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Propuesta práctica de un taller de atletismo para la iniciación deportiva en niños con discapacidad visual

   
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Universidad de Almería
(España)
 
 
Alfonso Valero Valenzuela
Manuel Gómez López

snoopie@teleline.es
 

 

 

 

 
Resumen
    Partiendo de que cualquier persona tiene derecho a practicar el deporte que desee, y sabiendo que esta sentencia sólo puede materializarse cuando la práctica deportiva está adaptada a las necesidades personales del sujeto, el texto que a continuación se expone en forma de taller, pretende mejorar los conocimientos aplicados al campo de la iniciación al atletismo de aquellos docentes que se enfrentan a diario con la diversidad de alumnado existente en nuestras aulas, y más concretamente con aquellos que poseen alguna discapacidad visual. Por supuesto, al mismo tiempo pretendemos sensibilizar al resto de la sociedad de la gran importancia que tiene el apoyar a este segmento de la población.
    Palabras clave: Atletismo. Discapacidad visual. Deporte. Diversidad. Integración.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 81 - Febrero de 2005

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1. Introducción

    Cuando hablamos de personas con discapacidad visual incluimos tanto a los ciegos, personas que no ven nada en absoluto o únicamente tienen una ligera percepción de la luz, como a deficientes visuales, que serían aquellos individuos que con la mayor corrección posible podrían ver o distinguir, aunque con dificultad, algunos objetos a una distancia muy corta.

    Este colectivo de personas dentro del sistema educativo actual (LOCE, 2002 y LOGSE, 1990), posee los mismos derechos que cualquier otro estudiante a recibir una formación integral; es un derecho que ampara a todo el alumnado y nuestro esfuerzo y el del resto del claustro debe tender a posibilitar su participación activa en dichas clases. En el momento que excluimos o reducimos la participación activa de un niño de la sesión de Educación Física, se le está negando una fuente de relación y de formación, a la cual tiene derecho (Ríos, 2001).

    El planteamiento actual, denominado de "autonomía personal" (Barrado, 2004), prima la garantía del ejercicio de los derechos de toda persona, independientemente de que tenga o no discapacidad. Con estos parámetros el problema se sitúa en el entorno y es la sociedad desde donde deben habilitarse elementos de accesibilidad. Las personas con discapacidad visual, son en primer lugar, personas y, como tales, sujetos de pleno derecho al uso y disfrute de la educación, el empleo, la salud, el ocio, la cultura y el deporte.

    Según Martínez y cols. (2001), el objetivo de la Educación Física desde el punto de vista de la singularidad personal, es hacer al sujeto consciente de su propia realidad corporal, de sus posibilidades de actuación en el entorno físico y humano, y de sus propias limitaciones. Por otro lado, la Educación Física debe permitir el desarrollo de cada persona de acuerdo con sus capacidades físicas, sus intereses, su ritmo individual, su grado de madurez motriz y sus circunstancias personales.

    Bajo estas premisas, somos de la opinión, que una respuesta eficaz a las necesidades educativas especiales debe implicar a la comunidad científica con estudios como los de Arráez (1996), Linares (1997), y Gallego (2002), y al área educativa, con propuestas prácticas diversas en el campo del deporte como las de Rodríguez, De la Puente y González (2000), Ortiz (2001), Cajaraville (2003), y en el atletismo como las de Cumellas (2000a; 2000b).

    Para Blanco (2004), el atletismo es una actividad deportiva que puede facilitar el desarrollo de valores sociales tan importantes como la integración, aportando pautas educativas y de desarrollo físico, psíquico y social, incidiendo en las habilidades básicas del individuo, desplazamientos, saltos y lanzamientos y mejorando los elementos perceptivo-corporales y espacio-temporales, base de la motricidad humana.

    Sánchez y Cumellas (2000), añaden que todas las personas con limitaciones en las actividades deportivas podrían realizar cualquier programa atlético, siempre que se diseñen bien los procesos didácticos, siendo nuestra intención la propuesta de un taller de atletismo, entendido como una actividad de juego, de relación, convivencia y de participación deportiva, donde se neutralice el aislamiento que supone el estar escolarizados este colectivo de chicos en centros ordinarios separados entre sí, y con una atención insuficiente a sus necesidades.


2. Algunas orientaciones metodológicas

    Siguiendo a Ortiz (2001), la creación de ambientes de aprendizaje para el discapacitado visual sólo tiene la dificultad de la seguridad. Pero a la hora del diseño es mucho más fácil de realizar en cuanto a la motivación. El hacer pasar a un ciego por encima de una colchoneta quitamiedos saltando posteriormente al suelo ya es todo un reto para ellos, consiguiendo de este modo, con muy poquito un elevado grado de motivación. Más aun, si el trabajo es de sensibilización de los videntes a las sensaciones de los invidentes, que al no estar acostumbrados a desplazarse sin visión, cualquier tarea, por muy simple que sea, les resultará novedosa y arriesgada.

    Basándonos en Muñoz y cols. (2002), quienes proponen un nuevo estilo de competición en la iniciación al atletismo, destacamos dos ideas claves, como es la adaptación de las pruebas al sujeto y la valoración del aprendizaje por encima del rendimiento.

    Dentro de la adaptación de las pruebas al sujeto, diferenciamos entre las referidas a reglamentos federativos y normas de la competición y en cuanto a materiales empleados. El reglamento condiciona el resto de los componentes de la competición, por ello, éste se ha de adaptar tanto a nivel cualitativo, eliminado todos los trabajos excesivamente específicos que requieran altos niveles de entrenamiento técnico o que puedan ser peligrosos para el sujeto, como por ejemplo, lanzamientos de martillo, salto con pértiga, etc. Y adaptaciones a nivel cuantitativo, es decir, al nivel de exigencia en el cumplimiento de la norma del joven respecto al adulto, como puede ser la distancia a recorrer o el número de intentos que dispone en los concursos.

    Un segundo elemento importante a tener en cuenta dentro de la adaptación de las pruebas al sujeto es el material, que ha de estar construido en base a las características antropométricas y posibilidades fisiológicas del discapacitado visual, evitando que sea peligroso, aburrido, caro o excesivamente específico. El docente ha de poseer la capacidad imaginativa para utilizar materiales que tradicionalmente han sido empleados por la educación física escolar como colchonetas, picas, aros, etc. y darle un nuevo uso como material atlético.

    La segunda idea importante a considerar es valorar el aprendizaje por encima del rendimiento, para lo cual se han de proponer pruebas donde por ejemplo, la distancia del salto, sea mucho menos importante que el ejecutar correctamente el movimiento, evitando al mismo tiempo, evaluar si el niño es capaz de realizar perfectamente la técnica específica de una prueba concreta.

    Se ha de romper con las tradicionales clasificaciones en las que queda reflejado públicamente el nivel de rendimiento alcanzado por cada atleta con respecto al resto de los deportistas. Se ha de promover la participación por la participación y no tanto por ganar, procurando que ninguno de ellos se sienta perdedor. Se potenciarán los aspectos lúdicos y la interrelación positiva entre los participantes, buscando que sean verdaderas fiestas lúdicas donde divertirse sea el principal objetivo.

    Un último punto interesante a tener en cuenta, será integrar a las familias, ya que son uno de los elementos más influyentes a la hora de la elección de la práctica deportiva como opción de ocupación del tiempo de ocio. Si conseguimos que los padres valoren el trabajo que hacemos con sus hijos, seguramente habremos logrado que éstos potencien esta práctica deportiva en ellos, lo cual es fundamental debido a la influencia que los padres ejercen en los niños, y más aun, aquellos con necesidades educativas especiales.


3. Desarrollo del taller de atletismo para discapacitados visuales

    Existen días en el calendario escolar que son fechas importantes a celebrar, siendo las actividades deportivas un buen recurso a utilizar para reunir y fomentar la sociabilidad de los escolares y la integración del alumnado con limitaciones (Cumellas, 2000c). Una de las actividades que proponemos es la puesta en práctica de un taller deportivo con pruebas atléticas adaptadas, en donde, durante un espacio de tiempo más o menos largo (de una a dos horas), los alumnos van pasando por diferentes estaciones con actividades atléticas, donde un responsable explica la actividad a realizar.

    El alumnado se agrupa por ciclos educativos, intentando siempre disminuir las posibles diferencias individuales. Las parejas deben estar formadas por un invidente y un compañero-guía vidente, que es recomendable sea siempre la misma persona, y cuya responsabilidad aumenta cuanto mayor falta de visión tiene su compañero (Cumellas, 2000c). Por todo ello, es muy importante el papel del voluntariado, para el buen desarrollo de todas las actividades programadas.


3.1. Marcha atlética

    Se balizará el anillo mediante vallas y cintas de plástico de modo que exista una anchura en la recta de llegada de 10 metros, donde dibujaremos las calles. Igualmente el resto del anillo deberá tener una anchura mínima (contra-recta y curva) de 5 metros. Esta prueba será realizada por todos los deportistas discapacitados unidos mediante una pequeña cuerda a sus guías, siendo la única regla no tener en ningún momento ambos pies en el aire (fase aérea).


3.2. Velocidad (60 metros lisos)

    Trazaremos las distintas calles de las que consta la recta principal de llegada. Al tratarse de una prueba de rápido desenlace y corta duración, aconsejamos a cada grupo que vaya pasando por la prueba que realice durante varios minutos ejercicios de calentamiento y de sincronización con el compañero de la pareja para mejorar la compenetración entre ellos.

    Se realizará esta prueba agrupados por parejas (invidente-vidente) y unidos mediante una pequeña cuerda, realizando una carrera de 60 metros en la que en ningún momento podrán soltarse del compañero o salirse de la calle que les corresponda.


3.3. Salto de longitud

    Marcaremos una tabla de batida (línea gruesa de 10 centímetros y un metro de larga) con algún color especial, al mismo tiempo que colocaremos una colchoneta fina de 2 x 1 metro, a medio metro de la tabla de batida, bien anclada al suelo para que no se mueva durante la recepción de los deportistas tras la ejecución del salto horizontal.

    La prueba consistirá en saltar de forma consecutiva cada miembro de la pareja desde una línea (tabla de batida), colocando un pie adelantado y debiendo caer lo más alejado posible de ésta con ambos pies. Se medirá la distancia alcanzada desde la línea de batida hasta el punto más cercano a ella con el que se contacta en la colchoneta (talones, glúteos, manos, espalda,...).


3.4. Salto de altura

    Apilaremos varias colchonetas correctamente junto a un saltómetro, con un elástico como altura a saltar.

    De forma consecutiva irán saltando cada miembro de la pareja situándose de espaldas a las colchonetas y eligiendo la altura a la que desea colocar el listón (goma elástica) para superarlo sin ser rozado. En caso de ser contactado se considerará nulo, y el responsable de la prueba le disminuirá la altura del listón para que pueda realizar un nuevo intento.


3.5. Lanzamiento de peso

    Deberá trazarse un círculo de lanzamiento y un sector de caída de las bolas de peso. Es importante que prime la seguridad de los participantes, de modo que todos excepto el lanzador se encontrarán detrás del círculo de lanzamiento. Igualmente de importancia tendrá el orientar al lanzador (especialmente al invidente) junto con el compañero de la pareja para que así el artefacto caiga correctamente en la zona dedicada a tal fin.

    El desarrollo de esta prueba se llevará a cabo de manera consecutiva, lanzando cada miembro de la pareja (comenzando el invidente y recogiendo el vidente de la siguiente pareja) y no pudiendo aprovechar el espacio del círculo de lanzamiento para realizar un desplazamiento previo. El lanzador tampoco podrá abandonar el círculo de lanzamiento por la parte delantera, considerándose nulo y perdiendo la posibilidad de ser medido su tiro. Igualmente será nulo todo lanzamiento que caía fuera del sector dedicado a tal efecto.


3.6. Lanzamiento de jabalina

    Trazaremos un arco de lanzamiento y un sector de caída del simulador de la jabalina. Al igual que en la prueba anterior, en esta deberá primar más que en el resto, la seguridad de los participantes.

    De forma consecutiva irán lanzando cada miembro de la pareja (comenzando el invidente y recogiendo el vidente de la siguiente pareja), pudiendo realizar una carrera previa para transmitirle una mayor velocidad al proyectil, siempre que no implique una pérdida de seguridad en la integridad de los participantes. El lanzador no podrá sobrepasar el arco de lanzamiento, considerándose nulo y perdiendo la posibilidad de ser medido su tiro. Igualmente será nulo todo lanzamiento que caiga fuera del sector dedicado a tal efecto. El compañero de la pareja invidente podrá contar con la ayuda de su compañero para realizar una carrera previa y ser avisado para lanzar el artefacto antes de llegar al arco de lanzamiento.


4. Instalación y material necesario

    Contando con un campo de tierra, habitualmente empleado para la práctica del fútbol, lo aprovecharemos para reconvertirlo en la instalación sobre la que tendrá lugar la celebración del taller de atletismo, procurando que los materiales utilizados no entrañen peligro alguno para el discapacitado y su organización en el espacio sirva para conseguir una experiencia agradable. Por estos motivos, la falta de una zona de caída adecuada en los saltos desaconseja la carrera previa, siendo recomendable realizar únicamente un salto a pies juntos o con un pie adelantado. Y para el caso concreto del salto de altura, recomendamos realizar un salto a pies juntos de espaldas al listón, donde el atleta pueda tantear la altura a la que se encuentra el listón justo antes de iniciar la batida.


4.1. Construcción del anillo para prueba de marcha:

  • Conos con picas: mínimo 18-20.

  • Cinta para balizar: mínimo 500 metros.

  • 20 cuerdas pequeñas (1 metro) para los guías.


4.2. Construcción de las calles de la prueba de velocidad:

  • Carrillo para pintar 5 calles con una anchura entre 1'5 y 2 metros.

  • Saco de yeso.

  • Cuerda de 60 metros para trazar las líneas.

  • Silbato para salida.

  • 5 cuerdas de un metro para unir las parejas.


4.3. Construcción del foso de longitud:

  • Cinta métrica.

  • 1 colchoneta fina.

  • Yeso o tiza para marcar tabla de batida.


4.4. Construcción de la zona de caída del salto de altura:

  • 2 colchonetas quitamiedos.

  • 5 colchonetas finas.

  • 2 saltómetros.

  • 1 listón.

  • 1 goma elástica.


4.5. Construcción de la zona de lanzamientos:

a) Lanzamiento de peso:

  • Saco de yeso para dibujar sector.

  • 3 bolas de peso.

  • 1 cinta métrica.

b) Lanzamiento de jabalina:

  • 1 cinta métrica grande.

  • Saco de yeso para dibujar sector.

  • Material adaptado (3 bolas lastradas).


5. Recursos humanos

    El número de responsables con los que se debe contar para llevar a cabo de manera óptima el taller de atletismo será del doble del número de pruebas-estaciones con las que cuente el taller, en nuestro caso doce, aunque podrían reducirse a la mitad cuando dispongan de experiencia previa en este tipo de actividades. Su misión será doble, por un lado, el montaje y desmontaje de cada una de las estaciones y, por otro lado y más importante, velar por la seguridad y el buen desarrollo de la práctica.

    Para conseguir mentalizar a los responsables de su actuación durante el taller de atletismo, es conveniente mantener con ellos una reunión previa para explicarles la ubicación de las disciplinas atléticas y su funcionamiento. Indicaciones que podrían dárseles serían:


5.1. Prueba de marcha

    Dos responsables se encargarán de balizar el anillo mediante conos y picas con cintas de plástico de modo que exista una anchura en la recta de llegada de 10 metros donde los voluntarios de la prueba de velocidad dibujarán las calles. Igualmente el resto del anillo debe tener una anchura mínima (contrarrecta y curva) de 5 metros.

    Durante la prueba serán los responsables de dar la salida y controlar el orden de la llegada, así como de detener durante 5 segundos a aquella pareja que incumpliera la norma de no correr (realizar fase aérea durante el desplazamiento) en algún momento.


5.2. Prueba de velocidad

    Dos responsables se encargarán de trazar con un carrillo de yeso y una cuerda las líneas de las 5 calles de las que consta la recta principal de llegada. Durante la realización de la prueba uno de los voluntarios se encargará de ubicar a los participantes en sus correspondientes calles y detrás de la línea de salida. El otro, desde la línea de llegada dará la salida con un silbato y discernirá el orden de llegada de los participantes.


5.3. Salto de longitud

    Dos responsables serán los encargados de colocar el material. Uno marcará el punto de caída más cercano a la tabla de batida (normalmente el talón de la zapatilla o las manos si las apoya en el suelo por detrás de la espalda) con la cinta métrica y el otro compañero situado en la tabla de batida indicará la distancia alcanzada por el saltador.


5.4. Salto de altura

    Dos responsables se encargarán de mantener en todo momento todas las colchonetas bien apiladas. Cada uno de ellos se colocará en un saltómetro para que el listón siempre se encuentre paralelo al suelo e indique la altura sobre la que probarán suerte. Se evitará que los compañeros que estén esperando se encuentren demasiado cerca o descansando en las colchonetas finas que habrá alrededor del que va a realizar el salto, pues podría darle con los pies y provocar un accidente.


5.5. Lanzamiento de peso

    Dos responsables se encargarán de trazar con yeso un círculo de lanzamiento y un sector de caída de las bolas de peso. Uno de ellos colocará y orientará a los lanzadores para que el artefacto caiga correctamente en la zona dedicada a tal fin. El otro compañero estará situado a una cierta distancia, controlando al deportista que espera recoger las bolas de peso.


5.6. Lanzamiento de jabalina

    Uno de los responsables será el encargado de recordar a los lanzadores la trascendencia de que el artefacto caiga correctamente en la zona dedicada a tal fin. El otro se situará a una cierta distancia, controlando al deportista que espera recoger los simuladores de jabalina.


6. Reflexiones finales

    Somos de la opinión, que el desarrollo de este taller de atletismo adaptado a personas con discapacidad visual, consigue aumentar la motivación de todos aquellos alumnos implicados, especialmente gracias a una pedagogía adaptada a las necesidades e intereses de los demandantes, así como por las distintas pruebas novedosas que en el mismo se desarrollan, agrupados por parejas en la mayoría de los casos, empleando materiales poco comunes y zonas de caída acolchadas, que buscan entre otros objetivos, la superación de uno mismo.

    Esta actividad al mismo tiempo también supone para los responsables de las diferentes pruebas, una mayor sensibilidad con el mundo del discapacitado, concienciándoles de que su contribución como profesionales en el campo de la Educación Física, por pequeña que parezca, puede suponer una gran ayuda para ellos.

    Por último, otra cuestión interesante a resaltar, es el disfrute que experimenta el alumnado en general, y más en concreto el discapacitado visual por la práctica deportiva realizada, entendiéndola como una acción atípica en sus hábitos diarios por su minusvalía física.

    Tras estas reflexiones, se hace patente a nuestro juicio, la necesidad de una mayor proliferación de este tipo de actividades, así como la creación de escuelas lúdico-deportivo-recreativas que mantengan físicamente activos al colectivo de discapacitados, del mismo modo, que se lleva a cabo para el resto de estudiantes, siendo los monitores que han de tomar las riendas en este tipo de actividades, precisamente aquellos especialistas en el campo de la educación, que han recibido una formación profesional en el campo de la discapacidad.


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