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Barreras para la práctica de actividad física en
población infantil: un estudio sobre una muestra de
la Comunidad Autónoma de Madrid

   
*Doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
**Doctora en Psicología
***Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte

Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
Universidad Europea de Madrid
 
 
Marta Montil Jiménez*
María Isabel Barriopedro Moro**
Jesús Oliván Mallén***

marta.montil@uem.es
(España)
 

 

 

 

 
Resumen
    Diversos modelos de adherencia a la actividad física plantean la existencia de barreras que frenan la aparición de la conducta. El objetivo del presente estudio fue evaluar el grado en que estas barreras están presentes en niños/as de 10 y 13 años de la Comunidad Autónoma de Madrid y si la presencia de estas barreras es diferente en función del género y del cumplimiento de las recomendaciones de actividad física para la salud. Los resultados ponen de manifiesto que la mayor parte de las barreras que han sido consideradas en la literatura como un freno para la aparición de la conducta no están presentes en la zona estudiada y que una de las barreras consideradas de mayor influencia como es el número de horas dedicadas a ver la televisión mantiene un patrón de relación complejo con los niveles de actividad que depende del criterio considerado a la hora de clasificar a los sujetos como activos o inactivos.
    Palabras clave: Adherencia. Barreras. Infantil. Salud.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 83 - Abril de 2005

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Introducción

    Los diversos modelos de adherencia a la actividad física, ponen de manifiesto la existencia de dimensiones que obstaculizan la aparición de esta conducta y que denominan de forma genérica barreras. La "Teoría de la Acción Razonada" (Fishbein y Ajzen, 1975) y la "Conducta Planificada" (Ajzen, 1985, 1991) plantean que los principales determinantes de la conducta son la intención y el control percibido sobre la misma. La intención para llevar a cabo una conducta junto con la percepción de la facilidad o dificultad propia para llevar a cabo un comportamiento de interés son los mejores predictores de las conductas relacionadas con la salud y el ejercicio. No obstante estos modelos plantean la existencia de factores que modulan la relación entre estos factores y la conducta: la percepción de barreras que dificultan la expresión de esta conducta.

    Para los modelos ecológicos (Sallis y Owen, 1997), el contexto en el que se desarrolla una conducta puede contribuir de manera sustancial a las características de frecuencia o intensidad de la misma.

    El tercer modelo, propuesto por Sallis (1995), establece dos tipos de variables que influyen en la práctica: personales (biológicas y psicológicas) y ambientales (sociales y físicas). Estas variables que influyen en la actividad física de los niños se pueden dividir en dos grupos: factores no modificables (edad, género, raza, estatus socio-económico y lugar de residencia) y factores modificables (personales, interpersonales y ambientales). En este estudio nos centraremos en las barreras percibidas referidas a factores modificables personales o a factores modificables ambientales.

    Las barreras para participar en actividad física pueden hacer referencia a dimensiones tan variadas como: falta de tiempo, falta de confianza, falta de dinero, tener que hacer otras cosas, aburrimiento, falta de éxito, demasiada presión, pérdida de interés, los amigos dejan de participar, coste, miedo a lesionarse, no tener un sitio dónde practicar, falta de apoyo o actividades alternativas.

    Entre estas actividades alternativas, en población infantil, uno de los factores frecuentemente considerado como una barrera para la práctica es el hábito en cuanto al consumo de televisión en el hogar, constituyendo en ocasiones algunas dimensiones de este contexto barreras que obstaculizan la aparición de la conducta. Algunos estudios han puesto de manifiesto que el tiempo que los niños invierten en esta actividad compite directamente con el tiempo que invierten en actividad física (Diezt y Gortmaker, 1985; Kimm y col., 1996; Shannon, Peacock, y Brown, 1991). Otros factores que pueden limitar la participación en actividad física dentro de la comunidad son: coste y accesibilidad de actividades, falta de conocimiento de la oferta disponible, oferta inadecuada de actividades y miedo a integrarse con grupos desconocidos fuera del colegio (HEA, 1997).

    El objetivo del presente estudio fue evaluar el grado en que distintas barreras están presentes a la hora de participar en actividades físicas. Como objetivos específicos nos planteamos: en primer lugar, evaluar el grado en que los niños/as perciben barreras relacionadas con tiempo, elementos materiales, seguridad y capacidad de disfrute y si existen diferencias en función del género y del cumplimiento de las recomendaciones. Estas recomendaciones son las dadas por Sallis y Patrick (1994), dónde indican que los niños deben realizar actividad física 5 o más días al menos durante 30 minutos y las dadas por Biddle y col. (1998), dónde aumentan el tiempo al menos 60 minutos de actividad y a todos los días de la semana. En segundo lugar, nos planteamos evaluar si las horas dedicadas a ver la televisión suponen una barrera para la práctica y si existen diferencias por género.


Método

Muestra

    Participaron en este estudio 345 niños/as con edades comprendidas entre los 10 y los 13 años (11,29 + 0,57) de colegios públicos y privados del oeste metropolitano de la Comunidad Autónoma de Madrid seleccionados a partir de un procedimiento de muestreo accidental. De estos niños, 235 cumplimentaron un diario de actividad física.


Instrumentos

    Los niños cumplimentaron un diario de actividades similar al utilizado por Riddoch, Mahoney y Murphy (1992) tomando en consideración algunas modificaciones realizadas por Aznar (1998), en el que se pedía a los sujetos que indicaran los minutos invertidos en cada actividad en distintos momentos del día durante los 7 días de la semana y la intensidad percibida con la que realizaban las actividades. El estudio llevado a cabo por Aznar (1998) sobre una muestra de adolescentes, mostró una validez convergente aceptable tomando como criterio el gasto calórico mediante un acelerómetro CaltracTM. El grado en que aparecen distintas barreras a la hora de realizar actividad física se evaluó mediante una adaptación de la escala de barreras utilizadas por Tappe, Duda y Ehrnwald (1989) y Sallis (1995). Esta evaluación se realizó con una escala tipo Likert de siete puntos, dónde cero se corresponde a "No tengo ese problema", hasta siete que se corresponde a "Es un gran problema". El número de horas dedicadas a ver la televisión se evaluó por medio dos preguntas abiertas.


Diseño y Procedimiento

    Para contactar con los colegios, se elaboró un listado de los diferentes Municipios pertenecientes a la zona oeste metropolitana de Madrid (Indicadores Municipales, 2000). Estos eran los siguientes: Las Rozas, Majadahonda, Torrelodones, Villaviciosa de Odón, Brunete, Villanueva de la Cañada, Pozuelo de Alarcón y Boadilla del Monte. A continuación se procedió a contactar con los Ayuntamientos de cada uno de estos Municipios para solicitar un listado de los colegios. En una segunda fase se contactó telefónicamente con el director/jefe de estudios de cada uno de los centros escolares, solicitándoles su participación. Una vez aprobada la participación, los niños fueron instruidos en clases colectivas sobre cómo debían cumplimentar el diario y en esta sesión se resolvieron todas las dudas de forma individual. Además en esta sesión cumplimentaron la escala de barreras y las preguntas sobre el número de horas que dedicaban a ver la televisión.


Resultados

    Los datos obtenidos fueron analizados mediante el paquete estadístico SPSS versión 11.5. Se realizaron análisis multivariados de varianza (MANOVA) para los distintos grupos de barreras: las referidas a tiempo, las relacionadas con seguridad, materiales y de aquellas que tienen que ver con la capacidad de disfrute del sujeto. Como variables independientes fueron utilizadas el género junto con una de las siguientes recomendaciones: 60 minutos diarios y 30 minutos o más al menos 5 días por semana.

    En los MANOVAS, el criterio empleado para medir las diferencias multivariantes fue la Traza de Pillai. Para el análisis del tiempo dedicado a ver televisión, entre semana y los fines de semana, se realizaron pruebas de ANOVAS de tres factores inter-inter-intrasujetos.


Análisis de las barreras en función del género y el cumplimiento de la recomendación 7d-60'

    En la Tabla 1 aparecen los análisis descriptivos para las barreras relacionadas con el tiempo en función del cumplimiento de la recomendación en niños y niñas. El contraste multivariado no mostró efecto global del género sobre las cuatro variables dependientes evaluadas (F4,194= 0,47; p > 0,05) y tampoco del cumplimiento de la recomendación (F4,194= 0,61; p > 0,05). El efecto de la interacción tampoco resultó significativo (F4,194= 1,26; p > 0,05).

Tabla 1. Análisis descriptivos del grado en el que se perciben barreras relacionadas con el tiempo en función del cumplimiento de la recomendación 7días-60minutos y del género.

    En la Tabla 2 aparecen los análisis descriptivos para las barreras relacionadas con la seguridad en función del cumplimiento de la recomendación en niños y niñas. El contraste multivariado no mostró efecto global del género sobre las tres variables dependientes evaluadas (F3,199= 0,56; p > 0,05) y tampoco del cumplimiento de la recomendación (F3,199= 0,50; p > 0,05). El efecto de la interacción tampoco resultó significativo (F3,199= 0,10; p > 0,05).

Tabla 2. Análisis descriptivos del grado en el que se perciben barreras relacionadas con la seguridad en función del cumplimiento de la recomendación 7días-60minutos y del género.

    En la Tabla 3 aparecen los análisis descriptivos para las barreras relacionadas con el material en función del cumplimiento de la recomendación en niños y niñas.

    El contraste multivariado no mostró efecto global del género sobre las tres variables dependientes evaluadas (F3,203 = 0,95; p > 0,05) y tampoco del cumplimiento de la recomendación (F3,203 = 0,56; p > 0,05).

    El efecto de la interacción tampoco resultó significativo (F3,203 = 0,12; p > 0,05).

Tabla 3. Análisis descriptivos del grado en el que se perciben barreras relacionadas con elementos materiales en función del cumplimiento de la recomendación 7días-60minutos del género.


AF: actividad física

    En la Tabla 4 aparecen los análisis descriptivos para las barreras relacionadas con la capacidad de disfrute en función del cumplimiento de la recomendación en niños y niñas.

    El contraste multivariado no mostró efecto global del género sobre las siete variables dependientes evaluadas (F7,191= 1,02; p > 0,05) y tampoco del cumplimiento de la recomendación (F7,191= 0,65; p > 0,05).

    El efecto de la interacción tampoco resultó significativo (F7,191= 1,80; p > 0,05).

Tabla 4. Análisis descriptivos del grado en el que se perciben barreras relacionadas con la capacidad de disfrute en función del cumplimiento de la recomendación 7días-60minutos y del género.



AF: actividad física

    En la Tabla 5 aparecen los análisis descriptivos para el tiempo que dedican a ver la televisión entre semana y durante el fin de semana en función del cumplimiento de la recomendación y en función del género.

    El tiempo que invierten durante el fin de semana fue mayor que el invertido entre semana (F1,222= 37,13; p < 0,001). Los niños invierten más tiempo que las niñas (F1,222= 8,25; p < 0,01). El tiempo invertido por los sujetos que cumplen la recomendación 7d-60' fue igual al de los sujetos que no la cumplen (F1,222= 0,97; p > 0,05).

    No se encontró efecto de la interacción entre el género y el cumplimiento (F1,222= 1,86; p > 0,05) y tampoco entre el género y el momento durante la semana (F1,222= 0,01; p > 0,05). Mientras que los sujetos que cumplen la recomendación ven más la televisión durante los días de la semana que los que no cumplen, durante el fin de semana este patrón se invierte, los que cumplen ven menos tiempo la televisión que los que no cumplen (F1,222= 4,79; p < 0,05). Por último el efecto de la triple interacción no resultó significativo (F1,222= 0,28; p > 0,05).

Tabla 5. Análisis descriptivos de las horas dedicadas a ver televisión en función del cumplimiento de la recomendación 7días-60 minutos y del género.


Análisis de las barreras en función del género y el cumplimiento de la recomendación 5d-30'

    En la Tabla 6 aparecen los análisis descriptivos para las barreras relacionadas con el tiempo para los sujetos que cumplen y no cumplen la recomendación en función del género.

    El contraste multivariado no arrojó diferencias significativas entre niños y niñas sobre las cuatro variables dependientes evaluadas (F4,194= 1,09; p > 0,05).

    Las puntuaciones de los sujetos que cumplían las recomendaciones no fueron significativamente diferentes de las de los sujetos que no las cumplían (F4,194= 0,01; p > 0,05).

    El efecto de la interacción entre género y cumplimento no resultó significativo (F4,194= 0,36; p > 0,05).

Tabla 6. Análisis descriptivos del grado en el que se perciben barreras relacionadas con el tiempo en función del cumplimiento de la recomendación 5días-30minutos y del género.

    En la Tabla 7 aparecen los análisis descriptivos para las barreras relacionadas con la seguridad en función del género y del cumplimiento de la recomendación.

    El contraste multivariado no arrojó diferencias significativas entre niños y niñas sobre las tres variables dependientes evaluadas (F3,199= 1,84; p > 0,05).

    Las puntuaciones de los sujetos que cumplían la recomendación no fueron significativamente diferentes de las de los sujetos que no la cumplían (F3,199= 0,31; p > 0,05). El efecto de la interacción entre género y cumplimento no resultó significativo (F3,199= 1,84; p > 0,05). A pesar de que el análisis multivariado no mostró efecto de la interacción, el ANOVA de la barrera miedo a lesionarme mostró que el efecto del cumplimiento de la recomendación sobre el grado en que es percibida esta barrera fue diferente en niños y niñas. Mientras que para los niños que cumplen la recomendación, el grado en que esta barrera esta presente es mayor que para los que no la cumplen, en las niñas esta relación se invierte (F1,201 = 3,96; p < 0,05).

Tabla 7. Análisis descriptivos del grado en el que se perciben barreras relacionadas con la seguridad en función del cumplimiento de la recomendación 5días-30minutos y del género.

    En la Tabla 8 aparecen los análisis descriptivos para las barreras relacionadas con el material en función del género y del cumplimiento de la recomendación.

    La Traza de Pillai no mostró diferencias significativas entre niños y niñas sobre las tres variables dependientes evaluadas (F3,203 = 0,88; p > 0,05).

    El efecto del cumplimiento de la recomendación no fue significativo (F3,203 = 1,59; p > 0,05). Tampoco resultó significativo el efecto de la interacción entre género y cumplimento (F3,203 = 0,51; p > 0,05).

    A pesar de que el análisis multivariado no mostró efecto del cumplimiento de la recomendación, el ANOVA de la barrera falta de equipo mostró que los sujetos que no cumplían la recomendación percibían en mayor medida la falta de equipo como un problema para la realización de la actividad física que los que cumplían (F1,205= 4,15; p < 0,05).

Tabla 8. Análisis descriptivos del grado en el que se perciben barreras relacionadas con elementos materiales en función del cumplimiento de la recomendación 5días-30minutos y del género.


AF: actividad física

    En la Tabla 9 aparecen los análisis descriptivos para las barreras relacionadas con el disfrute en función del género y del cumplimiento de la recomendación.

    La Traza de Pillai no mostró diferencias significativas entre niños y niñas sobre las siete variables dependientes evaluadas (F7,191= 1,03; p > 0,05).

    El efecto del cumplimiento de la recomendación no fue significativo (F7,191= 0,66; p > 0,05). Tampoco resultó significativo el efecto de la interacción entre género y cumplimento (F7,191= 0,49; p > 0,05).

Tabla 9. Análisis descriptivos del grado en el que se perciben barreras relacionadas con la capacidad de disfrute en función del cumplimiento de la recomendación 5días-30minutos y del género.



AF: actividad física

    En la Tabla 10 aparecen los análisis descriptivos para el tiempo que dedican a ver la televisión entre semana y durante el fin de semana en función del cumplimiento de la recomendación y en función del género.

    El tiempo invertido en ver la televisión fue superior durante el fin de semana que entre semana (F1,222= 79,06; p < 0,01). No resultó significativo el efecto del género (F1,222= 2,98; p > 0,05) y si de la recomendación (F1,222= 4,60; p < 0,05). Los niños que cumplen la recomendación ven más la televisión que los que no la cumplen. No hubo efecto de las interacciones género-cumplimiento, distribución semanal-género, distribución semanal-cumplimiento ni de género-cumplimiento-distribución semanal (F1,222= 3,69; p > 0,05; F1,222= 0,87; p > 0,05; F1,222= 0,09; p > 0,05; y F1,222= 1,86; p > 0,005, respectivamente).

Tabla 10. Análisis descriptivos de las horas dedicadas a ver la televisión en función del cumplimiento de la recomendación 5días-30minutos y del género.


Discusión

    Como han señalado Sallis, Prochaska y Taylor (2000) en su revisión sobre las variables relacionadas con la actividad física en niños y adolescentes no hay muchos estudios que hayan abordado el análisis de cómo las barreras pueden afectar a la práctica de actividad en estas poblaciones. En general, estos estudios ponen de manifiesto que la accesibilidad a instalaciones y programas de actividad física así como el tiempo que los niños pueden pasar en la calle se relacionan de forma consistente y positiva con el nivel de actividad física que practican. Por otro lado, estos estudios indican también que disfrutar de un barrio seguro no muestra relación con los niveles de práctica (Baranowski y col., 1993; Klesges y col., 1990; Sallis y col., 1993; Sallis, Prochaska y Taylor, 2000; Stucky-Ropp y DiLorenzo, 1993).

    Nuestros resultados no son congruentes con los informados en estas investigaciones. Ni el hecho de no disponer de un buen lugar para hacer actividad física, ni el no tener la posibilidad de salir solos a la calle, mostraron relación con el nivel de actividad de los sujetos evaluado a través del cumplimiento de las recomendaciones. Es posible que estos resultados se deban al tipo de las características del entorno físico y el status socio-económico de los sujetos que participaron en este estudio. De hecho, los sujetos proceden de colegios ubicados en zonas de nueva creación con fácil acceso a parques, a zonas de ocio al aire libre e instalaciones deportivas.

    Por otro lado, encontramos que las niñas perciben la falta de disfrute y el grado en que resulta aburrida la práctica, como un problema en mayor medida que los niños. Este resultado es consistente con los encontrados en otros estudios (Aznar, 1998; Biddle y Armstrong, 1992; Van Wersch y col., 1992). Numerosos autores han señalado que la auto-eficacia es uno de los principales factores que influyen en el nivel de satisfacción de los participantes hacia una actividad determinada (Cockburn, 2000; Gilroy, 1989; Theberge, 1991). Existe evidencia que muestra que las niñas son más propensas a tener una peor percepción de su habilidad en las actividades físicas que los niños (Fox, 1994; Mason, 1995; Shropshire y Carroll, 1998; Torre, 2002). Thomas (1985) y Cockburn (2000) encontraron como principal determinante del grado de atracción sentido hacia la Educación Física y actividades extra-escolares el nivel de habilidad percibida por los estudiantes. Si como se señala en los diversos modelos teóricos, la actitud es un importante precursor del comportamiento, cabe esperar, una menor participación de las niñas en las actividades físicas (Brophy, 1998; Scraton, 1987; Winch, 1998; Wright y Dewar, 1997).

    La única barrera considerada que mostró relación con el nivel de actividad física practicada fue el miedo a la lesión. Mientras que los niños físicamente activos (al menos 5 días por semana durante 30 minutos) percibieron en mayor medida el miedo a la lesión como un problema para la práctica que los niños menos activos, en las niñas encontramos exactamente lo contrario. Parece pues, que una percepción de los riesgos que puede suponer la actividad física puede ser un factor limitante para la práctica en las niñas y no para los niños. Por tanto, sería interesante tener en cuenta este aspecto a la hora de diseñar programas específicos en función del género.

    Una de las potenciales barreras consideradas para la práctica de actividad en la población infantil es el número de horas dedicadas a ver la televisión. Numerosos estudios encuentran que los niños dedican entre 1 y 2 horas al día a esta actividad (Hernández y col., 1999; Lindquist y col., 1999). Estos resultados son similares a los datos encontrados en el presente estudio. Dietz y Gortmaker (1985) mostraron que las horas dedicadas a ver televisión se relacionaban de forma directa con la obesidad. Estos autores identificaron dos posibles mecanismos para explicar esta relación: un menor gasto energético debido a la no-realización de actividades alternativas que suponen un mayor gasto o bien una mayor ingesta de calorías por parte de estos niños. A partir de este trabajo numerosas investigaciones se han llevado a cabo para explorar esta relación y mientras algunas de ellas siguen poniendo de manifiesto esta relación positiva entre el número de horas dedicadas a esta actividad y la cantidad de grasa corporal (Armstrong y col., 1998; Dietz y Gortmaker, 1985; Gortmaker y col., 1996; Kimm y col., 1996; Robinson y col., 1993; Saelens y col., 2002; Shannon y col., 1991) otros estudios no han encontrado relación alguna (Durant y col., 1994; Wolf y col., 1993). Estudios recientes que abordan la relación entre el número de horas dedicadas a ver televisión o actividades similares (ordenador, videoconsolas, etc.) y la práctica de actividad física (Biddle, 2003; Lindquist y col., 1999) ponen de manifiesto la ausencia de relación entre ambas. Parece pues, que este tipo de actividades no compiten con las actividades físicas o bien que hay tiempo para todo. En nuestro estudio hemos encontrado que los niños dedican más tiempo a ver la televisión que las niñas. Este resultado ya ha sido informado en estudios anteriores con muestras españolas (Casimiro, 2002). Contrariamente a lo señalado por los distintos autores, nuestros datos ponen de manifiesto que los sujetos más activos (cumplen la recomendación 7días-60minutos) dedican menos tiempo a esta actividad que los que no la cumplen sólo durante el fin de semana. Entre semana, sin embargo, dedican más tiempo que los que no la cumplen. Cuando se considera la recomendación 5días-30minutos se observan diferencias entre los sujetos activos e inactivos en las horas dedicadas a ver la televisión, en el sentido contrario al esperado, es decir, los sujetos que cumplen la recomendación dedican más tiempo a esta actividad que los que no la cumplen. Estos resultados ponen de manifiesto que es posible que las discrepancias observadas en la literatura sobre las relaciones entre horas dedicadas a ver la televisión y horas dedicadas a realizar actividad física se deban al criterio utilizado para clasificar a los sujetos como activos o inactivos.


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revista digital · Año 10 · N° 83 | Buenos Aires, Abril 2005  
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