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     No eres ni un formador de formadores, ni una persona que trasmitía sus conocimientos a los estudiantes en las pobres condiciones que te brindaba aquella gran institución, ni una persona que haya dado todo lo que podía a su ciudad, a la comunidad a la que pertenece, ni aquel guía que aporto su "pequeño granito" a una profesión que cuenta hoy con un pasado lleno de tantos nombres ilustres y grandiosos, con un presente dificultoso y un futuro incierto y comprometido… debo decirte amigo, que no eres lo que creías!

Cerro Ventana, un rato antes de bajar y que se desencadene la avalancha

     No eres ese alto guía de montaña que la gente hoy recuerda como un pasado lejano y extraño… eres, simplemente, uno de los Grandes Guías de la Espiritualidad y de la Mística que envuelve a los seres humanos y su inexplicable relación con esa extraña señora, llamada Montaña. Un ser que parece haberse dedicado a enseñar el difícil y para algunos "inentendible" (no solo por los jueces!) arte de descifrar el maldito idioma en que la montaña nos habla y nos escucha, la manera en que nos trata y la relación de ello con la manera en que la tratamos. Me enseñaste a oír, a tocar, a ver, a oler y a sentir, cuando creía que ya lo hacia como una persona normal. Eres un maestro en el arte de descontrolar y desbaratar nuestras vidas y hacer que estas no vuelvan a ser nunca lo irrelevantes que eran. Gracias, pero no te confundas, no soy tu amigo!

     Todos se preguntan si te equivocaste o no. Si tu decisión fue la correcta. Yo podría asegurar que si lo hiciste, y cuanto!

     Te equivocaste al seguir formado parte de una institución decadente con una gestión igual o peor, no hay peor ciego que aquel que no quiere ver, te equivocaste al seguir dentro de un lugar que no tenias, al seguir a cargo de cientos de chicos que llevabas a caminar con tu pala, tu piqueta, tu radio y tu deseo esperanzado de que las cosas cambien y sobretodo mejoren, al creerte parte de una institución que no solo te dio la espalda sino que hoy, te empuja. Te equivocaste al creerte docente cuando para esta triste universidad no solo no existes como tal, tampoco existe la carrera excepto por la única razón de tener el CRUB lleno de estudiantes. Te equivocaste porque seguiste adelante, pero tenés un pequeño aliciente. ¿Cuántos de los que hoy son denominados "montañistas" pasaron frente a tus ojos?

    ¿Cuántos tienen tu estilo de caminar la montaña, luego de ser evaluados por esta como meritorios de tan gran honor? Si hay algo que enseñas es que la montaña no se la sube, se la merece, si ella así lo quiere.

     Pero chocaste con la "real realidad", con la abundancia de mentes cortas, de fuegos chiquitos que ni calor ni luz emanan, pero que tampoco entienden a los fuegos grandes que si lo hacen, aquellos fuegos guías que no nos muestran el camino, solo nos muestran la manera de encontrar el nuestro sin que se nos vaya la vida en ello. Fuegos que queman.

     Verte caminar por la montaña me entristece, me da pena poner bruscamente mis pies donde acariciaron el suelo del bosque los tuyos, observarte al deslizar sin siquiera hundirte mas que unos milímetros en la nieve, esa blanca e incierta novia tuya, para mí significa el doloroso sentimiento de saberme allí hundido, porque nunca llegaré a relacionarme con ella de la extraña manera que lo hace contigo.

     Pero tengo algo que preguntarte… ¿Qué has hecho para que tenga que cuidarme de ti?, ¿De qué, se tiene que cuidar la ciudad de ti?, ¿Por qué la montaña debe estar un tiempo sin disfrutarte?, ¿Cuál es la razón por la cual vas a ocupar el lugar para el cual hay mucha gente con muchísimos mas meritos que ti? Es extraña la vida e inentendible la justicia (sí es que existe)

     Pero no te confundas, no soy tu amigo. A pesar de lo que algunos piensan, no soy parte ni de tu "séquito" ni de tu "club de fans", no formo parte del "Team Andy", no te sigo ciego ni voy contigo a todas partes…

     No solo soy tu amigo, me siento "uno" de tus incondicionales.

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revista digital · Año 10 · N° 84 | Buenos Aires, Mayo 2005   © 1997-2005 Derechos reservados