EL FUNK EN LAS CLASES DE EDUCACION FISICA: UNA PROPUESTA DE RESCATE CULTURAL EN UNA ESCUELA PUBLICA DE RIO DE JANEIRO
Marcos Avellar do Nascimento y Marco Antônio Fonseca (Rio de Janeiro, Brasil)
Desearíamos hacer un sincero homenaje al dedicar este escrito a la profesora Marivalda Silva Campos, actual directora del Gimnasio Público Frei Agostinho Fíncias, que desde febrero de 1997 viene conduciendo esta institución con mucho coraje y honradez, y no se desanima frente a las dificultades que surgen.
Resumen
Actualmente podemos observar como la cultura espontáneamente producida por la sociedad viene siendo utilizada como medio para el alcance de los objetivos de determinado segmento de la sociedad. El Funk en tanto expresión cultural se encuentra inserto en este contexto. Siendo así, el objetivo de este estudio, desarrollar la propuesta de asesoría pedagógica ofrecida extra-curricularmente a los estudiantes del Gimnasio Público Frei Agostinho Fíncias, llevada a cabo a través de una relación interdisciplinar entre la Educación Física y la Sociología, donde se intentó trabajar y/o rescatar con los estudiantes una manifestación socialmente producida en la cultura urbana de Río de Janeiro: el Funk.
Como producto de la asesoría, un grupo de los alumnos participantes descubrieron el proceso de alienación producido por la sociedad industrial y pasaron a dimensionar su comportamiento en tanto integrantes del movimiento funk, adquiriendo un mayor sentido crítico ante ese movimiento y ante la sociedad como un todo.Palabras clave: Educación Física escolar, cultura popular, funk.
El mundo funk fue descubierto mejor por la sociedad brasileña a partir del día 18 de octubre de 1992, cuando en un día domingo de sol, una gran 'manifestación' incomodó el descanso de quienes estaban en la playa y colocó en alerta a la población de Río de Janeiro. Esto es, diversas bandas de jóvenes peleaban entre sí, y mientras tanto simultáneamente robaban las pertenencias de las personas que utilizaban la playa como principal área de recreación.Estas imágenes fueron transmitidas al mundo entero, mostrando una cultura funk como exaltación de la violencia y del caos urbano y dejando ver una manifestación que tiene mucho que ver con la vida cotidiana de un conjunto significativo de la población, principalmente de los de menos recursos.
La presencia del funk en la vida de la mayoría de los jóvenes es tan determinante que algunos procedimientos vivenciados por ellos en las danzas de este género cultural son transferidos a la sociedad, representando su fuerza simbólica y su sentido de protesta, a la vez que su desorganización.
En realidad, el funk proviene del gospel, la música de los negros de las iglesias bautistas de los Estados Unidos de Norteamérica. El funk tuvo sus primeros momentos en los años 30 y 40 de este siglo, cuando gran parte de la población negra emigró desde las haciendas del sur hacia los grandes centros urbanos del Norte de los Estados Unidos.
La música negra pasa a tener una connotación política a partir de los años '60, habiendo sido el Soul una vertiente musical muy importante para el movimiento de los derechos civiles y para la concientización de los negros americanos, donde se destacan los movimientos: "Black Power" y "Black's Beautiful".
El funk surgió del empobrecimiento del potencial revolucionario del Soul, debido a su gran comercialización. El término funk, que surgió del Soul, significa etimológicamente algo agresivo.
En Brasil, el funk apareció en Río de Janeiro, en los comienzos de los años '70 en fiestas realizadas en uno de los principales locales de espectáculos de Río en aquellos tiempos (conocido como 'Canecão').. Inicialmente el movimiento tuvo una connotación más estética de lo que era el movimiento norteamericano. Predominaba el interés por las ropas, los zapatos, los hábitos, las costumbres, etc.
Ya en ese período, los bailes en los suburbios comenzaban a atraer multitudes. Diseminados por los clubes de la Zona Norte de la ciudad, la zona más pobre de la ciudad, luego lograron una enorme aceptación entre los jóvenes, transformándose en una de sus principales actividades de tiempo libre en los fines de semana.
Cabe destacar que el surgimiento del funk, desde su inicio, estuvo marcado por una idea contestataria y así mismo agresiva. Probablemente, el movimiento tenga fuertes raíces como forma de resistencia a la marginalización de la sociedad capitalista y racista; al proceso de exclusión del mercado laboral que impedía a los jóvenes tener un completo acceso a los derechos de comprar, consumir y ofrecer su fuerza de trabajo.
Para comprender mejor el mundo funk carioca, es preciso hacer un abordaje interpretativo (GEERTZ, 1992)1 en su máxima expresión, la fiesta funk. Es preciso comprender como esta fiesta de exaltación de la violencia y de quiebre de las reglas establecidas de convivencia tienen a la música y a la violencia como ejes fundamentales. Pensar el mundo funk como propagador de la violencia es relativizar la permanente negociación e interacción entre los grupos rivales en lo que respecta a los códigos de violencia en el ámbito del tiempo libre y de la sociedad juvenil. Estos son movimientos contestatarios, a la vez que están orientados para producir más violencia, en donde la posición del grupo predomina en detrimento de la postura individual. Y es como este posicionamiento agresivo, como la punta de un iceberg, que la fiesta funk demuestra la representación de procesos simbólicos que organizan la vida social en las favelas, de donde la gran mayoría de los funkeiros son originarios.
Contemporáneamente, podemos observar como la cultura espontáneamente producida por los individuos viene siendo utilizada como un medio para alcanzar objetivos en determinados segmentos de nuestra sociedad.
Desde los orígenes de la historia el proceso de dominación de una clase social por otra no se produce solamente por la acción coercitiva de los ejércitos. Para materializar nuevas formas de dominación era preciso desestructurar culturalmente los pueblos dominados. (VASCONCELOS, 1993, p. 22)2 . De esta manera se ataca la identidad original del pueblo para que este asuma la identidad del dominador.Las manifestaciones de la cultura corporal se manifiestan víctimas de ese contexto, en donde la originalidad de su contenido, se da por la producción de la sociedad, y por diferentes formas de acomodamiento de acuerdo con los intereses socio-político-económicos de los grupos que detentan el poder. El Movimiento Funk, en cuanto expresión cultural, se articula en este razonamiento, siendo hoy un blanco garantizado de como medio de comercialización3 . Tal cual fue citado, el funk surgió inicialmente como forma contestataria de un determinado segmento social, en un claro ejemplo de una cultura producida espontáneamente por los individuos. Mientras tanto, paso a paso, la acción de la industria cultural viene subvirtiendo esta manifestación siguiendo sus intereses comerciales e ideológicos. De esta manera, se establece un proceso de pseudo democratización de este género cultural en donde:
"Lejos de 'democratizar' un bien cultural, la industria cultural, al producir o reproducirlo (en serie), volviéndolo accesible a todos, para a ofrecerlo, juntamente con jabones, automóviles, zapatos y otros productos de consumo, despersonalizándolo, utilizándolo para tapar los ojos del consumidor, distorsionar su percepción, empaquetarlo en ilusiones, subvertir su sentido crítico". (FREITAG, 1987, p. 57)4Además de la despersonalización de la originalidad de la cultura comercializada, la industria cultural alcanza su mayor aspiración cuando, por la subversión cultural, promueve en gran escala la inhibición del sentido crítico, en el camino de la extinción social, una vez que:
"El producto (original o reproducido) de la industria cultural confirma, en suma, entorpecer y confundir a los hombres de la moderna sociedad de masas, ocupar y cumplir la función en el espacio vacío dejado para el placer, para que no perciban la irracionalidad y la injusticia del sistema capitalista, en el cual están insertos como marionetas, actuando en el sentido de la perpetuación ad infinitum de las relaciones de producción alienantes y explotadoras. La industria cultural tiene como objetivo principal además, seducir a las masas para el consumo, para que olviden la explotación que están sufriendo dentro de estas relaciones de producción" (ibid., p. 57).En ese proceso de pérdida de identidad, las manifestaciones de violencia funk se exacerban aún más. En tanto, a despecho de la intervención de la industria cultural, todavía es posible encontrar en algunas comunidades de Río de Janeiro una práctica 'funkeira' que busca mantener las tradiciones originarias del movimiento, estableciendo lo que podríamos considerar una cultura de resistencia.
Entendemos que la existencia de esta cultura de resistencia no puede posibilitar el rescate de una serie de valores críticos procedentes de la producción original del funk, constituyéndose la escuela pública como locus privilegiado para la discusión de este enfoque.
Partiendo del conocimiento de tales afirmaciones, y que en un abordaje conjunto entre la Sociología y la Educación Física, optamos por realizar una asesoría pedagógica con la temática central sobre el movimiento Funk de la ciudad, apuntando a atender una necesidad peculiar socio-política-económica de los alumnos de la comunidad del Gimnasio Público Frei Agostinho Fíncias, ubicado en el barrio carioca de Engenho Novo.
Luego de una convivencia de aproximadamente cinco meses con los alumnos de la institución mencionada, percibimos que el funk se hacía presente en su quehacer cotidiano, principalmente en el vocabulario y en los hábitos.
Este cuadro representaba a cada instante la función simbólica que la práctica de la cultura funk era capaz de ejercer sobre el comportamiento de los alumnos. La presencia del funk en la vida de la mayoría de estos alumnos era tan marcada, que algunos procedimientos vivenciados por ellos en bailes de este género cultural eran en cierta medida transpolados para el ámbito escolar, generando problemas de diverso tenor en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Hacemos mención, entre otros comportamientos posibles a ser citados, los siguientes: lenguaje agresivo en su conversación cotidiana (ya sea con alumnos o con personal de la escuela); creación de subgrupos (oriundos de lugares diferentes de las favelas de Río de Janeiro, comunidades muchas veces ubicadas en morros, de bajo nivel socio-económico) que se encuentran en conflicto entre sí; desinterés por otros géneros culturales que pueden no tener relación y/o acercamientos con la cultura Funk; uso de vestimentas propias que caracterizan a los funkeiros, no autorizados por la normalización referida al uniforme escolar.
Entendiendo que era de suma importancia para esta comunidad escolar exaltar una propuesta pedagógica que abordase este fenómeno socio-cultural, intentamos rescatar con nuestros alumnos, de forma crítico-contextualizada, esa manifestación socialmente producida en nuestra cultura.
En relación al paradigma que tomamos como base para llevar a cabo nuestra propuesta pedagógica, hicimos uso de la perspectiva de la 'Cultura Corporal', ya que esta apunta a promover una reflexión pedagógica referida a las producciones originadas a partir de las realidades vividas por el hombre en el curso de la historia, caracterizándose a través de la cultura corporal: juegos, danzas, luchas, ejercicios gimnásticos, deporte, malabarismo, contorsionismo, mímica y otros (COLECTIVO DE AUTORES, 1992)5. Siendo así, consideramos que a partir de la concepción de la 'Cultura Corporal' sería posible rescatar la identidad de clase de los alumnos, teniendo al movimiento Funk como el instrumento, posibilitándoles el entendimiento de la situación de alienación, impuesta a ellos por medio del modo de producción capitalista, por la vía cultural.
Esto se consustancia en la media que el paradigma de la cultura corporal, "... contribuye para el desarrollo de identidad de clase de los alumnos, cuando sitúa sus valores en la práctica capitalista de la cual son sujetos históricos. Esa identidad es condición objetiva para la construcción de su conciencia de clase y para su inclusión deliberada en la lucha organizada por la transformación estructural de la sociedad y por la conquista de la hegemonía popular"; (ibid., p.40).
En términos pragmáticos debemos considerar que el proyecto en cuestión englobó, por cuestiones de orden didáctico-pedagógicas, tres momentos distintos, a saber: fase de sensibilización de los alumnos; fase de concientización crítica y fase de culminación.
Sin embargo, antes de considerar respecto de estas tres fases, se hace necesario un breve comentario en lo que atañe a la metodología empleada en los encuentros con los alumnos. Nuestro asesoramiento tuvo una duración aproximada de cinco meses, el primer semestre del año lectivo. Las clases eran dictadas una vez por semana, teniendo una duración de una hora y 30 minutos.
Aunque tuviésemos una planificación bien definida para alcanzar los objetivos en cada momento del curso, optamos por no poner fecha previa (obstinados en la participación de los alumnos) a los ejemplos de clases.
De esta manera, a lo largo de toda al asesoría presentábamos a los alumnos propuestas de trabajo (con objetivos bien definidos), mientras que la forma de desarrollo de las mismas eran ampliamente discutidas, surgiendo de los alumnos las soluciones para las preguntas-problemas llevadas por los profesores. Por medio de este mecanismo de acción pedagógica, terminamos partiendo de la realidad de los educandos, de sus necesidades y/o de sus deseos más intrínsecos, lo que le permitió al trabajo ser fiel referente del perfil socio-económico de los sectores sociales de los cuales los alumnos provenían.
Hechas estas inferencias acerca de la línea metodológica del curso, hablemos un poco sobre las fases de ejecución de la misma. La fase de sensibilización (con duración de un mes) permitió sensibilizar y/o motiva a los alumnos para iniciar un proyecto (además de exponer los objetivos y la forma de realización del curso), a partir del ofrecimiento de un espacio para la práctica del Funk. Esta fase con certeza fue aquella donde los alumnos se sintieron más libres, siendo importante en cuanto a la orientación de nuestras actividades.
En este momento, los alumnos utilizaron el espacio básicamente para reproducir simplificadamente y/o recreativamente (al igual que inconscientemente) el comportamiento que representaban en los bailes de aquel genero cultural. Gradualmente los profesores intervenían en las actividades con comentarios que oscilaban entre el elogio (entendido como refuerzo positivo de un comportamiento determinado), la desaprobación (normalmente en casos de agresividad) e indagaciones provocadoras de reflexiones críticas (normalmente en lo que se refiere a la sospecha y/o descubrimiento de los motivos que podrían llevar a los mismos a la adquisición de ciertos valores y comportamientos). Luego, fue posible representar con más claridad el carácter conductual de los alumnos, corroborando con el proceso de planificación de las demás etapas del proyecto, posibilitando que éstas estuviesen más cercanas a la realidad del grupo.
La segunda fase tuvo como objetivo principal proporcionar a los alumnos el entendimiento de la manera a través de la cual la cultura corporal es sojuzgada por la lógica del capitalismo. Se buscó que a partir de este entendimiento se ponga de manifiesto para el alumnos como él es conducido a ejercer posturas en su participación en el mundo funk, que solo van a contribuir a sostener el status quo. Como consecuencia de esta fase, el curso se dividió en dos momentos distintos: uno de ellos fue destinado solamente a la práctica del Funk y el otro para poner en evidencia la relación dinámica del Funk con el contexto de la sociedad.
Como ejemplo, podemos registrar dos metodologías utilizadas, entre otras que obtuvieron niveles de resultados muy satisfactorios en lo que atañe al alcance del objetivo previsto:
- teniendo como foco principal la letra de una música escogida por los alumnos, promovíamos actividades prácticas a partir de la misma; posteriormente desarrollábamos un debate acerca del contenido (explícito o latente) acompañando la letra de aquel género musical, desencadenando un reflexión crítica en los alumnos;
- teniendo como foco principal la interpretación de movimientos coreográficos, proponíamos a los alumnos que se dividieran en dos grupos; a cada uno de ellos les sugeríamos una música, a partir de la cual debían montar una coreografía.
Después de la presentación de la coreografía, se realizaba un debate sobre los valores contenidos en los movimientos observados; el proceso de discusión se manifestó en forma consistente y fundamentalmente con diversidad de opiniones (asimismo, predominó la visión que interpretó la violencia como el valor más caracterizado en los gestos de los alumnos).
En suma, lo que hacíamos era proporcionar a los alumnos (partiendo de la realidad cotidiana en su vinculación con el mundo funk) un espacio para la práctica del funk capaz de propiciar discusiones críticas con respecto a ésta.
De manera que esto fue verificado, una vez que los alumnos se pronunciaron ampliamente (con un vocabulario propio) sobre las informaciones ofrecidas por los profesores. Es interesante destacar que la timidez inicial de algunos fue rápidamente superada por la participación activa de la mayoría del grupo que demostraba un enorme interés en afirmar sus convicciones.
Otro punto que merece ser destacado fue la forma por la cual cada alumno intentaba defender las opiniones particulares de su grupo comunitario, o mejor dicho, funkeiro, del cual formaba parte.
Después de las clases iniciales de esta fase, las posturas restringidas en la percepción de estos grupos específicos fue dando lugar a una opinión más grupal, donde cada alumno comenzaba a entender que las conclusiones allí generadas eran fruto de una vivencia del mismo sentido en diferentes zonas de realización de los bailes funk. Fue en este momento que observamos un salto cualitativo en el sentido crítico del grupo en cuanto a los comportamientos ya estereotipados del funkeiro frente a la sociedad.
En la tercera fase, denominada de culminación, apuntó a caracterizar el cierre del trabajo realizado a partir de la realización de una actividad que representase tal fin. Se presentaron propuestas de las siguientes alternativas (que podrían ser realizadas aisladamente o en conjunto): exposición de afiches elaborados por los alumnos; presentación de videos; entrevista con algún cantante o bailarín de funk brasileño; mini baile; día del funk (combinado con algunas de las alternativas antes citadas).
En el caso específico de nuestra asesoría, los alumnos decidieron realizar el 'Día del Funk'; un evento festivo. Entretanto, es necesario enfatizar que independientemente de la propuesta a ser utilizada como estrategia para la realización del cierre, la misma debe ser siempre desarrollada en un proceso colectivo. La competencia del profesor no se sitúa en preparar aisladamente la actividad prevista, y s orientar y/o coordinar todo el proceso organizativo.
El grupo se dividió en diferentes comisiones, cada una de ellas con funciones previamente establecidas; a partir de un cronograma de trabajo los alumnos los alumnos seguirían la agenda propuesta, teniendo plazos determinados para el cumplimiento de cada tarea. Los problemas que surgían a lo largo de la organización eran rápidamente traídos al grupo.
Más allá de la satisfacción de llevar a cabo un evento cultural para su satisfacción personal, los alumnos pudieron tener la oportunidad de vivenciar la función organizacional, que estimuló en ellos responsabilidades y problemáticas muchas veces despreciadas y/o menospreciadas por ellos mismos en su vida cotidiana.
De esta manera, el desarrollo de la propuesta del 'Día del Funk' fue ampliamente participativa, donde el compromiso de los alumnos como organizadores del evento amplió los resultados cualitativos deseados, principalmente en los que se refiere al avance del sentido crítico de los educandos. Teniendo en cuenta tales procedimientos didácticos, hasta el punto donde llegó este trabajo, fue posible llegar a las siguientes conclusiones: a) el grupo de alumnos participantes del curso detectaron el proceso de alienación producido por la industria cultural y pasaron a redimensionar su comportamiento en cuanto integrantes del movimiento funk, adquiriendo una mayor criticidad frente las contradicciones de clase que influyeron en el proceso de democratización al cual fue sometida la cultura funk; b) los alumnos percibieron que al adquirir la cultura socialmente producida, a través del Mundo Funk, el individuo debe equilibrar individualidad con colectividad; c) este tipo de movimiento social transmite a los participantes del grupo (funkeiros) la noción de cohesión social por medio de mecanismos de poder, espontáneamente creados.
Finalizando, enfatizamos que consideramos que la cultura "es la representación de hábitos, de gustos, de vestimentas, de gestos, de artes, en fin, la personalidad asumida de los pueblos" (VASCONCELOS, op. cit., p. 22). De esta manera tenemos que asumir la responsabilidad de preservar la cultura popular que es la personalidad existencial de los pueblos, defendiendo a la misma de la masificación comercial.
Dentro de este contexto es que consideramos que estamos en un momento histórico en que la actuación del educador se vuelve fundamental para redimensionar el uso que la clase dominante viene haciendo de la cultura espontáneamente producida por los seres humanos, pues rescatando la cultura popular estaremos colaborando significativamente en la emancipación de la clase trabajadora.
Notas bibliográficas
1 . GEERTZ, Clilford. Interpretação das culturas. Rio de Janeiro: Guanabara, 1992.2 . VASCONCELOS, Paulo Denisar. A violência no escárnio do trote tradicional: um estudo filosófico em antropologia cultural. Santa Maria: Universidade de Santa Maria, 1993.
3 . Más informaciones sobre el funk en la ciudad de Rio de Janeiro se pueden encontrar en VIANA, Hermano. O mundo Funk carioca. Rio de Janeiro: Jorge Zahar, 1992.
4 . FREITAG, Bárbara. Política educacional e indústria cultural. São Paulo: Cortez/Autores Associados, 1987.
5 . COLETIVO DE AUTORES. Metodologia do ensino de Educação Física. São Paulo: Cortez, 1992.
Lecturas: Educación Física y Deportes.
Año 2, Nº 8. Buenos Aires. Diciembre 1997
http://www.efdeportes.com