de medición más exactos electrónicos y digitales, y se desarrollaron sistemas informáticos específicos para las investigaciones en psicología del deporte. Esto generó un aumento de producciones especializadas en psicología del deporte de mejor calidad científica y mayor valor predictivo.
Se desarrollan en Iberoamérica múltiples ofertas de cursos y carreras de especialización y maestrías para psicólogos que desean especializarse en psicología del deporte, a partir del hito que marcaron los Juegos Olímpicos Barcelona '92.
Hacia fines del siglo XX muchas de estas producciones y contenidos específicos encuentran en Internet un medio para la divulgación rápida y permanente que:
Presenta información novedosa, sobre prácticas posibles y en muchos casos legitimizadas,
Permite acceder a información acerca de posibilidades para mejorar la formación profesional,
Estimula el desarrollo de proyectos y trabajos de investigación,
Ofrece recursos humanos que demuestran intervenciones eficaces en distintos deportes y actividades físicas, basadas en investigaciones empíricas,
Facilita el intercambio de información y el compartir experiencias y trabajos entre profesionales de un mismo o de distintos países.
En los albores del siglo XXI creemos que es de fundamental importancia que el rol del psicólogo del deporte sea la de defensor de las identidades, ¿ hasta dónde puede llegar un contrato millonario en los derechos de los deportistas profesionales de participar de actividades culturales como el carnaval de Río1 o de elegir cuándo y cómo casarse?.
Ayudar a los deportistas y entrenadores a que puedan tomar las decisiones que consideren más convenientes para la actividad deportiva y para el resto de sus vidas, dentro y fuera de un terreno de juego, en condiciones de máximas presiones es nuestro gran desafío.
Algunas propuestas que deseo dejar planteadas, con relación al futuro de la psicología del deporte, son:
Producir conocimientos que tengan un equilibrio entre la teoría, la investigación legitimizada y la práctica de cada deporte o disciplina, para que los protagonistas puedan observar y comprobar los beneficios de la preparación psicológica realizada adecuadamente;
Ampliar la población a la que se dirigen las publicaciones y adecuar los términos utilizados, para que se nutra no solo el deporte de alto rendimiento y profesional, sino también, los deportistas que se inician, sus entrenadores y familiares, para evitar los abandonos prematuros en los deportes;
Ayudar a los entrenadores a: desarrollar métodos que permitan incrementar el aprendizaje de técnicas y tácticas deportivas; planificar su tiempo para conseguir los objetivos propuestos; optimizar la relación y comunicación con sus deportistas; y desarrollar la cohesión grupal en los deportes de equipo;
Desarrollar estrategias para la prevención de lesiones, y para afrontar el período de inactividad y de recuperación óptima en los deportistas lesionados;
Asesorar y preparar a los deportistas (especialmente a los profesionales) para el retiro de la práctica deportiva, y la reorganización de sus vidas;
Proponer Programas y Planes sociales que incluyan actividades físicas y deportes para incrementar la salud de la población, la beneficiosa utilización de tiempo libre y la prevención de las adicciones y del sedentarismo extremo;
Intervenir en la producción de estrategias para la prevención de hechos de violencia en estadios deportivos;
Desarrollar un código de ética de los psicólogos del deporte con pautas claras de lo que se debe y no hacer, con los agentes del deporte y entre colegas, para manejar las presiones de los intereses económicos, profesionales, políticos y dirigenciales, sin que se vea afectada las relaciones y la labor con los deportistas, entrenadores, dirigentes, periodistas, familiares, árbitros, representantes, simpatizantes, etc... para conformar unidades altamente especializadas, de equipos interdisciplinarios, que involucren a todos los que intervienen el los procesos de iniciación, formación y desarrollo deportivo; para colaborar en la formación de deportistas más sanos, inteligentes, creativos e independientes, tal como sostiene Antonio Morales Aguila (2004), y así favorecer el desarrollo deportivo y personal de los mismos.
Nota
Este tipo de cláusulas en los contratos de los deportistas profesionales es moneda corriente. Al respecto ver Bettz Bailo, V. Suplícios de um fenômeno: um estudo de caso sobre a vida privada do atleta, http://www.efdeportes.com/efd67/ronaldo.htm, EFDeportes.com, Nº 67.
Bibliografía
Cagigal, J. M; (1979) Cultura intelectual y cultura física. Buenos Aires. Ed. Kapelusz.
Le Scanff, Chistine; Bertsch, Jean; (1999) Estrés y rendimiento. Barcelona. Inde publicaciones.
Morales Aguila, Antonio; El reloj detenido en el tiempo: una realidad que frena la formación del deportista inteligente, creativo e independiente. Efdeportes.com. Buenos Aires. Año 10. Nº 79. Diciembre 2004.
Morillas, Miguel; Registro y observación de la conducta deportiva, propuestas manuales e informáticas. Sevilla. Enero 2004.
Ribes, E y López F; (1985) Teoría de la conducta: un análisis de campo y paramétrico. México. Trillas.
Riera, Joan y Cruz, Jaume, (1991) Psicología del deporte: Aplicaciones y perspectivas. Barcelona. Martínez Roca.
Weinberg Robert S y Gould, Daniel, (1996) Fundamentos de psicología del deporte y el ejercicio físico. Barcelona. Ariel.
revista
digital · Año 10 · N° 87 | Buenos Aires, Agosto 2005 |