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    En una investigación anterior (Burgos, 2001ª, 2001b, 2002), dábamos cuenta de un primer acercamiento a la problemática de los cruces entre el fútbol y la política en Jujuy analizando el ascenso de Gimnasia y Esgrima a la Primera División del fútbol argentino en 1994.

    Esos cruces eran analizados al calor de los primeros movimientos de resistencia nacional al gobierno de Menem, en donde la campaña del Lobo jujeño se mezclaba -en las canciones de los hinchas y en los relatos periodísticos- con las protestas callejeras encabezadas por el "Perro" Santillán.

    En nuestra primera mirada, pudimos ver que el fútbol se constituyó en un espacio desde el cual se produjeron discursos que escapaban del ámbito deportivo. Tanto los propios protagonistas (dirigentes, jugadores, cuerpo técnico e hinchas), como los medios gráficos, construyeron al fútbol como un espacio desde el cual se expresaron referencias más amplias a la vida institucional y política de Jujuy, constituyéndose este deporte -como señalan, entre otros, Archetti (1999), Halpern (1994) y Alabarces y Rodríguez (1996)- en una metáfora de la arena social, en un terreno de la lucha por categorizar al mundo, en el que se construyen y se disputan sentidos que son reenviados hacia otros campos sociales y donde se ponen en juego conflictos irresueltos que traspasan los límites de la competencia deportiva. Así, a partir de la campaña futbolística de Gimnasia y Esgrima de Jujuy (en adelante GyEJ), se discutió sobre las relaciones (desiguales) entre el Centro político (Buenos Aires, la Nación) y una provincia periférica y relegada como Jujuy¹.

    De esta manera podemos considerar que, en el caso que trabajamos, la lucha por el ascenso a una divisional mayor es también, por definición, una lucha por la inclusión. A partir de la participación en un torneo de carácter federal, la integración deseada excedió lo puramente futbolístico y se relacionó con el pedido de integración nacional que se efectuaba como consigna de los reclamos sindicales de la época².

    Los cruces entre fútbol y política que referimos hasta acá se observaron, además y principalmente, a partir de dos hechos puntuales. Uno, la represión policial a hinchas jujeños en Buenos Aires. Este hecho desencadenó una reacción que mezcló claramente los aspectos políticos y deportivos. El otro hecho fue la condición de hincha de Gimnasia del "Perro" Santillán.

    Cuando un grupo de hinchas jujeños -en ocasión de un partido contra Deportivo Italiano-fueron agredidos por la Policía Federal en la Capital Federal, se produjo un cambio en el "discurso de los medios" que hasta ese momento se había centrado en la denuncia de un complot (Pregón, 26/6/94) contra GyEJ, dentro de las relaciones igualmente desiguales entre la 'capital' y el 'interior'³. A partir de la agresión sufrida por los hinchas, se llevó adelante un reclamo de inclusión nacional.

    En este reclamo de ser tratados "como argentinos"⁴, subyace una diferenciación y una tensión con el que es extranjero, trayendo a colación una voluntad de apartarse -dada la situación de frontera de la provincia- de lo boliviano, como si lo 'nacional' habilitara directamente a los derechos que envuelve el concepto de ciudadanía. Este pedido, como sostiene Karasik, "no es, naturalmente unívoco, y constituye un espacio político-ideológico donde se enfrentan fuertes contradicciones. Bajo ciertas condiciones podrán priorizarse los aspectos más reaccionarios del discurso de la nacionalidad (la adhesión a la cultura oficial, la hostilidad contra los bolivianos⁵), pero bajo otras condiciones puede representar la demanda de participación y democratización real de la sociedad, al amparo (de) la común membresía al sistema político" (1994: 69).

    El otro hecho, enfatizado centralmente por la prensa de Buenos Aires, fue la calidad de hincha de GyEJ por parte de Santillán y su supuesta vinculación con la hinchada de GyEJ. Los lazos entre el "Lobo" y el "Perro" fueron abordados, principalmente, desde la prensa nacional, que a partir de una mirada naturalizadora entre Gimnasia y Jujuy, apuntaba que no sólo como casi todo jujeño, Santillán era hincha de GyEJ (Revista Rolling Stone Nº 28, julio de 2000) sino que también tenía vínculos fluidos con su "barra brava"⁶.

    Hoy, una década después, ambos referentes identitarios (el Lobo y el Perro) transitan distintos caminos. Sin embargo, prevalecen hilos que siguen fortaleciendo el cruce mencionado entre el fútbol y la política.

    El 18 de marzo de este año, y con motivo de un nuevo aniversario, GyEJ lanzó una ofensiva tratando de (re)posicionarse como el referente deportivo (e identitario) de la Provincia. En este sentido, se pusieron en el tapete nuevamente, viejos cruces que habían posibilitado -en alguna medida- que GyEJ ocupe ese lugar.

    Al reabrirse a fines del año pasado la sede del Club, se le puso el nombre de Horacio Guzmán a uno de sus salones principales, en homenaje al ex gobernador provincial que donara el predio en el cual se construyó el estadio 23 de agosto, en el Barrio Luján, en la entrada sur de la ciudad.

    Cabe agregar que la sede del club -ubicada en la zona céntrica, entre los dos ríos que la rodean- también había sido donada por el ex caudillo provincial pero había caído en desgracia -la sede no el caudillo- cuando, en los años ochenta y para evitar la quiebra del club, se produjo la convocatoria de acreedores. Sin embargo, en 1998 y a través de una ley aprobada por la legislatura provincial (y promovida por el entonces gobernador Carlos Ferraro) fue devuelta al club que recién el año pasado pudo reinaugurar las instalaciones⁷.

    El gobierno provincial, fortaleciendo esa imagen de referente de GyEJ, se comprometió a apoyar el nuevo emprendimiento del club, apostando por la vuelta del equipo a Primera División. Para lograr "la promoción turística de la provincia", el estado provincial publicita actualmente en la camiseta de GyEJ⁸.

    Por otro lado, la hinchada denominada "Lobo Sur"⁹, cuelga desde hace unos meses una bandera con la inscripción: "Gracias Martiarena", indicando algún tipo de vinculación -a explorar- con el nuevo intendente capitalino que además reviste la condición de presidente de la Liga de Fútbol local.

    Estos nuevos fenómenos, se entrelazan con los analizados durante la década pasada y van ahondando los lazos "fluidos y densos" que existen entre el fútbol y el poder político en la provincia de Jujuy (Ferreiro et al, 2000: 172).

    Si miramos hacia atrás, podemos poner como un punto de partida posible para indagar estos cruces, la década del '70, en donde GyEJ -desde su participación en los viejos Torneos Nacionales- fue consolidando una supremacía deportiva a partir de los resultados obtenidos no solamente a nivel local y regional sino también desde su performance nacional¹⁰.

    Esta indagación que proponemos se da en el marco de un proyecto de investigación financiado por la SECTER¹¹ y que -desde diferentes disciplinas- analiza el impacto de las políticas neoliberales en una provincia marginal como Jujuy¹².

    Abundante bibliografía señala que los lazos entre fútbol y política son múltiples. Recientemente, Alabarces (2004) propone una nueva intervención política en el fútbol. Una cuestión que parece central en estos abordajes es analizar qué tipo de cruces se dan, cuáles son los actores involucrados y qué perspectivas presentan. Nuestro trabajo de los últimos años muestra para el caso del club Gimnasia y Esgrima en Jujuy la multiplicidad y fluidez del intercambio entre estas esferas (la del fútbol y la de la política) en un período crítico de la década de los '90.

    Estimo que es momento de arriesgar algunas hipótesis que indaguen en los orígenes de esas relaciones, sus variaciones, y su eficacia para la construcción identitaria local. Así, algunas de las preguntas iniciales que guían la búsqueda de esta etapa son las siguientes: ¿La construcción de Gimnasia y Esgrima como "el" club de Jujuy se afianzó paralelamente al terrorismo de estado? ¿Qué papel jugó la clase política local en este afianzamiento? ¿Cómo construyeron los periódicos locales esta relación?.

    Preliminarmente¹³, podemos arriesgar algunas líneas ordenadoras.

    En primer lugar hay que señalar que se trata de períodos muy diferentes en lo que hace al tratamiento periodístico. Todavía se estaba lejos del "exceso deportivista" que marca Alabarces¹⁴. En rigor, la cobertura deportiva iba en aumento de acuerdo a la instancia de la competencia: local, regional, nacional, alcanzando en este último caso un tratamiento tan importante como en la actualidad.

    Como nota saliente, es importante destacar que GyEJ "comparte" el espacio gráfico, en ese entonces, con los otros "representantes" de Jujuy (Pregón, 2/3/73, marzo de 1975 y 1977): Atlético Ledesma y Altos Hornos Zapla, quienes no sólo tenían detrás el apoyo de sus respectivas ciudades (ibídem) sino de las dos empresas mas importantes de la provincia. Ante esto, GyEJ ¿contaba solamente con sus logros deportivos para proyectarse como constructora de identidad o también la ayudaban sus logros institucionales¹⁵ y sus incipientes vínculos con los referentes políticos locales?.

    En cuanto a la consideración sobre el fútbol como constructor de identidades barriales (Gil, 2004) y/o de disputas intraciudades (Romero, 1994), Elisa Blanco (2002) ha trabajado en Jujuy sobre el enfrentamiento entre Cuyaya y Lavalle, dos equipos "de barrio" que reactualizan (simbólica y materialmente) esta tipología. Pero estas rivalidades y las mantenidas con otros equipos jujeños eran dejadas de lado mientras se asumía la representatividad de la provincia. Los diarios de la época daban cuenta de estos enfrentamientos aunque no en la magnitud que seguían las campañas "nacionales" (Pregón, 16 y 17/3/73, 9, 11 y 21/3/76, 25 y 30/3/80, 4/3/81)¹⁶.

    Al contrario, el enfrentamiento con los salteños se construyó históricamente, y es un sesgo que persiste y toma características particulares. Más allá de los rivales deportivos en cuestión, cualquier competencia futbolística entre equipos de las provincias de Salta y Jujuy, constituye -en el discurso periodístico- una recreación del clásico del norte "por la simple rivalidad que se genera en el fútbol con equipos vecinos" (Pregón, 10/10/00), y "debido a la tradicional rivalidad entre jujeños y salteños" (Pregón, 1 y 2/3/73, 11/3/01). La confrontación entre estos equipos, construida y alimentada históricamente, tiene un lugar destacado en los medios de comunicación regionales que hablan, justamente, desde una cultura de la rivalidad (Levatti, 1998: 162). De esta manera, el clásico del norte pone en juego -entre otras cosas- "el orgullo de dos provincias"¹⁷. Y es en esta oposición que se actualizan rencores históricos (que tienen que ver con cuestiones políticas y económicas) pero también orgullos y rivalidades más "cotidianas".

    Otro emergente valioso de esta primera mirada es la observación de las interfases y mezclas que se producen al interior del discurso periodístico entre las zonas políticas y las deportivas. En los '90 vimos claramente como se da este cruce. Sin embargo, durante los torneos Nacionales no aparecen reclamos de este tipo en las crónicas periodísticas.

    Si podemos dar cuenta de las relaciones "formales" entre los dirigentes deportivos y la clase política. Manifestada, por un lado, en la reunión entre las autoridades de la Liga local de Fútbol al reunirse con el Gobernador Guzmán planteándole sus inquietudes y la necesidad de contar con "el apoyo oficial" (Pregón, 31/3/82) y en la inauguración del estadio 23 de agosto, el 18/3/1973. Además, y en el marco de los festejos que se realizaron con motivo de las Bodas de Plata de GyEJ, podemos encontrar la visita de las autoridades de Gimnasia y Esgrima a la Casa de Gobierno para rendir un homenaje a la Primera Enseña Patria y las palabras que el entonces gobernador de la Provincia, General Urdapilleta les dirigió a los visitantes¹⁸.

    En definitiva, en esta tarea que emprendemos se propone profundizar los alcances de estos procesos como un fuerte movimiento de reterritorialización que afirma una identidad local, puesta en juego desde la disputa deportiva. Así, la tensión producida hacia adentro y hacia fuera de las fronteras nacionales (hacia el resto de la Argentina y hacia Bolivia) nos remite a complejos mecanismos de constitución identitaria de los jujeños.

    Pero además, buscamos construir y analizar, en una serie histórica que se inicia en 1975 y llega hasta nuestros días, los orígenes de la construcción de Gimnasia y Esgrima como un espacio privilegiado para la discusión sobre las relaciones desiguales entre el centro político (Buenos Aires, la nación) y una provincia periférica y relegada (Jujuy). Esa serie considerará algunos nodos para la comprensión del fenómeno: la participación del club en los torneos Nacionales, su relación con la dirigencia política y su papel durante el terrorismo de estado, el ascenso de 1994, el descenso en 2000.

Notas

1. "Las formas, sin duda contradictorias, en que la sociedad jujeña experimenta su posición de periferia del estado argentino, atraviesan los procesos de conformación de las relaciones federales y de las propias clases que controlan el poder del Estado y la sociedad provincial, pero también concurren a la constitución del lenguaje del conflicto y la protesta social. Los reclamos de inclusión en el estado y la nación, de los que los jujeños parecen sentirse simbólica y socialmente excluidos, son así parte fundamental de los procesos identitarios en toda esta provincia" (Karasik, 2000: 153).

2. Los reclamos de los trabajadores jujeños liderados por Santillán, que venían desarrollándose con fuerza desde principios de la década del '90, encontraron en la "Marcha Federal" (una movilización nacional que partió de los 4 puntos cardinales del país para llegar a la Plaza de Mayo el 6/7/94) su punto máximo de visibilidad bajo la consigna: "Por una Argentina para todos".

3. "Jujuy se había puesto la camiseta para librar una lucha cabeza a cabeza con Quilmes, y comenzaron a aparecer algunas manos extrañas en favor del conjunto bonaerense que parecían querer despojar como fuere de su ubicación a los jujeños" (Pregón, 29/6/94).

4. Raúl Ulloa, presidente de GyEJ, afirmaba que "nos trataron como si no fuéramos de este país" (Pregón, 20/6/94). Mientras tanto, Pregón manifestaba que "una vez más parece ser, esta vez a través del fútbol, que JUJUY es una provincia que no pertenece a la Argentina, salvo que la necesiten para otros fines, como ha ocurrido en algunas oportunidades" (20/6/94).

5. Hostilidad con los bolivianos que no es nueva. El 8/3/82, ante un enfrentamiento deportivo entre GyEJ y Central Norte de Salta, Pregón señalaba que "los primeros en salir a la cancha fueron los muchachos de Gimnasia, estruendosamente recibidos al grito pelado de "bolivianos", "bolivianos", por la hinchada de Central. Parece que ese es el concepto que tienen de nosotros nuestros vecinos de allende el Río Las Pavas". Es interesante la carga que se le otorga a los "otros" vecinos, ya que "boliviano" en este contexto califica de manera insultante y no como patronímico.

6. El periodista Rubén Furman sostenía "lo que todo el mundo sabe en la provincia. El carismático jefe del gremio municipal, Carlos 'Perro' Santillán, tiene un considerable ascendente sobre la barra brava de Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Algunas versiones van más allá: esa especie de guardia de corps que rodea al Perro en cada una de las iracundas protestas de los estatales jujeños son algunos de los miembros de la hinchada. Muchachos cuya lealtad quedó cien veces comprobada cuando, ante los primeros itakasos, se arrojan para cubrirlo con sus cuerpos" ("La hinchada del Perro", Página/12, 19/10/95).

7. En un artículo publicado en marzo de 1998 en un sitio web no oficial de GyEJ (www.lobojujuy.com.ar), titulado La VUELTA AL HOGAR........!!!!!!!!! se destacaba ese retorno a "la casona de la calle La Madrid" como "el trofeo más preciado", ya que "para muchos, o la mayoría de los viejos hinchas del lobo" había significado "una pérdida muy sentida" en tanto "fue siempre considerada un patrimonio no solo del primer club fundado allá por 1931, sino que simbólicamente configuraba la representatividad del poderío de la institución y del fútbol jujeño en general".

8. El gobierno provincial firmó un decreto (1825G) que dispone de ayuda económica a las instituciones deportivas que intervienen en los distintos torneos oficiales dependientes de la AFA. De esta manera, también resultaron beneficiados Talleres de Perico, Altos Hornos Zapla y Atlético Ledesma (Pregón, 22/8/04).

9. Esta denominación obedece a que estos hinchas se ubican en la Tribuna Popular Sur del Estadio 23 de agosto. Pero por otro lado, podríamos pensar que también reivindican la ubicación espacial que ocupan en la ciudad, ya que sus integrantes provienen -en gran medida- de los barrios (como dice una bandera) "marginados": Azopardo, San Pedrito, San Pancho.

10. Los Torneos Nacionales se desarrollaron desde 1967 hasta 1985. Gimnasia y Esgrima de Jujuy los disputó en 8 ocasiones: en los años 1970-73-75-76-77-80-81-82, convirtiéndose en el equipo jujeño con más participaciones. Después de San Martín de Tucumán, GyEJ es la segunda institución del noroeste argentino con más presencias. Los otros dos equipos jujeños que intervinieron fueron Altos Hornos Zapla (6) y Atlético Ledesma (5). En 1975, GyEJ alcanzó el punto más alto de su participación en este tipo de torneos, obteniendo la cuarta colocación y conquistando la mejor ubicación para un equipo norteño en la historia del fútbol profesional de la Argentina. En 1998, en el Torneo Clausura de 1ª División -pero bajo una modalidad diferente de disputa-, Gimnasia volvió a lograr el cuarto puesto equiparando el logro de 1975.

11. Secretaría de Ciencia y Técnica y Estudios Regionales, Universidad Nacional de Jujuy.

12. El proyecto denominado "El impacto del neoliberalismo en una provincia marginal. Jujuy, 1976-1999", dirigido por Marcelo Lagos tiende a constituir un equipo multidisciplinario (integrado por historiadores, antropólogos y comunicadores sociales) para compartir experiencias metodológicas y empíricas de investigación para -entre otros objetivos- "estudiar los roles y readaptaciones que los grupos de poder local han desarrollado en el período de análisis, investigando las construcciones narrativas que de diversa índole impactan sobre la identidad local".

13. En un primer acercamiento al tema propuesto, se realizó un relevamiento del Diario Pregón durante el mes de marzo en las distintos años en los que GyEJ participó de los torneos Nacionales.

14. "Nunca como hasta ahora el deporte había inundado el conjunto de superficies discursivas: televisivas, radiales y gráficas, la conversación cotidiana y los graffitis. Ese exceso deportivista se apoya en una debilidad previa, ampliamente trabajada por las ciencias sociales: la crisis de los relatos clásicos que constituían sujetos en el mundo moderno, unida al retiro del Estado, que abandona la producción de discursos unitarios" (Alabarces, 1998: 77).

15. En marzo de 1981, cuando Gimnasia y Esgrima se encontraba celebrando sus Bodas de Oro, Pregón manifestaba que el festejo encontraba "a los "Lobos" en una etapa de franca expansión, en lo social y deportivo, para lo cual los dirigentes actuales han encarado un ambicioso programa de realizaciones que muy pronto reunirán a la masa societaria en el camping de Alto Comedero donde se construyen canchas para la práctica de los deportes mas variados" (21/3/81).

16. Al descender GyEJ a la B Nacional en el 2000, volvió a "disputar" simbólicamente estos encuentros. Después de 6 años en Primera División, en los cuales no eran mencionados, Zapla y Talleres volvieron a ser objeto de mención en las canciones de los hinchas.

17. Declaraciones del futbolista Norberto Testa, ex jugador de Gimnasia y Esgrima de Jujuy (Pregón, 19/10/01).

18. "Deseo aprovechar esta oportunidad, para hacer llegar mi saludo y felicitaciones a Uds. como asimismo a la totalidad de la Comisión Directiva y asociados del Club Gimnasia y Esgrima. Igualmente, les deseo el mayor de los éxitos en su actividad deportiva que este prestigioso club jujeño, llegue a ser un auténtico Campeón Nacional. además deseo que siga prestando los servicios que actualmente viene brindando a toda la comunidad jujeña" (Pregón, 19/3/81).

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