Más rápido, mas alto, más largo y más lejos… | |||
Federación Cubana de Atletismo (Cuba) |
Eddy Luis Nápoles Cardoso estadio@inder.co.cu |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 84 - Mayo de 2005 |
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Más rápido, más alto, más fuerte es el lema que desde la antigüedad ha precedido a los Juegos Olímpicos y el mismo ha perdurado hasta nuestros días, hoy es aun lo que promueve de hecho el espíritu deportivo y competitivo de cualquier evento.
Otras de las aristas del tema al que me quiero referir es la incansable lucha del ser humano por ir venciendo barreras, ya sea en una carrera, en un salto o en un lanzamiento; ¿Hasta donde hemos llegado los humanos? Ese es el interrogante que iremos dando respuesta en este trabajo.
Iniciamos el recorrido por la pista y nos vamos a la prueba reina; los 100 metros planos, aquí tenemos que el mejor perfomance logrado bajo cualquier condición, (llámese viento a favor u otra ventaja que pueda obtener un atleta) es el 9.69 del barbadense Obadele Thompson, logrado El Paso, Estados Unidos el 13 de abril de 1996 y que contó con viento favorable de alrededor de los cinco metros por segundos, recuérdense que el limite permisible es de dos metros. Ya bajo condiciones normales el mejor crono lo tiene el estadounidense Tim Montgomery con 9.78 segundos, marcados el 134 de septiembre del 2002 en Paris.
Ahora quien ha sido el ser humano más rápido teniendo en cuenta el promedio de velocidad desarrollado durante cualquier carrera, pues no es otro que Michael "El Pato" Johnson, cuando el 1º de agosto durante los XXVI Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, recorrió el doble hectómetro en 19.32 segundos para un promedio de velocidad de 10.35 metros por segundos, dejando a Obadele Thompson en segundo lugar con 10.31 cuando estampó los 9.69 ventosos.
¿Quién ha recorrido la mayor distancia en el menor tiempo posible? Pues en disciplinas Olímpicas es el keniata Paul Tergat, cuando en la Maratón de Berlin el 28 de septiembre del 2003, recorrió los 42 kilómetros y 195 metros en 2 horas, 4 minutos y 55 centésimas. En este sentido están también los registros logrado en los 50 kilómetros de caminata, cuya primacía es de 3 horas 35 minutos y 29 segundos del ruso Denis Nizhegorodov, realizada en Cheboksary el 13 de junio del 2004.
Ya en otras disciplinas no Olímpicas, las primacías corresponden al inglés Don Ritchie en los 100 kilómetros en pista con 6 horas, 10 minutos y 20 segundos, en tanto para la misma prueba, pero en carretera el más rápido ha sido el japonés Takahiro Sunada con 6 horas, 13 minutos y 33 segundos.
Otro registro de marras es el logrado en la prueba de los 6 días por el francés Jean-Gilles Bousiquet, cuando recorrió en La Rochelle entre el 16 y 23 de noviembre de 1992 una distancia de mil 30 kilómetros.
¿Quién es el humano que más alto ha saltado utilizando para ello solo la ayuda de su propio cuerpo?, Pues en especialidades Olímpicas no es otro que el cubano Javier Sotomayor, cuando el 27 de julio de 1993 en Salamanca, España logró los 2 metros y 45 centímetros, una altura que hoy parece inalcanzable; ahora hay quienes se han empinado más allá de Sotomayor, pero utilizando para ello la ayuda de un implemento, son los pertiguistas liderados por el ucraniano Sergey Bubka, un hombre que dominó la especialidad desde 1983 a 1999 y llevó el tope mundial hasta los 6 metros y 15 centímetros.
En los saltos horizontales; ¿Quién es el humano que más lejos ha aterrizado después de despegar de la tabla de batida? Aquí al igual que en las carreras de distancias cortas, se toma en consideración la velocidad del viento para reconocer uno u otro registro... pues el mayor salto bajo cualquier condición lo consiguió el estadounidense Mike Powell en la localidad italiana de Sestriere con 8 metros y 99 centímetros y un viento favorable de 4.4 metros por segundos, esta ciudad italiana es prodiga en saltos descomunales, pues allí se han logrado tres de los cinco mayores saltos en la historia atlética. Ya en condiciones normales es nuevamente Mike Powell el poseedor de la primacía con 8.95 metros, cuando el 30 de agosto de 1991 en la final del Mundial de Tokio, dejaba eclipsado al mítico Carl Lewis y derrumbaba 22 años, diez meses y doce días que perduró el 8.90 de Bob Beamon logrado en la altura mexicana.
La otra especialidad de los saltos horizontales; el triple, también atesora brincos descomunales; siendo el británico Jonathan Edwards el dueño de los mejores registros con 18 metros y 43 centímetros, con un viento favorable de 2.4 metros por segundos, en tanto en condiciones normales, logró en la final del mundial de Göteborg en 1995 una triple danza de 18 metros y 29 centímetros, hasta aquí el recorrido por el reino de los canguros que más lejos han brincado.
¿Quiénes son los que más lejos han arrojado los diferentes implementos: bala, disco, martillo y jabalina?
En la impulsión de la bala (7.62 kg) el honor corresponde al estadounidense Randy Barnes con 23 metros y 12 centímetros, logrados en Westwood el 20 de mayo de 1990; en el lanzamiento del disco (2 kg) los favores para el alemán Jürgen Schult con 74 metros y 8 centímetros, lanzados en Neubranderburg el 6 de junio de 1986; el lanzamiento del martillo (7.62 kg) el dominio está bajo el ruso Yuriy Sedykh con 86 metros y 74 centímetros, obtenidos en los Campeonatos Europeos de Stuttgart de 1986.
Ahora toca el turno al mayor lanzamiento alcanzado por humano alguno -recuérdese que hablamos de disciplinas Olímpicas- este corresponde al alemán Uwe Hohn cuando el 20 de julio de 1984 en la ciudad alemana de Berlin creó ciertos temores en los graderíos del estadio al enviar el dardo hasta los 104 metros y 80 centímetros, con un modelo de jabalina que estuvo vigente hasta mediado del año 1986 del pasado Siglo XX. Este implemento ante el peligro de que al ser lanzado saliera del ovalo de la pista, sufrió cambios en su centro de gravedad, ya con el nuevo modelo, es el checo Jan Zelezny el nuevo rey de la jabalina con 98 metros y 48 centímetros, logrados en Jena el 25 de mayo de 1996.
Como ven están aquí recogidas algunas de las más significativas realizaciones de le especie humana en el campo atlético, no obstante hoy nos parece imposible conquistar una nueva berrera, pero cada año la tabla de récord mundiales sufre continuas variaciones; cabe entonces preguntarse: ¿hasta dónde seremos capaces de llegar los humanos en la conquista del límite atlético?
Algunas realizaciones hacia la conquista del límite
revista
digital · Año 10 · N° 84 | Buenos Aires, Mayo 2005 |